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CAPÍTULO 18. "Adoro los finales felices"

El ayudante rápidamente negó con la cabeza, pues si Carlos se enteraba quien era él, arruinaría los planes que el asesino tiene para todos los chicos.

—No soy yo.

—Claro que sí, te vi hablando con ese hombre, te vi meternos a cada uno de nosotros aquí, no mientas —Carlos se puso de pie asustado. —Le diré a todos.

—Los muertos no pueden hablar —mencionó el ayudante, por lo cual el chico retrocedió asustado. —Uno contra uno, pero hay una cosa a mi favor.

El ayudante le mostró la navaja que el asesino había usado para cortarle la lengua a Raúl.

—Tú no tienes nada, así que mejor hagamos las cosas rápido.

Carlos negó mientras con su pie comenzó a patear a la persona más cercana a él, era Shay.

—¡Ayuda, por favor! ¡Despierten!

El camión arrancó, por lo cual ambos chicos terminaron cayendo encima de sus compañeros, Carlos por mas miedo que tuviera, no se dejaría vencer tan fácil, en cambio el ayudante cada vez estaba mas molesto, por lo cual, sin pensarlo dos veces, corrió hasta el chico.

—¡Noooo! —Carlos logró esquivarlo, y ahora fue a patear a Hanna, quien al igual que Shay no despertaba.

—Estarán así por horas, no entiendo porque tu no estas dormido, hubiese sido mejor.

—Perdóname, lo siento, no debí amenazarte, por favor no me mates, déjame vivir, juro que no le diré a nadie de lo que vi, pero por favor no me mates.

Lagrimas comenzaron a descender por las mejillas del chico, pues de algo ya estaba seguro, posiblemente estaba viviendo sus últimos segundos con vida.

—¿Tan rápido se acabó tu valentía?

Carlos asintió cabizbajo.

—Pues lo siento, no debe haber testigos...

Una vez más, el camión dio un fuerte frenon, que hizo al ayudante irse de cara contra las paredes del camión, Carlos quiso hacerse el listo, tomando la navaja que cayó de las manos del chico molesto.

—Atrás, hijo de puta.

—Ay Carlitos, eres tan inocente, bebé —el ayudante metió la mano en un bolso que se estaba paseando por el camión cada que aceleraban o frenaban, de ahí sacó un cuchillo de al menos quince centímetros de largo. —Lo tengo más grande que tú.

El ayudante lo tomó fuertemente del mango, luego en unos segundos lo lanzó a Carlos, el cuchillo se incrustó en uno de sus ojos, mientras el chico comenzaba a gritar.

—¡Ahhhh, ayuda, por favor! —el camión se detuvo fuertemente y Carlos fue a dar contra la pared de este, haciendo que el cuchillo entrara más a su cabeza, causándole la muerte instantánea.

—Adoro los finales felices.

—¿Qué mierda sucede? —Shay abrió los ojos, limpiándose la sangre que había caído en su rostro.

***

POV Shay.

Mi cabeza zumbaba mientras escuchaba algunos gritos, intente abrir los ojos, pero me dolían, al hacerlo, lo primero que vi fue sangre caer a mí.

—¿Qué mierda sucede? —pregunté asustada.

—¡Carlos está muerto!

Oh mierda, rápido me puse de pie, al igual que los demás, la poca luz que había aquí no iluminaba muy bien, intenté buscar a Carlos por el suelo, hasta que lo vi en una posición extraña recargado sobre la pared del camión.

—Hey, ¿Estás bien?

Lo moví un poco y en efecto, estaba muerto, en su cara había un cuchillo incrustado en su ojo derecho, sus ojos seguían abiertos, alegando que apenas acababa de suceder.

—¡Fuiste tú, hijo de perra! —me lancé hasta James quien fue el que grito que Carlos estaba muerto. —¡Tú lo mataste, maldito asesino!

Comencé a golpearlo en el pecho una y otra y otra vez, el intentaba quitarme, pero no se lo permitía.

—¡Basta, Shay! —Pablo me tomó del brazo, lo cual me hizo molestarme aún más, me giré hasta él y lo golpeé en el rostro.

Pablo cayó encima de Lucia, quien seguía inconsciente.

—¿Qué mierda sucede contigo? —Jeremy se puso frente a James, estaba molesto, pero de algo estoy segura, no tanto como lo estoy yo. —¿Estás loca? No puedes ir acusando a todo mundo, no sabemos que pasó, todos estábamos dormidos, quizá el puto asesino lo mató.

James solo asintió, mientras miraba con una sonrisa a Jeremy.

—¿De qué te ríes, culero? —pregunté tratando de quitar a Jeremy de enfrente. —¿De qué te saliste con la tuya?

—No seas ridícula, Shay, no te queda querer buscar culpables ahora cuando nos traicionaste —la voz de Taylor sonaba cansada. —Así que ya siéntate y esperemos a ver a donde nos llevan.

Negué con la cabeza, estoy segura que James tiene algo que ver, escuché su voz decir que Carlos estaba muerto, lo sabía porque lo hizo él, estoy segura.

—¿Ya? ¿Estás calmada? —preguntó Jeremy.

—Siempre supe que era una mala idea venir por ella —mencionó Spencer. —Debimos dejarte morir y ahorita seguiría entera, me cortaron el puto dedo por tu culpa, y todos vamos a morir por tu culpa.

Me tranquilicé un poco, quería llorar, pero no debo dejar que vean que me afecta lo que me dicen.

—No les pedí venir por mi —dije molesta.

—Hija de puta —Jeremy me dio un empujón que me hizo caer de sentón. —Vete bien a la mierda, Shay.

Solo asentí mientras las miradas de todos estaban puestas sobre mí, por mi todos se pueden ir a la mierda, a partir de ahora solo soy yo, yo veré como me salvó.

Me quedé sentada en el lugar en el que había caído, justo a un costado de donde estaba el cadáver de Matt, solo lo hice a un lado y seguimos el camino a donde sea que nos lleva el maldito asesino.

—Mi mamá debe estar muy preocupada por mi —mencionó Lucia recargada sobre el hombro de Emily. —Le dije que solo saldría a comprar un elote y que regresaría rápido, ya ha pasado más de un día, no quiero morir, ella sufrirá mucho, estaba destrozada cuando se enteró de la muerte de Selena, no quiero imaginar lo que sentirá cuando le digan que me asesinaron.

—Lucharemos, ¿Ok? Diego tuvo razón, somos más, algo debemos hacer.

—Emily, él tiene armas, con solo jalar el gatillo valimos mierda —respondió Daniela. —Quizá si hacemos algo, solo tal vez alguno de nosotros sobreviva, pero es imposible que todos logremos salir de aquí.

—Lo vamos a intentar —mencionó Pablo. —Intentaremos salvarnos todos.

—La única manera es matarlo, apuñalarlo por la espalda —mencionó Brandon poniéndose de pie. —Solamente así nos podríamos salvar todos.

Con mucho cuidado de no caerse, Brandon se dirigió hasta el cuerpo sin vida de Carlos, tomó el mango del cuchillo y jaló fuertemente, sacándolo de su ojo.

—Esto nos dará una oportunidad.

—Y esto también —Hanna mostró una navaja plateada en sus manos.


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Espero les haya gustado:3

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