CAPÍTULO 16. "¿Ya se iban?"
POV Shay.
—¿En qué estaba? —preguntó el asesino sonriendo. —Ah sí, iba por ti.
No me importó lo que el asesino le fuera a hacer a Spencer, mis ojos solo estaban fijos donde yacía el cuerpo sin vida de Matt, aquel día él tenía razón, era como ponernos frente a la bala, y yo quise insistir en ir detrás de Raúl.
Oh mierda.
—¡No era Raúl! —grité. —¡Raúl no era el ayudante!
—¿Creyeron que el drogadicto era mi ayudante? —el asesino se detuvo antes de posicionarse frente a Spencer. —¿Son ciegos? Es imposible que Raúl pudiera sostener tan bien un celular.
Jeremy estaba sonriendo, ¿Por qué mierda sonríe? Seguro es él, y está feliz porque no pudimos descubrirlo.
—Jeremy, es mi segundo sospechoso —la voz de Carlos sonó, interrumpiendo al asesino.
—Yo también lo creo —dije algo asustada.
Él comenzó a negar rápidamente.
—No, no, yo no soy el puto asesino.
—Si lo eres —dijo Carlos seguro de lo que decía. —Nos odias a todos, por eso lo haces.
—No a todos —Jeremy miró a James y a Emily.
El asesino comenzó a reír, luego cambio su camino hasta donde Carlos estaba.
—¿Te puedes callar? Ya no importa quién es el ayudante, ya son míos, y van a morir quieran o no —su voz sonaba grave y molesta.
—Vete a la mierda —dijo Carlos, aferrándose a su silla.
El asesino sostuvo con fuerza su navaja, y la fue acercando poco a poco hasta la cara de Carlos.
—Muchacho grosero, despídete de tu lengüita.
—¿Qué? ¡No! —Carlos comenzó a forcejear, si no me equivoco está teniendo un ataque de pánico. —¡Por favor, ayuda!
La silla se fue hacia atrás, dejando tirado al chico.
—Patético, pero bueno, estaba por cortarte los dedos, Spencer —su mirada fue hasta Spencer, quien quiso hacer lo mismo que Carlos, mover su silla hasta caer hacia atrás, pero el asesino se lo impidió, poniendo sus manos sobre los respaldos de las manos.
—¡No lo hagas, por favor!
—Jaja, lo haré, mi amor —el asesino acercó esta vez unas pinzas de corte a los dedos de Spencer, ella seguía intentando forcejear, pero era inútil, el hombre era más fuerte que ella. —¿A cuál le quieres decir adiós?
—¡A ninguno, ya detente!
—¡Déjala en paz! —la petición de Pablo fue ignorada, pues el asesino enrollo el dedo de Spencer con las pinzas, y sin pensarlo dos veces la cerró, cortando el dedo al instante.
—¡Ahhhh, hijo de puta! ¡Me duele!
Spencer apretaba los ojos, y movía las manos intentando quizá poder tocar su dedo y presionarlo para que el dolor cesara, pero no podía, pues estaba amarrada, la sangre saliente de su dedo, caía encima de la persona que estaban frente a ella, se trataba de Emily, quien solo cerraba los ojos.
—Vamos a morir —Hanna estaba llorando. —No quiero morir, Shay, tengo tantas cosas por hacer, no dejes que nos mate, por favor.
—No puedo hacer nada —dije con lágrimas cayendo por mis mejillas.
El asesino salió de la pequeña habitación nuevamente, las miradas de todos se fueron hasta mi otra vez.
—Ya les dije que lo siento —dije ya molesta. —No fue mi culpa, ustedes hubieran hecho lo mismo, estoy segura.
—¿Traicionar a tus amigos que venían a salvarte? ¡Estúpida! —Taylor estaba demasiado molesta.
—Nosotros nos arriesgamos para salvarte a ti y a Matt, y solo recibimos una traición de tu parte, te hubiéramos dejado morir —mencionó Lucia.
—No chicos, no culpen a Shay —Pablo sonrió. —Ella tiene razón, nosotros tal vez hubiéramos hecho lo mismo, además ella no sabía que veníamos hacia acá.
—¡Claro que lo sabía! —gritó Emily. —¿No la escuchaste? Claramente el asesino le dijo que cuando llegáramos nos trajera a esta habitación, somos unos estúpidos.
Brandon se puso de pie, y caminó hasta mí.
Oh por Dios, sabía que después de tanta perseverancia lo iba a lograr, no había dejado de forcejear desde el momento en el que despertó, miré sus manos y estaban muy dañadas, sus muñecas emanaban un poco de sangre.
—Estaré bien —dijo él, acercándose a desatar mis nudos.
—¿Qué haces? ¿Cómo te desamarraste? —preguntó James. —¡Sácame a mí!
Brandon siguió en lo suyo.
—No necesitamos pelear ahora, lo que importa es salir.
Yo asentí y los demás se quedaron callados, esperando su turno para poder quedar libres.
—Dense prisa —dijo Daniela nerviosa.
Mis cuerdas cayeron y me puse de pie, me sentí un poco débil, pues llevaba días así, en esta posición y sentada en una silla así de dura.
Tomé las cuerdas de Hanna y comencé a desamarrarlas, ella estaba sonriendo, cuando desaté su mano, fui hasta los pies mientras ella me ayudaba con su otra mano.
—¡Rápido! —gritó nuevamente Daniela. —No tarda en regresar, dijo que nos sacaría de aquí.
Lucia se puso de pie cuando Brandon terminó con sus cuerdas, ella fue hasta la puerta, y la abrió un poco.
—No se ve, si nos damos prisa, quizá alcancemos a salir —dijo emocionada.
Ahora fue el turno de Pablo, Emily lo ayudó con sus cuerdas, y todo parecía que iba a terminar por fin, pero estábamos muy equivocados.
—Solo falta Carlos —James fue hasta donde Carlos seguía volcado con su silla, y con ayuda de Diego lo ayudaron a ponerse de pie, rápidamente.
Daniela seguía observando por la puerta, esperando tal vez saber dónde estaba el asesino para saber si era buena idea correr escaleras abajo.
El cuerpo de Elena seguía sobre las escaleras, con la cabeza destrozada y emanando un mal olor.
—Si no salimos ahora, no lo haremos nunca —mencionó Diego asustado.
Él abrió la puerta completamente, y antes de que alguno pudiera salir, el asesino se paró frente a nosotros, con un arma en sus manos.
—¿Ya se iban?
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro