Frente al padre, con una mezcla de nerviosismo y aprehensión. Un nudo se había formado en su garganta, apretando sus palabras y dificultando su capacidad para hablar. A pesar de estar en un lugar de adoración, su mente estaba atrapada en una lucha interna entre su fe arraigada y sus sentimientos por Park Jimin.

YoonGi quería explicar su situación, quería hablar sobre Jimin, pero las palabras parecían atrapadas en su garganta, como si una fuerza invisible le impidiera pronunciar el nombre de Jimin en voz alta.

Podía sentir la presión aumentando a medida que el silencio se alargaba, y su mente se llenaba de pensamientos contradictorios. Su lucha interna se reflejaba en su expresión, sus ojos buscaban respuestas mientras sus labios permanecían sellados.

Finalmente, con un suspiro suave, YoonGi encontró la manera de articular algunas palabras. —Padre, sus labios sabían tan bien...  — Su voz era tenue y temblorosa, como si cada palabra fuera un esfuerzo. —Que no podía detenerme una vez que inicie... pero las barreras en mi camino debido a mis creencias, me obligaron hacerlo.

Las palabras eran una vaga referencia, una forma de hablar de Jimin sin mencionar su nombre directamente.

Mientras la lluvia caía suavemente, Jimin y YoonGi se refugiaron bajo un árbol cercano, sus risas resonando en el aire mientras disfrutaban de la frescura de la lluvia. Los libros y apuntes que habían estado estudiando yacían olvidados en su mochila, mientras el mundo a su alrededor se reducía al sonido de las gotas de lluvia y su cercanía.

La lluvia empapaba sus ropas, haciendo que los mechones de cabello de Jimin se pegaran a su frente. YoonGi lo miró, admirando la forma en que las gotas de lluvia resbalaban por su piel iluminada por el ambiente grisáceo. La atracción que había estado creciendo entre ellos durante tanto tiempo parecía alcanzar un punto de no retorno.

Con un suspiro, YoonGi se movió un poco más cerca de Jimin, su respiración entrecortada mientras luchaba contra sus propias inhibiciones. Su mente estaba llena de pensamientos y deseos contradictorios, pero en ese momento, la conexión con Jimin superaba todo lo demás.

Jimin notó el cambio en la expresión de YoonGi y levantó la mirada hacia él. Sus ojos se encontraron en un instante, como si compartieran un entendimiento silencioso, complicidad, atracción.

La lluvia continuaba cayendo a su alrededor, creando un escenario casi mágico en medio de la noche.

Sin previo aviso, YoonGi dio un paso adelante y suavemente, casi con timidez, colocó una mano en la mejilla de Jimin. Sus pulgares rozaron la piel húmeda mientras se inclinaba lentamente hacia adelante. Su corazón latía con fuerza, sus propios deseos luchando contra sus dudas y creencias.

Justo cuando la distancia entre sus labios se volvió mínima, se atrevió a cerró los ojos y sus labios encontraron los de Jimin en un beso tierno. El contacto fue suave y delicado, como si temiera que cualquier movimiento en falso pudiera romper el hechizo que había entre ellos.

O la maldición.

Jimin respondió al beso con sorpresa pero luego con una pasión contenida. Sus manos temblorosas se posaron en la cintura de YoonGi, sintiendo la tensión y la urgencia que emanaban de él. La lluvia continuaba cayendo sobre ellos, como si el universo mismo estuviera celebrando su conexión.

El beso duró solo un momento, pero fue suficiente para cambiar algo fundamental entre ellos. Cuando finalmente se separaron, ambos estaban sin aliento, mirándose con ojos llenos de asombro y deseo.

YoonGi tomó una respiración profunda, sus ojos buscando los de Jimin con una mezcla de vulnerabilidad y miedo. —Jimin, siento si te hice sentir incómodo... Yo solo... No lo sé.

Jimin sonrió, un brillo de alegría y picardía en sus ojos. —También quería hacerlo. No podemos ignorar lo que hay entre nosotros... Es especial e inexplicable.

En ese momento, bajo la lluvia que continuaba cayendo, Jimin y YoonGi encontraron una verdad que no podían negar: su amor era real.

Las lágrimas en los ojos de YoonGi brillaban en la tenue luz del lugar mientras se encontraba frente al padre, sintiendo como si estuviera exponiendo su alma desnuda. La conversación había llegado a un punto donde no podía contener sus emociones y su arrepentimiento.

—Éramos especiales. —Recordó YoonGi con la voz entrecortada, sus palabras resonando en la atmósfera cargada. —Jimin y yo... había algo entre nosotros, algo que era profundo y real. Pero yo lo arruiné.