Capitulo 1.
Chromp, chromp, chromp....
El ruido del hueso rompiéndose y la carne siendo masticada llenaba el ambiente, un pequeño niño de cabello negro como la noche salió corriendo.
—¡Ayuda, ayuda, ayuda —le suplicó otro pequeño de seis años mientras que su brazo era arrancado por un lobo que lo había atrapado—! ¡Ahhhhhh!
El pequeño de cabello negro comenzó a correr más rápido. A su lado pasaron varios lobos que lo ignoraron para unirse a su compañero y comenzar a devorar a la presa que ya tenían capturada.
"Sobrevive. Sobrevive. Solo eso importa."
Se justificó con lágrimas el pensamiento de que debía sobrevivir sin importar que o a quien debía sacrificar.
Los gritos del pequeño finalmente cedieron. Escuchó a uno de los lobos arrancar la garganta de aquel pequeño pero en ningún momento se volteó hacia atrás cuando...
"¡P-, Plantas carnívoras!"
Dos inmensas Venus Atrapamoscas estaban comiendo a dos niños que fueron tan tontos como para acercarse a su territorio mientras una tercera estaba esperando a aquel niño que se detuvo a centímetros del rango de la planta.
El niño comenzó a correr en otra dirección.
"Solo sigue y no detengas. Sobrevive."
Siguió pensando antes de que....
—¡Grrraaaa!
Desde el fondo de la tierra un inmenso cienpiés marrón salió. Media fácilmente cinco metros de alto y tenía unas poderosas mandíbulas con las cuales arrancar la cabeza de un hombre adulto sin problemas.
"¡N-, No!"
El pequeño fue rodeado por el cienpiés quien no le dejaría escapar.
—¡Grraaaaa! —chilló el monstruo quien se abalanzó para arrancarle la cabeza.
"Y-, Yo... ¿¡V-, Voy a morir?!" Pensó el pequeño, todo el mundo se estaba moviendo en cámara súper lenta dándole tiempo para imaginar todos los futuros posibles y en todos ellos era devorado mientras aún estaba vivo. El más brillante de todos era ese futuro donde usaba el cuchillo que le dieron para degollarse y al menos tener una muerte rápida.
Levantó el cuchillo y sintió el frío metal contra la suave piel de su cuello. Entonces la sangre comenzó a gotear. Sin embargo...
"Sobrevive."
Esa única palabra se repitió en su cabeza como un mantra.
"Sobrevive. Sobrevive. Sobrevive. Si, ¡Yo VOY A SOBREVIVIR!"
Ganando otra vez la fuerza para vivir despegó el cuchillo de su cuello y todo el mundo volvió a su normalidad.
El ciempiés lo atrapó con sus mandíbulas pero dando un salto logro esquivar el agarre y caer sobre sobre la bestia.
—¡Grraaaaa! —Volvio a chillar al sentir como el pequeño clavó su cuchillo en una grieta en su exoesqueleto.
El niño comenzó a retorcer el cuchillo dentro del monstruo provocándole mucho dolor.
La criatura intentó volver a enterrarse pero el dolor no le dejo hacerlo. Por ello comenzó a andar en diferentes direcciones intentando quitarse ese parásito de encima.
El pequeño dejo de retorcer el cuchillo cuando vio a la criatura dirigirse hacia el atardecer, hacia la salida.
"¡Por ahí! Si voy por ahí lograré llegar!" Celebró.
Al dejar de sentir dolor el cienpiés intento volver a enterrarse pero en un rápido movimiento el pequeño volvió a mover el cuchillo haciendo que la criatura tuviera que dirigirse a la salida del bosque.
"¡Lo voy a lograr, lo voy a lograr!"
Mientras subía por una gran colina pudo ver cómo dos hermanas estaban también por llegar a la meta.
Como el pequeño no sabía si había un límite entre los que iban a sobrevivir tenía que adelantarlas.
Comenzó a apretar su cuchillo haciendo que el cienpiés comenzará a avanzar más rápido acercándose más a las hermanas. Hasta tenerlas a un rango dónde podía ordenar a la bestia que las devore, sin embargo...
"Dejar morir a alguien y asesinarlo es diferente. Solo asesinaré si mi vida es amenazada."
Estaba por adelantar a las hermanas cuando...
—¡Graaaaaa! —La hermana mayor, Akame, lanzó su cuchillo apuñalando uno de los ojos de la bestia que comenzó a retorcerse de dolor.
—¡Cálmate! —ordenó el pequeño mientras intentaba controlar a la salvaje bestia.
Cuando parecía que estaba por recuperar el control la hermana menor, Kurome, tambien lanzó su cuchillo dejando completamente ciego al cienpiés y volviendo a descontrolarlo.
—Mierda, ya no puedo perder tiempo.
El niño terminó de clavar su cuchillo atravesando el cerebro del monstruo y dejando su cadáver atrás comenzó a correr descalzo hasta la meta.
Era tan rápido que logró acercarse a las dos hermanas, sin embargo no lo fue lo suficiente como para superar la ventaja que ambas le llevaban.
Ellas llegaron a la meta antes.
—Ah~, ah~ ah~ —respiró agitadamente mientras su cuerpo que había llegado a su límite caía al suelo como un muñeco de hilos cortados.
—Has quedado... Noveno. —Fue la declaración de Gonzuki, un gran hombre que empuñaba a la teigu Murasame.
—¿Yo... Lo logré? —preguntó incrédulo. Estaba bastante emocionado por qué logró llegar entre los primeros diez, eso era un mérito, ¿Verdad?
—A medias. Si hubieras atacado hubieras estado entre los primeros siete. Eres débil y estoy seguro que morirás. —le dijo la voz fría del hombre.
"¿Moriré? ¿Yo moriré?"
¡Morir!
Su rostro se tiñó con desesperación mientras que el sudor comenzaba a bajar por su pequeño rostro.
********
Campo de Ejecución Imperial.
En aquel lugar donde no existía el respeto por la vida un grupo de hombre y mujeres adultas encadenados fueron colocados en fila. Por sus aspectos era obvio que habían estado vivido bajo condiciones deplorables.
¿Derechos humanos? ¿Qué es eso?
—Ustedes miserables que afectan la paz de este glorioso imperio. Por sus crímenes hoy serán ejecutados —habló el supervisor del equipo del terror, aquel hombre calvo de sonrisa grotesca— ¡Haganlo!
A su señal un grupo de seis personas entraron a escena, cuatro mujeres y dos hombres cada uno empuñando un arma blanca.
—¡¿Una niñ...!? —Kurome decapitó al primero.
Fueron cayendo uno tras otro sin provocar ruido alguno.
—¡Aaaaaaaahhhhh! —excepto uno. Uno de ellos fue la excepción.
Remus había fallado en dar un golpe letal y el hombre comenzó a desangrarse mientras agonizaba de dolor.
—¡Idiota, no lo mataste!
Con algo de miedo Remus volvió a tomar la su espada y volvió a cortar a su enemigo. Está vez si logro matarlo ya que los gritos fueron callados.
—¡Uuufff! ¡Muy bien! —se felicitó la albina.
—¿Muy bien? ¿Muy bien? ¿¡Que parte de eso fue muy bien —gritó el supervisor bastante enojado—?! Cómo castigo deberán limpiar el lugar de ejecución. Tomen las escobas y limpien.
—¡Si!
—¡Muy bien!
—¡Entendido!
Después de decir eso los seis tomaron agua y escobas y comenzaron a tallar la sangre fresca y seca tirada en aquel lugar de ejecución.
—¡P-, Perdón a todos! E- Esto es mi culpa. —se disculpó Remus mientras pasaba una esponja sucia por la sangre fresca.
—Debes practicar mas Remus, si te falta presicion entonces deberías apuntar por los puntos vitales más grandes como el cuello. —aconsejó Natala mientras tallaba la sangre.
—Ella es muy torpe para una asesina, debe ser porque tiene dudas. —Wu Ming se acomodó los lentes con una sonrisa mientras limpiaba la pared detrás de los presos la cual se había manchado.
—Así es pero no deberá haber problemas después de todo Ryler no permitirá que nada le ocurra a su pequeña Remus. —se burló Gin mientras tallaba con otra escoba.
—Aun así, ella debe mejorar para que pueda sobrevivir. —respondió el asesino de cabello negro que comenzó a tallar con cepillo las manchas que no podían ser retiradas por la escoba.
Kurome asintió silenciosamente.
—¡L-, Lo haré!
Todos sonrieron ante las palabras de la albina.
Remus es muy pura e inocente para un mundo como éste. Todos lo saben y por ello Ryler ha jurado que sin lugar a dudas la protegería ya que ella... Ella fue la primera en darle un nombre.
Acabaron de limpiar y calcularon la hora por la posición del sol.
—Bien, ya debería ser hora, ¿Verdad?
—Si, a mi me toca primero. —Kurome dejó su escoba y se dirigió hacia un lugar en específico.
Ese lugar era un laboratorio donde le comenzaron a sacar muestras de sangre con una fina aguja metálica y a inyectar distintas drogas de fortalecimiento corporal.
Kurome no mostró expresión alguna a pesar del dolor que azotaba su cuerpo. Ella estaba aguantando a como podia solo por el deseo de volver a ver a su querida hermana mayor ya que ambas habían sido separadas hace 8 años después de la prueba del bosque.
Cuando Kurome salió del laboratorio con varias vendas en sus brazos pudo ver como Natala y Ryler se estaban enfrentando.
El chico de cabello azabache era el más fuerte del equipo sin duda pero el chico rubio también era muy habilidoso, aprovecho las ventajas de su lanza para mantener la distancia entre él y su oponente.
—¿Ustedes dos qué están haciendo?
—Oh, Kurome, ¿Ya terminaste tu visita al médico? —preguntó Wu Ming.
—Si, Gin, me pidieron que te avisara que es tu turno.
—Okey~ —respondió ella y se fue al laboratorio donde antes estaba Kurome.
Las chicas la siguieron con la mirada hasta que la vieron desaparecer al doblar en cierta esquina.
—Ahora sí, ¿Que hacen?
—Estamos entrenando —respondió Natala mientras se detenía y soltaba un largo suspiro—, después de todo somos los hombres del equipo, ¡De ser necesario nos sacrificaremos por ustedes!
—Dilo por ti. Yo no tengo pensado morir sin importar que.
—Oh verdad, que luego dejas a Remus sola~
—¡W-, Wu Ming! —la pequeña mostró un enorme sonrojo mientras que Ryler no respondió ni una sola cosa, solo guardó su espada y se cruzó de brazos.
—Por cierto, parece que hoy tendremos nuestra primera misión. —habló Natala.
—Es verdad, ¡Estoy muy emocionada por finalmente tener un trabajo y dejar de matar prisioneros! —exclamó Wu Ming con una gran sonrisa alegre, estaba llena de espectativa por su primera misión.
—E-, El porcentaje de muertes de la primera misión es muy alto, ¡Pero confío en que todos aquí sobreviviremos! —gritó con euforia Remus.
—Lo haremos. —Ryler asintió.
Ninguno de ellos sabía que ese día perderían a una preciada amiga y compañera.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro