4 De Noviembre de 1981

¿Hasta que punto es capaz de llegar la ignorancia humana por conveniencia?

Había pasado poco más de un año desde el día en que realizó aquel peculiar interrogatorio, y, entre caso y caso, se había olvidado por completo de la extraña muchacha.

Hasta esa mañana.

Se le fue entregada una carta, la que había sido escrita por una condenada a muerte en su último día, el cual había sido una semana atrás.

Las manos le temblaron al momento de abrir el sobre y sus piernas flaquearon, tanto, que tuvo que sentarse para leer el contenido.

¡Hola, Oficial!

Quizá me recuerde, quizá no... No importa.

Le confesé los motivos que Me llevaron a manchar mis manos con la sangre de mi ex marido, acción de la cual jamás me sentiré arrepentida.

Permítame explicar el contenido de la primera carta:

La apariencia lo es todo en esta vida, razon por la cual aborrecía la manera de vestir de aquel hombre. ¿Quien sospecharía de un impecable empresario?

Sus salidas a la media noche y buen humor los martes a la tarde, no eran por menos que verse con sus amantes... ¡Ay, pobre de ellas, oficial. Pobre de ellas!

¿Puede imaginar el sentimiento de no saber si el cuchillo con el cual fue cortado tu desayuno no a arrebatado alguna vida? No, no creo que pueda, ni espero que lo haga nunca. Eso fue parte de lo que viví con él.

Por «amiguitas» no me refiero a menos que a decir que ellas no pasaban los dieciséis años...

Usted mismo puede investigar, y encontrará varios registros de niños que llegaron ha la sala de emergencias con heridas en la boca tras haber comido manzanas acarameladas al rededor de Halloween, gracias a alfileres ocultos en la fruta: obra de mi ex marido y colegas suyos.

Los "eventos benéficos" que organizaba, y, a los cuales me forzaba a asistir, no eran más que una fachada.

Por cada vida que él salvaba, arrebataba 3

(Y SUS CENAS) solo otra cubierta. Se reunía con gente igual de enferma que su propia persona...

Mi hogar se encuentra lleno de libros de psicología, con los que podía aprender a manipular a sus víctimas.

(He de confezar que, yo fui una de aquellas pobres niñas)

El jugaba a las casitas con mi pequeña, Oficial. Nunca quise suponer lo que le haría cuando yo no andaba cerca.

Lo vi... Lo vi toqueteando a mi hija...

Ya no soporté más.

Lo hice por mí, por mi pequeña, por todas las niñas y jóvenes de las cuales abusó y a quienes asesinó.

No me arrepiento de admitir que mis manos no temblaron al hacerlo, porque sé que el mundo estará mejor sin él.

Su familia tiene el poder para conseguir que me sea otorgada la pena de muerte, sin importar lo que diga o las evidencias que pueda presentar... Y así lo han hecho.

Esta es mi última carta antes de mi ejecución, pero, he de confesar que no temo por mi destino.

Ah, y por cierto:
Esta mujer, a la cual todos tratan por loca, fue quien puso fin a la vida del «Asesino Astro»

Mi moral es un poco cuestionable, Oficial. Preferí callar hasta el final de mis días, y eso no es secreto para nadie, porque no importaba nada de lo que dijera, los corruptos de sus superiores me reignorarían a cambio de varios miles de dólares que les darían con tal de que la perfecta reputación de la familia de mi ex marido quedara intacta.

No supe nada de la vida, señor, Pero puedo estar segura de que esta carta no cambiará nada.

Un par de preguntas, oficial:

¿Por qué no me registraron como era debido antes de interrogarme? ¿Por qué mi juicio no se hizo público, como mucha gente pedía a gritos? ¿Por qué no fui juzgada como cualquier otra persona en mi lugar? ¿Por qué mi condena ocurrió tan pronto y no esperaron ni un año antes de ejecutarme? ¿Por qué no se sabrá nada de lo que le estoy diciendo?

-¿Cuánto quieres por la carta? -preguntó su jefe, al terminar de leer la misiva.

-que quiere decir, señor?

-Lo que estás pensando.

-¿No diremos nada?

-¿Y como harás para explicar todas las irregularidades del caso, Imbécil? ¿Como carajo vamos a explicar que esa mujer fue ejecutada a cambio de la mitad de la fortuna de sus suegros? ¿Como demonios quieres que salgamos a admitir en la prensa que tuvimos en nuestras manos a la única persona que pudo decirnos algo del Asesino Astro y que la matamos por dinero? ¿Cómo piensas decir que los padres del hijo de perra nos confesaron lo poco que sabían para sobornarnos, que seguimos pistas y llegamos a la verdad hace meses, Pero callamos por todos esos motivos? ¿Con que cara admitiremos que la única testigo que pudo habernos dado nombres de más asesinos, está muerta por nuestra maldita incompetencia?

-¿Está diciendo que las madres de todas esas niñas jamás sabrán la verdad de lo que les ocurrió a sus hijas?

-Es lo mejor.

-¡No estoy dispuesto a aceptar esto!

-Es bueno saberlo.

Antes de que pudiera hacer algo, el comandante le pegó un tiro en la frente, a la vez que el juez del caso, quien hasta entonces había permanecido oculto, le rebanó la garganta.

-Hay que quemar todo.

-Cualquier prueba de la verdad está aquí, ¿Verdad?

-Sí.

Ambos hombres abandonaron la oficina, justo unos segundos antes que El comandante prendiera un cigarro y lo lanzara hacia la garrafa de gasolina oculta tras la puerta.

Coincidentemente, aquella noche solo se encontraban ellos 3 y los aspersores habían dejado de funcionar horas atrás por una falla.

Cuando hubieron controlado el fuego, ya era demasiado tarde para que cualquier prueba o vida pudiera ser salvada.

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Gracias por leer.

Quiero dedicar este capitulo a LunaG_Cortes. Gracias por todo el apoyo que me haz dado, Corazón. Te quiero mucho.

Besitos.

Anny.