—Me gustaría conocerte mejor.

Draco se sorprendió, pero de igual forma sonrió. —¿Sabes? aun no sé tu nombre. — el rubio le respondió.

Brooklyn se sonrojó. —Mi nombre es Brooklyn. — se encogió de hombros.

—El mío es Draco —. dijo él, para añadir —. Tu nombre es muy bonito. — entonces le regaló una sonrisa cálida.

Brooklyn pudo jurar que se enamoró de su sonrisa. Esa sonrisa era... tan sincera.

—Esta bien. Uhm... ¿Cuál es tu color favorito? — preguntó Brooklyn.

—¿Es enserio? ¿Es un juego de preguntas? — dijo con un tono burlesco y divertido.

—Si, no tiene nada de malo.

—De acuerdo — respondió Draco, rodando sus ojos grises —. Mi color favorito es el azul —. encogió sus hombros —. ¿Y el tuyo?

—Morado. — respondió con tranquilidad. —Uhm... ¿animal favorito? — preguntó haciendo una mueca.

—Perros. — dijo Draco con una risita.

—Los gatos son más lindos.

—Voy a obviar eso ultimo. — sonrió divertido el platinado. —¿Comida favorita?

—Pizza, obviamente.

Y así es como la pasaron por varios minutos más. Haciendo preguntas, tratando de conocerse mejor. Y así fue.

Con cada cosa que decía Brooklyn, Draco sentía que la quería más... y más.