capítulo 4 ♡ tormenta de verano

El verano continuaba avanzando, Seungmin y Han decidieron aprovechar al máximo su tiempo juntos. Sabían que en poco tiempo, el mayor tendría que irse a estudiar al extranjero, pero ambos intentaban no pensar en ello y disfrutar de cada momento.

Pasaron sus días explorando nuevos rincones de la ciudad, componiendo música y compartiendo risas. Seungmin enseñó a Han los fundamentos del béisbol, y aunque al principio fue un poco torpe, pronto empezó a mejorar, animado por la paciencia y el entusiasmo de su amigo.

Una tarde, mientras jugaban en el parque, Seungmin lanzó una pelota y Han, concentrado, la golpeó con el bate, enviándola a volar por el aire. Ambos se echaron a reír, satisfechos con los progresos de Han.

— Lo hiciste genial, posiblemente seas más bueno que yo en el béisbol —dijo Seungmin con una sonrisa orgullosa, dándole una palmada en la espalda al mayor.

Han sonrió, limpiándose el sudor de la frente. —Gracias, Seung. No sabía que el béisbol podía ser tan divertido.

Sus días también estaban llenos de música. Tocaban juntos en el parque, improvisando melodías y escribiendo letras que capturaban sus experiencias y sueños. La nueva guitarra acústica se convirtió en un símbolo de su amistad y creatividad compartida.

Una noche, se encontraron en la azotea del edificio de Han, donde las luces de la ciudad brillaban a su alrededor. Sentados bajo el cielo estrellado, Seungmin comenzó a tocar una suave melodía en la guitarra mientras Han lo acompañaba con su voz.

Seungmin mentiría que no le gustaba la voz de Han. A veces la voz de Han era lo que necesitaba para que su día estuviera completo, aquella cara parecida a una ardilla era más que suficiente para no rendirse.

(....)

El día de la partida de Han llegó más rápido de lo que ambos esperaban. Seungmin, distraído por las actividades del verano, casi había olvidado la fecha. Cuando finalmente se dio cuenta, su corazón se llenó de urgencia y tristeza.

Corrió al aeropuerto, su mente llena de recuerdos y emociones. Sus rodillas y piernas le pedían que parará, pero Seungmin no le hacía caso a nada. Solo estaba concentrado para llegar al aeropuerto, nunca imaginó perder a alguien tan rápido.

 Al llegar, buscó frenéticamente entre la multitud hasta que finalmente vio a Han, esperando en la fila para el control de seguridad.

—¡Han! —gritó Seungmin, corriendo hacia él.

Han se giró, sorprendido, y al ver a Seungmin, su expresión se suavizó en una mezcla de tristeza y alivio.

—Seungmin... —dijo Han, dejando caer su maleta para abrazarlo.

El abrazo fue largo y lleno de emociones no dichas. Finalmente, Seungmin se separó un poco y miró a Han a los ojos.

Las miradas que compartían demostraban todo el amor mutuo que ahora sentían hacía el otro. Aquel momento mágico fue interrumpido por el anuncio de la puerta de embarque. Han recogió su maleta y miró a Seungmin una última vez, con tristeza en sus ojos; sabiendo que no sería el último momento juntos, pero que ahora, se sentía como si lo fuera.

Seungmin se quedó allí, viendo cómo Han desaparecía en la multitud. Sentía una mezcla de tristeza y vacío, recordando que algo importante se alejaba con él.