Capítulo 16: No te arrepientas de ser humano
Han.
La mano de Min Jeong es más grande que mi mejilla, por eso, uno de sus dedos impacta en la parte baja de mi ojo izquierdo. Me llora y escuece, como si tuviera una pestaña dentro y estuviera de canto. Pinchándome. Parpadeo varias veces. Me acaricio la parte de la cara que está palpitando de dolor. Me arde
Miro con el ojo bueno a Ahn, que está tirada en el suelo sobre I.N.
—¿Estás bien? —le pregunto ignorando al chico que no para de soltar maldiciones.
Ella me mira con ojos entornados. Se estará preguntado por qué la he ayudado.
—Sí —responde incorporándose—. No tenías por qué ayudarme. Sé arreglármelas sola.
Asiento observando como esta se cerciora de que el chico que estaba bajo ella está bien también.
—Lo sé. —Y es la verdad. Pese a no conocerla demuestra saber apañárselas sola. No tener miedo a ir por aquello que cree justo y merecer—. Sin embargo, digamos que no me van los privilegios. —Encojo con los hombros como si nada.
Hyunjin y Felix se acercan a mí, me levantan el mentón y, el más alto de los dos, chasquea la lengua.
—Te va a salir morado.
Puedo imaginármelo sin mirarme al espejo por cómo me palpita. Es como si tuviera vida propia mi mejilla, un corazón independiente que quisiera salirse de mi cara. Sonrío para quitarle hierro al asunto. Yo me lo he buscado. Yo he decidido meterme entre medias y recibir el guantazo por ella. He estado escuchando los comentarios de mierda durante la primera ronda de principio a fin y ya no podía soportar más el mal rollo.
Los corredores descalificados hacen corro a nuestro alrededor y los demás, pese a continuar sumando kilómetros, no nos quitan ojo de encima.
El compañero de Min Jeong, el que ocupaba la cinta contigua, habla con él e intenta tranquilizarlo. De no haberlo hecho estoy seguro de que Min Jeong estaría sobre mí, golpeándome sin piedad, o sobre Ahn. Pero no entra en razón. Lo único que sale por su boca es que Ahn le ha humillado delante de todos y que tiene que enseñarle cuál es su lugar. Tiene el vocabulario bastante delimitado este chico. Qué aburrido.
Señala un par de veces a la chica con el dedo, la mandíbula apretada y los ojos inyectados en sangre.
—Min Jeong, te estás dejando en ridículo —dice su compañero tirándole del brazo.
Al final acaba llevándoselo a una esquina de la sala, a regaña dientes. Una vez alejados del meollo, me doy cuenta de que no se ha alejado para no echar más leña al fuego, si no que no nos quitan la vista de encima a mí, a mi grupo y a Ahn mientras hablan entre ellos.
—Lo siento, os he metido en un follón —digo señalando hacia la esquina donde esos dos no paran de hablar entre ellos.
—No te preocupes, forma parte del plan. Ellos nos ayudarán a ser memorables. —Hyunjin me guiña un ojo.
—Intentaremos estar a la altura de su odio —interviene Felix, sonriente. Después se aleja y se acerca a I.N con el semblante un poco más oscurecido, más serio—. ¿Te duele mucho?
El chico ya no está tirado en el suelo, ahora está erguido entre Ahn y una de las cintas. Agarrado a ambas para mantenerse en pie. Tiene la respiración irregular, entrecortada, pero sonríe con satisfacción.
—Nada que no pueda solucionar un poco de reposo y una cabezadita —dice apartándose de Ahn, tambaleándose y recobrando el equilibrio al colocar la mano libre sobre la cinta, junto a su otra mano.
Ahn y Seungmin se miran, en silencio, largo y tendido.
—Tu ojo tiene mala pinta.
Pestañeo rápido un par de veces, levanto las cejas y desvío mi atención a I.N.
—Lo tengo un poco reseco del impacto, es solo eso —miento.
La verdad es que me duele más que la mejilla pero no voy a decirlo en voz alta para no preocupar a nadie. Ninguno de los aquí presentes me puede ayudar en esto. Ninguno tiene pinta de médico ni puede recetarme algo para el escozor y la molestia que siento. Me muerdo la lengua. No puedo ser así, no puedo volver a viejas costumbres. No pasa nada por pedir ayuda, aunque sea a un grupo de desconocidos, ¿verdad?
—Aunque os agradecería mucho que me ayudarais a mantenerlo lo menos hinchado posible. —La voz me tiembla un poco.
—Claro que sí —responde Hyunjin—. En la habitación veremos qué podemos hacer. Mientras tanto, toma. —Agarro al vuelo su botella de agua, intacta y pesada—. Póntela en el ojo y en la mejilla. Está bastante fría para ralentizar la hinchazón.
—¿Y ahora qué? —Quiere saber Seungmin.
—Ahora a esperar a que termine la prueba. —Hyunjin hunde sus manos en los bolsillos del pantalón de chándal.
El tema se queda ahí. Incómodo. Nadie más vuelve a hablar. Los mediocres memorables estamos fuera de la tercera ronda porque es imposible remontar los kilómetros perdidos durante la pelea con Min Jeong. Pero no me arrepiento de nada. No me arrepiento de ser más humano que los que se han quedado mirando, escuchando y siento testigos y parte del acoso que estaba sufriendo la chica.
—Dos minutos y medio.
Los rubios miran hacia los altavoces y comienzan una conversación entre ellos que en seguida es de dominio de todo el grupo. Se nota que son ellos los que iniciaron el movimiento, pero también que no dejan a nadie excluido. Capto palabras al azar, sin participar. Estoy absorto en el movimiento de pies rápido y certero de Leeknow. También en cómo a veces me mira de reojo.
No me mira como ayer en el comedor. Hoy sus ojos son más penetrantes. Además, cuando nuestras miradas se topan aumenta el ritmo de sus zancadas y gira bruscamente el cuello hacia delante.
Bangchan también me lanza miradas rápidas de vez en cuando. Las suyas son ojeadas escasas como cuando miras qué canción es la siguiente que va a reproducirse en YouTube y ni te gusta ni te horroriza.
En uno de esos vistazos, Leeknow se gira con él. El de la cicatriz en el ojo gesticula algo con los labios y el castaño lo mira sin pestañear.
—Último minuto, concursantes.
Ambos chicos se miran de soslayo. Leeknow aprieta el paso antes que Bangchan. Diviso una sonrisa rápida en la comisura de los labios del chico de la cicatriz en el ojo. Al momento, corre como si lo persiguiera un monstruo con todas las enfermedades mortales del universo.
—¿Tú qué opinas, Han? —pregunta Felix sacándome de mi embelesamiento.
Miro a los del grupo con las cejas exageradamente arqueadas y ninguna respuesta que me deje bien en la mente.
—Opino que no os estaba escuchando. Me he distraído. —Encojo un hombro y suavizo la expresión.
—Estábamos hablado sobre cuál creemos que será la penalización que acarrearán los que no han pasado la primera ronda. —Seungmin parece preocupado y eso que a él no le afectará dicha penalización.
Abro los labios hasta formar una pequeña "o". Ya entiendo.
—Supongo que será algo relacionado con la comida o la prohibición de usar las duchas del baño común. ¿Te imaginas? —pregunto a nadie en concreto.
I.N frunce el ceño, él también está dentro de la conversación, como Ahn. Al parecer el grupo está en negociaciones para expandirse. A este paso nos haremos con un grupo bastante bueno en cuanto a número de participantes se refiere, porque en calidad vamos un poco escasos.
—Lo siento entonces por los que comparten habitación conmigo. Esta mañana no me he duchado —comenta Ahn, sarcástica.
—No te duches en lo que queda de pruebas a ver si así te dejan tranquila —dice I.N.
El chico se encuentra bastante mejor, por lo menos no está tan encorvado y ha recuperado el aliento y el compás de su respiración.
Termina la segunda ronda y los mediocres memorables levantamos el trasero de las cintas, nos sacudimos el pantalón y miramos fijamente la pantalla. Sabemos lo que vamos a encontrar en ella: nuestros nombres encabezado la fila de los veinticinco por la parte de atrás.
Bangchan va en cabeza, le saca más de veinte kilómetros de distancia al segundo, que es una chica menuda y de muslos gruesos. La chica celebra su segundo puesto abrazando a otra que es una copia idéntica de ella. Esta otra ha quedado en quinto lugar, por debajo de Changbin y Leeknow.
La pantalla se apaga, como los focos de los corredores que somos eliminados de la prueba. Todo se vuelve oscuro a mí alrededor, pero aun así veo perfectamente lo que está ocurriendo delante de mí. Los cinco corredores que pasan a la última ronda estiran los músculos de las piernas y brazos. Bangchan y Leeknow son los primeros en dar por finalizados los ejercicios y, en vez de subirse a sus cintas y prepararse mentalmente para lo que les viene, están caminando hacia mí.
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