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Cuarto.



Rápidamente todos los cadetes que estaban aún afuera, entraron al escuchar el estruendoso grito de aquel señor.


Era gracioso porque hace un segundo el lugar se encontraba vacío y de repente no había espacio para movernos.


Miro alrededor buscando nada en particular, o bueno, tal vez buscando al cadete rubio de la secretaría, pero no estaba allí.

Tendría problemas si aparecía en seguida, el señor parado en frente de las sala parecía querer sacarnos los sesos a todos.

Cuando todos se sentaron y hubo un silencio pesado, el señor empezó a hablar.


"Podría alguien decirme..." Dijo recorriendo el lugar con la mirada. "Quien demonios les ha dado el permiso para... ¡sentarse!" Fue aumentando su voz hasta que gritó. Todos, y absolutamente todos saltamos de nuestros asientos, parados en fila y respirando nerviosamente.

"Al menos son rápidos, tan rápidos como irrespetuosos." Fue caminando enfrente de nosotros, haciendo a sus botas resonar.

Pobre suelo.



"Veo que tenemos lindas damiselas por aquí..." Dijo y yo levante la mirada, que estaba embobada mirando sus botas. "Es raro, ya que casi todas las mujeres que conozco tienen miedo a las alturas..." Ladeo su cabeza y tronó los huesos del cuello. Rayos, este señor cada vez era más espeluznante. "Damiselas, un paso al frente."


Giré mi cabeza para mirar a la otra muchacha que se encontraba presente, ella sin rechistar estiro sus largas piernas, estando al frente en un segundo, yo sin embargo estaba perdida, mire alrededor y todos me miraban, me sonrojé hasta la coronilla, dí el paso, lento pero seguro.

Yo seguía observando a aquella chica, ella era de piel aceitunada y llevaba el cabello en un rodete*, era bastante alta, tanto como los muchachos, que habían estado observando todo con pequeñas sonrisas y con los ojos brillantes, tal vez tampoco les gustan las mujeres y por eso ríen.


La chica sin embargo, miraba al frente sin siquiera pestañear, debería hablarle y pedirle que me enseñe a ser tan segura y seria.


El señor estaba a punto de hablar pero la puerta lo interrumpe.


"Teniente, aquí están las carpetas que me pidió." Dijo el cadete de la secretaría, comprendi que no era un cadete, cuando este se paró al lado del señor gritón y empezó a observar el lugar. Cuando me miró, sus ojos brillaron de la misma forma que los demás cadetes, y de vuelta, me volví a sonrojar.


"Rodríguez y Tieszen" Dijo el señor gritón enarcando una ceja mientras que dejaba de observar su carpeta para mirarnos a nosotras. "Vuelvan a sus lugares."


Al instante, yo y Rodríguez volvimos a nuestros puestos.


"Soy el teniente Greyson Woods, teniente Woods para ustedes, todo lo que yo diga es ley, soy como el presidente de este lugar, ¿entienden?" Dijo como esperando una respuesta, todos nos miramos entre sí, creo que nadie nos había dicho que hacer en estos momentos. El cadete de la secretaría pareció percatarse de la situación.

"¡Señor, sí señor!" Gritó. Todos nos volvimos a mirar, ¿Debemos repetirlo o...? El cadete levantó ambas cejas, expectante. Tome una gran respiración y miré a Arthur, el asintió.


"¡Señor, sí señor!" Gritamos al.unísono Arthur y yo. El teniente Woods enarcó una ceja, y tuve un presentimiento de que solía hacerlo a menudo. Todos los demás cadetes nos miraban con ¿Lástima? Sí, era lástima. Mis hermanos solían mirarme así casi todo el tiempo.



El teniente seguía con su ceja enarcada y se aclaró la garganta.


"Los demás, que esperan para hacer lo mismo, ¿que acaso estos dos son los únicos con cerebro?"

Los cadetes estaban asombrados, con la boca abierta, o con los ceños fruncidos. Pero luego salió un gran 'Señor, si señor.' Por parte de todos ellos.



El teniente Woods asiente, aprobando la acción.

"Siguiendo con el protocolo, este es su Sub-oficial al mando, Justin Bieber, el estará a cargo si yo no estoy..." Nos miró a todos y sonriendo dijo "¿Entienden?"

"¡Señor, sí señor!" El grito colectivo retumbó en las paredes del predio principal.


El teniente Woods levantó su cabeza en forma de aprobación, así es como mi papá miraba a mis dos hermanos mayores, también a Leo, cuando casualmente hacía cosas bien, sin embargo, yo nunca había recibido esa mirada.


"Ahora, los dejaré con su Sub-oficial, el les dará más detalles de la rutina, espero que estén preparados." Levantando la palma a la frente, nos saludó, y luego salió por la puerta principal.


"Primero que nada, buenos días." Dijo el sub-oficial de la secretaría, tal vez debería dejar de llamarlo así, ya que ahora se su verdadera identidad. Su voz era fuerte, pero a la vez, melodiosa.

"Cuando estén frente al teniente llamenme Sub-oficial, pero el resto del día pueden llamarme Justin o Bieber, respondo a ambos." Dijo riendo.

"Ahora bien, todos los días a las doce en punto, serán los almuerzos, tendremos distintas actividades cada día pero vamos a enfocarnos en el hoy." Giró las hojas en su carpeta y continuó. "Hoy, será el primer entrenamiento físico, así que estén listos para sudar, después del almuerzo vendrán a la secretaría para darles su indumentaria para los ejercicios físicos y sean siempre puntuales, la puntualidad es algo muy importante aquí. Los almuerzos duran treinta minutos así que sepan administrar su tiempo, y oh, buena suerte. Pueden retirarse a la cafetería." Todos aplaudieron y Justin rió.


Ya en la cafetería, formamos fila. Arthur estaba tras mío con su bandeja, se acomodó las gafas y se aclaró la garganta.

"No eres esas chicas vegetarianas amantes de los animales, ¿o sí? "

"Bueno... Dado a que vivía con mi padre y cocinaba con las mismas manos que sostiene las armas, creo que mi estómago está hecho de acero." Reí y Arthur me acompañó. Una señora con cara de pocos amigos aventó una gran cucharada de algo a mi plato, mientras que la siguiente hacía lo mismo, pero algo color rojo. Creanme, era difícil averiguar que eran.

Sirvieron a Arthur y nos giramos para buscar una mesa, fuimos a lo que sería un extremo, no había gente allí y a ambos nos pareció correcto.

"Creo que es arroz con pollo, ¿tu que dices?" Me pregunto Arthur una vez ya sentados.

"Si... creo que es arroz, pero no estoy segura con lo del pollo, tal vez podría ser carne... equina." Digo moviendo mi comida con un tenedor.

Miro a Arthur y asiente, así que ambos tomamos un bocado de lo qué sea que sea esto.

"Wow, para no tener buena pinta tiene un sabor... pasable." Dijo masticando. Iba a responder pero soy interrumpida.

"¡Bombón!" Dice el ojigris arrastrando su bandeja al lado de la mía, es seguido por el moreno y otros dos cadetes.

"Soy Christian Reynolds, pero puedes llamarme el hombre de tus sueños." Dice estrechando mi mano. Yo rió.

"No lo creo, nunca te he visto en mis sueños, así que no podré llamarte así." Dije sonriendole calidamente, ellos se miraron entre sí, y luego estallaron a carcajadas. Ellos si que ríen por todo.

"Que graciosa eres bombón, él es Matthew, y ellos dos son Max y Magic Mike." Dijo señalando al moreno y a los otros dos muchachos. Arthur enarcó una ceja al escuchar el nombre del último chico. Yo frunci el ceño.

"¿Porque te dicen Magic Mike?" Dije tragando el último pedazo de lo que sea.


"Bailo... muy bien." Dijo Magic Mike subiendo y bajando sus cejas.

"Oh deberías enseñarme algún día" Dije emocionada. Arthur se atraganta y tose descontroladamente, se recupera rápido y me mira asustado. Los demás sólo ríen a carcajadas, mientras se miran de una forma extraña, son muy raros, pero parecen buenos, y se ríen mucho.


"Cuando quieras muñeca." Dice Magic mike tomando su vaso.


"Creo que es hora de irnos Zea." Dice Arthur con el ceño fruncido y levantándose de la mesa.

"Ok, sólo deja que diga adiós." Le dije sujetando mi bandeja.


"Adiós chicos, ojalá nos pongan en el mismo pelotón." Les sonreí, me cayeron bien.

"Ojalá que si mi amor." Dijo Christian. Y todos volvieron a reír.

Les dolerá la boca de tanto sonreir.

Salimos con Arthur y nos dirigimos a la secretaría, allí sólo estaba Rodríguez.

"Dijeron que tomemos uno de nuestro talle y vayamos al campo central" Dijo ella cuando apenas ingresamos al lugar.

Yo sonreí, al fin podría tener una amiga.


"Hola, soy Zea Tieszen y sabes que he querido..." Iba a continuar pero ella río. Luego se puso seria de golpe.

"No me hables, no me mires, no me molestes." Dijo cruzando hacia la salida. "Oh y, cuida tu espalda." Añadió y salió del lugar.

Arthur me agarró del brazo y me pasó una bolsa.

"Llegaremos tarde." Dijo y salimos.



Al llegar al campo central, se encontraban el teniente Woods y Justin.

"Hoy, cadetes, empezaremos con el entrenamiento físico. Harán tres millas en dieciocho minutos, cien abdominales en dos minutos, setenta lagartijas** o quince elevaciones, eso es de su elección. " Dijo el teniente sonriendo. "Y para las damiselas, lo mismo, pero las tres millas en veinte minutos. Espero y sepan superar esta prueba, podría definir el resto de su estadía aquí." Terminó y nos dejó con Justin.


"Las damas primero." Dijo.



Y sólo se que Rodríguez me lanzó una mirada enojada, cuando nos pusimos en la salida. Y luego un disparo se escuchó, debía demostrar mi fuerza.






*Rodete: También conocido como chongo o cebolla. Un recogido circular en la cima de la cabeza.

**Lagartijas: Las tradicionales flexiones, o cuerpo a tierra.


Pd: Como dije en el cap anterior, hago las aclaraciones por la variedad de formas del expresarse de cada país, así que ojalá entiendan Lol.


Hola de nuevooooo, como están? Yo genial, espero que les esté gustando tanto como a mí. Y bueno, no se olviden de votar y comentar.



Con cariño.




S.

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