Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capoeira en México




Le gusta. Un nuevo grupo, en un nuevo país, con una nueva cultura. Como si se tratara de una nueva vida, decide iniciar su proyecto. Un berimbau es inevitable. Sujetado por una mano, decide agregar un grillete con un eslabón cortado, en señal de su liberación y la de los esclavos. Una especie de brillo alrededor indica el axé liberado por esa mano. La capoeira lo liberó y eso provocó liberación del nuevo axé. Todo concuerda majestuosamente, para él.

Primera clase. Los quince iniciantes se convirtieron en treinta y cinco. La roda fue un éxito y muchos curiosos; cinco adolescentes, doce niños y tres adultos se sumaron a las clases que, decide el Professor, debe corregirse todo desde el principio. Una ginga correctamente hecha y no la robótica que habían desarrollado. El pateo básico, la aú y con ello tiene material para un mes por lo menos. Decide hacer una roda local, con música del reproductor. A la gente le gusta la experiencia, se siente libre al pasar. Pierde de a poco el miedo. Desarrolla su creatividad y habilidad motriz, para ejecutar sus movimientos y cuidar al otro capoeirista, para armar un jogo.

—Mestre, la mayoría de ellos vienen por la clase gratis; los demás se quedarán un par de meses. Nosotros quince somos los alumnos leales, los que nos mantendremos. -Mauricio aprendió un mejor portugués en poco tiempo. Decidió que, por la necesidad, era más importante aprender a comunicarse casi perfectamente; dedicaba horas al portugués, por lo que Professor Biriba ya lo comprende.

—Sí, lo entiendo.

—No veo mucho caso en mantener la clase como si nadie tuviera idea de la capoeira. Sé que nuestra ginga merece mejoría y la practicaremos fuera de las aulas; pero sería más prudente separar a los quince que ya tenemos tiempo entrenando, aunque erradamente, pero ya con noción de los movimientos. Es lo que opino, nos sentimos como los niños que ya saben multiplicar en clases de suma y resta.

—Pues muchas veces, ignorar esos detalles te rezagan como capoeirista. Me acaban de decir cómo patear correctamente hace un año. Lo digo sin pena, pero pequeños detalles hacen la diferencia entre un buen capoeiristas y uno sobresaliente. Deben ser pacientes, es mi manera de enseñar y no pueden cambiar eso. Si no están de acuerdo, no hay problema. Sí lo aceptan, deben confiar en mí.

Al salir, organizan una roda en el mismo lugar, ya con una autorización. Cumplen el protocolo y les enseña a dar gracias a los orixás. Todos son católicos, por lo que simplemente asienten; sin embargo, evitan hacer el ritual. Entiende que hay cosas innecesarias por el momento y se dedica a lo básico. Ya habrá tiempo para tocar el tema. Toma el berimbau y comienza a afinar, haciendo ligeros toques. Indica a los iniciantes pasar a jogar, pues todos son parte igual de la roda, incluído él. Aunque él era una parte un poco más importante en ese momento.

—Mestre, acabamos de entrenar y estamos algo cansados. No tenemos la misma energía que tendríamos si la hiciéramos descansados.

—No. Está bien, pueden jogar a su ritmo, pero deben acostumbrar a su cuerpo a relajarlo sin descansar.

Llegan a un restaurante y todos voltean para admirar a Claudio. La atención es suya totalmente y le gusta. Muchos ya le conocen en el centro de Toluca. Comen algo rápido y platican. Durante la charla, los mexicanos comentan mucho de la Ciudad de México, que está muy cerca de Toluca. Biriba decide ir a dar un paseo; Toluca es bonito, pero quiere conocer el Distrito Federal. Todos están de acuerdo; al ser fin de semana, la mayoría se encuentra libre de trabajo o escuela.

El recorrido es lo suficientemente largo para poder admirar el paisaje y lo necesariamente corto para no aburrirse. En menos de una hora ya entraban a la periferia de la capital, y San Lorenzo Acopilco le recuerda a las favelas en los distintos puntos de Brasil, pero de Cuajimalpa hacia adelante le parece un bello lugar. Finalmente, llegan al centro y su idea de belleza cambia totalmente. La gran catedral, el Palacio Nacional, la arquitectura colonial de los alrededores, le hipnotizan. Caminan hasta una famosa taquería y piden tacos de canasta que le parecen deliciosos. Muy diferente a la gastronomía brasileña.

—Oi, Cimarron, ¿Aquí tienen capoeira? Sí es una ciudad más grande, tienen que tener.

—Seguro que sí, Professor. Mas no conozco a nadie específicamente. He escuchado que en el Colegio Nacional de las Artes está el único grupo de capoeira y hacen roda los sábados, precisamente.

—Bueno, vamos. Con suerte lo encontraremos. Si no, ya será para la próxima.

Llegan al lugar y estacionan el carro cerca. Ellos sienten una emoción que les acelera el pulso. Más Mauricio. Es el más deseoso de ver una roda ajena a la suya y está a punto de estar ahí con su nuevo Professor, grande y fuerte, como ahuehuete. Al acercarse, ya se escucha el sonido de la bateria y los coros, que aumentan la adrenalina en ellos. La música se escucha más elaborada que la de los toluqueños. Suben unas escaleras para llegar a una explanada debajo de un domo arqueado al que, curiosa y acertadamente, apodan “Chocorrol”.

Una roda con unas sesenta personas, se ve mucho más decente que las de los visitantes. Conforme los van descubriendo, los murmuros discretos y no tan discretos van llenando el lugar, pero la mayoría guarda la compostura y no paran la roda. Mauricio no sabe cómo abordar la situación. Claudio espera, por respeto, en el fondo. Después de unos minutos, el tocador de la viola pide ser revelado para dejar el puesto y caminar hasta el Professor, que trae su calça y su corda debajo de un pants.

—Hola, ¿Cómo están?

—Hola. No sou mexicano. Sou brasileiro. Sou Professor de capoeira do Grupo Novo Axé. Elos son meus alunos e venimos para ver sua roda. - Está creando el “portuñol”, ese curioso idioma que se crea cuando un brasileño intenta hablar en español.

—Tá legal. Obrigado, Professor, e bem vindo a nossa roda. Você e seis alumnos quer jogar un poquito?

—Obrigado. Você é Mestre, Contramestre? Qué você é, qué grado tem na capoeira?

—Sou Professor. Professor Cigano.

Adolfo Flores es un maestro mexicano de danza que quedó cautivado por la capoeira e inició su aprendizaje del argentino Mariano Andrade que, a su vez, aprendió de un japonés, Yoji Senna. Una historia curiosa, que no haya sido un brasileño el responsable de introducir la capoeira en un país. Adolfo es el responsable de la explosión de la capoeira en México, gracias a su grupo. Supo manejar la responsabilidad con sabiduría para hacerlo el primero formal en la tierra azteca.

Professor Cigano para la roda y presenta a los invitados, que agradecen a todos por la invitación. Ya le invitan a tomar el berimbau e iniciar con un poco de angola. A Biriba le da gusto que sean un grupo, al parecer, tradicional. Al cantar su ladainha, sus chulas e iniciar el jogo con la primera cantiga, inician con una angola extraña, quizá sí con las bases, pero algo le incomoda a Biriba. Decide no hacer comentario alguno. Pasan dos jogos y ya es relevado por otro capoeirista. Se incorpora y estira un poco fuera de la roda, mientras casi todos tienen la mirada sobre él.

Se coloca ao pé do berimbau y agradece a su orixá por medio de su patuá. Los que jogaban terminan, y comienza el de Biriba con un alumno de Cigano, alto y flaco. Hace unos movimientos de esquiva algo raros cuando Claudio pasa la meia lua de compasso lenta. Entre sonrisas, se incorpora y ginga para continuar. Su compañero de jogo se nota nervioso y se queda estático en una meia lua de frente lenta que Biriba decide detener ante el espasmo. Más risas. Una chamada permite que el jogo se restaure. La chamada es un gesto teatral de la capoeira angola en la que un capoeirista cambia el rumbo del jogo, haciendo una coreografía que simula una lucha de fuerzas, una ayuda a un desvalido y situaciones similares.

Biriba se coloca de espaldas y observa que el flaco se acerca por el lado equivocado y marca una chapa. Desconcertado, intenta llegar por el mismo lugar, teniendo el mismo destino. Todos ríen ante la incertidumbre, pues no tienen un conocimiento concreto de las chamadas. Con la cara le señala el otro lado y el joven entiende. Caminan emparejados, cuando un pie de Biriba hace que él tropiece, cayendo irremediablemente, ante la sorpresa de todos. Continúan el jogo hasta que Biriba decide terminar y abraza al muchacho que responde l gesto. Todos aplauden.

Los de Novo axé deciden esperar. Mauricio se anima, ante el nerviosismo que le causa el evento. Su angola es mala y cae en diversas ocasiones ante secuencias clarísimas, recibiendo apenas una marcación de un pie en la cara, costillas y estómago en algunas ocasiones. Biriba entiende lo mucho que necesita trabajar. Los alumnos son una extensión de su capoeira; si ellos están mal, él también lo está. Es una buena experiencia para trabajar en los errores. Termina el jogo, y un capoeirista de Longe 

do mar, el grupo de Professor Cigano, y otro que se considera un capoeirista de rua, otro autodidacta pero de la ciudad, pasan a hacer un jogo más acrobático EN ANGOLA. El desconcierto de Biriba es evidente y a Professor Cigano no le queda más que sonreír nerviosamente.

Después de una media hora de angola, llega el turno del ritmo más rápido. Siendo otro Professor, Biriba decide esperar para entrar después de Adolfo. Cuál es su sorpresa, que inicia con São Bento Grande de angola, a velocidad más rápida. Sin darse cuenta, Biriba eleva y baja los hombros, decidiendo que tocará igual que los demás. Ya inicia un jogo en el que las acrobacias básicas con secuencias sin tanta fluidez hacen gala de presencia. Biriba se prepara para salir y compra jogo al que parece más avanzado de los mexicanos. Después de una volta ao mundo, le da la mano.

Un espacio considerable le permite hacer una redondilla para impulsarse a realizar un mortal extendido. El más alto que han visto dentro y fuera de la capoeira. Los pies de él llegan a la cabeza de su compañero. Parece flotar en el aire. De nuevo, un gran estruendo hizo estremecer la roda y opacar a la música. Sigue el jogo y Biriba decide no hacer mucho esfuerzo, unas armadas, una chivata, algunos macacos con bananeiras y simplezas a las que Claudio está tan acostumbrado, a ellos parece excitarles.

Termina la roda y el Professor con los monitores abordan a Biriba. Una plática rápida y conocieron que él es el mismo campeón del Paranauê. Admirados, intercambian teléfonos y avanzan a la salida. Ellos al frente, los demás detrás. Al terminar, es una costumbre ir a Coyoacán a una roda de angoleiros mexicanos, por lo que se alistan y la gran mayoría toma los camiones que salen afuera del metro General Anaya que los deja cerca del lugar. A Claudio lo llevan en un carro. Los demás mexiquenses se van con los alumnos de Longe do mar en el camión.

Eso le gusta. Una ciudad con más capoeira para ir a diferentes rodas, pero lo suficientemente virgen para no tener que rivalizar con otros brasileños; no porque le atemorice, sino porque ha dejado la competencia por el momento. Quiere disfrutar la capoeira, no competir por ella. Llegan al lugar y el alumno avanzado los baja para buscar lugar y estacionar el auto. Ellos ya escuchan a lo legos los berimbaus y el resto de batería. Una bandera amarilla y negra tapada por unos cuántos curiosos les avisa de la cruz en el mapa. Al acercarse, reciben bien a los demás. Mariano Andrade es quien comanda la rosa, el mismo maestro de Adolfo. Ya observa al monumento al lado de los demás y pasa la batuta vocal al de su lado y plática rápidamente con él. Es bienvenido y será respetado mientras respete a los demás. Acepta y es invitado a tocar el berimbau, que rápidamente asegura.

Misma historia, pero sabe que hay más técnica, movimientos más certeros, una angola más acertada. Los jogos le parecen más apropiados para el suyo, por lo que inicia el jogo con un alumno de Contramestre Manhoso, el apelido de Mariano. Entre meia lua de compassos, esquivas, tesouras de chão, saídas y demás movimientos, se gana la admiración de los demás. Manhoso pronto lo sorprende, comprando jogo al estilo de angola. Ya inician y comprueba que tiene mucha mandinga, por lo que se sorprenden ante un jogo respetuoso pero lleno de marcaciones. Ya extrañaba eso.

Al final del jogo, todos aplauden. Se abrazan y salen. Se forma una roda fuera de la roda. Mariano, Adolfo, monitores de ambos y Biriba charlan y llaman la atención de todos. La roda es de los alumnos, pues de la charla depende el futuro de la capoeira en México. Así, el primer objetivo es crear un curso abierto para todos los capoeiristas, iniciantes y avanzados, para dar a conocer su capoeira, con la única condición de que los Professores y Contramestres lo tomaran gratis. Ellos harían el trabajo propagandístico entre la comunidad capoeirista mexicana que, si bien era chica, estaba dispersa pero ellos mantenían el contacto; además, encontrarían el lugar y demás detalles. Él acepta, gustoso, sólo debían informarle con anticipación.

Pregunta por qué todos muestran algo de miedo cuando ven a un brasileño acercarse a su roda. Ya comienzan a contarle la historia de Mestre Neguinho, un capoeirista que acostumbra visitar de vez en cuando las pocas rodas mexicanas para humillar y golpear levemente a los capoeiristas, alumnos y docentes por igual. Le causa cierta tristeza y considera que acciones como ésa manchan el nombre de la capoeira. Considera que debería visitarlo un día o encontrarlo en una roda. Todo esperará, ya comienza a ceder la tarde ante la noche. Agradece a todos ya con la roda terminada y emprender el regreso con sus alumnos. Fue un día ajetreado y quiere descansar.



Na roda de capoeira
Todos tem o seu valor 
Eu respeito a um aluno
Quanto mais a um Professor.
Capoeira que tem sangue na veia 
Não pode escutar um berimbau 
Sua perna estremece 
Onde o capoeira crece
E leva seu astral.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro