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༻ Capítulo dedicado a @hair3n & @Vivis1128 ༺
[...]
Se había vuelto costumbre para Jimin llamar a su mejor amigo por teléfono, asombrándose durante cada una de ellas pues nunca había espacio para silencios.
Aquel día Taehyung le contó sobre sus pláticas nocturnas junto a Jungkook y las, tristemente cotidianas, ausencias de su madre. Quién justo llegó de improvisto, haciéndoles colgar estrepitosamente con palabras dulces y buenos deseos dichos con prisa.
Aún así, Jimin atesoraba cada una de las conversaciones que mantenía con su mejor amigo. Regresó el teléfono a su madre y volvió con pasos lentos a su habitación, pues todo el día estuvo nadando en la playa y se encontraba físicamente exhausto.
Se recostó en su cama y miró el techo, Taehyung era todo lo que estaba en su mente.
Recuerda el primer día que se conocieron y los múltiples proyectos que hicieron juntos hasta que inevitablemente terminaron relacionándose. Y está tan agradecido.
Pues aún con su personalidad cálida y buen corazón, Jimin es realmente tímido y por ende le es difícil hacer amigos, todo lo contrario al pequeño pelimiel que lo esperó pacientemente.
Cuando el resto de los niños lo invitaban a jugar fútbol él rechazaba amablemente la invitación para almorzar a su lado incluso si no hablaban mucho. O cuando niñas bonitas le pedían hacer equipo de trabajo y él no dudaba en responder "ya estoy en equipo con Jimin, lo siento" aún si todavía no se lo había preguntado.
El rubio recuerda todos y cada uno de los pequeños detalles que hicieron una gran diferencia. Es por ello, que no pudo evitar caer profundo por dichos ojos miel.
Su corazón late sereno a la par de sus mejillas sonrojadas, se siente embriagado de amor solo por recordarle.
Y es por todo eso también, que se siente especialmente tranquilo de escucharlo como siempre fue: animado y lleno de vida.
No se da cuenta del momento en el que sus ojos se cierran y su respiración se suaviza, pero lo sueña.
Sueña a su enamorado con sonrisas en los ojos y brillos en los labios, así, no al revés. Y agradece profundamente que lo que sea que lo atormentó meses atrás finalmente lo dejó en paz.
[...]
Era el día.
Finalmente el momento que tantas noches anheló estaba materializado frente a sus ojos.
Taehyung podrá tener muchas cualidades pero los deportes definitivamente no era una de ellas, incluso con eso, jura nunca antes haber corrido tan rápido en toda su vida como en aquel momento que bajó las escaleras por un llamado de su madre y encontró a su padre con maletas en mano.
Fueron aquellos segundos entre sus brazos donde el pelimiel sintió el alma regresarle al cuerpo.
El hombre soltó las maletas sin pensarlo y atrapó su hijo, quien entre lágrimas y sonrisas decía cuánto lo había extrañado, su propio corazón latió agónico, arropando con la calidez de padre a su pequeño que cada vez lo abrazaba con más intensidad, como si temiese soltarlo.
El tiempo dejó de tener importancia para el pequeño, quién al sentir el calor del amor paternal unir todas las piezas de su quebrado corazón acaparó sin un ápice de vergüenza la completa atención de su padre.
Por tradición, lo llevó a su habitación donde le contó novedades en la escuela, su preciosa relación con Jimin y mostró sus dibujos.
Taehyung sonreía en grande con cada elogio que su padre pronunciaba; el hombre admiraba la belleza de las pinturas mientras su descendiente lo observaba perdido en el azul de sus ojos relucientes de orgullo.
—Mi TaeTae ha mejorado tanto —el pecho se le infló de orgullo al mencionado.
Estaba por agradecer cuando una hoja resbaló entre el resto de bocetos. Taehyung no tuvo que mirar ni dos segundos para reconocer la piel pálida y los labios rojizos de la musa. El chico del mar acababa de caer hacia las ásperas manos de su progenitor, disparando su pulso por los cielos.
Estaba aterrado.
El hombre inspeccionó el dibujo con cautela, sus orbes brillaron con duda, pues era fiel conocedor de que su pequeño no era aficionado de retratar personas.
—¿Y él es...? —inició, la respiración de Taehyung flaqueó.
—Jungkook —su nombre abandonó sus labios como un suspiro, cosa que para el contrario no pasó desapercibido—. Es un amigo.
Pero aquella categoría no terminaba de encajar ante ojos de su padre, primeramente por ser la primera vez que escuchaba de su existencia, siendo que su hijo amaba contarle sobre sus amigos.
Regresa la hoja a la libreta y pasa las siguientes, encontrándose en mayor cantidad a aquel nuevo individuo. Infinitos eran los ángulos y estilos en los que el chico era plasmado.
Taehyung se congeló.
—¿De verdad? —su rostro pasó por todos los tonos de rojo, al hombre le pareció mortalmente tierno.
Dejó la libreta sobre la cama y acarició sus ondas miel, pudiendo ver el miedo en los ojos del pequeño.
—Parece un buen chico, debe cuidarte con su vida, ¿Me oyes, TaeTae? —vio la oscuridad de la noche entrar por la ventana y se puso de pie en dirección a la puerta no sin antes besar cariñosamente la frente de su hijo—. Y si no lo hace, dile que tu padre es ex militar y tiene un rifle.
—Pero no tienes un rifle —respondió avergonzado.
—Que sea una escopeta entonces —re planteó.
—No le diré eso papá —tapó su rostro con una leve risa escapando de su boca ante las falsas amenazas de su padre.
—¿Me lo presentarás, entonces? —atacó.
—Le diré que tienes un tanque de guerra —aceptó sin elección.
—Trato —ambos hombres sonrieron tontamente ante las absurdas bromas—. Buenas noches mi amor, dulces sueños.
—Buenas noches papi —correspondió tal cual niño pequeño y gustoso, vio al hombre que ama más que a mamá, marcharse.
Ordenó su cama y apagó las luces. Su madre no salió durante la madrugada y pudo sentirse verdaderamente en casa con aquella huella del beso de buenas noches en su frente arrullando su corazón y endulzando sus sueños.
Aunado a la enorme paz de saber que el hombre se quedaría en casa dos semanas enteras que disfrutaría al máximo y una seguridad adicional por su reacción ante los dibujos de Jungkook. Su padre no lo veía como un enfermo.
Y es que el pequeño recuerda todas aquellas veces en clase que sus dedos picaron en ruego por dibujarle. No sabe con exactitud cuándo fue que nació aquella necesidad, pero desde aquel momento Taehyung no podía dejar de dibujar a Jungkook en todos lados.
Jungkook sonriéndole, Jungkook sentado en las rocas, mirando la luna en la orilla del mar, Jungkook dormido, Jungkook, Jungkook, Jungkook.
Libretas enteras iban dedicadas a su hermoso chico del mar.
Taehyung piensa que es realmente hermoso, incluso se atreve a decir atractivo, pero hay algo más que le hace temer. Como si admirarlo fuera un secreto que nadie debía conocer.
¿Por qué? No tiene idea. Pero hay algo más allá detrás de su sonrisa y ojos de galaxia que lo hacen estremecer de una manera que jamás ha sentido.
Y la tranquilidad que lo invadió tras la positiva reacción de su padre ante su "secreto" lo hace cuestionarse en silencio a qué le tiene tanto miedo.
Pero lo deja pasar.
Ha tenido tantas noches de lágrimas y temores que se permite alejar todo de su mente para pensar únicamente en ojos azules y besitos en la frente hasta que irremediablemente, cae dormido.
[...]
Genteee, mi papá me compró la Army bomb Special Edition 😭💜 de regalo de cumpleaños, sOy feliZ.
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