Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

- 11 -

Esto de ser influencer escolarmente activa no es fácil.

¡Maratón 3/4!

[...]

Taehyung había decidido hablar con Seokjin, razón por la cual se encontraba en ese momento frente a el mayor, luego de haberle contado todo y ser escuchado con atención.

—¿Quisieras que hablara con tu madre respecto a esta situación? —había extendido la mano, dando leves caricias reconfortantes sobre el brazo del menor.

—Y-Yo... no sé si eso ayude del todo —respondió con honestidad, sus latidos incrementaron violentamente al sentir la mano de su profesor recorrer su brazo con la yema de los dedos, el trato repentinamente cariñoso lo estaba poniendo nervioso.

—Servirá... —dijo atrayéndolo a su regazo en un rápido movimiento que no le permitió siquiera parpadear, sus labios rozando ligeramente el lóbulo de su oreja—, te lo aseguro.

Taehyung no sabía que hacer, podía jurar que sus latidos resonaban en la paredes del aula vacía y sentía su rostro arder en bochorno ante aquel nuevo contacto. El cálido aliento de su profesor sobre la curvatura de su cuello lo mantenía con la mente en blanco junto a la corrientes que lo recorrían de pies a cabeza tras sentir sus carnosos labios lamer la sensible piel, para posteriormente morder y calmar el leve ardor con la avidez de su lengua.

—P-Profesor... —jadeó al sentir espasmos recorrerle cuál llamarada, tantas nuevas sensaciones lo estaban abrumando.

—¿Sí, lindo? —ambos pares de ojos chocaron y Taehyung se perdió entre la profundidad que comenzaba a invadir la mirada de su mayor, siguiendo de cerca una chispa de algo que no logró identificar pero que lo hizo sentir un cosquilleo un poco más abajo de su abdomen.

Los ojos del menor recorrieron con precisión todos y cada uno de los detalles del rostro de su profesor, deteniéndose en sus labios, los cuales estaban más rojos que de costumbre y ligeramente hinchados. Y con aquella vista, sintió un nuevo tirón, esta vez dentro de sus pantalones. Quería besarlo.

Obedeciendo a su instinto, se acercó y estampó sus labios con los contrarios. Aquel pequeño roce que había dejado maravillado a Taehyung no tardó en quedar en el olvido luego de que Seokjin, siendo un hombre experimentado, profundizara el beso introduciendo su lengua en la pequeña boca del pelimiel, declarando una guerra de control que claramente ganaría.

Taehyung jadeó al sentir un bulto rozar sus glúteos. Por inercia inició un lento vaivén de caderas, haciendo a Seokjin gruñir satisfactoriamente en una señal de aprobación e incitándolo a continuar. Sucios chasquidos llenaban el salón y Taehyung jadeaba cada que su profesor mordía su labio inferior o chupaba casi con obscenidad su lengua.

Con un poco más de seguridad, movió sus caderas de adelante hacia atrás, frotando su entrepierna con la de Seokjin mientras sentía su temperatura corporal ascender con velocidad. No lograba comprender como aquello podía sentirse tan malditamente bien.

Taehyung, luego de que su cuerpo empezara a rogar por más fricción, se movió en círculos, hacia los costados e incluso había dado pequeños brincos sobre la enorme erección del mayor; sus labios picaban, su pantalón le apretaba al punto de sentirse asfixiado y el cuerpo le ardía en deseo. Quería más.

Pero aquel íntimo momento fue interrumpido por una voz del otro lado de la puerta.

Voces.

Risas.

Murmullos.

El sonido de un claxon.

Una puerta cerrada sin cuidado.

Y Seokjin había desaparecido.

Taehyung abrió los ojos, siendo la penumbra de su habitación lo único que éstos percibían. Había sido un sueño, un sucio sueño con su profesor.

Pero aquellos ruidos no habían sido un sueño, así como tampoco la dureza de su entrepierna.

Con evidente molestia por la interrupción, se levantó de la cama y caminó hacia la ventana, encontrándose con su madre bastante arreglada, con una brillante sonrisa y un vestido que marcaba sus curvas a la perfección; en un auto, con un hombre que no era su padre.

Sus ojos se humedecieron y todo rastro de calor que lo invadía con anterioridad abandonó su cuerpo, siendo arrastrado por el viento junto al auto que comenzaba a desaparecer de su vista. Taehyung podía ser pequeño, pero no era idiota.

Podía ser distraído, pero siempre notaba ligeras marcas rojizas en las clavículas de su madre cuando ésta en un descuido movía de más su blusa. Podía gozar en demasía de dormir, pero siempre escuchaba a su madre salir de casa a altas horas de la madrugada. Como ahora, que el reloj en su pared marcaba las dos de la mañana.

Podía no ser demasiado observador, pero sí notaba cómo poco a poco, la ropa de su madre iba desapareciendo del armario. Podía ser lo bastante inteligente para intuir lo que ocurría, pero su corazón no estaba listo para verlo materializado con sus propios ojos.

Taehyung era muy malo haciendo suposiciones, pero esta vez había acertado.

Y deseó tanto haberse equivocado.

Abrió la ventana, sentándose en el borde, con el corazón oprimiéndose en su pecho al recordar como casi medio año atrás había estado en la misma situación pero con el hombre que amaba un poco más que a mamá esperándolo con los brazos extendidos. Con ese recuerdo en mente, los ojos cerrados y el corazón desbocado, saltó.

No cayó en los cálidos brazos de su padre, ni se había roto ningún hueso, pues sorprendentemente aquella altura ya no le parecía tan exorbitante. Caminó hacia la orilla del mar sintiendo como la arena se colaba por entre los dedos de su pies y la fría brisa le golpeaba el rostro. Su madre regresaría antes de las ocho para llevarlo a la escuela, por lo que tenía tiempo de sobra para estar fuera de casa.

Llegó a la orilla y tomó asiento, abrazando sus rodillas y con la mirada perdida en el horizonte que se extendía interminable frente a él. Extrañaba tanto a su papá, que ya había perdido la cuenta de las veces que aquel pensamiento le había sacudido las entrañas.

La marea estaba tranquila, las estrellas brillaban con potencia y la luna iluminaba todo a su paso. La oscuridad de la noche se convertía en un espectáculo inigualable. Y Taehyung reafirmó entonces que el exterior definitivamente era opuesto al interior.

El tiempo transcurrió, minutos de completo silencio convirtiéndose en horas de todo tipo de pensamientos, analizando en completa soledad el entorno. O al menos eso pensó, pues al girar repentinamente el rostro hacia una enorme roca situada a unos metros de distancia vio a un chico.

Un chico que parecía brillar junto a la luna, su cuerpo en un estado de visible relajación. Con el cabello levemente ondulado, tan negro como la noche y con una ropa tan blanca como la luz de las estrellas. Miraba fijamente el mar y por solo unos escasos segundos, Taehyung creyó ver como una muy ligera, casi fugaz sonrisa se dibujaba en los labios del chico tras haber sido finalmente notado por el de ojos miel, sonrisa cuadrada y bellos sentimientos pero con un corazón que con el pasar de los días iba marchitándose.

...

No recordaba lo sad que es esta historia juasjuas </3

No me gusta poner a mi TaeTae en situaciones subidas de tono con un adulto pero es necesario para explicar cómo con el paso de su crecimiento al igual que muchos (por no decir todos) siente atracción sexual por otras personas.

Mañana subiré el último capítulo del maratón y ahorA SÍ NO SE ME VA A PASAR.

-Fin del comunicado raza-

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro