Problemas de hostigador
Tiro mi bolso sobre el sillón de tejido verde musgo, puedo oír a mi madre revolotear en la cocina preparando la cena.
—Hola, ma. ¿Todo bien?—Me apoyo sobre el marco de la puerta de la cocina. Mi madre se sorprende y acomoda mechones pelirrojos, que heredé, y se voltea hacia mi.
—Oh, cariño, no te escuché entrar. Todo esta con calma aquí ¿Como te fue en la escuela?—Mi madre me sonríe con dulzura.
—Normal, supongo.—Doy una pequeña sonrisa, encogiéndome de hombros. No tendría porque preocupar a mi madre de mi nuevo acosador.—¿Y como esta él?
Los ojos de mi madre antes risueños ahora están reemplazados por una gota de tristeza.
—No quiere tomar su medicación otra vez, Cassie. Tal vez tu lo puedas convencer.—Me mira esperanzada.
—De acuerdo, iré a hablar con el.
Subo las escaleras pero respingo al escuchar el sonido mi celular. Un mensaje. Decido ignorarlo, no debe tener importancia.
Abro la puerta de la habitación de mis padres.
—¡Hola, Cassie! Ya te extrañaba, rayito de sol.—Mi padre se irgue de la cama al verme. Rayito de sol, apodo que tengo desde los tres años, aunque él sea el único que me lo haya dicho.
Mi padre cuenta con unos cuarenta y siete años. Él es muy de la vieja escuela, siempre rechazando la tecnología y prefiriendo tener a Sheakspeare en sus manos antes que mandar mensajes. Debajo de sus ojos azules, hay grandes bolsas negras por el agotamiento, tanto mental como físico. Se ha deteriorado demasiado.
Demasiado, demasiado, demasiado.
Frunzo el seño y él sabe sabe que esta en problemas.
—Tienes que tomar las pastillas, ya sabes como se pone mamá si te rehúsas a sanarte.
Mi padre agacha su cabeza.
—Lo sé, hija, mañana tengo consulta con el Dr. Sheperd.
—¿Quieres que te lleve?—Pregunto mientras acomodo su almohada mientras otra vez mi celular emite el sonido de mensajes ¿No me pueden dejar en paz?
-Lo hará tu madre, ¿no piensas contestar tu celular, rayito de sol?
Bufo y miro mi bandeja de mensajes, tenía dos mensajes de 'desconocido'. Los abro y leo:
Hola Cass. ¿Pudiste sacar esa mancha pegajosa?
Arrugo mi nariz ante el mensaje. ¿Quién mierda era...? ¡¿QUÉ?! ¿Como pudo él conseguir mi número? Iba a matar a Matt si averiguo que le dio mi número de celular a Chest.
—¿Algún problema?
Alzo mi cabeza hacia mi padre que me interroga con la mirada.
—No, nada.—Le sonrío y borro los mensajes, ese chico tenia problemas de hostigador—.No te salvaras de tomar esos antibióticos.
________________________________________________________
Ni que lo digan, ya sé que no pasó nada pero bueno.
Estrellita y opinión, no se les va a caer la mano c:
Los ama con amor incondicional, Mitch
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro