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~Lágrimas de libertad~.
《Luego de que caliope se desmayó》.
Cuando dejo a caliope en la cama de una de las habitaciones de su palacio, la tapó con cuidado y se sentó al borde de la cama mirándola atento.
Esa mirada fue igual que la de Diana.
-....no seas igual que ella.
Cerró sus ojos acariciando su cabello pero al abrirlos notó con sorpresa que un brillo azul salía del interior de su pecho recorriendo todo su cuerpo.
Ella misma se estaba curando.
Era increíble.
Parece que ella heredo el gran poder que residía en su interior. No solo sac6o su actitud sino su poder.
Eso lo hizo reír, ella era el calco de Diana pero era igual que él, y athanasia era su calco pero era igual que Diana.
Esas dos pequeñas eran únicas.
-Papá.
Se sorprendió cuando vio lágrimas rodar por las mejillas de la pequeña. Tocó su mejilla con suavidad limpiando sus lagrimas.
-aquí estoy -susurro desconcertado por las lágrimas de su hija pero se quedo sorprendido cuando sus ojos empezaron a brillar y un luz azul lo envolvió por completo.
Cuando abrió sus ojos notó con sorpresa que estaba en un cuarto extraño, parecía un living pero había un cuadro raro que dejaba ver a personas charlando entre sí (la televisión), había sillones y había una pequeña mesa y al lado una cocina.
Miro curioso a la niña peli marron que estaba cocinando.
Cuando se dio la vuelta quedó sorprendido, tenía unos hermosos ojos marrones casi ámbar que desprendían amor y alegría.
-Papá ya esta listo! -grito desde la puerta.
-ya voy! -se escuchó el grito de un hombre, la joven de 15 años sonrió y volvio a su labor.
Claude miro curioso a la niña, esa sonrisa y esa alegría le parecían conocidas.
Cuando los dos estuvieron juntos, notó que en verdad se parecían.
Ella rebosaba de alegría cuando hablaba con su padre.
-mira bien cuando cruces y no andes mucho bajo el sol -le entregó su almuerzo al hombre mientras éste reía.
-tranquila, no me pasará nada.
-si claro, eso dijiste la última vez y casi te caes de las escaleras, siempre estás cerca de un accidente papá -suspiro preocupada mientras él sonreía alegré.
-...nos vemos lei -beso su frente ante su curiosidad.
-papá? -lo miro curiosa al ver que éste acarició su mejilla y la miro con suavidad.
-recuerda que eres mi más grande tesoro -sonrió con suavidad y acarició su cabeza -te amo princesa.
Ella parpadeo confusa pero le devolvió la sonrisa.
-tambien te amo papá.
Ella lo vio irse con un gusto amargo en la boca.
Lo vio saludar a los vecinos con alegría y sonrió levemente.
-deben de ser ideas mías -negó con la cabeza y entró a la casa.
.
.
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Claude se exalto cuando todo se oscureció y ahora estaba en un cementerio.
El sol estaba oculto tras las nubes grises.
-leila, mejor vamos -miro en dirección a la joven peli marron que era acompañada por otra joven peli marron pero de ojos celeste.
Las dos estaban de negro.
Leila negó y apretó las flores en sus manos. La oji celeste al ver eso beso su mejilla y le sonrió con tristeza.
-te estaremos esperando en la salida.
Ella solo asintió y su amiga se fue hacia donde estaba su hermana y sus padres.
Claude miro la tumba aún abierta, flores de todos colores estaban encima del ataúd.
-dijiste que jamás me abandonarias -sintió su pecho apretujarse ante la voz quebrada de la menor, ella tembló apretando el ramo y mordió con fuerza su labio inferior.
No lo sabía, pero esa imagen le daba tristeza y el tan solo verla le causaba dolor.
-por favor...papá vuelve -soltó sus lágrimas y dejó caer las flores mirando el ataúd ante ella.
Al momento de caer sus lágrimas los truenos sonaron y la lluvia empapo por completo el lugar.
Esa imagen fue la misma cuando murió su madre y Diana.
Por qué estaba viendo eso?.
.
.
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Todo volvio a cambiar y ahora leila estaba en algo que parecía un carruaje pero más chico (un auto) con la chica oji celeste y una mujer rubia de ojos verdes.
-quién pensaría que la anti amor estaría tan enamorada -se burló la mujer haciendo sonrojar a la menor.
-mamá!, leila sigue amándome a mí ante todo -chillo alai con un puchero haciendo reír a las mujeres.
La joven ya tenía 18 años.
-claro que te amo más a ti lai -sonrió divertida leila ante la sonrisa orgullosa de su mejor amiga.
Todo fue en un segundo, algo chocó contra ellas y la sangre inundo su vista.
La mujer estaba apoyada contra el volante con sangre saliendo de su cabeza, a su lado estaba alai que había roto la ventana con su cabeza y atrás estaba leila, ante los sonidos de las sirenas abrió lentamente sus ojos con pesadez.
Nuevamente estaba ante el cuerpo de uno de sus seres amados.
La menor miraba en shock el cuerpo de su casi hermana tratando ser reanimado.
Otra joven de ojos verdes lloraba al lado de leila, un joven rubio de ojos verdes abrazo a leila pero ella ni siquiera los miro.
Cuando reaccionó sus lágrimas cayeron sin parar y solo se quedó mirando hasta el final el cuerpo de su mejor amiga.
-"por qué veo esto?, qué tiene que ver con caliope?".
El emperador frunció el ceño sin entender, esa joven llamada leila, vivió la perdida de sus seres amados, la traición de su madre y hermano, se hizo alguien de corazón frio.
Lo único que le quedaba era su otra amiga Ana y su primer amor y esposo, Eithan.
-felicidades leila, estás embarazada! -la nombrada se quedo en shock y sonrió alegré tocando su vientre.
No esperaba la hora para contarle a su amado.
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No podia creer lo que sus ojos veían.
Las personas que siempre apreció la habían engañado todo ese tiempo.
Ellos se seguían besando ignorando que ella estaba allí.
El oji celeste miro todo con seriedad, fue igual a cuando él se entero de la traición de la mujer que prometió amarlo y jamás abandonarlo.
Ella salió de allí seguida de su esposo y su amiga pero cuando se quiso dar cuenta su vida llego a su final.
Y la de su hijo que ni siquiera había nacido, también.
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Abrió sus ojos en shok cuando vio a Diana dando a luz a las gemelas. Athanasia ya había nacido.
Solo faltaba....
-es otra niña.
Lillian York miro sonriente a la pequeña oji rosa que fue dejaba en brazos de su madre, ella la miro con adoración y le sonrio alegré.
-es hermosa...mi adorada caliope....protege a tu hermana....mamá las ama -la mujer sonrió llorando y besó su frente.
Apretó sus labios al ver la muerte de su amada pero su vista se clavo en la pequeña oji rosa.
Ahora lo entendió todo.
Caliope era la reencarnación de Leila.
Su hija era alguien que vino de otro mundo.
Miro en shock a la rubia pero sus ojos se suavizaron.
-así que era eso...todo este tiempo, sufriste por tu pasado -susurro agarrando la mano de su hija.
Aunque sonrió de lado al haberse dado cuenta que había coincidido con Diana cuando nombraron a su hija menor.
-no te preocupes...nada de eso volverá a pasar -besó su frente y se quedó velando por sus sueños.
Así que era por eso que sentía esa conexión con caliope.
Él estaba amando a sus dos hijas, no lo iba a decir en voz alta pero lo aceptaba.
Él se sentía cómodo con caliope ya que ella pasó por algo similar a su vida, perdida, traición, dolor, muerte.
Eran similares.
《Actualidad》.
Caliope miro serena el rostro dormido de su padre.
Luego de haber despertado y que claude se acostara a su lado. Cayó dormido y ella lo estuvo observando desde ese entonces.
Cerró sus ojos y miro con una gotita el brazo del rubio que la rodeaba. No había manera de escapar.
Miro su brillante cabello y lo acarició con suavidad.
Desde que llegó se trago todas sus emociones y jamás demostró su enojo, su tristeza, no demostró nada de lo que sentía.
Solo se centro en salvar a su hermana, su familia, evitar que el plan de ese hombre funcione.
Jamás se centró en ella misma.
Si quería controlar su magia por completo debía de superar su pasado y por una vez ponerse primero antes que a todos.
-"aún no entiendo cómo supo mi pasado pero...eso me tranquiliza un poco, no tengo que ocultarle nada más, además, si Atthy deja saber que también es alguien reencarnada de seguro claude no le hará nada".
No se esperaba que eso pase pero por algo pasó.
Cuando pudo salir del abrazo del rubio salió del cuarto y caminó hasta la salida del palacio Garnet.
Felix no la había encontrado por suerte, de seguro estaba cuidando de Atthy, igual que Lucas.
Llegó hasta el árbol carmesí y con sorpresa notó que algunas hojas se iban haciendo blancas.
-está frío -susurro al tocar el tronco del árbol.
Éste también se estaba haciendo blanco.
Por qué?.
Se acercó al lago y miro su reflejo en el agua, largo cabello dorado, ojos espinela rosa, piel blanca y suave.
Era una bella princesa.
-....cómo lo supero? -frunció el ceño metiendo sus manos al agua.
Ella quería superar y olvidar su pasado pero era difícil, y más lo era cuando ella es una persona rencorosa.
Si bien era amable también era una persona rencorosa que sin darse cuenta buscaba venganza para aquel que le hizo daño.
Un viento fuerte hizo que cerrará sus ojos y al abrirlos miro con sorpresa la luna brillante reflejarse en el agua.
Esa luz no era normal.
Cuando elevo su mirada se encontró con un niño de cabello rubio y ojos ámbar con una leve destello esmeralda. Era tierno.
Él le sonrió alegré y ella lo miro desconfiada.
Su vestimenta era blanca y estaba flotando sobre el agua.
-...quién?.
Él ladeó la cabeza y le sonrió inocente.
-deberías de olvidar todo el dolor.
Ella elevo una ceja incrédula.
-no es tan facil olvidar niño -se cruzo de brazos haciendo reír al menor.
-eres como él me contó -la miro con adoración haciendo que ella lo mire curiosa -no es facil olvidar pero puedes empezar por...perdonarte ti misma.
Ella frunció el ceño y esquivo su mirada.
-todos tus seres amados están reunidos, te cuidan desde el más allá, están contentos de que hayas logrado la mayoría de tus sueños y que hayas renacido para seguir llenando de alegría las vidas de otras personas.
-cómo...cómo sabes eso?!, quién demonios eres?! -miro irritada al rubio que la mirada apacible, él la miraba como si supiera todo de ella.
Como si la conociera desde hace años.
-debes de perdonarte y cuando lo hagas podrás olvidar todo el dolor del pasado, tienes una vida por delante -su cuerpo fue rodeado por las hojas rojas del árbol -fue un gusto conocerte...mamá.
Ella quedó en shock y sus lágrimas cayeron.
Él era su bebé, ese bebé que nunca nació y que nunca logró ver.
-gracias por amarme aún cuando ni siquiera me viste, el abuelo dijo que hiciste bien en golpear a ese mago que te besó -soltó una risa al recordar el enojo de su abuelo mientras la oji rosa bajo su rostro llorando -la tía Alai se puso celosa porque abrazas mucho a tu nueva hermana pero dijo que te permite hacerlo ya que eso te hace feliz...no te culpes, nada de esto fue tu culpa...mamá.
Ella lo miro aún llorando y él le sonrió alegré.
-te amo!.
Su cuerpo fue rodeado de una luz brillante y ella volvió a quedarse sola.
Apretó su vestido con fuerza y cayó de rodillas llorando.
Su pequeño cuerpo tembló y lloró sin poder parar.
Sentía un gran nudo en su interior que poco a poco se iba desatando, se estaba liberado de su dolor.
Se estaba liberando de su pasado.
El árbol brillo color rojo para luego volverse por completo color blanco con algunas hojas rojas.
Había pasado la etapa del dolor.
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