~Voz protectora~.

Habían pasado 6 meses desde que caliope dormía a veces con el emperador o a veces con athanasia, era muy rara la vez que dormía sola ya que los dos rubios la usaban como almohada u oso de felpa.

La relación de padre e hijas seguía igual, athanasia seguía conquistando con sus encantos al emperador mientras que caliope lo seguía retando aunque ahora se demostraba más con él y le decía papá.

A lucas no lo volvió a ver pero seguía estudiando sobre la magia y practicando en las noches cuando nadie se daba cuenta.
Le costaba escaparse desde que comenzó a dormir con claude pero cuando dormía con Atthy podía irse a entrenar.

Como ahora.

Estaba bajo el árbol carmesí sentada con sus manos unidas a la altura de su estómago. Su cabello brillaba color dorado haciendo crecer algunas flores a su alrededor.

*snif*

Frunció el ceño aún con los ojos cerrado al escuchar el sollozo de una niña.

-"Por qué debo ser perfecta?, solo quiero estar con mi padre y mis hermanas, por qué me miran como si no fuera nada?".

Era Jeanette.

Cómo demonios podía verla?.
Acaso era uno de sus poderes?.

Un olor metálico llego a su nariz, era sangre.

‐Volveré más fuerte que antes y acabaré contigo.

Ahora sí abrió sus ojos en shock y apretó su pecho con miedo y desesperación.

Esas sombras que rodeaban a lucas al verla a los ojos sintió todos sus pecados, todos sus sentimientos sádicos que pedían a gritos la sangre del mago.

Tembló levemente y tapó sus oídos al escuchar las voces de esa sombras en su cabeza.

-Hiciste bien tu trabajo zenit, es hora de recuperar el trono.

Tembló con fuerza al tener en su cabeza esa mirada tan idéntica a la de su padre pero tan maligna que le daba miedo.

Cuando vio a claude en el suelo respiro con fuerza y se abrazo a sí misma.

No lo entendía, por qué estaba viendo todo eso?.

-es una ilusión -susurro cerrando los ojos con fuerza sintiendo el viento mover con fuerza su cabello y las hojas del árbol carmesí.

Esos estupidos sentimientos que la desesperaban, esos sentimientos que solo se despertaban en su pasado.

Acaso fue porque quiso jugar a ver el posible futuro que le esperaba?.

Por haber jugado con su magia estaba recordando su primera vida y las voces no la dejaban tranquila.
La sangre, los gritos, la muerte.

Su magia se estaba saliendo de control.

Tranquila.

-... -abrió sus ojos otra vez y miro para todos lados buscando a la persona, pero no había nadie.

No temas, puedes controlarlo, nadie te hará daño.

Era una voz femenina, era dulce, serena y amable.

Hizo caso a la voz y respiro hondo para luego suspirar y sentir su pecho más tranquilo.
Pudo suprimir esas voces y al estar tranquila se levantó mirando hacia el árbol con seriedad.

Ese árbol era carmesí gracias a su magia, ese árbol tenía la magia de caliope.

-quién eres? -susurro estrechando los ojos con seriedad.

La voz soltó una pequeña risa ocasionando que un sentimiento nostálgico se despierte en caliope.

Cuando sea el momento nos veremos, ahora vuelve al palacio, tu padre se dio cuenta de tu ausencia.

La oji rosa apretó sus labios y empezó a correr hacia el palacio ignorando la voz femenina que escucho con anterioridad.

De quién era esa voz?.

.

.

.

Cuando volvió al palacio, fuera de él estaba felix con un rostro preocupado mirando los alrededores y claude mirando hacia donde ella venia con tranquilidad.

-princesa -el pelirrojo corrió hacia la oji rosa preocupada, ella lo miro con pena al ver su preocupación.

-perdón por preocuparte felix -apretó su vestido con pena mientras el oji gris suspiro aliviado de ver que estaba bien.

-te dije que no te preocupes -claude camino hacia ellos con tranquilidad.

-eh? -caliope lo miro con la cabeza ladeada y claude acarició su cabello.

-si vas a practicar tu magia pide ayuda o al menos avisa a felix a donde vas -comento a sorpresa de caliope.

Parece que no podía ocultar le todo a claude.

-s-sí -susurro avergonzada haciendo sonreír a claude.

La alzo y los dos empezaron a caminar hacia el cuarto del emperador seguidos del pelirrojo.

Cuando los tres rubios estaban tomando el té en la tarde se notaba a caliope un poco pálida, pero ninguno decía nada ya que ella seguía igual de siempre y no mostraba ningún indicio de debilidad.

Pero esa palidez era a causa de que desde hace una semana caliope estaba absorbiendo la magia extra de athanasia.

《Flashblack》.

Caliope se despertó adormilada al sentir un brillo a su lado, al ver el cabello brillante de Atthy se sentó de golpe.

Su magia se estaba desbordando.

Miro que atthy siguiera durmiendo y posó sus manos encima de su cuerpo cerro sus ojos y ahora su cabello comenzó a brillar color dorado.

Poco a poco el brillo en athanasia se fue apagando y caliope suspiro pesadamente.

Tal parece que llegó el momento de llenar esos lagos vacíos en su interior pero ese trabajo la cansaría mucho.

Ella haría lo posible para salvar a su nueva familia y acabar con las personas que querían la destrucción del imperio.

《Fin flashblack》.

Cuando las gemelas fueron a ver las flores, claude y felix las miraban desde lejos.

-es menta -hablo alegré athanasia haciendo reír a caliope.

-dicen que el té de menta ayuda a la circulación sanguínea -susurro tomando hojas de menta.

-con un postre de chocolate -babeo al imaginar el pastel de chocolate haciendo reír a caliope.

-la princesa luce cansada -susurro el pelirrojo viendo preocupado a la oji rosa.

Claude sin decir nada miro fijamente a la gemela menor, en verdad lucia cansada.

-papá mira! -atthy corrió hacia el emperador con una flor lila en manos.

-no corras -habló sereno el rubio al tener a la menor ante él.

Los dos eran observados por caliope que sonreía con suavidad.

-"los protegeré...haré lo que sea para...".

Frunció el ceño cuando sintió una punzada en su cabeza y fue cerrando poco a poco sus ojos al sentir su cuerpo pesado.

Cayó de golpe al piso alertando a los demás.

-princesa! -el pelirrojo corrió hacia la menor seguido de athanasia y claude.

Cuando la miraron bien ella estaba respirando pesadamente con un sonrojo en sus mejillas.

-tiene fiebre, debemos de llevarla con lady York -avisó felix preocupado a punto de correr hacia la habitación pero claude la agarró.

-ve a buscar al médico imperial, athanasia ve con felix y quédate con lillian -ordenó caminando rápidamente hacia el interior del palacio garnet.

El oji gris y la rubia miraron con preocupación a la pequeña en brazos del emperador.

Eso no parecía un simple resfriado.

.

.

.

El emperador miro con serenidad a la pequeña durmiente, tenía un trapo blanco en su frente y estaba respirando con dificultad.
El médico había dicho que era cansancio por estar esforzándose mucho en algo.

Así que llamaron a un mago y él les dijo lo mismo, pero también les dijo que había una posibilidad de que Caliope estuviera usando demasiada magia para su edad.

Frunció el ceño sin entender el por qué usaba tanta magia.
No lo entendía.

Esa pequeña escondía muchas cosas y eso lo asustaba.

Le asustaba el que su hija esté cargando en sus hombros algo extremadamente pesado y peligroso.

Era patético.
Se supone que las odiaba pero por alguna extraña razón, cada vez que estaba con su hija menor todo odio y dolor desaparecía.

-Debes cuidarla, no dejes que se acerque el hombre de negro.

Abrió sus ojos en shock al escuchar ese susurro en su oreja, se paró de golpe y miro hacia atrás pero no había nadie.

Miro a caliope que ahora respiraba con normalidad.

Ese aroma.

Esa voz.

-diana -susurro con pesar.

Acarició la mejilla de su hija con suavidad y recordó la sonrisa de su amada bailarina.

Acaso le estaba dando un indicio del futuro de caliope?.

No importaba la respuesta, le haría caso a su amada y protegería a su hija.

Pero, quién era el hombre de negro?.

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