Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

15: Y en la soledad hay fuerza

Ningún personaje me pertenece, todos sus derechos a los respectivos creadores.

"Nadie está realmente solo en este mundo: cada uno tiene su propio Dios, su propio dolor o su propio orgullo para hacerle compañía"- Anónimo.
_______________________________________________

Cuando empezó a recuperar la consciencia, Goku pudo sentir un entumecimiento comparable a haber tenido cien combates continuos con Kenpachi.

También podía sentir que no estaba en su futón, era una superficie diferente, por lo que era lógico suponer que no estaba en el cuartel. Los últimos recuerdos antes de desmayarse vinieron a su mente, había una batalla, maldita sea tenía que ir.

¡Paaam!

Pensó que estaba a ras de suelo, pero resultó que no, así que cuando salió tan rápido que se dio de bruces contra el suelo, soltó un gemido por ello.

-Maldición ¿estás bien?-reconoció la voz de Ikkaku.

En cuanto volvió del baño y encontró a su teniente en el suelo, se abofeteó mentalmente por no haber cuidado bien de él. Menos de un segundo después, acudió en su ayuda.

Goku aceptó la ayuda y se sentó, en lo que ya sabía, era una cama. Ahora tenía muchas preguntas.

-¿Dónde estoy?-es lo primero que deseaba saber.

-En el centro médico- responde al instante.

- ¿Cómo fue que llegue?

La respuesta ahora tardó unos momentos-. Te encontraron en medio del bosque, había muchos daños alrededor. ¿Con quién luchaste? Por el Reiō... debe haber sido muy fuerte para noquearte- dice con voz sorprendida.

-N-no...no sé, no recuerdo mucho- dijo pasando una mano por su cabello.

¿Qué quiso decir cuando acabó en el bosque? Cuando su mente se volvió negra, ¿fue en cuanto salió de sus aposentos, no, estaba en la calle o sus propios recuerdos estaban equivocados? Algo estaba mal.

-Digiere todo con calma, acabas de despertar después de tres dias- dice el oficial.

-¿Cuánto tiempo dijiste?-pregunta un poco alarmado.

Ikkaku volvió a imponerse una reprimenda mental, se saltó ese pequeño detalle.

-Ikkaku- le llamó al no recibir respuesta-. Debes contarme lo que pasó, hubo un ataque cuando estaba inconsciente, cuéntame qué pasó después- exigió.

El oficial pasó saliva, no tenía idea de por dónde empezar, tiene de una mala reacción por parte del otro y que él sea el que termine en una cama.

El shinigami pasó saliva, no tenía ni idea de por dónde empezar, tiene de una mala reacción del otro y de que sea él quien acabe en una cama.

Tampoco podía desobedecer la orden de un superior, así que correría el riesgo.

_______________________________________________

La palabra caos se quedaba corta para describir el ambiente que se respiraba en el Gotei 13. Gritos, peleas y demás eran la nueva rutina diaria.

Pero había una persona que se sentía como en el hogar más acogedor del mundo, Kenpachi. Que por primera vez le pareciera entretenido ir a una reunión de capitanes, ese ambiente casi bélico le encantaba.

-Silencio- la voz tranquila pero autoritaria de Yamamoto pone las cosas en su sitio, seguida de un ligero y sonoro golpe de su bastón contra el suelo.

Ahora todos los capitanes están en silencio, algunos casi se muerden las uñas nerviosos, otros parecen querer arrancárselas.

-¿Han logrado restablecer el orden?- pregunta.

El capitán del sexto escuadrón se aclara la garganta-. Algunos estudiantes dentro de la academia causaron un gran disturbio, pero fue fácil para los profesores restablecer el orden con la ayuda de algunos shinigami, habrá algunos expulsados y las clases se reanudarán en una semana, cuando reparen los daños- da su informe.

Esa noticia suena bien, no pueden retrasar la clase para los próximos agentes de la muerte, los últimos acontecimientos demostraron que deben estar cada vez más preparados.

-¿Y qué pasa con el Rukongai?- pregunta de nuevo.

Ahora es el capitán Ukitake quién toma la palabra-. Por el contrario, nosotros seguimos trabajando allí. Parece que algunos grupos sabiendo todo lo que pasaba aquí, aprovecharon para formar revueltas y robos masivos, por suerte no han podido llegar a las puertas del Seireitei y mis hombres están reprimiendo a las bandas en estos momentos- explica.

Los shinigami no funcionan como policías, más bien son la milicia que sólo se encarga de contener el fuego y no de extinguirlo, no intervendrán desde el Rukongai a menos que sea absolutamente necesario. Por eso, la mayoría de las veces, las almas errantes se cuidan solas.

-Todo esto es una mierda- Shunsui maldice-. Prácticamente hemos perdido la mitad de nuestra fuerza militar, estamos totalmente desprotegidos y ni siquiera podemos cumplir con lo que es nuestro trabajo esencial, guiar a las almas del reino mortal a este, me sorprende que no hayamos sido atacados ya- relató con dureza.

Yamamoto sabía que era cierto. Buena parte de los escuadrones se habían quedado sin sus principales líderes, incluso las fuerzas militares fuera de la jurisdicción del Gotei 13 estaban en la misma situación.

La Central 46 no había emitido ninguna respuesta al respecto, aparte, claro está, de algunas condenas a los presuntos responsables que sólo parecían complicar las cosas.

-Por ahora, quiero que la Decimotercera División envíe un regimiento para restablecer el control en el Rukongai, y también hablaré con el director de la academia sobre la pronta reanudación de las clases. Después de eso, me concentraré en el asunto de las vacantes- explica con claridad-. Por el momento, eso es todo, pueden regresar a sus asuntos-.

Algunos estaban a punto de cumplir la orden y salir en perfecta fila, otros aún no estaban satisfechos.

-¿No va a hacer más comentarios, Sōtaichō?- alguien preguntó.

Todos se detuvieron y miraron a Isshin, que había hecho la pregunta, y luego al General en Jefe. Kenpachi parecía sentirse muy cómodo, observando con placer todo el caos emergente.

-¿A qué se refiere?- la voz del hombre mayor simula no entender.

-Por favor señor, esta ha sido una situación sin precedentes, usted tiene algo que decir al respecto, ya debe saber algo que nosotros no- insiste.

Ukitake y Kyōraku miraron a su viejo maestro, sabían que las dudas de su compañero no tendrían respuesta, el viejo comandante es un hombre receloso de sus secretos más ocultos.

-Mis conocimientos son los mismos que los suyos- dice, una respuesta que va dirigida a todos-. Y a estas alturas no puedo enfrascarme en formular teorías, mi trabajo ahora es reconstruir y reorganizar todo lo que quedó en ruinas. Espero que todos hagan lo mismo- su voz es severa y directa.

El capitán Shiba no le da más vueltas al asunto, sólo hace una breve reverencia y se retira junto a sus colegas.

Afuera todos se pierden entre los pasillos, excepto Unohana que se acerca al capitán de la Undecima División.

-Yo esperaba que Shiba insistiera más, quería ver sangre- es lo primero que dice Kenpachi.

Retsu pone los ojos en blanco y luego sonríe resignadamen, él siempre sería el mismo, eso le gustaba un poco.

-¿Estás bien?- Zaraki se atreve a preguntar, fingiendo que es una simple intriga a genuina preocupación.

Ella niega-. No puedo hacer nada en ese estado, de hecho, ninguno de nosotros puede hacer nada ahora- comenta soltando un suspiro-. ¿Irás a ver su estado?

Sabía de la preocupación no reconocida pero genuina que Kenpachi sentía por su discípulo. Durante el primer día, se comportó como un loco cuando lo vio en esa especie de coma inducido, moviéndose de un lado a otro y jurando que si algo le ocurría a Goku, él mismo daría caza y destruiría al responsable.

Al final sus propios oficiales "sacrificaron" a algunos novatos para que se desahogara, su propia división tuvo mucho trabajo por ello.

-Si, podemos ir juntos... después de todo vamos al mismo sitio- propone sin mirarla directamente.

Admitiendo que le divierten sus intentos de amabilidad, asiente aceptando la propuesta.

_______________________________________________

Había venido a ese bosque, donde él y Yoruichi pasaron tantos momentos. Intentó apoyar su mano sobre un tronco, pero se dió cuenta que este había sido cortado.

Incluso podía oler los restos de ceniza a su alrededor. ¿Que fue lo que pasó? Justo ahí estaba su lugar especial y era el mismo lugar donde Ikkaku dijo que lo habían encontrado, la coincidencia era demasiado notoria. Su mente trató de recordar la voz de quien lo dejó inconsciente, incluso su rastro de energía, pero no encontró respuesta.

Las palabras de Ikkaku atravesaron su mente, casi como si se filtraran a la fuerza. Yoruichi se había ido.

Ella y otros habían dado la espalda al deber, a la Sociedad de Almas, a todo el mundo, le habían dicho. Pero solo podía pensar que ella se había ido y él se había quedado.

-Dijo que me esperaría...-susurró para sí, como si no quisiera aceptar las cosas.

Por un momento pensó en la posibilidad de marcharse con ella. Sin darse cuenta se llevó una mano al pecho, porque un dolor desconocido golpeó su corazón, se dejó caer sobre aquel tronco.

No habia tenido un sentimiento asi desde que perdio a su abuelo, pero esta era una situacion y unas perdidas diferentes.

Pensó en lo perfecto que fue todo la última vez que estuvo allí, en sus propias palabras y en las promesas de ella, se sintió como un tonto al creer que todo lo que se dijeron sería posible. Su vendaje se humedeció y las lágrimas resbalaron por sus mejillas y barbilla, su abuelo le había dicho que nunca llorara porque no solucionaba nada, desgraciadamente esta vez no podía hacer otra cosa que dejar fluir esas lágrimas.

...

En algún momento sintió que todo el ambiente cambiaba, cuando abrió los ojos se dio cuenta de que ahora ya no estaba en el mismo lugar. Era una cueva fría, con pinturas talladas en las paredes de...

Un momento... ¿lo estaba viendo por sí mismo?.... Se llevó una mano a la cara, no había vendas ¡No había vendas! Tuvo que reprimir un grito de sorpresa.

Dudaba de si se había desmayado o se había quedado dormido, porque ni siquiera en sueños podía juntar imágenes tan nítidas, lo que estaba viendo ahora le parecía tan real.

Se miró las manos, movió los dedos, vio por primera vez su propia ropa y su....- ¿Dónde está?- murmuró al darse cuenta de que le faltaba su Zanpaku-tō.

Nunca apartaba su preciada espada, ni siquiera cuando descansaba, tenía la costumbre de apoyar los dedos en la empuñadura porque se adaptaba muy bien a su mano. Tenía que encontrarla.

¡Splash!

Casi sale volando por el fuerte viento, afuera había una tormenta que ni siquiera le permitía ver con claridad. Incluso cuando intentó caminar estuvo a punto de tropezar y caer por un precipicio, parecía que se encontraba en un entorno que le rechazaba, pero no se rendiría tan fácilmente.

Imponiendo toda la fuerza de voluntad que tenía, comenzó a caminar con pasos firmes, colocando su cuerpo en una postura que dificultara que el viento lo sacudiera. Aunque el agua en la cara le nublara la vista, aunque tanto trueno no le permitiera oír bien, siguió avanzando porque toda su vida estuvo acostumbrado a no ver y a guiarse sólo por sus instintos.

En algún momento pudo distinguir un edificio en lo alto de la colina y aunque sólo pudo ver la silueta se dio cuenta de que era de tamaño monumental. Cuando llegó se desplomó en la entrada, sus ropas estaban hechas jirones y sentía mucho frío.

Después de sentirse lo suficientemente estable como para levantarse, echó un vistazo al lugar y pudo intuir que se encontraba en una especie de palacio, debido a las grandes columnas y tapices.

-Es de mala educación entrar en casa ajena, sobre todo hacerlo con los zapatos sucios-.

Su piel se erizó ante aquella voz, puso una mano donde se suponía que debía estar su Zanpaku-tō y gruñó al recordar que no estaba allí. Así que sin más se dio la vuelta y se topó con una mujer de piel demasiado pálida, cabellera y blanca, vestía un conjunto negro que apenas la cubría, sus ojos eran totalmente blancos y sin pupilas, sus párpados estaban maquillados en varios tonos de rojo y sus labios hacían juego. Toda su figura generaba tensión, pero lo más inquietante era que aquella mujer tenía un aspecto aterradoramente bello.

Todas las palabras se le atascaban en la garganta, no sabía qué hacer, se sentía a la vez familiar y desacostumbrado al aura que ella generaba.

-¿Te has mordido tu propia lengua?- preguntó burlonamente, mientras se acercaba un poco más, sin invadir su espacio personal pero marcando su presencia-.Vamos, habla- exigió.

-¿Dónde estoy?- fue lo primero que dijo, también lo más lógico que podía preguntar.

-¿Qué no es evidente? Estamos en tu mundo interior-dice con calma.

Por un momento no lo entendió, luego sus ojos se abrieron de sorpresa. Eso explicaba por qué toda aquella energía le resultaba tan familiar, por qué ella le era tan familiar.

-Eres...

-Así es chico, soy la otra parte de tu alma -sonríe arrogante. La fabulosa habitante de esta preciosidad- de la nada el Zanpaku-tō está en sus manos.

Vuelve a procesar la información.

-No eres... lo que imaginas que serías -dijo, mirándola de arriba abajo.

Ella bufa-. Al igual que este lugar, soy un producto de tu subconsciente y si me imaginas así- se pasa una mano por la cadera- es porque eres un pervertido- sonríe descaradamente.

Se pone tan rojo que parece que casi hierve-. No soy un pervertido.

-Bueno, esas cositas que sentiste cuando Yoruichi se sentó en tu regazo, eran algo más que mariposas- bromea.

Se le va el color de la cara y se pone pálido-. Por favor, no digas su nombre.

-Oh por favor chico, sí, te rompieron el corazón, un poco deprimente. Sin embargo, mira el lado bueno, estás aquí, ¿tienes idea de lo tortuosamente aburrido que fue para mí esperar? Pensé que debía ponerte en una situación de vida o muerte, pero parece que otras emociones también funcionan- dice cruzando sus brazos.

Goku no dijo nada, resignándose inevitablemente más tarde.

-¿Qué hago ahora?- se pregunta y luego mira a la mujer, dispuesto a indagar más.

Pero de la nada siente que una fuerza sobrenatural empieza a tirar de él hacia la puerta.

-Oh. Parece que esta vez tu estancia ha sido demasiado corta", dice la mujer, "Esto es tuyo", le lanza la espada.

-Espera, ¿cómo voy a volver?", exclama mientras intenta luchar contra la corriente.

-Tranquilo, debes decir mi nombre. Recuerda quién eres y lo sabrás- le aconseja ella.

-¿Cómo?

No pudo decir nada más porque lo sacaron del lugar.

...

Cuando vuelve a ser consciente de la realidad, siente unos brazos que le sacuden, su venda mojada por el llanto.

-Por fin despiertas, ¿estás bien?- reconoce esa voz y esa energía, es la capitana Unohana.

La mujer le inspecciona detenidamente, él se limita a dejarla hacer su trabajo.

-Estoy bien- se limita a responder.

-¿Estás seguro? Zaraki y yo fuimos a verte, el joven Madarame nos dijo que huiste cuando te informó de la situación- dice sin poder ocultar su preocupación.

Avergonzado, no dice nada, no por miedo a que la mujer se entere de su secreto, que sospecha que ya es información de varias personas. Simplemente no sabe qué decirle.

-Sólo... quería comprobar si las cosas eran ciertas, parece que sí- dijo abatido.

Se sobresaltó al sentir unos delgados brazos que le daban consuelo, tampoco sabía por qué ese calor le hacía sentir tan tranquilo, correspondió débilmente al abrazo y recostó la cabeza en su pecho, ella sólo le acarició suavemente el cabello.

Fin del capítulo 15.

¿Qué les pareció?

Por un instante pensé que el Zanpaku-tō de Goku, debería tener como espíritu a algún personaje con un diseño imponente y épico, luego me dije "No, demasiado común" así que elegí a Lady Muerte que además de ser una milf asesina, forja un gran y entrenenido contraste con el propio Goku.

Bueno, finalmente hubo avances marcados en la trama, Yoruichi se fue por un tiempo ¿por qué? No era tan sencillo, eso seguro. ¿habrá nueva waifu? No lo se, tal vez. También quería establecer a Unohana como figura materna para Goku.

110 votos será el objetivo. Vamos a ver cuánto tarda.

Adiós!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro