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12: Propuestas

Ningún personaje me pertenece, todos sus derechos a los respectivos creadores.

"La manera más hábil en el mundo de mentir es decir la cantidad correcta de verdad en el momento correcto y luego callarse."- Robert A. Heinlein.
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En una habitación con decorados estilo feudal japonés, tres personas conversaban, sentados en el suelo con total completa elegancia oriental.

-Entonces...lo lograste- dijo Ginrei con su típica expresión de seriedad.

Byakuya se endereza, está en la mansión Kuchiki, relatando sus últimos avances.

-Si señor, he logrado conectar con mi Zanpaku-tō- explica tratando de contener su orgullo propio

Ginrei sólo asiente y parece meditar moviendo sus dedos por su bigote, Sōjun por otro lado, sonríe un poco lo que es su máximo modo de decirle a su hijo que está feliz por él.

-Fantastico. Guardaré todo para tu traspaso, debes comenzar a prepararte para suprirme en un futuro- Byakuya mirá a su padre en busca de apoyo.

Aún era muv pronto para irse, justo estaba gozando y entendiendo la libertad que profesan en la Onceava División, no quiere que le quiten eso al menos no todavía.

El teniente notó ese predicamento en el menor- No creo que sea...

-Sí lo es- interrumpió estrepitosamente a su hijo/teniente- Sólo se unió con esos idiotas para conectar con su arma, ya lo logró, ya se puede ir- da parte de su lógica.

Byakuya sólo apretó la tela de su pantalón, soltó un suspiro, sus camaradas no podrán ser los más civilizados del mundo pero al menos sus vidas eran más auténticas que la suya.

-Todavia no parece ser un experto- Sōjun da su punto, parecía estar en desacuerdo con su padre/capitán- Aún puede y debe mejorar, a no ser que usted quiera entrenarlo señor- dice con una diminuta sonrisa en sus labios.

El anciano sólo observa a su hijo con incertidumbre ya que muy pocas veces contradice sus órdenes. El más joven se haya en las mismas circunstancias, no comprende a su padre.

-Tiene razón- dice sorprendió un poco a los dos adultos- Aún soy un inexperto, logré vencer a ese oficial porque se confío. De haber ido serio conmigo desde un principio, posiblemente estaría en las mismas que como empecé- habla muy seguro.

-Hmp- Ginrei lo observa con seriedad- Juntarte con esa gente te hizo olvidar tus modales y ahora hablas cuando alguien mayor no te cedió palabra- lo regaña.

Sōjun contiene las ganas de reír ante el desafío de su hijo, pero no lo hace, por respeto a su padre y tampoco quiere hacer creer que apoya la indulgencia.

-Pero...- hace una pausa que calcome a su nieto- Puedes seguir en ese lugar a menos hasta cuando estés listo, una vez te diga 'vas a salir' lo harás- da esa instrucción.

Byakuya contiene las ganas de pararse y dar un brinco de victoria.

-Muchas gracias- por lo que sólo se pone de pie y da una reverencia.

-Puedes retirarte- no dice nada más sólo eso, sin despedida ni nada, un líder de clan sólo da órdenes y ya.

-Cuidate Byakuya- dice Sōjun con calma.

-Adios- responde el más joven ya desde la entrada.

Una vez sólo el capitán miró con algo de enojo a su teniente.

-Un subordinado jamás debe contradecir a su superior- lo dice como si se hubiera cometido la mayor de las faltas- Vas a hacer de ese niño un anti sistemas- dice serio.

-No le desobedeci, le hable como un padre debe hablarle a su hijo, además el no es miembro de nuestro escuadrón como para darle esa orden- refuta Sōjun con tranquilidad.

-Sigue siendo miembro de la familia Kuchiki y como líder...

-Un líder debe dar elección a los suyos- lo interrumpe-. Crees que nuestra herencia peligra, padre- Ginrei lo mira enojado-. Quizás Byakuya, antes de volverse alguien tan frío como tú, necesite nuevos aires y luego tomar las riendas de esta porquería- lo observa con una gran tensión.

Hay silencio, uno peligroso, parece que en cualquier momento están por conectar golpes.

El viejo es el primero en cortar la tensión- Más te vale no estar equivocado.

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Mientras tanto en las instalaciones de la Segunda División, el ambiente era todo menos feliz, o al menos eso transmitía una persona.

En los últimos tres días la capitana parecía estarse desahogando con sus subordinados, dándoles tareas imposibles de conseguir o de concretar en muy poco tiempo, propinando duras reprimendas por las fallas o de igual recibían sus golpes cuando los puso en fila india en el entrenamiento para que la retrasen uno por uno.

Nadie se quejó porque nadie era tan valiente como para hacerlo y ese miedo aumentaba cuando esos ojos dorados se posaban fijamente, parecía estaba hecha fiera pero no sabía si era por ellos o por alguien más y terminaban pagando los platos rotos.

Al menos siguieron en su rutina durante casi medio día más, al final su capitana pareció aburrirse y simplemente se retiró, dándoles un respiro a los que aún estaban de pie.

Yoruichi estaba sentada en su oficina, sin ganas de nada, su aura jovial y burlona parecía haberse esfumado o deprimido junto con ella.

Nunca había tenido la necesidad de preocuparse por sus acciones. Era una noble por lo que su sangre, aunque no quería admitirlo, le daba cierta ventaja sobre otros. Además su personalidad no ayudaba mucho, era juguetona por naturaleza, gozaba de ese desprendimiento por las cosas o personas, por eso nunca sufre mucho a causa de algún amigo, familiar o alguna de sus viejas parejas o aventuras, pero ahora esa inconsciencia le rebotó en la cara.

Escuchar esa voz llena de rabia, desconcierto y tristeza por parte del teniente fue como un balde de agua fría hacia todo lo que era ella. Hasta si no tuviera esa venda en sus ojos y la observará fijamente, sabría las emociones serían igual, incluso más fuertes.

Cuando le pidió que se fuera lo hizo, salió y aunque pensó en reclamarle a Rōjūrō por lo que hizo prefirió solo irse a sus aposentos con un paso Shunpo. Al llegar solo se tiró en su cama, pero no lloró, es demasiado orgullosa para eso; únicamente se quedó viendo un punto invisible en el techo, sin moverse tan siquiera y su mente volvió al mundo real cuando se dió cuenta que el Sol estaba saliendo, ahí se dió cuenta que realmente había quedado sin sueño tan sólo por estar pensando.

Tan pronto puso un pie de sus aposentos su estimada Suì-Feng la bombardeo con un montón de preguntas sobre su estado, naturalmente fue esquiva con eso o dió respuestas a medias, pero ya se estaba hartando de mentir.

Las mentiras la pusieron en ese problema, debió ser sincera y consciente con él, sabía que era la primera mujer que era así de cercana a su corazón y sus palabras lo jodieron todo, ella piensa que lo arruinó todo.

-Capitana Shihōin- saluda alguien desde la puerta.

Yoruichi ve de quién se trata y su aura depresiva se esfuma para tornarse a la defensiva.

-Aizen- se limita a responder y nota como este no borra su sonrisa.

Ese hombre se acercó con calma y puso unos pergaminos sobre la mesa.

-Es que le manda mi capitán Hirako, dijo que los trajera personalmente- explica antes de cualquier pregunta.

-De acuerdo- dice mientras comienza a leerlos y a firmarlos.

Pasan unos segundos en los que ella se concentra en eso, por su parte Aizen sólo aguarda pacientemente.

-Yo no le agrado, ¿verdad?- ese comentario hizo que a Yoruichi casi se le derramará la tinta con la que escribía.

Lo miró sin creer que soltaría tan inesperado comentario así nada más.

-Bu-Bueno- la verdad no sabia si decir 'si' fuera suficiente, ya sus palabras habían causado daño y no quería que otra persona más la odiara así de la nada.

-Por favor, capitana, no son necesarias las palabras confortantes. Yo no le agrado y punto- dice sin sutileza y con una calma de infarto.

-No es que hayamos convivido mucho- responde rápido.

Aizen sólo se acomoda sus lentes y sonrie- Descuide, comprendo que no soy Son Goku, capitán- la mujer se congela.

Lo mira fijamente, estaba entrenada para ocultar los nervios- No comprendo de que estás hablando- dice sin titubear ni un segundo.

-Deje de mentir, capitana- asegura y la morena jura ver por un momento una sonrisa para nada amable en el rostro de ese hombre.

-¿Quién esparció este rumor?- pregunta con seriedad- ¿Fue después de la pelea?¿fue Rōjūrō?- piensa que las dos opciones son viables, se debió haber vengado por su derrota.

-¿Rumores? Descuide capitana, nadie sabría de esto más que yo- asegura el teniente.

-(Sabría)- esa palabra rebota en su mente- !Tu le dijiste a ese idiota!- exclama parándose estrepitosamente de su silla y señalandolo.

Debió suponerlo, el capitán del escuadrón tres no era el más listo de todos, quedó más que comprobado después de su golpiza.

-Todo lo que pasó es tu culpa- dice con enojo y Aizen sólo sonríe con descaro.

-¿Mi culpa o suya?- pregunta irónicamente.

Yoruichi se queda sin respuesta, en parte tenía razón, pudo haber sido el que habló pero no fue quien causó la disputa con el Son. Fueron ellos mismos con su orgullo.

-¿Son injustos no cree?- la mujer lo observa sin entender- Todos los males del corazón- explica con tranquilidad.

La otra no respondió sólo lo observó seria, Aizen aprovecho para proseguir.

-Esto pasó porque usted mintió, eso es cierto, pero no lo hubiera hecho de no ser por culpa de terceros- su sonrisa no se borra- Todas estas reglas, una mujer noble no puede estar con cualquiera o incluso no puede enamorarse si no es para heredar poder- habla con calma.

Yoruichi sabe que es verdad, esa es una de las razones por las que se vió forzada a cortar su joven romance con Kisuke, aparte de que eran jóvenes no tenían permiso de los ancianos Shihōin que no deseaban ver a su heredera con alguien de "sangre menor". Por eso también mantuvo sus otras relaciones en secreto, aún cuando tomó el papel de lider del clan, no deseaba seguir dando explicaciones.

«Si debí decircelo a él» piensa con amargura- ¿Pero a qué va todo esto?- observa fijamente a ese teniente.

-Ayudeme a cambiar las leyes, tomando el poder- propone con una sonrisa.

Muchos pensarian que está siendo demasiado arriesgado, que recibiría un 'no' como respuesta y tanto tiempo de dedicación se iría al caño si revelan sus planes. Pero el no es un tonto, si va a mover fichas ya debe prevenir como mínimo los siguientes cinco movimientos si algún día quiere hacer jaque.

-No digas tonterías- dice seria- Ya termine de filmar esto, ahora vete- le ordena extendiendole los pergaminos.

Pero Aizen solo rechaza la oferta y camina hasta estar al lado de Yoruichi.

-Dije que te...- no terminó de hablar cuando sintió una mano en su hombros.

-Aún no terminamos está charla- dice Aizen un poco más serio.

La capitana casi pudo sentir un miedo inhumano recorrer su cuerpo, ese poder, percibió que el teniente ocultaba mucho más fuerza de lo que aparentaba y por primera vez ese tipo no le dió mala espina si no miedo.

Aizen acomodó su cabello y volvió a pararse sobre mi escritorio.

-Muy bien escuché con atención- recomienda- Lo que yo le ofrezco es una oportunidad de tener elección, elegir con quién estar y no mentir. Tener la elección de escoger su destino, capitana, no la sangre noble o un montón de ancianos o la vida y la muerte, solamen debe escoger usted- dice con calma.

-No traicionare mis ideales por ti- le advierte con total seriedad.

-Al igual que con Son Goku, de eso se encargó usted no yo- repite con su sonrisa imborrable- ¿Cuántas ejecuciones a ordenado o desapariciones planeado?¿a cuántos subordinados o vidas inocentes a sacrificado? Tanto por esta paz a la que ni siquiera sabemos de qué protegemos, porque los Hollow no son, de ser así ya los hubiésemos exterminado hace mucho, tampoco es el supuesto porque esa vida anarquista que reina más allá de estos muros es muy evidente como para negarla- da su verdad de una forma brutal.

No sabe si por estar emocionalmente vulnerable o porque en serio sus palabras suenan convincentes. Pero Yoruichi siente en su corazón y en lo profundo de su ser que algo había en su mundo, había una gran mentira.

-Ahora mi querida capitana, ¿quiere cambiar eso?- pregunta nuevamente- Pero no dejaré que me responda ahorita, le daré tiempo- propone muy amable.

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Goku ya completamente recuperado, caminaba por las instalaciones de la Primera División, debía cumplir con la orden disfrazada de invitación que le dió el capitán comandante.

Hubiera venido antes pero tenía trabajos que concretar, ya que estaba seguro de una cosa, Kenpachi dejaría arder la división entera si pudiera y por eso no debe descuidarse ya que no desea ser echado y volver al Rukongai.

-Tsk- chasqueo su lengua al detectar muchas auras 'mirandolo'.

Podiar oír todos los murmullos a su alrededor o sentir las miradas de las personas por las que pasaba, todo eso encima de él. Los chismes son más rápidos que cualquier técnica y ya muchos se enteraron de la pelea que tuvo ayer con el capitán del tercer escuadrón.

Algunos susurros eran de miedo, otros de admiración o incluso de celos pero lo que sea no le importaba. Su mente solo se concentraba en algo, su disputa del otro día con la capitana Yoruichi.

Fue preso de su enojo y dijo cosas que muchas mujeres no quieren escuchar en sus vidas, el no era dueño de su pasado o de ella cómo para reclamarle algo y también dudaba ahora de poder tener un futuro cercano con la capitana. De sólo pensarlo sentía esa presión en su pecho que los fastidiaba, ayer su corazón latía con fuerza después de descargar su rabia con Rōjūrō y cuando le reclamó a Yoruichi y esta correspondió con un enojo igual, al final recibió una punzada y en orgullo o cobardia le dijo que se fuera.

No sabía si estar arrepentido o permanecer firme en su enojo, la quería con él pero también estaba en la posición de alguien herido o engañado, por más que las palabras de Yoruichi hayan sido profundas y auténticas aún así no se sentía tan especial como hace unos días cuando los dos compartían besos cortos y momentos de magia, no sentía nada de eso si no casi la misma soledad que tuvo cuando vivía sólo en aquel bosque.

Los dos cometieron la falta de precipitarse a una 'relacion' cuando apenas sabían sus nombres pero peor fueron sus palabras y sus orgullos que los hicieron pelear y lastimarse de una forma en la que a incluso a la más afilada de las Zanpaku-tō le costaría trabajo.

Cómo sea, siguió caminando y sintió un reiatsu muy familiar.

-Son Goku- saludo el teniente de aquel escuadrón.

-Chōjirō- lo llama por su nombre lo que causa un poco de enojo en el peli-gris.

Se crea una pequeña tensión al rededor, uno quiere la revancha y el otro dándole honor a su maestro lo aceptará.

-Vamos- le avisa y hace que lo sigue, quizás hoy no peleen.

Mientras más se acercan a la oficina es más evidente ese reiatsu. Goku admite que el anciano tiene un aura aplastante, pero a diferencia de la de Kenpachi o la suya que siempre están en un inestable movimiento y arrasando, está parecía siempre estar en una flama contenida más o menos como una vela, lista para atacar.

-Llegamos- anuncia el teniente mayor y cuatro hombres personas esperaban pacientemente.

Porque aparte del capitán comandante, estaban Shunsui, Jūshirō y alguien más.

Era un hombre alto, musculoso y de piel ligeramente bronceada estaba parado a su lado. Usa las túnicas estándar de Shinigami con una túnica azul oscuro adornada con un gran cuello vuelto hacia arriba y un símbolo de su división. También llevaba un shakujō. Su peinado era trenzado pero estaba peinado en pequeños cuernos, igual tenía un largo bigote de manillar. Unas gruesas gafas no permiten ver el color de sus ojos.

-Me alegra saber que ya se recuperó, Son Goku- antes que cualquier cosa habló Yamamoto- Ahora podremos conversar con tranquilidad. Chōjirō gracias, puedes retirarte y seguir con tu trabajo- le pidió con calma a su teniente.

El otro sólo hizo una reverencia, miró a Goku y luego se fue.

-¿Y ese quién es?- pregunta señalando a la otra energía considerablem fuerte delante suyo.

-¡¿No sabes quién soy?!- pregunta incrédulo.

¿Cómo no podía conocerlo? El era el Comandante del Cuerpo de Kidō (鬼道衆 総帥, Kidōshū Sōshi) es el gran Tessai Tsukabishi (握菱 鉄裁) que no lo reconozcan le parecía inaceptable.

-Si supiera no preguntaría- dice encogiéndose de hombros.

Una vena se marcó en su frente- ¡Se más educado con tus superiores, mocoso!- le amenazó.

-Conozco todos las energías de los capitanes, ninguna de ellas es la suya- se cruza de brazos y levanta su mentón en una postura altanera.

-Calma, calma- Ukitake que era el más pacífico de los presentes decidió intervenir- Tsukabishi-san hace parte de una organización desvinculada de nosotros pero igual es una rama del ejército en la Sociedad de Almas- explica con calma.

Los engranajes en la mente de Goku comienzan a rotar, Yumichika e Ikkaku le habían explicado sobre ese tema que vieron en la academia.

En el mundo espiritual la ejecución de leyes es dirigida y ordenada por Los 46 Centrales (中央四十六, Chūō Shijūroku) que como su nombre lo indica son están compuestos por cuarenta sabios, reunidos de toda la Sociedad de Almas, y seis jueces. Estos hombres están a cargo de juzgar todos los crímenes Shinigamis ya sea que hayan sido cometidos en la Sociedad de Almas o en el Mundo Humano.

Y bajo su jurisdicción para ordenar el uso de fuerza letal hay tres ramas:
-Gotei 13 (護廷十三隊, Goteijūsantai) que es la más grande en cantidad de Shinigami, también la que tiene más misiones y por eso existe una división especial para cada una
-Onmitsukidō (隠密機動, Fuerzas Especiales) que son la segunda organización más grande cuyo deber es más o menos de espionaje, asesinato y un montón de cosas.
- Cuerpo de Kidō (鬼道衆, Kidōshū) sus misiones son aún más secretas, por lo que es un milagro ver a un agente en servicio.

Y si frente a Goku estaba el sōtaichō del Gotei 13 y sabía que Yoruichi era la Comandante en Jefe del Onmitsukidō, por descarte ese tipo era.

-Capitán del cuerpo de Kido, interesante- dice su deducción en voz alta- Mucho gusto- inclina su cabeza.

Tessai hace lo mismo, si sus suposiciones son ciertas, el chico puede observarlo aún con las vendas.

Shunsui fue el primero en volver al tema central- Viejo, ¿no tenías algo que decir?- pregunta con tranquilidad.

Por un instante la presión espiritual de Yamamoto aumento a causa de ese apodo pero soltó un suspiro y se calmo.

-Son Goku, lo he llamado porque le tengo una proposición- dice rascando su barba.

-¿Cuál?- inclina su cabeza hacia un lado en señal de duda.

-Sea mi alumno- responde directo y abriendo un poco sus ojos.

Y como si hubiera visto un fantasma, la quijada de Goku quedó hasta el suelo. Esa no se la esperaba.

Fin del capítulo 12.

¿Qué les pareció?

Quiero avanzar rápido este fic, ya que pronto sale adaptado el último arco y quiero andar atento para nuevos detalles porque el manga lo leí ya hace tiempo.

¿Cuánto tiempo Byakuya disfrutará de ser alguien 'normal' sin la responsabilidad de ser un noble?

¿Qué hará Yoruichi?

¿Aizen es un loco o un hombre de negocios?

¿Goku aceptará la oferta de Yamamoto?

Pues todo eso se sabrá cuando esté capítulo llegue a 100 votos, les deseo suerte en eso.

Nos vemos!

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