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06: Instantes de libertad

Ningún personaje me pertenece, todos sus derechos a los respectivos creadores.

"Había una vez un gato atigrado. El gato murió un millón de veces y renació otro millón de veces, tuvo varios dueños pero no quería a ninguno. El gato no le temía a la muerte. Un día el gato fue liberado, era un gato callejero. Él conoció a una gata y los dos gatos vivieron felices juntos. Los años pasaron y la gata se murió de vieja. El gato lloró un millón de veces y después murió. No volvió a revivir."- Spike Spiegel (Cowboy Bebop)
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Byakuya no sabía que hacer, apenas llevaba 30 minutos en la Onceava División y se sentía muy fuera de lugar, estaba recargado en la pared al costado del patio de entrenamiento, solo observaba a todos sus nuevos compañeros, todo era muy nuevo.

No era para nada como la sociedad noble ni como la academia, todos actuaban de una forma más "alocada"; las maldiciones, golpes, heridas y algunos halagos por los despliegue de fuerza iban y venían desde distintos puntos, donde cada miembro de esta división formaba parte de algún grupo o concurso en los que probaban quien era el más capaz en el combate.

«Con razón la Cuarta División siempre está ocupada» pensó el joven noble al ver cómo a alguien le rompieron la nariz y tiraron un par de dientes, con el golpe de una empuñadura.

También comprendía porqué no son admitidas las mujeres (al menos no la mayoría) dentro de este escuadrón, no resistirían tanta brutalidad en un solo entrenamiento, ¿acaso estos tipos no conocían otra cosa más allá de la pelea? esa pregunta rondaría en la mente de cualquiera ajeno a esto. Llevaba rato observándolos y todo apuntaba a un rotundo no.

¿Barbáricos? Algunos shinigamis de la 12ª División, los catalogarían como eso y como unos faltos de razonamiento obvio o incluso como idiotas. ¿Perfectos para ser capitaneados por Kenpachi Zaraki? Oh, por supuesto que si.

Puede que sean la división especializada en el combate con Zanpaku-tō del Seireitei pero no actuaban de la misma forma que un shinigami normal lo haría. Los notaba más retadores, como si quisieran pelear con todo el mundo sin impedimentos hasta quedar saciados. Si, si eran ordenados, pero sus estilos de combate eran más dispersos algunos más físicos poniendo la fuerza bruta por delante, otros más de velocidad y dar cortes precisos, pero todos usando sus hojas con gran maestría y sino pues se esforzaban por aprender y hacerlo de igual manera.

Pero...absolutamente todos parecían tener mucha libertad, esta división los dejaba ser libres de pelear y saciar su sed de combate, libres de criticar abiertamente a sus pares tanto como provocaciones como consejos para mejorar sus Zanjutsu, libres de reír y gritar con euforia cada que perdían o ganaban, libres de solo ser ellos mismos usando sus espadas como quisieran y retando a quienes quisieran, todos amando el arte que existe en un combate.

Esa libertad, es la que Byakuya como noble nunca tuvo y posiblemente nunca tenga debido al protocolo con el que creció, siempre se lo repetía mentalmente "un noble debe ser frío, crítico y apático, siempre callado pero siempre observando, juzgando hasta el más minucioso detalle pero casi siempre en silencio, pero sobretodo siempre debe ser perfecto" no tenía problemas con hacer la mayoría de esas cosas, sentirse superior era de alguna forma gratificante para él. Pero tanto perfeccionismo a veces lo tenía asfixiado.

«Por estoy aquí, supongo» pensó suponiendo que su padre a parte de pedirle evolución en su fuerza, dejara que pudiese gozar como mínimo una mínima parte de la libertad que es ser parte del Escuadrón Once, al menos hasta que llegue el momento en que sea el jefe de su familia.

-¿Con qué tú eres el nuevo?- hablo Ikkaku cruzándose de brazos- Me sorprende que un chico noble entrara aquí, la mayoría no tolera tanta falta de "tacto" entre mis camaradas y duran muy poco...son unos maricas- se burló y lo ultimo lo dijo en un susurro.

Byakuya frunció el entrecejo- Yo soy muy distinto a esos patéticos, además ¿quién demonios eres tú? ¿y cómo demonios sabes que soy un noble?- preguntó serio.

-Oh perdone mis modales su alteza, soy Ikkaku Madarame- dijo con sorna y haciendo una reverencia "elegante"- Y se quien eres por tres cosas obvias. Una leí el reporte de la transferencia inmediata de un estudiante aquí, por la razón de ser de la gran familia Kuchiki- dijo con acidez eso último y el azabache chasqueó su lengua- Dos, te paras con rigidez como un típico mocoso de alta clase y seguro estas pensando en lo "poco civilizados" que somos y consideras a tu educación superior y cosas así. Y como punto tres, cierta persona contó de un noble que podría entrar aquí- mencionó tranquilo.

-Lo que yo piense no es de tu incumbencia calvo metiche, solo vine a ser más fuerte no a tener amigos- Ikkaku tenía un tic en el ojo, quería golpearlo pero también reconocía que tenía agallas y eso es algo poco común en un recluta, más si es de alta cuna- ¿Y quién te hablo de mí?- preguntó.

-¿Tú quien crees?- una tercera voz hablo y ambos giraron sus rostros en esa dirección.

Era otro joven estatura media y complexión delgada, de ojos color lila y pelo negro y brillante. Lleva el uniforme estándar de Shinigami, añadiendo a éste unos complementos de tela color naranja sobre su antebrazo derecho y su cuello, unidos por una tira del mismo color. No obstante, el rasgo más distintivo de él son unas pequeñas plumas de color rojo y amarillo que luce en las pestañas y la ceja de su ojo derecho.
Pero que su cierto aire afeminado, su forma de ser tan "narcisista" egocentrismo y vanidad algo extremos y con su gran preocupación por su belleza física no sea motivo para subestimarlo. Es un shinigami leal y de fuerza considerable, como tal disfruta de un buen combate y está dispuesto a dar su vida o la de un compañero, para cumplir los principios de la 11ª División a los que es profundamente fiel.

Él es Yumichika Ayasegawa (綾瀬川弓親), sub oficial del loco Escuadrón Once, y cabe señalarlo como el mejor amigo de Ikkaku y también originario del Rukongai.

No le tomo mucho unir puntos- Son Goku- dijo y los otros dos asintieron-¿Dónde esta él? Pensé que estaría aquí después de todo es su teniente- preguntó Byakuya confundido y sutilmente buscaba al chico de vendas, quería pelear con él de nuevo.

Ikkaku alzó los hombros en señal de no saber- Él desaparece algunas veces, supongo que entrena por su cuenta o que se yo- dijo restándole importancia

Antes de cualquier cosa se sintió un gran reiryoku caminando hacia la entrada, se notaba salvaje y con aura de sed por sangre insaciables en estos momentos, el capitán había llegado.

Zaraki acababa de llegar de una muy aburrida (desde su punto de vista) reunión de capitanes, no hacer nada y solo escuchar hablar a los "intelectuales" era completamente aburrido para un guerrero como él. Cuando entro al patio de entrenamiento vio como todos detuvieron lo que estaban haciendo y se pusieron contra las paredes, dejándole espacio y él solo se dedicaba a observar a cada uno, buscando algo o alguien.

Yachiru venía con él solo que ella estaba ocupada jugando con una oruga que se encontró, estaba muy poco interesada en lo que se pudiese efectuar más adelante, los únicos combates que veía con verdadera entretención eran los de "Go-chan" y "Ken-chan" pues ellos casi siempre la sorprenden, aunque no peleen tan enserio.

-¿Y bien?- la voz de Zaraki salió suave y paciente, eso era aún más escalofriante en él-¿Quién entrenará conmigo hoy?- preguntó sonriendo y mostrando su afilada dentadura.

Más de uno sudo y frío o paso saliva con nerviosísimo evidente, cuando Kenpachi quiere entrenar es una tortura para todo aquel que no puede bloquear más de dos de sus estocadas, o que no tienen el poder suficiente para soportar la sola presión de su reiatsu salvaje.

Con justa razón es el escuadrón donde pocos duran mucho tiempo, sino es por su debilidad y falta de compromiso o porque muchos piden el traspaso. No hay lugar para los faltos de convicción.

Byakuya lo observó, podía sentir su presión espiritual prácticamente igual de grande que el poder bruto de Son Goku, solo que este era transmitía más ferocidad incluso podía jurar que el capitán Zaraki parecía uno de sus berserker de los que había leído una vez, imparable y siempre con sed de sangre que no distinguiría entre aliados o enemigos por solo tener una batalla satisfactoria.

Dio un paso al frente, dispuesto a probar que no es como otros nobles y aunque en el fondo estaba nervioso por su orgullo no lo demostraría. La mayoría de sus compañeros estaban sorprendidos, incluso Ikkaku y Yumichika. Si nadie se ofrecía algún oficial hubiese empujado a un novato al frente y que soportase un duelo con el capitán, pero esta no fue la ocasión.

Kenpachi sonrió como solo el sabe y dio golpe fuerte con su Zanpaku-tō-¿Cómo te llamas mocoso?- preguntó.

-Soy Byakuya Kuchiki- respondió sin titubear tanto.

Muchos se sorprendieron por ese apellido, mientras Zaraki arqueó una ceja con curiosidad pero no dijo ningún comentario extra, no le importaba de donde viniera él o alguno de sus subordinados, solo quería que fuesen fuertes.

-Bien- deslizó su espada por el piso generando un rechinado ensordecedor-¿¡Qué esperas!?- exclamó con una sonrisa inquietante.

Por una fracción de segundo dudo pero solo fue eso, desenfundó su Zanpaku-tō y corrió hacia el capitán.

Mientras tanto...

Yoruichi se dirigía al mismo punto en el bosque, donde se encontraba su...aún no tenía una definición clara para su relación con Goku. No podían considerar que son "amigos", en una amistad normal no se roban besos o dan muestras de afecto. Y tampoco habían llegado a algo tan formal como para ser pareja, además la falta de conocimiento que tenía cada uno del amor era un contratiempo mayor para que dieran ese paso. Por lo tanto, solo eran dos personas que se querían de alguna manera y solo eso les bastaba por ahora.

Había llegado pero no lo encontraba a simple vista, por lo que moviendo su cuello lo pudo observar. Allí estaba sentado en la firme rama de un gran árbol, con su cabeza recargada en el tronco y de brazos cruzados, ¿no habrá notado la presencia de la morena?.

Con extraña agilidad como si se tratase de un gato, la capitana subió y se posó en la misma rama frente al peli punta, agradecía que esta fuese más resistente sino caerían como la otra vez. Se puso a horcajadas Justo como él, solo que lo estaba mirando de frente. La respiración del joven era tan tranquila que parecía estar dormido, aunque su reiatsu no parezca cambiar tanto aún estando relajado.

«Si es así, ¿cómo se cuando pelea en serio?» pensó intrigada, lo siguió observando reconocía que se veía algo tierno así-(Me traes como un tonto fantasma, viéndote descansar y tú ni en cuenta)- pensó aburrida pero con una suave sonrisa.

Acaricio su mejilla, no estaba acostumbrada a estas cursilerías pero si era más detallista que el congrio en estas cosas, acercó un poco su rostro al de él-¿No me dirás "hola" primero?- eso la tomo por sorpresa.

-¡Baka!- exclamó Yoruichi, claramente asustada y dándole una cachetada al azabache, que de milagro no se cayó del árbol.

-¡Auch!- eso le dolió ligeramente, por suerte aún tenía su guardia algo alta-Supongo que me lo merezco- murmuro.

-¿Cómo sabias que era yo? no hice ningún ruido- dijo confundida, no está avergonzada sólo aturdida.

-Nunca olvido la marca de un reiryoku, obviamente el tuyo no es la excepción. Solo me quede callado para ver qué hacías- Goku se encogió de hombros-Y por cierto-le dio un rápido beso en la mejilla-Supongo que es lo más cercano a lo que querías darme-dijo tranquilo.

Ella negó rápidamente, no pensaría en tonterías y tampoco dejaría que sus mejillas se calentaran.

-¿Cómo te a ido?- preguntó el azabache sentándose normal y la peli morada hizo lo mismo.

-¿Qué te puedo decir? La rutina aburrida de siempre. Papeleo, reuniones, reclutas nuevos y mis subordinados incompetentes- hablo cansada-Ademas mi protegida está haciendo muchas preguntas, sobre a donde me escabullo entre semana...

-¿Sofía?- la interrumpió, ya la había mencionado antes pero esperaba recordar bien su nombre.

-Es Suì-Fēng, pero estuviste más cerca que otras veces- lo corrigió con burla y Goku solo se dio un zape mental-Por unos momentos me siguió pero logré borrar mi paso- explicó tranquila y él asintió.

Una especie de relación, más allá del trabajo. Entre capitana/teniente de distintos escuadrones, una perteneciente a una de las cuatro grandes familias del Seireitei y el otro proveniente del lugar más lejano del Rukongai. Eso sin duda sería un escándalo con un muy posible castigo.

-Ya veo...- no dijo nada, aunque si se alegraba de que pudiese esconderse-Por suerte a mi me resultó más fácil escabullirme del entrenamiento- comentó sonriendo de medio lado.

Así se estaban tornando sus encuentros, dando excusas rápidas y esperando los momentos precisos en los que sabían que el otro podía estar. Y aunque podían llegar a ser instantes cortos en los que eran libres de sus responsabilidades, los apreciaban.

-¿Tú dando por alto un entrenamiento?- preguntó confundida, conocía muy bien la dedicación de Goku a mantener siempre un buen nivel-Me alegro de saber que viniste, pero es extraño en ti- en solo poco tiempo lo conocía considerablemente bien.

-Lo sé, solo que ahora me siento estancado- enseño su arma-Aún no logro entrar en sintonía con esta cosa- hablo frustrado.

Yoruichi solo lo vio con comprensión-El legendario Dios de las Espadas forjó una para cada alma, solo debes tener paciencia y esperar que te revele su nombre- puso su mano sobre la de él en señal de confianza.

-Eso espero- dijo suspirando-Siento lo que ella en un solo lapso de tiempo, lo hago, me está gritando por libertad pero no sé cómo dársela- hablo cansado.

Hace unos días pudo sentir el desgaste del filo de su hoja igual que la de Kenpachi, solo que lo suyo era más rápido y sabía que lo suyo era más rápido. Presentía que tanta presión la iba a romper, la estaba lastimando y eso era preocupante porque dudaba si se pudiese regenerar o no.

Por eso hace poco fue a la academia, averiguar si podía aprender como despertarla. Por otro lado Yoruichi tuvo una idea.

-Creo que se como ayudarte, solo dame un poco de tiempo- esperaba que Urahara la dejase usar, ese lugar.

-¿Enserio puedes ayudarme?- preguntó esperanzado.

-Siempre estaré para ti- dijo sonriendo un poco. Antes de que pudiese decir algo más, Goku hizo que se sentara en su regazo y la abrazo con fuerza, todo en un instante-¿A...qué se debe esto?- preguntó sorprendida.

-Solo quiero recordar cómo eres, por si te vas después- fue lo primero que se le vino a la mente. Aunque esas palabras podrán ser dolorosas en un futuro.

-¿De qué hablas? No me iré a ningún lado, además tú tampoco. Incluso podrás ser capitán en un futuro y así no habrá problema con que salgamos más seguido- propuso correspondiendo el abrazo.

-Por ahora solo encajó en la 11ª División, pero para ser su líder debo matar al actual- está claro que eso no lo va a hacer, mucho menos por un cargo así-Ademas ser líder no se me da tan bien como a ti- dijo poniendo su mentón sobre la cabeza de la morena.

-Eres tan complicado, ¿me seguirías si escapo de esta vida?- preguntó y Goku se calló unos segundos.

-Nuestro trabajo en teoría es ser encarnaciones de la muerte, pero hablas de vidas- soltó un suspiro- ¿Por qué escaparías?- preguntó.

-¿Por qué me quedaría? Todo es probable- respondió- Un día puedo levantarme y ya no tendré cabida aquí, ni aquí- lo último lo dijó poniendo su dedo justo donde estaba el corazón del peli punta.

-Quieres que te siga al fin del mundo o también dudas de lo que siento- estaba confundido, hace un par de lunas aún no sabían lo que sentían y aún dudaba de que ya lo hicieran.

Se alejó un poco aún sin soltar el abrazo para verlo a centímetros de sus rostros, no poder sus ojos por lo que solo debía confiar en lo que diría solo con su intuición.

-¿Me quieres lo suficiente para correr junto a mi lejos de la vida de un shinigami?- preguntó directamente.

-Me dejas en una encrucijada. Te quiero pero de eso no se vive, también me gusta esta vida pero tampoco me aferro- hizo una pausa- Decidir entre una persona y una vida es tan complicado, que solo te puedo proponer disfrutar esto y luego hablaremos de escapatorias y si ya nos amamos o aún lo estamos averiguando- propuso.

Yoruichi lo observó y luego no dijo nada, solo lo abrazo. No supo de dónde salió esa duda, pero los malos presentimientos siempre inician con preguntas.

Momentos después...

Goku estaba de brazos cruzados mientras una muy apresurada Yachiru le narraba el combate de Kenpachi con Byakuya. Y atrás estaba recargado él joven Kuchiki en una pared, con vendajes en sus brazos, torso y un par de moretones.

Al parecer si habían captado la suficiente atención de la niña, para que explicase con detalle-Debiste a haberlo vis...debiste estar aquí Go-chan- el peli punta solo negó un poco con esa corrección.

-¿Así qué aguantaste lo suficiente para que el viejo, no te rompiera los huesos?- preguntó y solo escuchó un bufido como respuesta-Felicidades- dijo sonriendo.

-¿Por qué me felicitas? Perdí- dijo Byakuya confundido y algo enojado, alumno y maestro ya lo vencieron.

-Pues hazte más fuerte y evita perder más peleas, así funcionan las cosas por aquí- explicó-Bienvenido al Escuadrón Zaraki...Byakuya Kuchiki-

Fin del capítulo 6.

Bueno este capítulo se baso en dos cosas. Byakuya en la división de Kenpachi. Y hubo un corto momento entre Goku y Yoruichi, aunque siento que este shipp está resultando forzado, ¿ustedes que opinan al respecto?.

Hasta luego...

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