—Dicen que será bueno para nuestras carreras como solistas —dijo él—. Solo sería por unos meses, y luego ...
—¿Y luego, Baekhyun? —le pregunté, tratando de asimilar la información—. No necesitas más fama. Me da igual que a ella le interese o que la jodida empresa necesite un revuelo ahora. Si quieren llamar la atención, pueden buscar otra forma.
Los dos sabíamos que esa clase de rumores no eran sanos. Baek ya había sufrido mucho por su supuesta relación con Taeyeon y no podía creer que estuviera cediendo de nuevo.
—Ella sacará un single pronto —me explicó, reflexivo—. Quieren que su nombre suene antes del anuncio y mi segundo álbum tampoco tardará mucho en salir. Nuestros mánagers piensan que nos dará beneficios y ...
Las ojeras pesaban bajo sus ojos y la chispa que habitualmente habitaba en sus pupilas no aparecía por ninguna parte.
Lo estaban cargando con demasiados proyectos. A pesar de que EXO permanecía inactivo, él no había parado de trabajar desde el verano pasado. Ya había transcurrido casi un año y el cansancio estaba ganando la batalla. Lo conocía bien y, cuando su carrera musical lo superaba, se dejaba arrastrar. No plantaba cara; solo callaba y asentía mientras los demás decidían por él.
—¿Vas a dejar que esos malditos rumores vuelvan? —inquirí, realmente dolida por la poca importancia que le daba al asunto.
—Nunca se fueron, Haeri —murmuró, dejándose vencer—. La gente sigue hablando sobre nosotros dos.
—Porque nunca llegasteis a desmentir todo lo que se dijo entonces, Baek. Medio país sigue creyendo que tenéis una relación en secreto desde hace años y tú haces como si nada —le espeté, ganándome una mirada de resentimiento por su parte—. Haces como si yo no existiera.
Él no quería pelear. No quería hablar. Estaba agotado, y lo comprendía. Siempre supe que su profesión era sacrificada y que se tendría que entregar a ella tanto o más que a nuestra relación. Era consciente de lo que un idol debía poner en juego a diario, pero Baekhyun estaba olvidándose de mí y de todo lo que sentía.
Ni siquiera quería discutirlo.
Simplemente, se sentó en el sofá de casa, frente a mí, y me miró. Llevó su mano hasta mi antebrazo, tomándolo entre sus finos dedos en una caricia.
—No digas eso, Eri ... —murmuró, arqueando las cejas.
—Cuando ocurrió hace años, no éramos pareja. Solo amigos, ¿lo recuerdas? —le pregunté, apenada por el inexistente empeño que ponía por protegernos.
Respiró hondo y asintió.
—Claro que lo recuerdo —dijo, soltando mi brazo.
Tragué saliva, intentando medir mis palabras.
—Lo odiabas. Odiabas cómo te emparejaban con ella. Puede que al principio fuera algo inocente, pero se convirtió en un problema serio —le dije—. Incluso os obligaron a tomar aquellas fotos y a fingir que ...
—¿Crees que disfruto con esto? ¿De verdad? —su gesto de tristeza se había tornado en uno de enfado—. Yo no he pedido que saquen a la luz todo otra vez. Me opuse. En la maldita reunión que tuvimos dije que no lo haría, pero a veces mi opinión no es suficiente.
Las lágrimas comenzaban a picar, ansiando caer libremente y embadurnar mis mejillas.
No soportaba esa situación.
No soportaba ver la indiferencia de mi novio.
No soportaba sentirme como un cero a la izquierda.
—¿Y ahora? ¿Qué se supone que debo hacer? —me observó con atención—. Puede que a ti no te importe, puede que prefieras dejarlo estar para evitar líos en la empresa. Si fuera otra cosa, te apoyaría, pero en esto no. Porque tengo unos sentimientos, Baek —le aclaré, perdida en el arrepentimiento que inundaba su mirada—. Y si tú no vas a velar por ellos ni un poco, entonces seré yo la que se encargue de esto.
Esperé un segundo, deseando que dijera algo. Sin embargo, sus labios no se abrieron y él agachó la cabeza, rendido.
No iba a pelear y, al darme cuenta, dejé ir un suspiro.
Reteniendo la rabia, fui hasta nuestra habitación, dejándolo en el salón.
Nunca habíamos tenido una discusión como aquella.
Si había algo que nos molestaba, por estúpido que fuera, lo hablábamos sin perder el tiempo. Arreglar los problemas que surgían continuamente era una de nuestras especialidades. No dejábamos que los inconvenientes amenazasen lo que teníamos porque podíamos solucionarlo juntos.
Y tenía que aceptar que Baekhyun no pensaba resolver nada en aquella ocasión.
Abrí el armario y agarré una chaqueta de cuero. Tomé todo lo que se me pasó por la cabeza, incluyendo mi teléfono móvil, y limpié las pocas lágrimas que habían escapado de mis ojos en el momento en que escuché los livianos pasos de Baek por el pasillo.
Guardé mi billetera en el bolso adecuado y di la espalda a la puerta.
—Haeri, escúchame ... —comenzó a decir.
—Ya te he escuchado lo suficiente —solté, cortante y fría.
Atravesó el cuarto y llegó hasta mi posición, al lado de la cama.
Me dolía demasiado que no entendiera mi posición. La comprensión había sido siempre un pilar y él estaba ignorando mi sufrimiento por su propio bienestar.
Comprendió que no podría convencerme al ver la furia con la que guardaba mis objetos personales en el bolso. Llegaría tarde al trabajo y encima mi maquillaje se vería arruinado.
—¿Quieres que te lleve a la oficina o prefieres ...?
—Iré en taxi —le contesté—. Tú puedes llevarte el coche.
Resopló, cansado de la pelea.
—No seas así ...
—¿Así? —dije, irritada. Me volví, mirándolo a la cara—. ¿Cómo soy, Baekhyun? ¿Me estoy comportando como una niña con un berrinche? ¿Eso vas a decir?
Negó, humedeciéndose las comisuras.
—Solo ... No quiero que estemos mal —me explicó, dejando caer los hombros—. Entiendo que te enfades, pero no puedo hacer más.
Sentí un mazazo en el pecho al escucharle.
Dolida, me giré hacia él. ¿Acaso no importaba que fuéramos pareja? Éramos un equipo en todas la decisiones que tomábamos, pero Baek había elegido sin pensar en mí. Me había excluido y fui consciente de ello en cuanto mis ojos se encontraron con los suyos.
—Nunca creí que dirías algo como eso —fruncí el ceño, incrédula—. Siempre se puede hacer algo más. Siempre. Pero resulta que voy a tener que ver cómo todos hablan de la bonita pareja que forma Byun Baekhyun de EXO y Kim Taeyeon de Girls Generation, por segunda vez —le recordé, abriendo por completo la herida que habíamos abierto esa mañana—. Tendré que tragarme el amor que siento por ti. Todavía más, porque, claramente, no lo he tenido callado desde hace cuatro años, ¿verdad?
Sus orbes brillaron, lastimeros. Sabía que mis palabras le dolían, pero estaba tan cabreada con su forma de actuar que no me dejé llevar por él y me mantuve firme.
Agarré mis cosas y me encaminé hacia la puerta de la habitación. Antes de salir, me detuve por un breve instante bajo el marco. Una parte de mí esperaba que Baek reaccionara y entendiera lo mucho que me molestaba saber de sus planes. Entre Taeyeon y mi novio no ocurriría nada. Baekhyun me quería y yo estaba segura de que los sentimientos que compartíamos no se apagarían por una estúpida noticia como aquella. Era algo comercial, puramente promocional, pero me lastimaba de igual manera.
Quería que me detuviera y que me dijera con su tierna voz que no aceptaría ningún trato que implicara un escándalo con una mujer, fuera quien fuera.
Esperé dos segundos y no se movió. Ni un centímetro.
Ese fue el impulsor que me hizo emprender la marcha a través de nuestro departamento hasta llegar a la puerta principal. Con la mirada borrosa por las gotas que se habían acumulado en mis ojos, logré ponerme los zapatos y salir de la casa dando un pequeño portazo.
Bajé las escaleras del edificio a todo correr y recibí el aire fresco primaveral, lamentando haber discutido con Baekhyun.
No podía soportar que algo pudiese ser una amenaza para nuestra relación. Me aterraba que aquel pudiera ser el final.
Y, pese a todo ese miedo que cargaba dentro, detuve a un taxi frente a la residencia en la que vivíamos. Di la dirección de mi trabajo y subí al automóvil, retirando torpemente las lágrimas que seguían bajando por todo mi rostro.
Esa maldita estrategia y mi terrible orgullo podían significar un adiós para el que ninguno estaba preparado.
🗝🗝🗝
El día transcurrió como siempre. La jornada se me hizo un poco más larga de lo habitual, pero sabía la razón. Baekhyun me llamó un par de veces y yo no quise descolgar el maldito teléfono cuando vi su nombre aparecer en la pantalla. Dejé que el tono de llamada sonase hasta el final y apagué mi móvil, volviendo a mis quehaceres.
Apenas me quedaba una hora para poder volver a casa, sin embargo, con los ojos puestos en mi reloj de pulsera, me pregunté seriamente si estaba lista para enfrentar de nuevo a Baek.
Me sentía mal por haberle tratado de aquella manera. Yo no era celosa y tampoco quería darle esa impresión a mi novio. Solo buscaba que se diera cuenta del daño que me haría si aceptaba formar parte de aquella relación ficticia.
Puede que esa artimaña fuera un incentivo para que su nombre se repitiera más veces en las redes sociales, pero Baek no era de esos. Él no caía en los estúpidos juegos que su empresa inventaba cada cierto tiempo. Creía que tuvo suficiente cuando el grupo comenzaba a despuntar y decidieron envolverlo en el escándalo con Taeyeon. Desde aquel momento, él se negó en rotundo a ganar fama de esa sucia manera. Era joven y creyó que hacía bien escuchando a la gente que tenía cerca. Se equivocó y más adelante me lo reconoció, poco después de que comenzáramos a salir en secreto.
Baekhyun tenía un corazón de oro y el tiempo le ayudó a asimilar lo que significaba ser una figura pública y tan reconocida. Ser uno de los vocalistas principales de EXO y tener a las espaldas el sello de SM Entertainment era complicado, sobre todo si quería mantener su imagen limpia, libre de escándalos con otras celebridades. Baek quería que lo reconocieran por su trabajo como idol y cantante, no por ser la pareja de una de las integrantes de Girls Generation.
Por eso me había chocado tanto que no le importara que esa maldita noticia resurgiera de unas cenizas que nunca se apagaron del todo.
Debía de estar muy estresado como para no oponerse a aquellos planes. Aunque, incluso si el trabajo no le dejaba pensar con tranquilidad, no podía justificar su decisión. Dejarse llevar por lo que otros planearan no era algo propio de él y me preocupaba. Me preocupaba mucho.
—Unnie —la voz de Soojin me devolvió a la realidad—. ¿Unnie? ¿Estás bien?
Me giré, sonriendo levemente a la joven chica que acababa de entrar en mi despacho.
La maqueta seguía sobre la mesa, intacta, y eso dejaba bastante claro que no estaba muy concentrada. Lo único bueno que podía sacar de aquello era que nadie me echaría la bronca por no terminar el diseño. Ser la jefa me salvaba de ese tipo de problemas, por suerte.
—Un poco distraída, pero bien —le dije a la castaña, recogiendo unos cuantos planos que no me servirían—. ¿Qué haces aquí? ¿Pasa algo?
Soojin comenzó a trabajar en la empresa dos años atrás y desde el primer minuto congeniamos. Se podría decir que ella era como mi mano derecha. Todavía le quedaban cosas por aprender, pero ponía esfuerzo en todos los proyectos que nos enviaban de la sede. Nunca me había decepcionado y supongo que, en algún momento, nos convertimos en amigas. No solo nos unía una relación laboral.
Ella se acercó a mi mesa y observó los pequeños bloques de madera que utilizábamos para las maquetas. Estaban repartidos por la superficie de una forma un tanto caótica y se dio cuenta de ello con un rápido vistazo.
—¿De verdad va todo bien? Llevas todo el día encerrada aquí y tampoco quisiste venir conmigo a la hora de la comida —dijo, haciendo un tierno puchero que me sacó una sonrisa.
—Bueno ... Tengo algunos problemas en casa. Eso es todo.
Me encogí de hombros, como si no fuera la gran cosa a pesar de no poder sacarme de la cabeza a Baek.
—¿Tu novio? —me preguntó, tomando algunas piezas por su cuenta. Yo asentí, agradecida por su ayuda—. Ahora que lo pienso ... Nunca me lo presentaste. ¿Habéis discutido?
—Algo así —murmuré, recogiendo.
—Por eso tú teléfono ha sonado tantas veces hoy y no respondías, ¿cierto?
Mi silencio bastó para que Soojin supiera que había dado en el clavo.
¿A quién quería engañar? Lo echaba de menos. Siempre que su horario se lo permitía, salíamos a comer juntos o yo iba a algún lugar cerca de la agencia para verle un rato. No recordaba haber estado tantas horas sin hablar con él y me molestaba.
A veces imaginaba cómo sería si el orgullo no me pudiera. Él no era quisquilloso, sino todo lo contrario. Soportaba mis berrinches y mis enfados cuando algo no iba bien en las oficinas. Si las maquetas se extraviaban por accidente, era Baekhyun el que me convencía de que tenía solución. Lograba rebajar mi fuerte carácter con unas pocas palabras, pero esa vez era diferente porque mis nervios se habían desatado a raíz de una discusión en la que él era el protagonista.
—No sé cómo arreglarlo, Soojin —le expliqué, agotada de luchar conmigo misma—. Nunca me había enfrentado a él de la forma en que lo he hecho hoy y sé que debería haber intentado entender su posición ...
Me senté y mi compañera repitió la acción, dejándose caer en una de las butacas que decoraban el despacho.
—¿Tan complicado es? —inquirió, algo más tensa.
—No sé si lo es, solo ... Solo lamento haberle hablado como lo hice —me maldije, recordando sus pupilas apagadas por todo lo que le dije en plena discusión—. No sé cómo explicártelo.
—Puede que lo más sencillo sea hablar del asunto que tengáis sin perder los estribos.
—Ese es uno de los inconvenientes —hice una mueca—. Es algo que me supera y no sé cómo discutirlo sin que mi vena más egoísta salga a la luz.
Me pellizqué el labio inferior, sintiéndome mal por haber ignorado a Baek durante todo el día.
—Mmmm ... Si piensas que los dos os comportásteis mal, deberíais intentar arreglarlo juntos —me aconsejó, pensativa—. Siempre que hablas de él, te ves muy enamorada, unnie. Y supongo que ese chico también te quiere mucho. No creo que una pelea de pareja sea muy peligrosa.
Pero no era una simple pelea. Las palabras que nos dijéramos Baekhyun y yo eran lo de menos. El miedo que había nacido en mi interior iba dirigido hacia la futura repercusión que se crearía cuando la noticia se publicara. Ellos tendrían que expresar un amor fingido y les obligarían a pasar tiempo juntos. Yo no dudaba de Baek. Ya me había demostrado todo lo que sentía por mí en numerosas ocasiones, pero Taeyeon era otro cantar.
No tenía ningún tipo de contacto con ella y prefería que siguiera siendo así. Nunca me pareció trigo limpio y, años antes, cuando todos pusieron sus ojos sobre Baekhyun y ella, dejó muy claro que sentía algo por el chico al que yo amaba. Puede que solo fuera atracción o curiosidad, pero no me gustaba saber que sería ella.
Mierda ... ¿Tan difícil sería? Solo deseaba estar con Baekhyun y vivir como lo habíamos hecho hasta entonces. Si no podía decirle a todos que él era el hombre con quien quería pasar el resto de mis días, lo soportaría. No era un gran contrariedad. Podía mentir, pero no sería capaz de escuchar todos los comentarios que surgirían apoyando esa farsa.
—Oh, por cierto —dijo Soojin, recordando algo de repente—, hace un rato llegó la confirmación de la propiedad de los Song. Dicen que esperarán a que termines con los planos y que contactarán contigo en un par de días para ultimar los detalles —me comentó—. Se me había olvidado por completo. Creo que avisaron hace un par de horas, justo cuando salió el anuncio de Dispatch. Ni que lo hubieran hecho a propó ...
—¿Dispatch? —mi voz salió débil, temerosa de lo que Soojin había dicho—. ¿Qué ha dicho Dispatch?
El pulso se me aceleró al darme cuenta de lo que podía significar aquello.
Mi compañera sacó su móvil y se acercó a mí. Se acomodó en el brazo del pequeño sillón, desbloqueando el aparato.
—Mi hermana pequeña me mandó un mensaje antes con la noticia ... —titubeó, revisando sus chats hasta dar con el indicado—. Aquí está —abrió el enlace y me mostró el teléfono—. Dice que a las doce de la noche revelarán el nombre de un idol bastante famoso que está en una relación. Muchos están comentando que podría ser un artista de SM, pero nada es seguro ... Mi hermana no deja de enviarme todas sus hipótesis —dijo, con alguna que otra risa.
El titular decía que sería algo inesperado y que pillaría a muchos por sorpresa. Mi mundo terminó de venirse abajo. Baekhyun ... Él de verdad no iba a hacer nada para impedir que esa locura volviera a ocurrir.
Agaché la mirada y respiré hondo.
—Lleva más de una hora diciendo que podría ser un integrante de SUPER JUNIOR. Son de los más mayores y, bueno ... Tendría sentido, según ella —dijo, restándole importancia.
—Parece que ahora muchos están haciendo públicas sus relaciones sentimentales —murmuré, contrariada.
—Sí, pero nadie lo ha hecho desde que se publicó que Chen tenía pareja y estaba esperando un niño ... —soltó Soojin—. Muchas chicas se enfadaron, ya sabes ... Incluso querían que se marchara del grupo por ello, pero él solo está haciendo su vida. Los idols también tienen derecho a tener una familia —se detuvo y me miró a los ojos, algo sonrojada—. Perdón, unnie. A veces se me olvida que estamos en el trabajo y digo cosas impertinentes ...
Soojin eran tres años menor que yo y, teniendo en casa a una adolescente, era normal que estuviera al día de la vida de media industria musical. En realidad, no me importaba que habláramos de esas cosas. Sin embargo, el tema de Jongdae era más peliagudo de lo que ella podía imaginarse.
Había vivido todo el proceso desde las sombras y había sufrido por él y por Yeeun. Soojin no tenía ni idea y por eso hablaba con tanta naturalidad, pero la imagen de Jongdae se había visto muy perjudicada después de aquello. Sabía que lo había contado porque no podía ocultarlo por más tiempo, incluso si Yeeun no quería que se supiera. Solo había hecho lo mejor para su familia y me sentía orgullosa de él. Tuvo las agallas necesarias y, a pesar del odio que recibió por parte de algunas niñatas sin sentido común, tuvo un gran apoyo. Los chicos estuvieron con él desde el minuto uno; no dejarían que pasara por todo eso en soledad. Baekhyun estuvo muy preocupado por él los primeros días y, aunque las aguas se habían empezado a calmar, sabía que no le quitaba el ojo de encima a Jongdae.
Supuse que mi gesto la alertó. Estaba asustada por lo que pudiera desencadenar aquella noticia, tanto para la carrera de Baek como para nuestra vida. El miedo podía leerse en mi rostro, así que carraspeé y negué, tratando de calmar mis temores.
—No te preocupes —me forcé a sonreír un poco, aliviándola—. También tuve mi época de fanática.
—¿De verdad? —me preguntó, nuevamente relajada—. ¿Y quién es tu bias? El mío es Junmyeon-oppa —dijo, emocionada—. EXO es el único grupo que me sigue gustando aún.
Sonreí por lo adorable que se veía hablando de sus gustos musicales. Si supiera que Baek y yo estábamos saliendo ... No sé cómo reaccionaría. Ella era lo suficiente madura para entenderlo y aceptarlo, pero seguiría guardando el secreto.
—Supongo que sería Baekhyun —le respondí, con media sonrisa.
—Baekhyun-oppa es genial ... —suspiró—. La mujer que esté a su lado será increíblemente afortunada, ¿no crees? Es amable con los demás, divertido y guapísimo —enumeró al tiempo que sus orbes brillaban de pura emoción—. Ojalá pudiera encontrar a alguien así.
"Y cocina mejor de lo que la gente piensa", pensé, pero apreté los labios para contener una sonrisa rebelde y cambié la respuesta.
—Sí —le di la razón—. Es una increíble persona.
Baekhyun siempre fue muy transparente frente a las cámaras, pero había cosas que el mundo no conocía. Cosas que seguirían siendo solo nuestras.
Estuvo conmigo cuando más lo necesité y me quiso más de lo que me quería a mí misma. Definitivamente, esa mujer era afortunada. Lo era, y nunca me arrepentiría de haberme enamorada de él. Más allá de la figura que proyectaba al mundo ... Baek era mi mayor amigo y confidente. No eran facetas que sus fans conocieran, sino algo mucho más privado que yo había tenido la suerte de descubrir. Y le estaba infinitamente agradecida por dejarme amarle como mejor sabía.
El teléfono de la oficina sonó de pronto y Soojin se levantó.
—Iré a responder —me comunicó, alisando su falda—. ¿Quieres que cenemos juntas hoy, unnie? —dijo, mirándome mientras caminaba hacia la puerta.
—Tengo que hacer una llamada, pero creo que sí —le dije, sonriente.
—De acuerdo —canturreó, saliendo del despacho.
La observé desaparecer y, una vez sola, tomé mi móvil de la mesa.
Baekhyun estaría preocupada por no poder contactarme, así que lo llamaría. Tenía unas terribles ganas de pasar la noche con él, pero no sabía muy bien cómo mirarlo a la cara después de haberme comportado como una niña.
Encendí el dispositivo, encontrándome con tres llamadas más a su nombre.
Dejé ir un suspiro.
Había unos cuantos mensajes también. Me repetía perdón numerosas veces, amenazando con presentarse en mi trabajo si no daba señales de vida pronto. Sonreí como una tonta al leer aquello y me fijé en que el último lo había enviado hacía apenas diez minutos.
Pulsé en la barrita vacía y tecleé.
"Yo también lo siento. Nos vemos después en casa 💜"
20:35 ✔️
—Unnie, es para ti —dijo Soojin, apareciendo de un salto.
—¿A estas horas? —pregunté, comprobando que eran más de las ocho y media de la tarde—. ¿Quién es?
Se encogió de hombros, algo divertida.
—No quiso decirme su nombre —hizo una señal con la mano—. ¿Te paso la llamada?
Por un segundo, pensé que podía ser Baek. Sus amenazas eran muy graciosas, pero sabía perfectamente que era capaz de ir hasta allí para verme. No me extrañaba que llamara en lugar de presentarse en el edificio.
—Sí, por favor —dije, girándome hacia el télefono que tenía en mi escritorio.
Ella se marchó otra vez y yo esperé a que el sonido llegara a mis oídos. Apoyé el aparato cerca de mi oreja, escuchando un pitido.
—¿Sí? —interpelé a la persona que me buscaba.
Hubo un breve silencio que dejó paso a una voz que conocía a la perfección.
—¿Noona? ¿Eres tú? —habló bajo, con algo de miedo.
Las esperanzas de oír a Baekhyun se deshicieron por completo y fueron sustituidas por un inmenso agrado.
—Jongin, ¿qué estás haciendo? —fruncí el ceño, aguantando la risa.
No entendía por qué me llamaba al trabajo, pero era gracioso escucharlo hablar como si fuera un espía a punto de ser atrapado in fraganti.
—¿Has terminado ya? Te estamos esperando fuera —me dijo, sin responder mi pregunta.
Todavía quedaban unos minutos para cerrar la oficina y poder marcharme. Irme antes de lo habitual no era propio de mí, sin embargo, saber que Jongin estaba en la entrada del edificio esperándome me obligó a ser un poco irresponsable.
—Dame dos minutos y estoy ahí —le murmuré, asegurándome de que Jisoo no estuviera a mis espaldas.
—Vale —y colgó.
Yo me di prisa en coger mis cosas y apagar las luces de mi estudio.
Cuando Soojin me vio saliendo, se extrañó mucho. Me siguió con la mirada, viendo como llegaba a la entrada de la oficina y agarraba la chaqueta.
—¿Te vas ya?
—Sí, me están esperando —le expliqué, colocando el cierre de mis zapatos—. Lo siento, pero no puedo quedarme a cenar. ¿Mañana te parece bien?
Ella asintió con una linda sonrisa.
—Claro, unnie. Pásalo bien y haz las paces con tu novio —dijo, guiñando el ojo—. No quiero triste ni un día más.
—Eso haré —le devolví el gesto y agarré el pomo de la puerta—. Te dejo encargada de cerrar. Hasta mañana, Soojin.
—Adiós, unnie —me despidió.
Cerré tras mi paso y corrí hasta los ascensores del bloque.
Normalmente, los chicos cenaban juntos cuando acababan los ensayos. Me resultó raro que aparecieran a esa hora y más aún que fueran hasta mi trabajo.
Al llegar al hall, me encaminé hacia la puerta principal, despidiéndome del portero con una ligera reverencia. Empujé la pesada puerta y divisé una figura estática a unos metros. Llevaba un crubebocas, por lo que no habría sabido de quién se trataba de no haber sido por característico gorro.
Sonriente, fui hasta él y toqué su hombro. Jongin se giró y sus grandes ojos se achicaron, dando a entender que una de sus tiernas sonrisas surcaba los labios que aquella tela negra estaba cubriendo.
—¿Vas a decirme qué haces aquí, Jongin?
—Hyung y yo queríamos cenar contigo y decidimos venir —declaró—. ¿Te ha molestado? —giró un poco la cabeza, esperando no haberme importunado.
Hyung. Aquello fue lo más importante para mí y mi amigo se dio cuenta en el instante en que mi mirada huyó hasta el aparcamiento, deseando localizar el coche de Baek.
Al cabo de unos segundos barriendo el lugar, mi ilusión se apagó como una vela.
—Noona, el hyung que buscas se quedó en la empresa revisando unas grabaciones —explicó y yo me sentí un tanto estúpida—. ¿Ha pasado algo? Él parecía preocupado hoy y tú también.
Me señaló el coche de Junmyeon y yo resoplé. De camino a donde nos estaba esperando, decidí contarle brevemente a Jongin.
—¿Baekhyun te ha hablado de la fantástica idea que alguien de vuestro equipo ha tenido? —dije, observando el asfalto.
—Oh, eso ... Sí, algo nos dijo —balbuceó, comprendiendo lo que pasaba—. Ni siquiera está confirmado, noona. Puede que no ...
—A él no parece molestarle que lo emparejen por segunda vez con ella.
Jongin no dijo nada más y ambos subimos al coche.
Con el ánimo igual de bajo, saludé a Junmyeon. Me acomodé en el asiento del copiloto y él ladeó la cabeza, sospechando la razón de mi tristeza.
—¿Cómo estás?
Me puse el cinturón y lo miré.
Junmyeon y yo nos conocíamos bien. Siempre estuvo para mí, desde que Baek nos presentó a principios de la década pasada, así que le bastaba una mirada para saber que las cosas no andaban como deberían.
—Hambrienta —esbocé una mueca.
Él me sonrió amablemente y arrancó el motor.
Durante el corto trayecto en coche, les pregunté cómo había ido su día. Jongin se emocionó hablándome de todo lo que estaba preparando con Taemin para el regreso de SUPER M. A veces parecía un niño al que le habían regalado su piruleta favorita, pero adoraba que fuera de esa manera.
A mitad de la charla, me fijé en que Junmyeon conducía en dirección a mi restaurante favorito y mi sonrisa se agrandó por momentos. Ni siquiera necesitaba decir algo porque ya se estaba ocupando de consolarme en silencio. Sabía bien que la comida era el mejor método para curar mis preocupaciones.
Cenamos los tres juntos y ambos se encargaron de que en mi mente no hubiera lugar para el recelo que me había perseguido desde primera hora de la mañana. Aunque lograron que me olvidara de ello gran parte de la velada, no pude evitar mirar la pantalla de mi móvil varias veces. Baekhyun no daba señales de vida y me pregunté si habría tomado algo. Sabía que su trabajo era primordial, pero no me gustaba pensar que se saltaba las comidas con tal de cumplir sus horarios.
Con el estómago satisfecho y tras una pequeña pelea por decidir quién pagaba, Junmyeon se ofreció a llevarme a casa. Baekhyun también le debía haber contado sobre nuestra disputa. No quería sacar el tema, por lo que hizo como si nada pasara de camino a nuestro barrio residencial. Como la casa de Jongin estaba en la ruta, él se quedó en su parada. Me aseguró que todo iría bien y se despidió de nosotros con su habitual sonrisa.
Junmyeon no abrió la boca los minutos que quedaban para llegar a nuestro edificio y yo, mientras tanto, traté de contactar a Baek. Su teléfono podía haberse quedado sin batería, pero no era muy típico de él.
Y, justo cuando el coche se detenía frente al bloque donde vivíamos, mi móvil vibró. Un enorme alivio me permitió respirar tranquila al leer sus mensajes.
Baekhyunnie 🐘💜
"No lo sientas, preciosa 🥺"
"En cinco minutos cojo el coche. Te veo en casa <333"
23:23✔️✔️
Apagué el teléfono, sonriendo, y eso fue suficiente para que Junmyeon hablara.
—¿Baek y tú habéis peleado por lo de Taeyeon?
Posé mis ojos sobre él, analizando el gesto de contrariedad con mi amigo cargaba.
—¿Cómo le viste hoy? —dije, admitiéndolo—. Creo que me pasé esta mañana.
—Tenía la misma mirada que tú. Arrepentido sería la palabra —suspiró—. Hablé con nuestro mánager temprano y le pedí que se olvidaran de esa gilipollez, pero me dijo que ya estaba decidido —se detuvo, sopesando la situación—. Solo os hará daño y Baekhyunnie lo sabe. Podéis ahorraros todos los comentarios que aparecerán y los chismes que podrían surgir, pero ...
Junmyeon siempre había velado por nosotros y por Jongdae y Yeeun. Una relación sentimental con un idol podía traernos más problemas de los que imaginábamos y ese amor nos hacía terriblemente vulnerables al foco mediático.
En el caso de la falsa noticia se publicara, muchas cámaras seguirían a Baek y, si averiguaban que yo formaba parte de su vida en lugar de Taeyeon, esa mentira se derrumbaría y desmantelaría todo aquel paripé. Si se enteraban de mi existencia, la carrera de Baekhyun pendería de un hilo y eso era algo que no soportaría presenciar. No por mi culpa, al menos.
Hablarían de adulterio y muchos querrían ver al gran vocalista Byun Baekhyun despojado de toda la fama que había ganado durante esos años. Incluso podrían hacer presión e intentar sacarlo del grupo.
—Baek me dijo que había cosas que él no decidía. Si ya intentó que no sucediera y no le hicieron caso, eso significa que ... —comencé a decir, temerosa.
—Que el contrato con Dispatch sigue en pie y lo dirán —asintió Junmyeon.
Giré la cabeza, observando a través de la ventanilla de su Audi. Nuestra vida podía dar un giro de ciento ochenta grados demasiado pronto y no estábamos listos para encarar una oleada de críticas infundadas.
—No entiendo por qué tiene que ser tan complejo siempre, Junmyeon —le confesé, soportando el nudo en mi garganta.
—La sociedad no da respiros y menos aún a una figura pública —habló él, apesadumbrado—. No tengo ni idea de todo lo que habéis tenido que tragaros en silencio. Desde que éramos trainees, Baek y Jongdae resistieron mucho para que yo no lo hiciera solo, pero, incluso cuando esos días pasaron, ellos siempre mostraron su mejor cara. Fuera y encima del escenario. Me siguen preocupando, pero vosotras también estáis ahí —dijo, refiriéndose a Yeeun y a mí—. Ella con el riesgo por el embarazo y tú con esto ... Lo siento, Haeri —se disculpó de pronto y yo me volví, descubriendo que apretaba el volante por la impotencia que sentía—. Esto no debería estar pasando y ni siquiera yo como líder puedo protegeros.
Puse mi mano sobre su brazo, notando la tensión que sus músculos acarreaban.
—Junmyeon, no es tu culpa. No es culpa de ninguno —afirmé—. Yeeun y yo sabíamos lo que nos encontraríamos y decidimos quedarnos. Quiero a Baek, por encima de todo el miedo que tenga por culpa de la jodida prensa. Tú ya te ocupas de demasiado, así que no te eches esta carga también. No es justo —le rogué, rezando para que mi voz no temblara.
Él buscaba cuidar de nosotros, pero no iba a permitirle sufrir por una vida que no era suya. Los riesgos estuvieron ahí desde el primer momento. Desde que Baekhyun se me declaró y yo le dije que sí, pasando por el momento en que compramos nuestra casa y llegando a ese mismo instante. Dentro del coche de mi amigo, no podía estarle más agradecida. Su altruismo nos protegió muchas veces, sin embargo, ya no podía mantenernos a salvo.
Éramos adultos. Baekhyun y yo ya habíamos tenido esa conversación y tomaríamos las decisiones necesarias para proteger nuestra privacidad. La felicidad era algo que no queríamos perder y la nuestra se encontraba en los brazos del otro. Junmyeon debía comprender que ya no era su deber. Sus niños habían crecido y, por muchas peleas que se produjeran, lo solucionaríamos de alguna manera.
Junmyeon esbozó una cansada sonrisa y me miró.
—Baek tiene suerte de que estés a su lado, Haeri. Sé que se habría roto de no ser por ti —reconoció.
Un tenue sonrojo atacó mis mejillas. A pesar de la poca luz que entraba en el vehículo, él lo notó y la calidez de su sonrisa se disparó.
—Y yo tengo suerte de tenerle. No te imaginas cuánto me aguanta —solté una risa nerviosa.
Algo más relajado, alejó las manos del volante. Entonces miró el monitor del coche.
—Es muy tarde —me comunicó—. ¿Quieres que espere a que llegue o ...?
—No hace falta —agarré mi bolso y respiré hondo—. Dijo que ya venía.
—Está bien —cedió—. Entonces, buenas noches.
—Buenas noches, Junmyeon —repetí lo que él había dicho—. Muchas gracias por ser su hermano mayor —le di las gracias.
Él sonrió todavía más y sus orbes se empequeñecieron por momentos.
—Haría lo que fuera necesario por mis chicos, ya lo sabes.
—Lo sé. Descansa —le pedí, abriendo la puerta.
"Esta noche será larga", quise añadir, mas mis fuerzas no llegaron a tanto y simplemente lo vi conducir hasta la salida. Desapareció de mi vista tras unos segundos y yo entré a la recepción del edificio.
Todo estaba en silencio y un escalofrío me recorrió la columna. Subí a nuestro piso, calmando mi inseguridad mientras tarareaba una canción.
Al llegar a la puerta de nuestro hogar, saqué las llaves y me di cuenta de que eran más de las once y media. En menos de media hora, la noticia se lanzaría y Baek estaría en el punto de mira. Solo ... Solo me quedaba ser fuerte y estar con él.
Prendí las luces de casa tras deshacerme del calzado y opté por darme una ducha. Hacer algo me ayudaría a que la espera no fuera tan tortuosa, así que me duché sin prisa. Cuando salí del baño, me cambié, tomando una camiseta de Baek para cubrir mi torso. Ya habían pasado más de quince minutos y la hora se acercaba peligrosamente. Baekhyun no llegaba y aquello hacía que mi miedo creciera más y más.
Fui a la entrada, inquieta, y agarré mi móvil de la mesa. No había llamadas, así que desbloqueé el dichoso aparato y entré en mis contactos. Iba a pulsar el nombre de mi novio, pero una notificación apareció y se llevó toda mi atención.
Eran las 23:48, ¿qué hacía Baek en directo?
Accedí a la aplicación de Instagram sin perder un segundo. El directo había comenzado hacía un par de minutos por lo que pude ver, pero el aviso me llegó más tarde.
Baekhyun estaba cantando, montado en su coche, y con la mirada puesta en la carretera. Me humedecí los labios y observé la escena sin perder detalle.
—¿Cómo ha ido vuestro día? —preguntó en un pésimo intento de sonreír—. Yo he sido bastante productivo hoy y por eso estoy un poco cansado, pero quería charlar un rato con vosotros —reconoció.
El coche estaba a oscuras, pero yo podía ver sus ojos hinchados mejor que nunca. Había llorado y, al percatarme de aquello, sentí un pinchazo en el corazón. Las lágrimas surgieron otra vez, amontonándose en mis ojos mientras miraba a Baekhyun conducir de camino a casa a través del live.
Giró hacia la derecha y yo me mordí el labio. Necesitaba abrazarlo y asegurarme de que estaba bien. Mi estupidez había contribuido a que su día fuera aún peor, podía verlo reflejado en su rostro.
—Espera, no puedo leer los comentarios porque estoy conduciendo —dijo, abriendo ligeramente la boca—. No conduzcais y miréis el teléfono a la vez, ¿vale? Es peligroso —sonrió con inocencia y yo me reí a pesar del dolor que notaba—. Mmmmm ... Será mejor que cante algo.
Los minutos pasaron y él siguió regalando aquel improvisado concierto hasta que el pitido de la puerta de nuestro garaje se escuchó. Saber que estaba a punto de volver conmigo hizo que mi pulso corriera, ansioso.
Esperando a que terminara de aparcar, eché una ojeada a los comentarios de la gente. Algunas le preguntaban sobre su comeback solista y otras lo mandaban a dormir porque era casi de madrugada. Una pequeña sonrisa surcó mis labios al leer todo aquello. Realmente lo querían. Aunque la toxicidad existiera entre sus fans, muchas deseaban verle feliz y eso me aliviaba inmensamente.
Baek tomó el teléfono y se revolvió el cabello ocultando parte de sus ojos. Sonriendo, leyó unos pocos mensajes que le habían dejado.
—Yo también os quiero muchísimo —aseguró—. Iré a dormir pronto. No os preocupéis —se relamió las comisuras, leyendo un poco más, y entonces su mirada se fue apagando—. Me siento muy feliz por teneros, de verdad. Ojalá ... Ojalá siempre estéis ahí para mí. Yo intentaré ser alguien que merezca vuestro cariño. Lo prometo.
Un par de lágrimas se estamparon contra la pantalla y yo las limpié con torpeza.
"¿Por qué dices eso, oppa?"
"¡Claro que te queremos, Baekhyun-oppa! Siempre lo haremos"
"EXO-L te apoyará hasta el final 💜"
Y Baekhyun estaba imaginando que no quedaba mucho para ese final.
Sus facciones se veían forzadas, pero gracias a la escasez lumínica, no era muy evidente. Él agitó su mano, despidiéndose de los espectadores que habían acudido al ver que estaba haciendo un directo.
—Muchas gracias a todos —dijo en voz baja—. Nos veremos pronto, ¿de acuerdo? Buenas noches, Eri-ah. Te quiero.
Aquel nombre me hizo sollozar. Era el mío y así decidió llamar a sus fans. Porque todo el amor que recibía a diario, según él, venía de aquellas EXO-Ls y de mí. Cuando me contó eso, no pude hacer otra cosa que reír por lo adorable que podía llegar a ser, pero también quise llorar. No nos lo merecíamos. Todas esas chicas y yo ... No merecíamos a Baek.
El live terminó con un breve aviso por parte de Instagram y yo apagué el móvil. No quería que me viera de esa manera porque debía ser su mayor apoyo, al igual qu él sería el mío. Como siempre.
Procuré eliminar cualquier rastro del llanto antes de que la puerta comenzase a abrirse. Quise creer que lo había conseguido, pero estaba tan destrozada que Baekhyun se daría cuenta al instante. No servía mentirle y tampoco buscaba hacerlo.
Así que, cuando la entrada de casa se iluminó, dejé la tarea de frotar mi cara y me giré hacia su silueta.
Baekhyun dejó su chaqueta y retiró sus zapatos, sin llegar a verme en la cocina. Me sujeté a la mesa y tragué saliva. En el momento en que alzó la cabeza y me vio allí, su sonrisa regresó.
—Haeri, ¿cuándo llegaste? —dejó tirada su bolsa y comenzó a caminar hacia mí descalzo.
Yo no dije nada. Solo me lancé en su dirección, conteniendo el aliento.
Abracé su torso lo más rápido que pude y hundí el rostro en su cuello. Baekhyun soltó una carcajada, conmocionado por mi súbita necesidad de sentirlo.Envolvió mi cuerpo con sus brazos, pegándome más a su cálida complexión.
—¿Tanto me echaste de menos, cariño? —murmuró, besando mi cabello.
Mis sentimientos cobraron vida propia y ese maldito llanto atacó de nuevo.
Refugiándome en aquel abrazo, respiré con dificultad.
—¿Por qué hablas como si fueran a odiarte? —le pregunté, más agresiva de lo que pretendía—. No lo harán. Da igual lo que pase ... Nadie podría odiarte, ¿me oyes?
Baekhyun inspiró, haciendo más fuerte su agarre. Mis lágrimas empaparon su piel y la culpabilidad volvió a azotarme.
—Eri ... —acarició mi cabeza y yo tiré de su camiseta—. Deja de llorar, por favor.
—No, Baek ... —me quejé, destrozada—. Siento lo de esta mañana. Tú no tienes la culpa y lo sé, pero ...
Él me tomó de los hombros, creando algo de espacio entre los dos. Pestañeé varias veces debido a la niebla que habían formado aquellas lágrimas en mis ojos. Sin añadir una palabra, sus delicados dedos sostuvieron mi rostro y empezó a quitar todas las gotas que hallaba.
Me mostró media sonrisa.
—Quien lo siente soy yo —me aseguré, barriendo mis pómulos con sus dedos—. Debería haber pensado más en ti. Perdóname.
El corazón me gritó que lo detuviera, pero la mezcla de ternura y pesar que se había adueñado de su semblante no me dejaron decir todo lo que estaba pensando.
—Yo ...
—Hablaremos cuando te calmes, ¿vale? Incluso con la nariz y los ojos rojos eres hermosa, pero no quiero verte así —me pidió, haciendo un pequeño puchero.
Cerré los ojos, rendida, y él continuó dando caricias a mis mofletes.
—No quiero verte con otra y escucharte decir que la amas, aunque sea egoísta —susurré con la voz quebrada—. Sé que no hay otra cosa que pueda hacer, pero ... Mierda —se me escapó un sollozo—. Odio esto, Baekhyun ...
Aplastó mis mejillas levemente y se sonrió a la par que unas suaves risotadas huían de su laringe. Yo estaba temblando por el llanto, pero él me miraba con toda la ternura del mundo encerrada en sus pupilas.
—No tendrás que verme con ninguna otra porque tú eres la única a la que amo —dijo antes de dejar un corto beso en mis labios—. Siento haberte hecho pasar por este mal trago, Eri. De verdad, lo siento.
—Pero Dispatch ... —farfullé, sorbiendo mi nariz.
Con cada segundo, mi vista se aclaraba más. La nitidez regresaba poco a poco y su hermoso rostro me dio la bienvenida. Su candidez logró que las lágrimas dejasen de caer.
—Esa gente son un verdadero tumor ... —admitió, suspirando—. Pero ya tienen lo que quieren. No tienes de qué preocuparte.
La vibración de mi móvil hizo que girara la cabeza. Tomé el dispositivo rectangular y lo acerqué a mí para poder leer de quién era el mensaje que había llegado.
Soojin 🌷
UNNIE, UNNIEEEE!!!! NO PUEDE SER
ES BAEKHYUN-OPPA, TU BIAS ESTÁ SALIENDO CON ALGUIEN
00:03 ✔️✔️
Baek se rió y agarró mi muñeca para llevarme al salón. Sin apartar su mirada de mí, me guió.
—¿Soy tu favorito? Siempre lo supe, aunque te empeñes en decir que es hyung —se burló.
Yo no entendía nada. Su comportamiento era raro y las palabras de mi compañera me obligaron a fruncir el ceño. ¿Alguien? ¿Cómo que alguien? ¿Acaso el artículo no especificaba que era Taeyeon?
Mi confundido gesto hizo reír a Baekhyun hasta que tomamos asiento en el sofá. Me senté a su lado y él cogió mi móvil, pulsando en algún lugar. Una nueva pestaña iluminó la pantalla, reflejándose en su cara.
—Lo leeré para ti —dijo, aclarando su voz y aprisionando mi mano con la suya—. SM Entertainment ha confirmado que uno de los vocalistas principales de EXO, Byun Baekhyun, está en una relación desde hace años. Muchos se preguntarán sobre esta mujer, pero, lamentablemente, no se conoce su identidad puesto que no es una imagen pública y el propio cantante se ha negado a dar dicha información —tomó aire y siguió leyenda la noticia—. Al igual que sucedió con su compañero de grupo, ha pedido que se respete su privacidad como pareja y ...
Él paró de leer, ya que mis lágrimas habían vuelto, haciéndome hipar. Leyó mi rostro y esbozó una sonrisa. Entendiendo lo que me pasaba, soltó mi móvil y se acercó más a mí.
—¿Estás bien? —preguntó, aferrándose a mi mano.
Yo estaba tiritando como una hoja, incapaz de asimilar lo que estaba escuchando. Se suponía que sería Taeyeon. Se suponía que lo haría de otra forma para que todo el mundo se fijara en ellos, pero ... Pero en lugar de su nombre, había un espacio en blanco. Un espacio que me pertenecía.
—Eso dice que ... —dije, algo mareada.
Baekhyun tomó mi mejilla y sus ojos me atraparon de principio a fin.
—Que solo existes tú en mi vida. Tú eres mi vida, Haeri —conmocionada, cerré la boca y dejé que hablara—. Esta mañana Jongdae vino a vernos. Su situación fue distinta porque esperan un niño y la noticia les obligó a hacerlo público. No tuvieron otra opción, pero charlando con él me di cuenta de lo aliviado y libre que se sentía. Vivir en la sombra, como si nada ocurriera ... Él estaba tan cansado como yo lo estoy. Y yo ... El contrato con Dispatch ya estaba firmado. No podía echarme atrás —me relató—. Ellos querían una primicia con la que hacer millones y yo se la di —se encogió de hombros, abatido—. "Baekhyun de EXO, saliendo con una chica normal y corriente". Ese es el titular que tanto buscaban —concluyó, resignado—. Sé que debería haberlo hablado contigo. No tomamos las decisiones por separado y esto nos involucra a los dos, pero me decanté dos minutos antes de conocer al periodista y ...
—Tu carrera —mencioné, a lo que él me observó fijamente—. Tu imagen, todo eso ... Ahora ...
—Si el escándalo hubiera llevado el nombre de Taeyeon, también me enfrentaría a las críticas. Nada iba a salvarme de eso, Haeri —las gotas bailaban en sus lagrimales mientras hablaba—. Y si mi vida iba a estar en la boca de todos, al menos quería ser sincero conmigo y contigo. Si el mundo entero va a juzgarme, que sea por estar con la mujer junto a la que quiero pasar el resto de mis días, ¿no crees?
Una diminuta lágrima resbaló por su pálido pómulo, rompiéndome el alma.
Su mala cara durante el directo que hizo y todo lo que dijo ... Fue porque tenía miedo de que la historia de Jongdae y Yeeun se repitiera con nosotros. Había elegido un camino de no retorno. Tendría que tragar cientos de comentarios que nadie querría oír. Todas esas chicas que decían amarlo de corazón decidirían apoyarlo o abandonarlo.
Si esa mujer hubiera sido alguien famoso, solo sería un cotilleo pasajero, pero Baek ... Él había reconocido públicamente que me quería, pese a las consecuencias que esa confesión traería consigo.
Gimoteé antes de tirarme sobre él y hacerlo caer de espaldas.
—Eri ... —me llamó, escuchando los innumerables sollozos que salían de mi boca.
Había decidido por los dos, exponiendo nuestra relación. Lo había hecho y yo habría estado en contra de no ser por sus palabras. Porque yo, en el fondo, también añoraba esa libertad a la que se había referido. Mi nombre no aparecería en ninguna noticia, esa privacidad seguiría ahí. Nadie sabría sobre mi identidad, pero todos serían conscientes de que Baekhyun estaba comprometido con alguien.
Y ese alguien era yo.
—Eres estúpido ... —lo insulté entre espesas lágrimas y me aferré a su cuerpo, quedando encima de su pecho.
No era mi trabajo el que corría peligro, sino el suyo. Su nuevo albúm y el grupo ... Todo por lo que había luchado tanto quedaría en la cuerda floja.
Pasó los brazos por mi zona lumbar, abrazándome. Y, llorando, acarició mi pelo suelto.
—Lo sé —me dio la razón—, y no me arrepiento.
Mordí mi lengua, reprimiendo brevemente aquel dulce llanto.
Me estaba desgarrando. Sufría por su futuro como artista, pero su irresponsabilidad camuflaba un valor del que me sentía orgullosa.
Incluso si las cosas se torcían a partir de esa noche, nuestro lazo se hizo aún más inquebrantable.
Se estaba sacrificando por los dos y me estaba eligiendo a mí por encima de lo demás.
Rozó mis hebras con su mejilla y sonreí.
—Quiero seguir siendo el idol que todos conocen —murmuró—, pero lo que más deseo es ser Baekhyun para ti. Entendí hace mucho que te necesito para ser feliz —me apretó contra su pecho—. Lo primero eres tú y nada podrá ser más importante. Ni siquiera la música.
Al cabo de unos minutos en los que digerí aquellas palabras, pude incorporarme. Sus mofletes estaban húmedos por las lágrimas que los habían rociado y mis dedos lo comprobaron.
Baekhyun me contempló silenciosamente, con sus orbes brillando como dos luceros.
Mis cabellos cayeron en cascada en cuanto me incliné para cubrir sus labios en un beso. Él entreabrió los suyos, colmándome de una felicidad que no creí posible. Saboreé su esencia por algo más de un minuto y nuestras bocas se separaron por obligación. Lo miré, ciega de amor.
—Todo saldrá bien —dije, convenciéndonos a ambos—. Podremos con esto.
Tomó la iniciativa y fundió otra vez nuestros labios en un baile cargado de esperanzas y temores. Tras eso, acarició mi cintura y entrecerró sus ojos. Su nariz me hacía cosquillas al tiempo que su respirar chocaba contra mis rosados labios.
Era feliz. Más que nunca.
—¿Eso significa que me perdonas?
Me reí sin remedio y él hizo lo mismo.
¿Qué haría si no lo tuviera conmigo?
Acaricié su piel porque mis yemas exigían sentirlo.
Toda una primavera florecía en mi corazón gracias a Baek. Y esperaba que nunca se marchitara para poder disfrutar de aquella hermosa sensación hasta el final.
Porque ese no era el final, sino el principio.
—Te amo, Baekhyun —le dije.
—¿Te gusta verme llorar? ¿Es eso? —inquirió, divertido, pero el cariño de su gesto fue mayor—. También te amo, Haeri. Te amo demasiado.
Amarle fue lo más sincero que hice nunca y lo volvería a hacer en mi próxima vida. Junto a todas esas lágrimas y dolores que nos acompañarían siempre.
Un camino a su lado era más de lo que nunca imaginé.
Todo merecía la pena si era por él.
🗝🗝🗝
8:00 a. m.
Se me cierran los ojos del sueño que tengo (no he dormido todavía T_T), pero necesitaba subir este shot ya o me daba algo 😂
Lo primero que debo aclarar es el asunto de Taeyeon.
No tengo nada en contra de la chica, pero su supuesta relación con Baekhyun encajaba demasiado bien en esta historia, así que la utilicé xD
Solo eso. Cero hate, gente ✨
Lo segundo son los nombres de la protagonista y la pareja de Jongdae. Ambos son inventados (quiero que esto quede bien claro), pero quería decirlo por si las moscas. El nombre de Haeri tiene un significado más especial porque Eri es el nombre que Baek les dio a sus fans, aunque la razón que doy en este shot es también ficticia xD
Sobre Yeeun y Jongdae, haré una especie de "continuación". Será un shot sobre ellos, aunque no puedo decir de qué tratará 7u7
Dicho lo cual, espero que hayáis disfrutado de esta pequeña historia ✨
Cabe mencionar que quería subir esto en mayo porque es el mes de Baek y Junmyeon 🥺💫 (por eso ellos tienen papeles importantes en el shot jeje).
Además de que hoy hace ya 3 años que me metí en el maravilloso mundo del kpop y quería recordarlo de alguna manera 😌❤️
Ah, y da igual cuándo estés leyendo esto: corre a escuchar el debut solista de Junmyeon y los álbumes de Baek (porque Delight está a punto de salir y todos lo necesitamos en nuestra vida sí o sí 🌚), Chen y EXO-SC 🌚💜
Debido a que mis exámenes empiezan en menos de dos semanas, probablemente no haya más actualizaciones hasta mediados de junio : (((
Comentad qué otros idols querríais ver por aquí. Os leo 👀✨
Nos vemos en unas semanas 💫
Os quiere, GotMe 💜
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