El día del baile de graduación oficialmente ha llegado, no puedo estar más feliz con respecto a eso, por fin años y años de tortura en la secundaria dan frutos para poder terminarlo, y así dedicarme cien por ciento a la actuación como siempre quise. Pero sobre todo, lo más importante, el fin de una era y por era me refiero a que Gossip Girl deje de subir cosas de nosotros por sus redes sociales.

Ahora le queda a la siguiente generación llamar su atención.

Admiro mi vestido violeta y negro colgando del espejo, viéndome con satisfacción, no quise que fuera demasiado exagerado pero si llamativo, después de todo mi agente se preparó para que todos los fotógrafos vayan a tomarme fotos el día más importante de mi vida, según ella por supuesto. Toco la tela del vestido con dedicación, hasta que la tranquilidad de mi cuarto se rompe cuando desde el otro lado de la habitación se escucha un grito por parte de Blair, que me hace correr por el baño hasta llegar a donde ella se encuentra.

—¿Qué fue ese grito?

—¡Mira, Keira! Es exactamente igual que mi libro de niña, ¿Puedes creerlo? Vino de París, debe ser de papá.

—Es hermoso Blair, salido de tu libro, debes agradecer a papá por eso.

Dorota me da una mirada extraña, a lo que yo le hago un gesto de que guardara silencio en lo que vuelvo a mi habitación. Puede que le haya enseñado a Chuck el cuaderno de Blair para que le diera una de sus mejores noches de la vida, por supuesto ella no sabe y él quiere que se quede así por el momento, aunque por suerte ha dejado de jugar un poco y demostrar lo mucho que la ama a su manera.

Esa es una versión de Chuck Bass con la que puedo trabajar y soportar.

Alice decidió que era buena idea que contratara un grupo de maquilladores y peluqueros para que me viera bien esta noche, por supuesto que no me negué ya que si se volvió necesario. Estos no tardaron demasiado en llegar, claro que mi hermana también se apuntó para que las dos podamos ir bien perfectas esta noche. Blair no tenía una cita y la verdad me sorprende no verla desesperada al respecto, yo si, iré con Nate.

Quién diría que la persona que odié toda mi vida sería mi novio y cita en el baile de graduación, la Keira del pasado se retorcería del enojo por esto.

Estoy feliz de haber cambiado, más o menos.

Y así es como terminamos de arreglarnos, por supuesto no tardaron las fotos para tener un buen recuerdo y listo, las dos nos subimos a la limusina en donde nos lleva directo al salón en donde se hace el evento. Debo de admitir que tengo un revoltijo dentro del estómago, algo me dice que algo va a pasar hoy, no sé si sea bueno o malo pero nunca está demás tener un poco de miedo, mientras tanto planeo disfrutarlo lo más que pueda antes de volverme yo misma loca.

A la vuelta de la esquina, allí es cuando mis ojos ven la estructura del salón y me saca una sonrisa. Todos elegantes subiendo las escaleras junto con sus parejas, y una persona allí parada esperando me hace dar cuenta que se trata de una persona, ni siquiera espero a que el chófer abra la puerta al estacionar, mi ansiedad me gana y me bajo yo sola de la limusina, Nate me ve con unos hermosos ojos brillantes abajo de la oscuridad, camina con lentitud para acercarse a mi.

—No hay palabras para describir lo preciosa que te ves esta noche, Keira.

Blair pasó por al lado nuestro sin molestarnos, con su gran vestido de ensueños, aun así me da una sonrisa curiosa en lo que comienza a subir las escaleras. Vuelvo mi atención a Nate.

—Tu te ves perfecto Nate, como siempre.—Lo agarro de las manos con una pequeña sonrisa, sin embargo ahora que lo veo más de cerca, se lo nota un tanto inquieto.— Te veo medio raro, ¿Está todo bien?

—Si, por supuesto, es sólo que es el baile de de graduación, quiero que todo sea perfecto.— Da un apretón en mis manos dándome una sonrisa para que no pensara en nada.

—Con que tu estés aquí ya lo hace perfecto.— Me acerco a sus labios para dejar un suave y corto beso allí.— Vamos, entremos.

Lo llevo conmigo por las escaleras, enseguida un montón de fotógrafos nos atrapan en la entrada, ya sabía que debemos hacer así que posamos para vernos como la pareja más hermosa del mundo, porque eso somos. Entramos al lugar y el salón es completamente hermoso, la decoración, la música, y lo más importante, la comida.

—Iré a buscar algo para beber, ¿Quieres algo?— Nate se acerca a mi oído para murmurar, sin embargo me cuesta un poco procesar, porque mi estómago comienza a hacer ruido al ver la comida.

—¿Oh? ¡Ah! Si si, quiero.— Digo una vez reacciono, mi novio se ríe acariciando mi espalda.

—Ve a la mesa de la comida, te espero allí.

Él realmente me conoce.

—¡Gracias! No comí nada por los nervios, te amo.

Escucho que murmura algo cuando se va, pero por la música y mi propia distracción, no logro entender a que se debe tanto misterio de su parte. Aun así no le hago caso, capaz que está pasando algo en su familia y no quiere molestarme con eso, aunque a estas alturas debería saber que no importa el momento, la situación, siempre lo voy a escuchar, siendo que tampoco planeo forzarlo a decirme algo... A menos que me canse y su actitud se vuelva más extraña.

Camino hasta la mesa de cosas dulces, agarro varias cosas que coloco en un platito especial para gente como yo, que no aguanta con una sola cosa, sino que que quiere todas. Veo a la gente bailar, divirtiéndose y otras comiendo como yo, entre la gente veo que Chuck se me acerca con una mirada curiosa, yo elevo una de mis cejas.

—¿No deberías seguir buscando ideas de cómo conquistar a mi hermana?

—Ya lo he hecho, ahora sólo falta que se concrete, y no creas que terminé aquí.— Habla con tranquilidad poniendo sus manos dentro del bolsillo de su pantalón.

—Increíble Chuck Bass, es sorprendente verte enamorado.— Giro a verlo con diversión.

—¿Y tu? Eras de las chicas más desastrosas que conocí, además de Serena en ese tiempo.

Frunzo el ceño sin saber si es un cumplido o me está insultando.

—¿Gracias?— Respondo con duda, lo que le saca una pequeña risa.

—Lo que quiero decir es que has cambiado, para bien y Nate no merece a nadie más que a ti.

—El baile de graduación te ha pegado fuerte en la nostalgia, ¿No es cierto?—Bromeo un poco, en lo que Chuck me da una mirada asesina, le sonrío de manera genuina.— Aun así, gracias, significa mucho para mi, y tu, no te rindas con mi hermana, si alguien puede ablandarla, eres tu.

Asiente con la cabeza, ambos vemos a Nate acercarse, así que Chuck me da un apretón en el hombro con suavidad antes de irse, los dos chicos se dan una mirada junto con un asentamiento de cabeza antes de que mi novio se acercara a entregarme el vaso con la bebida.

—¿Qué fue eso?— Agarro la bebida con mi mano para darle un sorbo.

—¿De qué hablas?— Se hace el desentendido, frunzo el ceño.

—Ese gesto con la cabeza, no soy ciega Nate.

—No te preocupes por eso, amor. Vamos a bailar.

—Pero...— Me quita el vaso de la mano para dejarlo sobre a la mesa junto al suyo, su mirada me convence.— Esta bien.

Nate me lleva con él al centro de la pista en donde bailamos un montón de canciones sin parar en lo que resta de la noche, nos encontramos con nuestros amigos y puedo decir por fin, que la guerra con Serena por fin se ha terminado y somos amigas una vez más, supongo que estamos atadas las tres a este ciclo pero lo importante, es que sepamos solucionarlo sin arrancarnos los pelos de la cabeza ante cada problema.

Además, me faltó agregar, que Blair ganó como reina del baile de graduación, algo que no sabía que se hacía en esta escuela, sino más bien es conocido en las escuelas públicas, y resulta que Chuck votó más de ciento cincuenta veces para que ella recibiera la corona y fuera su noche mágica y perfecta, como mi hermana siempre lo quiso. De verdad, si estos dos no terminan juntos, algo en el universo debe estar pasando porque después de todo, ellos se merecen sin ningún tipo de excusas.

Aunque algo que me hizo ruido durante toda la noche fue la actitud extraña de Nate conmigo, nunca lo había visto tan inquieto por algo y algo me dice que no se trata del baile de graduación y los nervios que este nos da. Por lo que mi paciencia se derrama cuando Nate y Serena se ven, ya que es un gesto que no logro descifrar y me hace dar cuenta que soy la única que no sabe.

—Muy bien, he intentado estar tranquila y fingir que no me desespera, esperando a que algo pasara y viniera de ti pero Nate, dime que sucede.

—Keira, no entiendo...— Ahí está, otra vez haciéndoseU el desentendido.

—No soy ciega Nate, lo vuelvo a repetir, ¿Soy la única que no lo sabe? Se suponía que iba a ser algo perfecto esta noche, sin embargo no dejas de estar inquieto.

—Es más complicado pero lo...

—¿Sabes qué?—Lo interrumpo antes de que termine. — Te dejo con las personas que si lo saben, no quiero estar más aquí, lo siento.

—¡Keira!— Escucho que llama Blair a mis espaldas.

Genial, ella también lo sabe y no me ha dicho nada, cada vez más traicionada.

Me abro paso entre las personas en el baile, si es necesario incluso empujándolos para que me dejaran pasar. Sostengo mi vestido levantándolo para que se me haga más fácil irme de allí, porque para ser sincera, ya es muy difícil correr con tacones altos. Se suponía que iba a ser perfecto y al final, mírenme, saliendo enojada por ver tantos gestos que no pude comprender.

Una vez afuera, me apresuro a bajar por las escaleras, o más bien lo intento, ya que una voz detrás de mi me interrumpe mi gran escapada.

—¡Keira! Date la vuelta.— Al parecer Nate se dedicó a seguirme este tiempo, ruedo los ojos y hago lo que me pide para verlo. Y lo que veo, me cambia la cara por completo.— Cásate conmigo.

Nate está de rodillas en el suelo, en sus manos sostiene un pequeño paquetito con un anillo que brilla demasiado en la oscuridad. Estoy tan cegada por la escena, que me cuesta darme cuenta que Chuck, Blair y Serena están allí.

—¿Qué?— Es lo único que sale de mi boca en lo que me acerco con lentitud.

—Cásate conmigo.

—Nate, ¿Qué haces? Tenemos dieciocho años, no podemos...

El chico se levanta para acercarse a mi, me agarra de las manos después de que le diera el anillo a Chuck.

—¿Quién dice que no?— Soy interrumpida por un Nate con los nervios en la garganta, ¿Y yo? Sigo sin poder lo que mis ojos están viendo.— Amo la forma en la que sonríes, amo la forma en la que te preocupas por tu familia y por tus amigos, amo lo intensa que te pones cuando algo no sale como quieres o no sabes algo y lo consigues hasta hacerlo, como ahora. Ni siquiera existen palabras para expresar lo mucho que te amo, ¿Y mis nervios de hoy? Es por esto mismo, porque he descubierto que no quiero a nadie más a mi lado que no seas tu, Keira Waldorf.

Cuando comienza a dar ese discurso, mis lágrimas comienzan a aparecer en mis ojos mientras lo veo a los suyos que no rompen en ningún momento el contacto, teniendo miles se sentimientos juntos en este preciso segundo.

—¿Hablas en serio?

—Nunca he hablado más en serio en toda mi vida.

—¡¿Qué dirás, Keira?!— Grita Serena a mi costado, algo que me hace reír, muerdo mi labio inferior.

Comienzo a asentir con la cabeza.

—Si.

—¿Si?— Su mirada se ilumina incluso más, si eso siquiera es posible.

—¡Si! Nate, si, me casaré contigo.— Ante mi respuesta, Nate me agarra de la cintura para abrazarme con fuerza, así luego besarme con amor, en lo que nuestros amigos aplauden y festejan a nuestro lado.— Te falta una cosa.

—¡El anillo! Claro.

Chuck se acerca a entregárselo a mi, ahora prometido y me lo coloca en el dedo anular con delicadeza. Miro mi mano con una sonrisa.

—Ahora si, perfecto.

Y FIN AAAAAAAAA, el último capítulo ya está aquí, y quiero que sepan igual que falta el epílogo que lo subiré más tarde, no puedo creer que de verdad lo haya terminado. :(

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