09 ˖ ִֶָ࣪ ┋happy birthday, keira.
El despertador suena al costado de mi cama, maldigo por un par de segundos dentro de mi cabeza hasta que recuerdo que día es hoy y por un momento una pequeña sonrisa aparece en mis labios.
Es el día antes de mi cumpleaños.
Bueno, en realidad nuestro cumpleaños porque Blair y yo nacimos el mismo día.
Una fiesta nos espera esta noche a ambas para festejar nuestros diecisiete recién cumplidos, es algo que de verdad me emociona porque no todos los días se cumple diecisiete años. Aunque dado todo el drama que ha pasado en nuestra vida últimamente, creo que esto es lo más normal que las dos recibiremos y es algo que me tranquiliza. Me levanto de la cama colocándome mi bata encima del pijama, limpio mi cara y cepillo mis dientes antes de salir de mi habitación.
Bajo las escaleras viendo a Blair entrar.
—¿Por qué pareces que acabas de venir vestida de un funeral?— Digo llegando a la planta baja y ella se pone extrañamente nerviosa.
—Acabo de venir de enterrar mi antiguo yo, y vaya forma de decirme feliz cumpleaños, hermanita.— Me mira elevando ambas cejas.
Ruedo los ojos y camino hasta ella para darle un abrazo que ella devuelve sin duda.
—Feliz cumpleaños adelantado, Blair.
—Feliz cumpleaños adelantado, parasito.
—Te recuerdo que tu eres el parasito, yo nací primero.— Ambas nos reímos, sin embargo los pasos de mi mamá nos hace fruncir el ceño, sobre todo por la forma en la que se ve.
Ella sostiene un periódico en sus manos, lo deja sobre la mesa del centro cerca de las escaleras y la foto en la portada me cambia la cara por completo. "Archibald Acusado" es el titulo de la plana de la hoja, es probable que todo el mundo ya lo haya visto.
—¿Ustedes vieron esto?— Nos pregunta en lo que rebota su mirada entre las dos.
—¿Desde cuando el alcohol y el desorden llaman tanto la atención?— Blair toma el periódico entre sus manos y estiro mi cabeza para ver mejor el articulo.
—No fue eso, El Capitán está siendo acusado de malversación y fraude. Es un completo desastre.
—Debe ser horrible para ellos.— Murmuro por lo bajo, Blair me da una mirada sospechosa pero no me dice nada.— ¿Qué? Empatizo con la situación, es todo.
—Hablaba de mi, El Capitán es quien va a representarme, los contratos estaban a punto de firmarse, ¿Qué pasará con mi trato de Bendel?— Mi mamá comienza a caminar de un lado a otro como si la única que tiene el problema es ella.
—Oh wow madre, iré a cambiarme y luego saldré, tengo cosas que hacer.
Paso en medio de las dos, sin embargo la voz de mi hermana me detiene.
—¿A dónde irás?
—Si tu me dices donde estuviste anoche, tal vez considere decirlo.
Blair traga en seco y fuerza una sonrisa, niega con la cabeza.
—Diviértete.
Muy bien, ya empezamos con los secretos una a la otra, lo que me hace sentir menos culpable al respecto de todo. Cambio mi ropa y salgo del edificio tomando un taxi enseguida a la casa de los Archibald, con toda esa información dando vuelta por los medios, es entendible que Nate no me haya hablado o algo para contarme, él quiere estar solo con su familia y solucionar esto.
Tal vez le de la satisfacción otro día, ya me he metido mucho a fondo con su situación así que no puedo dejarlo así como así.
Una vez el taxi estacione en frente de su casa, le pago y bajo hasta la puerta donde doy varios golpes, dudo por unos segundos en si es buena idea estar aquí. La puerta se abre de golpe dejando ver a la mamá de Nate, ambas nos sonreímos un poco.
—Hola Keira, ¿Qué haces aquí?— Dice con amabilidad pero sus ojos parecen estar asustados.
—Hola señora Archibald, he venido a ver a Nate, ¿Está aquí?
—Si lo está pero no creo que sea...— Anne parece estar a punto de echarme, aunque su voz se detiene cuando Nate aparece detrás de ella y la interrumpe.
—¿Keira?— Pregunta acercándose a la puerta.— Mamá, déjala pasar.
Su mamá se obliga a hacerse a un lado para que pueda pasar, asiento con la cabeza en forma de agradecimiento y entro al lugar siguiendo a Nate por su casa hasta llegar a su sala. Todo allí está muy silencioso y tranquilo, hace un buen tiempo que no venía aquí, y con razón si nos llevábamos mal... Nos llevamos.
—¿Tú papá está aquí?— Es lo primero que digo, Nate extiende su mano para que tomara asiento en el sofá y eso hago, sin dejar de verlo.
—Está hablando con sus abogados.— El chico toma asiento a mi lado tomando de sus propias manos encima de sus piernas.— Imagino que has visto las noticias, por eso estás aquí.
—Las he visto en el periódico de tenía mi mamá, está asustada, ¿Es verdad? ¿El Capitán está acusado de fraude?
Nate asiente con la cabeza por fin viéndome a los ojos.
—No sé cómo ha llegado a eso pero se suponía que terminaría solamente en la cárcel por las drogas, al final resultó que salieron a la luz que lo estaban investigando hace tiempo, mi madre me echó la culpa por eso.
—Nada de esto es tu culpa Nate, si la investigación lleva meses, tarde o temprano iban a terminar de la forma que están terminando ahora... Sin ofender.— Me corrijo, o más o menos, después de mis palabras un poco crudas, aunque lo hacen reír y eso me hace relajar un poco mi expresión.
—Dura, pero realista.— El castaño se apoya en el respaldo del sillón.— Cambiando de tema, feliz cumpleaños adelantado, no lo he olvidado a pesar de todo este escandalo.
—Gracias Nate, ¿Irás a la fiesta de esta noche?— Elevo una de mis cejas, se encoje de hombres.
—Estoy pensándolo, como Blair y yo terminamos, no estoy demasiado seguro además mi mamá quiere que le dé el anillo de compromiso.
—¡¿Quiere que se casen?!— Mi voz sale casi sorprendida en un susto, una vez más Nate se ríe de mi colocando una de sus manos sobre mi hombro para hacerme calmar y siento algo extraño en mi por el contacto. De manera instantánea me alejo un poco, y de la nada estoy demasiado calmada por aquello y trago en seco. — Por supuesto que no, son adolescentes, no pueden casarse.— Digo una vez más relajada.
—Quiere que vuelva con ella, ganar la confianza de Eleonor otra vez y unas cosas más.
Muerdo el interior de mi mejilla bajando la mirada.
—¿Y lo harás?— Dudo unos segundos en si preguntar eso o no.
—Estoy en duda, pero si me ves en la fiesta de cumpleaños hoy, ya sabrás por qué.
De la nada un sentimiento de culpa me inunda, ¿Será posible que acabo de arruinar la posibilidad de que Blair tenga su final feliz con el chico que ama? Ya no estoy segura de eso, él la lastimo primero y la estoy protegiendo por esa misma razón, no le dije donde estaba Blair en el baile de mascara para que avanzara y viera que Nate al engañarla con Serena, no es nada moral ni mucho menos ético, rompe todas las reglas de la fidelidad en un sólo chasquido.
La estoy protegiendo, nada más. Ella merece a alguien mejor quien de verdad se preocupe por ella y no la busque con tal de que los problemas se arreglen. No estoy del lado de Nate ni de nadie, ser objetiva en estos casos me ayuda mucho.
—Nos veremos en la fiesta entonces, o no.— Me levanto del sillón colocando mi bolso sobre mi hombro, Nate se levanta también estando al frente de mi.
Todas mis alarmas se prenden cuando el chico se acerca a mi para despedirse con un beso en mi mejilla, por supuesto, no tardo en sonreír un poco. Enseguida me giro cambiando mi cara por completo para salir de su casa de una vez por todas.
Creo que tal vez pueda estar en problemas, necesitaré un par de pastillas y alcohol que me lo solucionen por un par de horas.
La fiesta de cumpleaños se celebra en la casa de una de las minions de mi querida hermana, o más bien del hermano de una de las minions de mi hermana. Todos nuestros invitados están allí disfrutando de la estética de todo el lugar, comida japonesa, juegos japoneses y todo con aquella temática.
Serena, Blair y yo llegamos todas juntas, sin embargo y me alejé de ellas en cuanto pisamos el piso donde todos se encuentran felices. Lo primero que hago es ir al lado del cocinero, que prepara unos rollos de arroz que voy comiendo uno por uno a medida que termina de prepararlos, ni siquiera soy tan fan del sushi, ¿Qué hago comiendo sushi? De todas formas debo de mostrarme feliz, ¿No es cierto? Es mi cumpleaños.
Todos los que pasan allí me abrazan, me saludan y felicitan por este día, yo sólo pienso en la montaña de regalos a un lado que pronto abriré. Quién lo diría, me desperté feliz por cumplir años, llega mi fiesta y el momento de celebrarme, y lo único que pienso ahora es en lo culpable que me siento de ocultarle esto a Blair, ¿Será que arruiné su felicidad? Su cara durante todo el día me lo ha hecho saber, sin embargo a su vez estaba muy feliz así que imagino que Nate vendrá a darle ese anillo después de todo.
Termino de tragar aquel rollo de arroz y me levanto de mi asiento para salir a la terraza, por suerte allí no se encuentra nadie por lo que es más fácil rebuscar en mi bolso aquellas pastillas que traje. Las miro por un par de segundos dudando en si tomarlas o no, hasta que la puerta se abre y entra Chuck, quien aparece estar estresado, se coloca justo al borde de la terraza. Yo enseguida me escondo detrás de una columna y plantas que me tapan a la perfección.
Seguida detrás de él, aparece mi hermana quien se coloca a su lado.
—Todo ese drama de que tienes que estar con Nate o el mundo se acaba, aceptalo, se acabo.
—Pareces novio celoso.— Le contesta mi hermana como si nada y río un poco.
—Si claro, quisieras.
A pesar de estar escondida, logro ver bien sus caras y mi hermana sonríe con malicia y realización de algo, que me hace fruncir el ceño.
—No, tu quisieras.— Blair lo mira elevando una de sus cejas.— ¿Yo te gusto?
El silencio se instala entre los dos, y por más que quisiera verle la cara a Chuck ahora, sería abusar de mi poder ahora.
—Define gustar.
Mi hermana se ríe sin poder creer lo que está escuchando, y por supuesto, yo tampoco lo creo.
¿Chuck Bass enamorado? Quien lo diría.
La conversación entre ellos sigue y no puedo dejar de escuchar cada una de sus palabras, y parece que cada vez se está poniendo peor. Blair dice que mate esas mariposas que Chuck siente, y algo que me resuena que dice él es "No estuvo tan bueno después de todo" y eso me deja pensando, ¿Por eso Blair no apareció anoche? Oh por dios, ¡Se acostó con Chuck! No hay otra explicación, llegó vestida de negro a la casa, su actitud extraña e incluso ella misma se la ve diferente y esos sucede cuando alguien pierde la virginidad con alguien.
¡Oh por dios! Y yo me estaba sintiendo culpable de todo esto, al parecer estuve haciendo lo correcto antes de saberlo. El sexto sentido nunca se equivoca.
No salgo de mi escondite hasta que ambos se van, me quedo viendo la puerta en lo que juego con las pastillas en mis manos. Me las tomo sin dudar esta vez y salgo de allí antes de que viera que los estaba espiando, definitivamente ahora las cosas cambiaron y por supuesto, ahora no sólo Nate tiene la culpa, sino Blair por acostarse con una de las personas más idiotas que conozco y no sólo eso, sino deseando volver con Nate, ¿Acaso algo de eso tiene sentido?
Vuelvo a la fiesta y Serena me agarra del brazo.
—¡Hey! ¿A dónde vas?
—No estoy tengo humor de celebrar ahora, iré a tomar aire, díganle feliz cumpleaños a Blair de mi parte cuando den las doce.
No doy más detalles a mi respuesta, y simplemente salgo de aquel departamento hasta el ascensor que me lleva una vez más a la planta baja del edificio. Más y más invitados siguen llegando con sus regalos, cada uno de ellos felicitándome antes de salir afuera en donde por fin encuentro tranquilidad, o puede ser que las pastillas ya están haciendo efecto.
Suelto un suspiro viendo la noche allí, veo a una persona de espalda moviéndose inquieto. Se da vuelta por unos segundos y es Nate, me acerco a él con una pequeña sonrisa.
—Has venido.
—No exactamente.— Contesta con una pequeña risa bajando la mirada. Nate se me queda viendo por unos segundos.— Te ves muy bien Keira, el violeta es tu color.
—El negro lo es, pero Blair tuvo que agarrar ese color pero gracias.— Sonrío y él me ve a los ojos.
—¿Por qué has salido? ¿Te aburrió la fiesta?
—Necesitaba un poco de aire, es todo.— Digo relajando mis hombros.— ¿Te gustaría ir por helados?
—¿Quieres ir a caminar?
Los dos hablamos al mismo tiempo lo que nos hace reír.
—Me gustaría ir a caminar, y por helados.
—Estamos de acuerdo entonces, los helados siempre nos convencen.
Nate extiende su mano para que comenzara a caminar yo primero y siento que esta se coloca sobre mi cintura por un momento, hasta que la quita por completo y allí otra vez se instala el sentimiento de culpa. A su vez desaparece enseguida porque no es algo que me corresponda a mi de sentirlo, todo pensamiento desaparece de mi cabeza cuando entramos a una heladería que se encuentra abierta a estas horas.
Empezamos a hablar y reír, como si aquel odio que he sentido por él o la mala relación tenemos, nunca hubiera existido lo cual es algo bueno que por un momento no nos estemos arrancando los pelos como antes. Tengo que admitir que extrañaba estar así con Nate, la última vez que sucedió esto fue a los trece años de edad y pasaron tres años para que volvamos a hablar como verdaderos amigos.
No era como esperaba pasar mi cumpleaños pero tampoco es tan malo.
En cuanto terminamos los helados, los dos volvemos a caminar sin romper aquella charla que habíamos empezado. Por suerte no ha notado que estoy un poco del otro lado o sino eso volvería a traer problemas entre nosotros.
—Gracias por hoy.— Confieso abrazándome a mi misma debido al frío, había olvidado la chaqueta en el departamento.— Ha sido un cumpleaños interesante.
—No ha sido nada y no, no dejaré que te enfermes.— Nate se quita su propia chaqueta deteniéndose en la plaza, me pongo en frente de él y pone la chaqueta sobre mis hombros cubriendo mis brazos. Sus manos sostienen el borde de este viéndome a los ojos con una pequeña sonrisa.— Así está mejor y no tienes que agradecer, además aun no es tu cumpleaños, ¿Cierto?
Mi mente se dispersa por un rato ante la corta distancia que se puso entre nosotros, trago en seco y Nate se da cuenta de mi nerviosismo. Una extraña tensión se hace presente y ya no sólo tengo frío, sino ahora se ha mezclado con el calor que siento viendo sus labios.
Un gran sonido de un reloj indica que por fin son las doce de la noche.
—Ahora si es mi cumpleaños.— Murmuro por lo bajo.
Antes de que me diera cuenta, llevo mis manos al cuello de Nate para atraerlo a mi, específicamente a mis labios juntándolos con los suyos. El chico no hace ningún esfuerzo en separarse, sino lo contrario, él también se inclina para besarme lo que me hace pensar que tuvimos la misma idea. Aquel beso se vuelve casi intenso, por no decir desesperado, mi cuerpo pegado al suyo ignorando por completo todo lo que sucede a nuestro al rededor.
No puedo creer que realmente estemos haciendo esto... Feliz cumpleaños a mi.
Spotted:
Ya saben que dicen de los secretos, cuanto más tiempo se guarden, más fuertes serán cuando salgan a la luz. Mientras que nuestra Queen B está teniendo su regalo especial, podemos asegurarnos que nuestra Dark Queen también lo está teniendo y con una persona inesperada, incluso para todos nosotros. Tengan cuidado mellizas, que cuando todo se sepa, es muy probable que nadie salga ileso.
XOXO, Gossip Girl.
Recuerden:
—VOTAR; por favor no se olviden y no les pido mucho, es gratis y consiguen actualizaciones más seguido. 75 VOTOS PARA EL NUEVO CAPÍTULO.
—COMENTAR; amo leer sus comentarios y opiniones sobre la historia.
—SEGUIRME; para no perderse ninguna actualización, noticia o lo que sea de la historia.
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