Jen

     El reloj marcaba las nueve de la noche cuando mi móvil vibró por un mensaje de ella:

No olvides lo que tienes que hacer.

     Esto era demasiado, lancé mi celular a mi colchoneta y despejé toda preocupación. Esta situación en ocasiones me exasperaba, me sobrepasaba y me hacía querer salir corriendo y cambiar de ambiente por completo, pero siendo menor de edad eso era imposible.

     Lo que me quedaba era esforzarme en mis estudios y ganar un lugar en Yale o en NYU, cualquiera de esas universidades estaba bien, siempre y cuando me mantuvieran lejos de Georgia.

    Vega y Milly entraron a la recamara con algunos bocadillos y se reunieron conmigo en la colchoneta.

     —Ya decoré el pastel, quedó divino y sé que le gustará mucho a Dim.

     Miré a mi alrededor y era incomodo ver tantas fotos de ese chico de cabello dorado y alborotado con cara de afligido o con ganas de ir al baño urgentemente.

     No era desagradable pero con la posición que tiene como modelo internacional y una vida llena de lujos me es imposible creer que va a nuestro instituto solo porque él decidió convivir con gente como nosotros.

     Algo no cuadraba.

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Dim

     Abrí de una patada la puerta del asqueroso y pequeño departamento que papá decidió rentar para mi estancia en este sucio pueblo de Macon.

     Encendí la luz y mequedé paralizado del asco que bullía desde mi interior, esto era peor de lo quepensé.

     —Con una mierda —lancé mis maletas a un sofá en mal estado que por un momento creí que se rompería por el peso de mi equipaje.

     Es inconcebible que viva en un lugar tan sórdido como este. Había una cocineta aparentemente limpia, las paredes eran huecas y lo más probable es que si las golpeaba terminarían agujeradas.

     El hedor que emanaba el lugar no era de mi agrado. El piso era blanco y liso, a mi izquierda y al fondo estaba la cama con un colchón desnudo y una puerta—el baño—que no me daban ganas de abrir.

     Había tres ventanales y en uno de ellos daba a unas escaleras de incendios, lo cual, me pareció algo de mal gusto.

     —Esto es peor que una pesadilla.

     Busqué mi móvil para llamarle al ser responsable de este desastre.

     —Dimitri, al fin te comunicas ¿Qué tal tu nueva estancia?

     —No me vengas con amabilidades falsas, papá ¿Eres consciente del jodido lugar a donde me enviaste?

     Un suspiro se escuchó al otro lado de la línea y sabía que no iba a llegar a nada bueno.

     —Ese jodido lugar, Dimitri, fue mi primer hogar como persona independiente. Me impresioné al saber que seguía disponible después de tantos años.

     Puse los ojos en blanco por sus memorias sentimentales einspeccioné el lugar de nuevo con ojos de halcón.

     —Tal parece que desde entonces no han hecho limpieza, huele a diablos, la cama es tremendamente pequeña y no quiero ni acercarme al baño.

     —Deja de actuar como un niño malcriado y ajústate a tu vida durante los siguientes cuatro meses —declaró mi tirano padre con tono firme queme provocaba un burbujeo caliente en mis entrañas—. Agradece que te dejé llevar el auto, tu quincena la tendrás puntal y sobrevivirás con quinientos dólares.

     Que me partiera un puto rayo era mejor.

     — ¿Quinientos dólares? ¿Has enloquecido? Papá, es mi dinero, yo puedo usarlo a mi antojo, me lo he ganado como modelo —repliqué furioso, patentado una de mis maletas a lo lejos.

     —Cállate, Dimitri, si estás allá y en esas condiciones es porque te lo has ganado, no voy a permitir que ningún hijo mío sea un cabrón desgraciado. Esto te enseñará a ser responsable, empático y mejor persona.

     Alejé mi móvil por un segundo y lo estrujé en mi mano para descargar el maldito coraje que me dominaba, al final exhalé para aferrarme a la poca cordura que me quedaba.

     —Por favor, ya entendí ¿Sí? Esto definitivamente te cambia. Vamos, papá levántame el castigo.

     —Tu madre está de acuerdo con esto, así que no intentes persuadirla porque está de mi lado al igual que tus hermanos.

     Maldigo la hora en la que tomé ese avión en dirección a basuralandia.

     —Papá te lo pido, regrésame a Miami, prometo donar dinero a las casas hogares, ir a dejar comida a los hospitales, ser más amables con los estilistas y fotógrafos, joder iré a la iglesia si es necesario pero no me dejes aquí.

     Hubo un silencio que me desesperó pero mi esperanza se disparó, tal vez se lo estaba pensando y reconsiderando que no podía ser tan cruel con su hijo.

     —Nos vemos al final de tu curso, hijo. Hablamos los días que quieras, suerte.

     Colgó, dejándomecon la boca abierta a punto de protestar. Esto no podía ser verdad.

     — ¡Mierda!

     Sin pensarlo, me dejé caer en uno de los asientos de la sala, pero en cuanto lo toqué este se deshizo por completo y quedé tendido en el suelo con un montón de polvo a mi alrededor.

     —El infierno hubiera sido mejor destino.

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Jen

     El aclamado día llegó y como Vega y yo lo predijimos, Milly no era la única chica impaciente por darle un detalle al modelito.

     —Mm-mm, este será un día muy largo —dijo Vega al notar como las chicas a nuestro alrededor se retocaban el maquillaje y se ajustaban sus faldas.

     Milly llevaba un vestido rojo muy bonito y coqueto—ya que ese color era el favorito de Dim Kelly—su objetivo era impresionarlo.

     —Ya falta poco para que Dim llegue ¡Quéemoción!

     Seguíamos en el estacionamiento, Vega se limaba las uñas para matar el tiempo mientras yo no dejaba de refunfuñar por las chicas que llevaban las faldas más cortas que de costumbre.

     — ¡Jen!

     Giré al escuchar mi nombre y lo vi, Chip venía corriendo a mi dirección. Su cabello negro y alargado ya lo podía amarrar en una cola de caballo pequeña; lucía más atractivo, sus ojos verdes me miraron y tuve que elevar mi cabeza por lo alto que era.

     Mi uno sesenta y dos no era suficiente.

     —Me enteré de tu campeonato de judo, felicidades.

     Sonreí sin dejar de deslizar una de mis botas por el pavimento de un lado a otro.

     —Gracias, estuvo bien, ¿Por qué llegaste hasta ahora?

     —Papá quiso tomarse otro día de vacaciones, y el primer día de clases es el más aburrido así que me lo salté —me guiñó el ojo.

     —No me sorprende —me limité a decir.

     —Tu papá es tan genial, él mío ya me quería dormida a las nueve para el primer día de clases —se quejó Vega muy atenta a nuestra platicaaunque sus ojos estuvieran en sus perfectas uñas.

     Uno de los defectos que tenía Chip era la irresponsabilidad, todo lo contrario a mí.

     — ¿Podemos salir después de clases? Tengo algo que decirte.

     —Eh...

     El timbre del instituto sonó y Milly gritó de angustia.

     — ¡Es inaudito! Dim es un chico que llega a tiempo a todos los lugares ¿Se habrá perdido? —dedujo la pelirroja parlanchina muy angustiada.

     — ¿Dim? —pregunta Chip desconcertado.

     —Te sorprenderá saber que el primer día de clases no fue tan aburrido —le dije con una sonrisa.

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     En el almuerzo, Milly tenía la cabeza hundida entre sus brazos doblados sobre la mesa, deprimida porque su querido amorcito no llegó en toda la mañana.

     —Vamos, nena, come algo, nada mejor que la comida para alegrarnos el día —anima Vega, acercándole a Milly un plato de pollo.

     Ella levantó la cabeza y miró su comida con una mueca de desagrado.

     —Es tan extraño, y el director no ha dicho nada al respecto —comentó Milly muy decaída de ánimo.

     Chip se acercó y me dejó una rebanada de pastel de plátano que yo quería pero se había agotado para cuando llegué a la zona de postres. Me dio un beso en mi cabeza y se alejó.

     Quedé atónita por el detalle y solo volteé a verlo para tratar de sonreírle.

     —Te llegó la hora, Jen, ese chico dará el siguiente paso contigo, primor —declara Vega conuna sonrisa pícara antes de llevarse un bocado grande a la boca.

—Ya era tiempo —agregó Milly con un hilo de voz.

     —No presionen —farfullé.

     Justo en ese momento, murmullos femeninos dominaban en toda la cafetería del exterior, todas decían lo mismo.

     Dim Kelly llegó.

     —Hasta que el bombón ardiente hace acto de presencia con los simples mortales.

     Milly ahogó un grito de emoción y se apresuró a tomar su pastel para correr hacia el chico que vestía completamente de negro; tenía una figura esbelta pero con musculo definido, alto y el cabello dorado con algunas luces más oscuras, los lentes de sol le daban un toque de una gran estrella junto con el alargado plástico blanco que sobresalía de sus labios. Todas las chicas estaban acercándose poco a poco y acorralando al susodicho, acorralando al susodicho que poseía una belleza otorgada por los mismísimos ángeles.

     Miré a Milly acercándose, fue la primera en tomar la iniciativa.

     —Tuve suerte de convencerla de no usar los globos —comenta Vega.

     Volteé a verla incrédula y ella asintió.

     —No puede ser, Milly —dije un poco frustrada por mi amiga.

     —Dejó los globos en mi auto sin inflar, así que no hay posibilidad de que los use.

     Vega y yo nos levantamos y caminamos hacia la escena donde nuestra pequeña amiga se miraba diminuta a lado del modelo. El fanfarrón movía la paleta que llevaba en su boca de un lado a otro. Al acomodarsus lentes sobre su cabeza dejó ver una mirada despectiva.

     —Qué alegría tenerte aquí, Dim, bienvenido al instituto Atlas, el director nos comunicó tu llegada y estamos más que contentos por eso. Te hice un pastel, es de fresa con un toque de nuez y traté de usar ingredientes sanos porque sé que cuidas tu figura, se nota —ríe nerviosa pero algo de ese chico no me gustaba, su mirada era de superioridad y lo percibí displicente por el aspaviento de Milly quien le entregó el pastel, el cual, sostuvo de mala gana con una sola mano—. Eres tan guapo, espero que podamos ser amigos, salir, conocer Macon, te aseguro que te encantará, es una ciudad preciosa y puedes contar conmigo...

     Dim escudriñó el pastel con mala cara, hizo un mohín y de un solo movimiento lo estrelló en la cara de Milly. Todo lo vi en cámara lenta, los chicos de alrededor quedaron asombrados por la acción tan desagradable del modelo hacia mi amiga.

     Una parte dentro de mí se prendió del coraje y deseaba matar al engreído cabrón. Milly estaba muda y fundida en todo el betún, Dim Kelly pateó las sobras del pastel que cayeron al suelo y se pasó una mano entre sus largos cabellos alborotados para después sacar la paleta de cereza de su boca.

     — ¿Quién te dijo que podías hablarme, niña ridícula?

     Su voz era gruesa y con el toque de arrogancia que lo definía como la persona más detestable de este planeta.

     Desapareció con todos alrededor en silencio. Quise seguirlo para ponerlo en su lugar pero Vega me detuvo de inmediato.

    —Ni se te ocurra, Milly nos necesita ahora.

     Tenía razón y fui detrás de ella. Un chico estaba sacando su móvil para fotografiar a Milly y se lo tumbé de un golpe.

     —Más te vale que vayas largándote —amenacé y fulminé a todos con la mirada—. Ustedes también, ocúpense de sus asuntos.

     Vega limpió un poco a Milly, la pobre seguía como estatua y con una mirada perdida por lo ocurrido que me hizo sentir pena por ella.

     —Nena, vamos, lavemos tu cara y vayamos a clase.

     Acto seguido la pelirroja se alejó de nosotras, corriendo con el rostro cubierto con sus manos y mi ira por Dim Kelly creció.

     En eso, una idea malvada llegó a mi mente.

     —Vega, creo que después de todo haremos uso de esos globos —mi cabeza repasaba mi plan de venganza.

     —Oh, cariño ya leí tu mente maquiavélica y cuenta conmigo.

Hola Lectovers💖 sorpresa sorpresa, quise actualizar otra vez esta historia que me esta gustando mucho y espero que también a ustedes.

Pero qué joyita resultó ser Dim Kelly, pobre de Milly ¿Creen que su amor desenfrenado por el modelo se haya quebrado?

¿Qué plan tendrá Jen para vengar a su amiga?

Quédense conmigo para descubrirlo en el siguiente capítulo que lo subiré pronto, espérenlo por favor.

Con amor: Razvan❤️