¿Por qué?
Traicionado, ira, desilusión, era lo que sentía en ese momento.
—¿Cómo pudieron? Todo este tiempo— preguntó, apretó su mandíbula y sus manos se hicieron puños para no lanzarse sobre su padre.
—Así lo quiso Kōki— dijo Masaomi. Sabía que iba a reaccionar así.
Seijūrō sintió su corazón desgarrarse al escuchar el nombre de su amado en boca de su padre.
—¿Por qué?— preguntó sin dejar de observar a Kōki, quien platicaba con la prensa.
—Tú mejor que nadie lo sabe. Le hiciste daño a alguien que te dio todo... Más tarde te doy explicaciones en la casa, por ahora, no hagas nada— dijo viéndolo los ojos —Kōki se ha esforzado mucho para venir y estar aquí esta noche. No lo arruines, es su evento— dijo soltándolo y dirigiéndose a los otros invitados.
No hizo nada, aún lo amaba a pesar del dolor que sentía. Le dolía que estaba con su padre y tenían dos hijos.
— ¿Por qué Kōki?— susurró bebiendo su cuarta copa de champán —¿Por qué con mi padre?
——————
—Kō-chan— Kazunari abrazó a Kōki cuando se próximo a ellos —Al fin podemos verte ¿Cómo están los niños?
—Excelente, Kazunari— dijo, sonría al pelinegro y a los demás —Querían venir, pero decidimos que mejor se quedaran en casa.
—¿Tienes alguna foto o algo así?— preguntó Daiki.
—Sí, espera— dijo, se echó mano al pantalón pero no estaba su teléfono, y entonces recordó. Comenzó a buscarlo hasta que lo encontró.
Seijūrō se tensó al ver que miraba en su dirección y se dirigía hacia él —...
—Masaomi-san, mi celular.
—Claro. Olvide dártelo cuando se lo quite a Seiji— dijo entregándole el teléfono. Vio a su hijo mirándolos —¿Todo bien?
—De maravilla— dijo sonriendo. Dio la vuelta, se dirigió con Kazunari y los todos los que ya se habían reunido. Al llegar buscó una foto y se las mostró —Estos son mis hijos.
—Pero si son idénticos a A...— Daiki no emitió nada más por la mirada de Tetsuya y Kazunari —Son muy lindos ¿Cuál es cuál?
—Seiji es el de la derecha, y Masaoki el de la izquierdo.
—¡Tengo que conocerlos, Furihatacchi!— exclamo Ryōta babeando por los pequeños.
—Claro, ambos estarán felices de conocerlos. Siempre les habló sobre ustedes, en especial a su orgulloso tío Kazunari— dijo riendo.
—¡Obvio! Soy su adorado tío. Si son adorables por los video-llamadas, ya me quiero imaginar en vivo y en directo— dijo Kazunari riéndose.
Seijūrō le molestaba y dolía la cercanía que tenían los chicos. Las sonrisas de Kōki eran diferentes, pero cuando hablaba de sus hijos era como ver al viejo Kōki.
——— Dos horas después ————
Estaba furioso. Le dolía ver la sonrisa que Kōki le dedicaba a su padre.
Los invitados comenzaban a marcharse y quedaban pocos de ellos, en ese instante notó que el castaño se dirigió hacia el pasillo del baño, buscó a su padre y lo vio platicando con el encargado de la editorial. Sonrió. Siguió al castaño y lo esperó cerca de la entrada de la recepción.
Pv Kōki
Temblaba de pies a cabeza de los nervios que tenía. No sólo por el evento, sino por el hombre que jugó con son sus sentimientos y lo abandono por ser pobre. Fue de ayuda que sus amigos y Masaomi-san estuvieran presentes para poder hacerle frente a ese hombre. Pudo sentir su mirada sobre él, trató de actuar lo más indiferente y feliz que le fuese posible.
Todo el evento se la pasó platicando con conocidos, amigos y colegas de la editorial. Eso hizo hasta que tuvo la necesidad de ir al baño y se dirigió hacia el pasillo.
Salió del baño y se dirigió nuevamente a la sala, pero sintió su brazo ser agarrado y ser empujado fuertemente contra la pared —¿Qué demo...?
—Vaya pero si es la puta Furihata— dijo de forma grotescas y lleno de ira que sentía por ser traicionado.
—¡Suélteme!— ordenó tratando de zafarse del agarre.
—Nee~ tanto me amabas que te metiste a la cama de mi padre a la primera oportunidad, zorra caza fortunas— dijo con coraje.
Kōki sintió que su corazón se oprimió — Suélteme. Me está lastimando— dijo desesperado y al borde de las lágrimas.
—¡La putita está llorando! Supongo que también le lloraste cuando le abriste las piernas para tener esos malditos bastardos... Seiji y Masaoki así se llaman los malditos bastardo, 'no? Mal...— soltó el agarré que mantenía y se tocó la mejilla.
—De mi puede decir lo que quiera y tratarme como puta, zorra o todo lo que quiera ¡Pero con mis hijos no se meta, y no vuelvas a nombrarlos! ¡¡Bastardo!!— dijo furioso. Lágrimas surcaban sus mejillas.
—Vaya la puta tiene agallas, pero nadie me toca— dijo levantando su mano.
Kōki tembló y cerró sus ojos instintivamente al ver el puño que se le aproximaba.
—¿Qué crees que estás haciendo, Seijūrō?— dijo Masaomi deteniendo el puño de su hijo —¿Kōki estas bien?
Sólo pudo asentir.
—Ehhh defiendes a la puta— Masaomi abrió completamente los ojos —Debe ser muy bueno en la cama para que te tenga así, y ni se diga de esos dos malditos bastardos de hijos que tiene.
Kōki sollozó.
Masaomi agarró del sacó y lo empujó contra la pared —No te golpeó porque eres mi hijo, pero no te permito que hables así de Kōki, y mucho menos de Seiji y Masaoki. Un día te arrepentirás de esto— dijo soltándolo, sujetó a Kōki de la cintura guiándolo a la salida.
—¡Jamás me arrepentiré. Ustedes serán quienes lo hagan!— gritó mientras se deslizaba por la pared...
—————
Kōki era un mar de lágrimas. La gente, que aún quedaba en la recepción, lo veían extrañados. Salieron del hotel y se dirigieron a la casa del castaño.
—Lo siento, Kōki. No pensé que fuese a reaccionar así— dijo pasándole un pañuelo.
—Fue horrible. Mis hijos...a mis hijos.. él....— dijo entre sollozos.
—Lo siento, realmente no espere que reaccionará así— dijo Masaomi.
Después de 20 minutos llegaron a la casa de los Furihata, Kōki no quiso compañía y esperó a que entrara.
Masaomi se dirigió a la mansión y al llegar Seijūrō estaba sentado en la sala esperándolo.
—Me debes muchas explicaciones, padre.
—Jamás espere esto de ti— dijo sentándose frente a su hijo.
—Jamás espere que me traicionaran y ocultaras su paradero— dijo bebiendo una copa de vino blanco.
—Bien ¿Qué sabes de la familia de Kōki?— preguntó.
—Sus padres trabajan y casi no estaban en casa, llegaban muy de noche; y su abuela rara vez estaba en casa— dijo extrañado.
—Empezaremos por allí, y la razón de porqué lo ayude— Seijūrō asintió —Cuando Kōki tenía 7 años, tuvo un accidente —le hizo señas a Seijūrō para que se mantuviera callado—. Estuvo durante unos 15 días inconsciente, cuando despertó sus padres no estaban, sólo su abuela, Furihata Kaori-san. A los tres días de que despertó lo dieron de alta y se dirigieron a la casa de los Furihata— Masaomi se levantó y sirvió una copa.
Se volvió a sentar y reanudó su relato —Al entrar a la casa, sus padres estaban discutiendo y en cuanto los vio, Kōki corrió a abrazarlos. Lo que recibió fue insultos y golpes por parte de sus padres, Kaori-san mando a su habitación a Kōki y se quedó hablando con los padres. Kōki se quedó en las escaleras y escuchó todo, lo llamaron fenómeno, monstruo, malnacido, bastardo y todo lo que se te ocurra. Kaori-san los corrió de su casa y los Furihata se fueron sin preocuparse de Kōki,
Seijūrō abrió completamente los ojos, Kōki le había mentido.
—Furihata Kaori-san era mi nana, y trabajo para papá. Dos años después del accidente de Kōki buscó a mi padre pero él ya había fallecido, y me pidió un gran favor— bebió de su copa — .Yo la adoraba, fue una segunda madre para mí, termine aceptando. El favor era ayudarla a dejarle su casa y su cuenta de ahorró a nombre de Kōki, y que yo fuese su albacea y tutor.
Seijūrō se levantó y comenzó a caminar de un lado a otro.
—Así lo hice. Cuando Kōki cumplió 11, Kaori-san falleció; quedo sólo y sin familia. Mande a mi abogado, él sería nuestro intermediario. Él se encargaba de ver que a Kōki le llegara dinero mensual y fuera inscrito a la escuela e inclusive iba en mi representación. Cuando cumplió 12 comenzó hacer trabajos menores para conseguir dinero extra y no estar esperanzado al dinero que recibía mensual. Así estuvo hasta que te conoció, las veces que no se veía contigo era porqué estaba trabajando o en los entrenamientos. Los sábados para verte, se levantaba a las 3 de la mañana y hacia todo sus trabajos para poder verte en las tardes— Seijūrō se sintió culpable —Cuando me lo presentaste como novio me lleve una gran sorpresa, pero me sentí tranquilo, ya que tú lo harías feliz o eso creí hasta que le rompiste el corazón y lo dejaste completamente sólo.
Seijūrō sollozó.
—Cuando me dijiste que rompiste con él, y me dijiste lo que le dijiste, me dolió. El chico desde los 11 años había estado sólo, la primera persona en quien confió y le entregó todo de él, jugó con él y lo botó por no tener dinero— dijo pasándose una mano por su cabello rojizo —Dos meses después lo encontré en casa de Takao-kun, le dije quién era y lo saque del país para que no sufriera más de lo que ya estaba sufriendo.
—¿Dónde estuvo? Todos esos detectives— preguntó frustrado.
—A todos les pague para que te mintieran. Estuvo en una de mis casas en EEUU... Cuando tú te arrepentiste y fuiste a buscarlo se lo dije, pero Kōki no lo creyó. No cree en que dejaste de amar el dinero. Hoy lo lastimaste más al llamarlo puta, y hablar así de Seiji y Masaoki... Eso es todo lo que te voy y puedo decir— dijo levantándose.
—¿Por qué me engañaste y te quedaste con él? — preguntó. Necesitaba saber porque estaban juntos.
—Creo que estas ...— interrumpiéndolo, su celular comenzó a sonar —Bueno.... Oh si ... Ahora leo el contrato— dijo dirigiéndose al despacho.
Seijūrō sólo golpeó la pared, y sollozó al imaginarse todo lo que había sufrido Kōki.
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En cuanto entró a la casa se dejó caer en la pared más cercana y su sollozos sé hicieron más fuerte.
Malditos bastardos.
Esa frase se repetía una y otra vez, destrozándole cada vez más su corazón.
—¿Cómo pudiste llamar así a tus hijos, Seijūrō?— sollozó y se cubrió la boca para no soltar el grito desgarrador que sentía colarse por su garganta en cualquier momento.
Miles de recuerdos le invadieron la mente.
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