Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 3

Los dos sentados frente a frente en un pequeño restaurante, comíamos unas hamburguesas con unas sodas. Me sentí en la gloria al dar la primera mordida a mi hamburguesa y Layne riéndose, yo también reí y luego él tomó mi mano.

Nos sonreímos.

—Te prometo que esta será nuestra última parada, porque después te llevaré a un lugar, en donde nadie nos reconozca y ahí podremos estar juntos, sin que nadie nos fastidié.

—Es lo que más quiero, cariño. Que podamos vivir tranquilos los dos, sin que nadie se entrometa en lo nuestro — me miró con ilusión.

—También es lo que más deseo, mi hermosa.

Toqué con cariño su mano, que estaba sobre la mía y los dos volvimos a sonreírnos, cuando una mujer nos apuntó con el dedo y comenzó a acusarnos.

— ¡Son ellos! ¡Son los muchachos que la policía anda buscando!

Nosotros nos alteramos y todos comenzaron a mirarnos y aquella odiosa mujer, volvió a gritar.

— ¡Es Layne Staley! ¡Layne Staley! ¡Él es el cantante de la banda, Alice in Chains, y el que secuestro a su novia! ¡Son ellos!

— ¡No puede ser!

— ¡Hay que huir de aquí! — me ordenó Layne exasperado y me tomó del brazo y salimos rápidamente de aquel restaurante frente a todos.

Nerviosos, corrimos hasta la moto, nos pusimos el casco y Layne arrancó a toda velocidad.

Mi padrastro vio toda la escena y comenzó a seguirnos en aquel auto negro...

Layne acelerado, no le importó la velocidad, y yo asustada, me había regresado aquel temor de que mi padrastro nos encontrará. Afligida, me abrasé más fuerte a él, buscando su protección y Layne sintió mi abrazó y me amó con locura.

—Te prometo que nada te pasará, amor mío.

—Lo sé, confió en ti, mi vida.

—Sostente fuerte de mí.

—Sí.

Aceleró aún más por las calles de aquel pueblo, tanto así que mi padrastro nos perdió de vista.

— ¡Demonios!

Nerviosa y preocupada, vi que Layne iba demasiado rápido y quise que bajara un poco la velocidad.

— ¡Amor, detente un poco! ¡Vas muy rápido! ¡No quiero que nos estrellemos!

— ¡Ok!

Presentíamos que la policía nos encontraría en cualquier momento y los dos acelerados, Layne quiso detenerse, pero vio que la moto no le funcionaban los frenos y la desesperación nos abordó.

— ¡Detente, Layne!

— ¡Eso estoy intentando, pero no puedo! ¡No puedo parar!

— ¡Layne!

Sin poder detenernos, vimos que nos íbamos a estrellar contra una muralla, yo grité fuera de control y nos dimos vuelta.

— ¡NO!

Un poco aturdido, Layne se sacó como pudo el casco y su primer pensamiento fue.

— ¡MARGARITA!

Me vio tirada en el suelo junto con las rosas que yo había recogido de aquel campo y la angustia lo consumió por completo. Trató de colocarse de pie, pero su hombro y espalda se lo impidieron y se arrastró para llegar a mí.

Desesperado y asustado, me sacó el casco, y yo inconsciente, mi rostro estaba ensangrentado y se le llenaron los ojos de lágrimas.

— ¡NO, MARGARITA! ¡Mi Margarita, despierta por favor! ¡Despierta!

Desquiciado, tocó mi rostro para hacerme reaccionar y temió de mi vida y comenzó a gritar ayuda.

Agobiado por mí, no le importó que estuviese herido y sacó las pocas fuerzas, que le quedaban, y me cargó con cuidado en sus brazos. Pretendía llevarme al hospital más cercano de aquel pueblo, cuando de pronto una pareja en auto nos vio y se detuvieron frente a Layne y nos socorrieron rápidamente.

Con el brazo vendado, aún estaba mareado, y solo rogando porque yo estuviese bien, el doctor se le acercó y Layne se levantó rápidamente de la silla.

— ¿Cómo está, Margarita, mi mujer, doctor?

—Afortunadamente el golpe que tuvo Margarita en su cabeza no causó secuelas. Acaba de recobrar el conocimiento y está llamándolo a usted — sus ojos brillaron de amor y sonrió perdidamente.

—Tengo que ir a verla...

No le importó nada más y corrió a verme...

Aún débil, sentía que la cabeza me daba vueltas y con un vendaje en el lado izquierdo de mi rostro, Layne entró a mi habitación y mi corazón irradió de amor por él.

Layne me vio perdidamente, y agradecido de que nada grave me había pasado, corrió a mí y yo lo abrasé fuerte y me puse a llorar. Él me recibió en sus brazos y me escuchó llorar; acarició mi cabello.

—Mi amor.

—Mi Layne.

—Aquí estoy, tranquila, mi hermosa.

—Mi amor.

—Temí tanto de que te pasará algo — me miró — No me lo hubiera perdonado nunca, nunca, amor mío.

—Solo quería verte, ver que estuvieses bien.

—A mí no me pasó nada, solo me disloqué el hombro, pero estoy bien. Tú fuiste la que me asustó, mi angelito. Te golpeaste en la cabeza por la caída, pero el doctor me dijo que afortunadamente estás fuera de peligro y sin ninguna secuela.

—Mi amor — le dije emocionada, feliz de tenerlo ahí conmigo y Layne me sonrió con alivio y me acarició el brazo.

—Sé que te he prometido esto muchas veces, pero estaremos bien y juntos saldremos de esto. Te lo prometo.

—Lo sé. Confió en ti y sé que así será, mi Layne.

Me miró perdidamente enamorado y los dos sin contenernos más, nos besamos.

Al cabo de besarnos, el oficial entró a mi habitación y Layne y yo lo miramos con el aliento retenido, y yo temerosa, sostuve fuerte su mano y él la apretó.

—No se asusten muchachos. Si estoy aquí es únicamente para informarles que al señor Staley se le quitaron los cargos del secuestro de usted, señorita Margarita.

— ¿Qué? — preguntó Layne sorprendido y ambos miramos al oficial sin entender.

—Tenemos un testigo que vio al señor Alonso sacarle los frenos a su moto, lo que provocó que ustedes tuvieran el accidente — los ojos de Layne ardieron y yo más detesté a mi padrastro.

— ¡Infeliz!

—Gracias a eso pudimos hacer una rápida investigación y descubrimos del maltrato que usted, señorita Margarita recibió de parte de sus ambos tutores.

—Así es, oficial.

—Lo que los califica de inmediato de culpables y ahora serán juzgados ante la ley. De hecho, al señor Alonso ahora fue detenido por el intento de homicidio de ustedes dos — sentí un gran alivio que recorrió mi alma y Layne me abrazó.

— ¿Eso quiere decir que ya no se acusa de secuestrar a mi propia novia, oficial? — yo le sonreí.

—En efecto, usted queda libre de cargos.

Layne se le iluminó el rostro y volvió a abrazarme fuerte, con todo su amor. Ambos nos sonreímos contentos e ilusionados.

— ¿Ves mi angelito? Te prometí que saldríamos de esto y por fin se ha cumplido. Ahora los dos seremos muy felices — le sonreí con emoción.

—Si mi Layne. Ahora por fin podremos estar felices y gritárselo al mundo entero — acarició mi mejilla.

—Jejeje, si mi angelito. Así será.

—Te amo tanto.

—Y yo a ti, siempre.

Me dijo y me besó largamente, con todo su amor y cariño.

Tiempo después...

Abrazada a él, llegamos, en su moto, hasta aquel campo de rosas y flores. Ya se estaba atardeciendo, Layne se estacionó y luego los dos nos bajamos y nos acercamos a contemplar las bonitas rosas y flores que habían vuelto a florecer.

Tomados de la mano, la suave brisa rozó en nuestras mejillas y Layne me vio perdidamente enamorado, y yo feliz, me recargué con mimo de su hombro y los dos seguimos mirando las rosas y flores, acompañados del místico cielo, cubierto de nubes rojizas.



Fin.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro