XXI
Durante semanas, Minseok y Jongdae sólo se dedicaron cortos saludos cada que se cruzaban por las galerías de la escuela.
Jongdae se rodeó cada vez más de gente. Tenía sentido, era carismático y un buen chico, ¿quién no querría ser su amigo... o incluso algo más? Mientras su lista de ligues se acrecentaba, en contraposición Minseok trató de contenerse para no buscarlo. Hacer nuevos amigos no le interesaba, en su lugar sólo podía pensar en lo absurdo que era que una relación tan especial como la de ellos terminara así, aunque forzarla era incluso más tonto. Si lo que Jongdae quería era más tiempo para sí mismo, ¿quién era para rehusarse?
Al final del día, lo único que quería era a su mejor amigo de vuelta.
Su personalidad estrafalaria y sus comentarios desafortunados eran algo conocido, así como él no quería hacer amigos, los demás tampoco parecían muy inclinados a acercársele. La única persona que había sabido entenderlo era Jongdae... Hasta el momento. Mentiría si dijera que la llegada repentina de Junmyeon a su vida no fue un alivio para su corazón.
Junmyeon había llegado nuevo de otro pueblo, no conocía a nadie y ningún rumor extraño lo alcanzaba y si sí, no era como si los comprendiera del todo. Eso o era demasiado buen tipo para ignorarlos y convertirse en su amigo sin muchos miramientos. A diferencia de Jongdae quien compartía su retorcido sentido del humor, Junmyeon era lo suficientemente relajado como para no tomárselo en serio. No era lo mismo, pero era simpático igual y hasta él se sentía solo a veces. Sea como sea, saber que había más gente ahí fuera capaz de tolerarlo se sintió como un abrazo cálido y lo ayudó a olvidarse un poco de la espina en su corazón que en ese momento era Jongdae.
De forma inesperada funcionó como una especie de gatillante para este.
Una noche como cualquier otra Jongdae apareció en su casa con pintas desastrosas y, sin mirarlo a la cara, le confesó de la nada que alejarse fue la peor decisión que podría haber tomado.
Con la mente en blanco, preguntó por qué.
"Porque no puedo arrancarte de mí por más que lo intente".
Mientras Jongdae pedía perdón entre lágrimas, Minseok sólo podía mirarlo hecho un monstruo por dentro. ¿Que estaba arrepentido? ¿Ahora pedía perdón? ¿Justo ahora volvía? ¿Por qué? ¿Porque había encontrado a otra persona para pasar el rato? Todo lo que había estado ignorando los meses pasados, toda la pena, la frustración, el dolor, se precipitó hacia él sin aviso previo. Fue como si hubiera estado parado en medio de una montaña blanca prístina, apática, y de repente una avalancha apabullante lo hubiera hundido profundo y dejado inmerso en un montón de sensaciones abrumadoras.
¿Cómo?
¿Cómo pudiste hacerme eso, Jongdae?
Y entremedio estaba esa necesidad de dejar todo lo problemático atrás, estrecharlo entre sus brazos y decirle que estaba bien, que ya no importaba siempre y cuando volvieran a pasar sus días juntos. Empuñó las manos y sonrió con resignación. ¿Cuál era la otra opción entonces? ¿Seguir viviendo como si sus caminos nunca se hubieran cruzado? Entre balbuceos, Jongdae le prometió por su cuenta que no haría cosas así de estúpidas otra vez y aseguró que ya no le importaba lo que pensaran de ellos.
-¿Ah, no?- Había cortado su monólogo lamentable. -¿Puedo intentar algo más entonces?
Jongdae no le respondió, pero su mirada llorosa y asustada fue un detonante.
Sin más vueltas, se acercó y lo besó.
Aquel era su primer beso, uno simple y torpe. ¿Por qué había intentado algo como eso en un momento tan poco acorde? Ni él sabía. Tal vez sólo quería probar a Jongdae, medir su reacción. Al separarse, su cara pasmada le devolvió la mirada y tuvo que admitirlo, era bastante bonito de ver.
-¿Por qué te importaría lo que dicen si no sientes nada?- Dijo con un sosiego que no sentía.
La cara pétrea de Jongdae se tiñó lentamente de rosado y su boca comenzó a hacer un montón de muecas graciosas. Fue él quien acortó la distancia al segundo siguiente y le devolvió el beso con rapidez, dejándolo anonadado.
-Si a ti no te importa, entonces a mí tampoco.
Ah... Es verdad. ¿Qué importaba al final? No era un llorón ni tampoco demasiado sensible, ¿qué importaba si Jongdae tenía un par de idas y venidas? Podía soportarlo todo si al final iba a volver a él de esta manera.
Jongdae no confió en Junmyeon al comienzo, pero cuando descubrió que este era un buen chico, no le importó tanto tenerlo alrededor de ellos. Como prometió, ignoró todos los rumores sobre ellos y construyeron a la par su propia burbuja aislada del mundo, un lugar en donde podían hacer lo que querían, compartir lo que deseaban, decirse cualquier cosa.
Cuando estaban a solas, era cuando mejor se compartían entre ellos.
Pero cuando el que nunca recibe nada un día recibe poco, se vuelve codicioso.
Los sentimientos de Minseok sólo crecieron con el tiempo y un día comenzó a querer tomarlo de la mano caminando por el parque. Quería enredar sus brazos alrededor de su cintura o susurrarle de forma cariñosa al oído mientras hacían la cola para el cine. Cosas así. Pero cada vez que cometía la imprudencia de acercársele demasiado en público, Jongdae lo apartaba.
Jongdae nunca le dijo que lo que hacían no era natural, pero lo dio a entender. Andar ocultos y renunciar a todas las cosas que deseaba dolía, incluso si lo comprendía. La familia de Jongdae no era la más simpática ni la más abierta, sabía de donde venía, pero eso no quitaba que fuera frustrante.
Cuando le pidió oficializar la relación una tarde de verano tirados de espaldas sobre el césped, fue más un manotazo de ahogado que una petición sincera.
-¿Qué le diré a mis padres?- Fue lo primero que se le pasó por la cabeza a Jongdae.
-No les digas nada. Sólo... Sé mío.
Un silencio largo como la eternidad misma... Y lo tomaron de la mano con suavidad.
-Si a ti no te importa, entonces a mí tampoco.
Sabía que era una persona fuerte, pero con el tiempo se le hizo evidente que no podía ser fuerte por los dos. La primera vez que Jongdae lo negó frente a sus compañeros, no importó. Cuando lo hizo frente a sus amigos, tampoco. Cuando juró que no era nada para él frente a su propia familia, se convenció de que no había dolido lo suficiente. Pero debía aceptar que tenerlo a su lado ya no le bastaba.
Porque tampoco podía amar por los dos.
Todo cae por su propio peso alguna vez.
******
-Me dieron ganas de gritarlo.
-Sehun, no...
-¡Oigan, este hyung y yo...!
Luhan lo tomó del brazo y lo hizo volver a sentar, sus labios apretados y su rostro contorsionado debelaban sus ganas de reír contenidas. Sehun le alzó una ceja, era obvio que sólo estaba jugando, pero aún así se notaba regocijado y súper satisfecho. La simple imagen de estos dos tonteando hizo que el estómago de Minseok se retorciera.
-¿No me dejas?
Luhan se encogió de hombros con indiferencia. -Hazlo si quieres, pero cuando no esté cerca.
-¿Qué es esto? ¿Acaso te avergüenzas de mí?- Dijo Sehun con dramatismo.
El otro chasqueó la lengua y le dio un pequeño empujón. -No es eso.
-Entonces lo gritaré: ¡oigan...!
Luhan le cubrió la boca y ya no pudo aguantar las carcajadas. Incluso si querían ser discretos no estaban haciendo un buen trabajo, la gente en las mesas cercanas había comenzado a verlos con curiosidad, aunque no parecía importarles realmente, sólo estaban disfrutando dentro de su burbuja. Minseok hizo una mueca agria y revolvió la comida con desgano.
-Ah, ya cállense...- Suspiró con fastidio.
Yixing a su lado pudo oírlo. -Están en la luna de miel todavía, déjalos.
-Toda esa felicidad es más efímera de lo que creen saber.
-Minseok hyung no tiene un novio tan perfecto como Luhan.- Sehun le sacó la lengua y recibió un pequeño golpe por parte de su pareja.
Se mordió la lengua y guardó silencio. Quería hacer algo con su cuerpo, pero no sabía qué. Sacudió la pierna derecha y tamborileó los dedos sobre la mesa. Frotó su pecho con el ceño fruncido, era como si una persona muy pesada estuviera sentada encima. Dejó la pierna quieta. Pasó sus manos por su nuca, su cuello estaba hirviendo. ¿Tanto calor hacía? Los demás parecían cómodos. Sacudió su pierna izquierda. Debería tener hambre, pero los platos apetitosos delante de él no le generaban nada. Posó su frente sobre una mano y golpeó ligeramente su entrecejo, debería estar feliz por su dongsaeng y su amigo. ¿Por qué tenían que oficializar su relación justo ahora?
Cuando su corazón estaba hecho pedazos.
-Esto apesta.
Yixing no había dejado de prestarle atención. -Hey, ¿qué pasa?- Susurró.
-Miren el lado bueno, al menos aquellos a quienes quieren están en la misma ciudad que ustedes.- Comentó Baekhyun. -En el mismo país, en el mismo continente...
Sehun los vio con recelo. -¿Soy yo o están todos, como, súper negativos hoy?
Luhan lo codeó, instándole a que guardara silencio. -Hum, Mi-Minseok, ¿estás bien? Puedes decirnos si hay algo mal.
-Jongdae debe haberle pegado una patada en el trasero.- Mencionó Baekhyun con completa liviandad.
Junmyeon se estiró para ver a Minseok con un rostro preocupado. -¿De verdad?
Minseok siguió en silencio algunos segundos más antes de sorber ligeramente por la nariz y negar de forma casi imperceptible. -Yo lo dejé a él.- Murmuró.
Baekhyun se ahogó con un pedazo de ensalada que intentaba tragar, Luhan boqueó como un pez mientras Junmyeon cubría su boca con una mano y Yixing jadeaba. Incluso Sehun había abierto aún más los ojos ante la sorpresa. Minseok no podía encararlos, por algún motivo sentía mucha vergüenza, como si hubiera cometido un error. Ah, debería haberse quedado en casa. Pensó que le haría bien tomar algo de aire y pasear con sus amigos, pero todo estaba volviéndose cada vez más negro.
-¿Qué mierda?- Espetó Baekhyun con incredulidad. -¿Cómo fue que pasó?
-Yo... Nunca pensé que algo así pasaría.- Murmuró Luhan.
-Pues...- Cuando Sehun abrió la boca, todos lo miraron. -Minseok hyung ha sufrido también, que nunca hable de ello es tema aparte.
Hubo un silencio helado en la mesa, Minseok podía adivinar que nadie sabía qué hacer o qué decir y se sintió peor por arruinar el ambiente.
-Lo siento, Min.- Dijo Junmyeon.
-Por eso Jong no vino.- Susurró Luhan para nadie en especial.
-Está bien.- Se encogió y suspiró. -Puede que Chanyeol esté lejos, pero al menos no se avergüenza de ti.- Le dijo a Baek. -Al menos te quiere lo suficiente.
Baekhyun frunció el ceño, más que enfadado parecía genuinamente preocupado y tuvo las fuerzas suficientes para sonreír un poco. Mierda, ¿él estaba haciendo que Kwon Baek luciera así? Debería estar luciendo en verdad lamentable.
La comida continuó con normalidad, el ambiente estuvo un poco extraño, pero de a poco fue recomponiéndose y hasta Minseok logró calmarse. Tan sólo decir un uno por ciento de todo lo que tenía dentro ayudó bastante, tal vez debería intentar hablar con ellos. Por obvias razones, nunca habían aclarado su relación con Jongdae, pero era evidente para todos incluso si no lo decían.
-¡Minseok!
El grito como un aullido lastimero los conmocionó a todos dentro del restaurante, incluso a aquellos que no reconocieron la voz. Jongdae se presentó desalineado de los pies a la cabeza: llevaba puestos sus pantalones de pijama, una sudadera grande y un par de zapatillas deportivas con los cordones desatados, su cabello estaba despeinado y opaco, sus ojeras bien podrían tocar el suelo. Agitado, paseó su mirada frenética por todo el lugar.
Cualquiera se lo habría confundido con un loco.
Minseok se puso de pie con el estómago revuelto y la cabeza mareada. -¿Qué estás haciendo aquí?
Jongdae se acercó y parecía tan fuera de sí que tanto Yixing como Junmyeon sintieron la necesidad de interceder, frenándolo antes de que lo alcanzara, sólo por las dudas. Jongdae ni siquiera les prestó atención, estaba cien por ciento centrado en él.
-¿Por qué no me llamaste? No, ¿por qué no me contestas? ¿Qué estás haciendo?- Exigió.
-Cálmate.- La voz de Yixing sonó amonestadora.
Se endureció luego de oírlo. -Creí que había dejado claro cómo seguiríamos de ahora en más.
-¡Tú no puedes estar lejos de mí! ¿¡Cómo puedes hacer esto!?
-¡Hey! ¡Reacciona!- Lo zamarreó Junmyeon, entonces se volteó hacia él con un rostro serio. -Minseok.
Sí, lo sabía. Con la mandíbula tan apretada como para volver polvo sus muelas, cogió a Jongdae de un brazo y se lo llevó de allí. No sabe cuánto tiempo caminaron, no veía nada delante de él. Podría atravesar las calles con los semáforos en rojo, chocar personas, recorrer todo Seúl de una punta a la otra. ¿Hacia dónde iba?
-Minseok, me duele.
La voz pequeña de Jongdae por detrás lo hizo reaccionar. Cuando lo soltó, este frotó su muñeca morada con una mueca. En serio, ¿qué estaba haciendo?
-Ya... Ya puedes parar con esto, ¿sabes?- Jongdae intentaba sonar despreocupado, pero no lo estaba logrando. -¿Qué se supone que haces terminando conmigo de la nada?
Minseok se frotó el rostro con ambas manos. -¿Qué parte es la que no entiendes?
-No vas dejarme. Es decir... ¿Es en serio? Vamos, ¿qué...?- Su sonrisa temblorosa iba desvaneciéndose de a poco. -Por favor.- Lo tomó de un brazo. -Por favor, sabes que te necesito mucho más que tú a mí, por favor, deja de bromear.- Su agarre se apretó.
Su respiración era cada vez más corta y rápida, cada jadeo que daba en el afán de llenarse de aire le costaba un esfuerzo inmenso. El nudo en la garganta le impedía pasar saliva y le daba ganas de vomitar, sus ojos ardían tanto, como si estuviera observando la llama de una fogata haciéndose cada vez más grande e incontrolable... Tenía que parar, tenía que parar o si no...
-Cállate. ¿Qué es lo loco en esto? ¿Cómo puedes pensar que bromeo? Después de todo lo que tú... Yo no fui perfecto tampoco, pero tú... Ah... Basta, no digas más, por favor.
Quiso irse, pero Jongdae lo detuvo.
-No, dímelo, dímelo todo, necesito escucharlo.- Minseok meneó la cabeza con fuerza, Jongdae siguió presionándolo. -Incluso si duele, lárgalo.
-¿Tanto pedí? Sólo quería estar contigo, ¿fue demasiado para ti? ¿Qué más se supone que debo hacer, Jongdae? ¿Qué te piensas que soy?
-Yo...- La voz de Jongdae era pequeña. -Yo te amo.
-No lo suficiente.
-Haré cualquier cosa.- Insistió. -No importa ya, dime lo que quieres y lo haré por ti.
Eso fue suficiente. De repente, una calma aterradora se apoderó de él. Su agitación se disolvió como azúcar en líquido caliente, su corazón ya no latió apresurado, las emociones se adormecieron. Dentro sólo quedaba una extraña apatía.
-¿Por qué?- Preguntó con voz monótona. -¿Por qué sólo reaccionas cuando llego a mi límite? Tú... Tú en serio...- Se cubrió el rostro con ambas manos. -En serio, en serio siento que te odio.
Estuvo unos minutos completamente disociado de esa realidad y sólo entonces cayó en cuenta de lo que había dicho y jadeó con pánico.
-No, ah, espera, eso no es...- Cerró los ojos y agitó las manos. -No quise decir eso, yo...
-Está bien.
-¿Eh?
-Está bien, Min. Me estaba forzando en ti ahora mismo, lo siento.
-No, Jongdae, aguarda, escúchame, lo de recién...
Negó y su pequeña sonrisa abatida detuvo sus palabras. -Lo entiendo, voy a parar ahora, ¿sí? No puedo creer... que te haya hecho decir eso.- Trató de sostenerlo por más tiempo, pero sus labios temblaron y su cara se llenó de lágrimas.
Minseok también lloró lo que le quedaba. Quería apresurarse y decirle que no era así, que era el amor de su vida, pero su mente estaba por todas partes en esos momentos, no podía acomodar sus pensamientos, mucho menos sus palabras. Jongdae descansó la frente sobre su hombro.
-Mierda, lo siento. No sé qué más decir... Lo siento, Minseok.
Se quedaron así un buen rato, ignorando al resto del mundo. Una vez más parecían dentro de la burbuja que habían construido tiempo atrás, pensó que esta habría explotado ya, pero seguía allí en realidad. Con el tiempo su visión se aclaró y su aliento se acompasó. Sintió cómo Jongdae se llenaba de aire y suspiraba lento y con calma antes de apartarse con una postura más compuesta y una expresión resolutiva.
-Terminemos, Min.
Parpadeó. -¿No te opones?
Negó. -Es la mejor decisión por ahora, sin embargo,- Apretó sus mejillas con fuerza y lo miró directo a los ojos. -¿Quieres tiempo separados? Te lo daré, pero no pienso rendirme contigo, ¿me oyes? No voy a perderte, Kim Minseok.
Minseok sintió como su rostro se ponía caliente. -Siempre vuelves todo tan difícil.- Se quejó abochornado.
-Bueno, esta situación es mi culpa.- Se separó. -Has hecho todo el trabajo hasta hoy, lo sé, me toca a mí ahora.
Sorbió por la nariz y se secó la cara con las mangas. -¿Qué planeas exactamente?
-Ah, hay muchas cosas pendientes que he estado ignorando.- Jongdae habló de cara al cielo. Quiso saber lo que pasaba dentro suyo, pero desde allí su expresión era tan indescifrable como sus pensamientos. -Iré de a poco. Y cuando me vuelva decente, te buscaré.
-¿Qué estás diciendo?- Balbuceó malhumorado. El calor de su rostro se extendió a todo su cuerpo, debía lucir tan rojo como una manzana.
-Sólo asegúrate de cuidarte, ¿okay?- Jongdae cogió su mano una última vez y la acarició con una ternura que terminó de despedazar su corazón. -Nunca más haré que pienses así de mí. Haré que todo valga la pena, lo prometo.
Pasada la turbulencia, a partir de entonces cada vez que pensaba en las palabras de Jongdae volvía a darle un pequeño ataque. Sabía que no debía esperar, pero le era imposible no albergar esperanzas. De todas maneras, todavía tenía que terminar de decirle adiós a una época larga de su vida que aunque fue dolorosa, también había tenido buenos momentos, y esa era la parte más difícil.
-Haré que todo valga la pena, lo prometo.- Repitió por lo bajo y su corazón se saltó un latido.
Bien, lo bueno de las cosas que se iban es que dejaban espacio para otras nuevas. De momento, pensaría en qué hacer consigo mismo.
Después de todo, tenía tiempo libre de sobra ahora.
YA SÉ, YA SÉEEE, LO SIENTO, no me maten todavía :'D...
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