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Luhan cerró los ojos con fuerza y confió en la protección de aquellas gruesas frazadas para ocultar su verguenza. Pensó que Sehun se acostaría con él y cuando descubrió que a este ni siquiera se le había pasado la idea por la cabeza, se sintió apenado a morir. No tendría que haber hablado... Pensándolo mejor, era mejor de esta manera. Se había pasado el viaje entero demasiado consciente del otro y poniéndose nervioso por todo, era mejor si sólo se mantenían lejos, cada uno en su lugar.
Se animó a echar un vistazo al cabo de un rato y se lo encontró castañeteando los dientes con un profundo ceño fruncido, hecho una bola en un intento por mantener un mínimo de calor. Se descubrió con preocupación.
-Sehunnie.
-¿Mm?
-Métete en la cama.- Se corrió para hacer lugar. -No puedes seguir así, te enfermarás.- Al ver que lo ignoraba, amenazó. -Si no vienes, dormiré en el suelo.
Sehun resopló. -No, no lo harás.
Luhan se bajó de la cama, Sehun lo miró con molestia.
-Si tú vas a tener frío, entonces yo también.- Postuló con simpleza.
-Ya, deja eso, me meteré.- Sehun se levantó tiritando -Qué infantil eres.
Luhan vio con una pequeña sonrisa cómo se metía en la cama y lo siguió.
Se recostaron en cada punta de espaldas al otro. Su cuerpo ya había calentado el sitio, así que Sehun no tardó mucho en dejar de temblar y relajarse bajo la tibieza. Incluso así, seguía sin poder conciliar el sueño. Se removió boca arriba y observó perdidamente el cielorraso.
-¿Sehunnie?
Sehun casi saltó del otro lado. -¿Qué?
Luhan se removió, quedándose de costado, viendo su espalda. -¿Por qué no dejas que nadie te toque?
Sehun espió sobre su hombro. -Se siente raro cuando gente que no conozco se comporta cercana conmigo. Es como... forzado, no me gusta.
-¿Cómo te vuelves amigo de alguien si no los dejas acercarse?
Se fregó el cabello con una mueca. -No necesito amigos.- Murmuró.
-Eso es porque nunca intentaste tenerlos.- Se quedó un rato pensativo. -Cuando volvamos a Seúl, haré que conozcas al resto de los chicos.
Sehun pareció disgustado. -No creo que...
-Sin peros.
Sehun protestó por lo bajo, pero aun así no desechó la idea, así que sonrió con satisfacción.
-Da miedo al principio, pero vale la pena. Sé de lo que hablo, me siento igual cuando tengo que relacionarme con alguien nuevo.- Sehun se lo quedó viendo sin decir nada, él le devolvió la mirada. -¿Por qué estabas caminando bajo la lluvia ese día?
-Porque mi padre es una mierda.- Respondió directo. -Él y mi madre se divorciaron hace años y... No quiero hablar de eso.
-Está bien.- Lo calmó, luego se rio por lo bajo. -Ve el lado bueno, al menos tus papás saben que existes.
-¿No te prestan atención?
Negó con su cabeza. –Nunca lo hicieron. Cuando cumplí once años me dejaron en Corea y se fueron sin más...- Rio cortamente, un sonido amargo. –Como una bolsa de basura o un paquete equivocado.
-Tú... ¿Qué dices? No eres nada de eso, hyung.
-Es difícil de creer.
-Pues, hazlo. Sino, me molestaré, ¿oíste?
-¡Sí!- Asintió con miedo.
Sehun rio ligeramente y levantó una mano, Luhan se encogió un poco pensando que iba a golpearlo como de costumbre, pero en su lugar sintió una lenta y tierna caricia.
-¿Cómo podría alguien como tú ser basura o un simple paquete?- Lo escuchó hablar. –El problema lo tiene el resto, hyung, tú no. Tú eres perfecto.
No necesitó un espejo para saber que su rostro estaba rojo, de repente las frazadas fueron pesadas y ahogadoras, tenía mucho calor. Los latidos de su corazón se oían fuertes y lo aturdían, pero así y todo no podía dejar de ver a este chico frente a él que acababa de decirle, ni más ni menos, que era perfecto. Y con una cara de lo más seria debía agregar, como si estuviera diciéndolo muy en serio.
Despertó horas más tarde en medio del silencio. Sehun dormía a su lado y tocó sus mejillas para corroborar que no sintiera frío, cuando estuvo seguro, se bajó, lo arropó bien y salió.
Era de madrugada todavía, así que el hotel estaba vacío, oscuro y callado. Cruzó la recepción apretando el abrigo alrededor de su cuerpo, preparándose mentalmente para el frío horroroso que lo recibiría, pero para su sorpresa, aunque sí estaba helado, no era tanto como esperaba. El lugar bordeaba la costa, desde que habían llegado había tenido en mente bajar por la mañana para disfrutar del cielo. Se sacó los zapatos, la arena estaba fría. Se sentó en medio de la tranquilidad y el sonido relajante del mar, y tomó una profunda respiración.
-¿Qué estás haciendo aquí?- Apareció Sehun por detrás con su cabello de recién levantado y los ojos entrecerrados por la claridad.
-Ven, siéntate.- Palmeó la arena a su lado.
Sehun se frotó los brazos y miró alrededor. -Volverá a darte un ataque si no entramos.
-Sh.- Le chistó. -Deja de hablar y quédate conmigo.
Contra todo pronóstico, Sehun lo obedeció. Se sentó a su lado y observó el horizonte con la quijada apoyada sobre sus rodillas, en silencio.
-¿Por qué estamos aquí?- Susurró.
-No se puede disfrutar del arrebol en invierno, así que pensé que al menos podría ver un lindo amanecer. Mira, hoy no se nubló.
-¿Qué es un arrebol?
-Es cuando las nubes se tiñen de rojo por el sol del atardecer.
-¿Te gustan esas cosas?
-Se siente cálido, aquí dentro.- Tocó su pecho. -Solía verlo mucho cuando era pequeño y no tenía a nadie. Oh, está a punto de aparecer.
Un resquicio del sol dejó verse en la lejanía. No había mentido, de verdad le encantaba pararse a mirar el cielo de vez en cuando, pero a pesar de que este era hermoso esa mañana también, la mitad de su atención estaba puesta en el chiquillo a su lado que en lugar de hacerle caso y admirarlo, lo veía fijamente a él.
-Hyung, ¿puedo decirte algo?- Habló por fin.
Agachó la cabeza y jugueteó con la arena en sus pies. -Lo que quieras.- Asintió suave.
-Por haber sido tan rudo contigo al comienzo, lo siento.- Lo miró con las cejas arqueadas y ahora fue Sehun quien giró su rostro hacia el amanecer. -Por haberme comportado como un tonto frente a tus amigos, lo siento. Por haberte prejuzgado de una manera tan irrazonable, lo siento.- Compuso una pequeña mueca. -Y esta vez es en serio.
Luhan lo miró con la boca abierta. Sus mejillas corrompidas por un ligero rosado, parte por el viento helado, parte por su corazón enloquecido. Apretó los labios intentando contenerse, pero al final una pequeña risita se le escapó. Sehun se volteó con el ceño fruncido y él estiró una mano para frotar allí y borrar esa hendidura.
-Está bien, puedes volver a guardar silencio ahora.
-P-pero tú...
Posó un dedo índice sobre sus labios. Acarició su frente y su cabello con la misma suavidad. -Está bien, Sehunnie.
Sehun pareció como si fuese a llorar y en respuesta, lo acarició un poco más. Mordiéndose los labios, en lugar de apartarlo, se inclinó un poco más hacia sus toques, buscando sus mimos como un gato arisco acostumbrado por fin al cariño.
******
-Yixing ssi, ¿ya puedo jugar?
-Un minuto más.
Junmyeon resopló, tirado de espaldas sobre la cama. -Todo el tiempo eres tan recatado, pero cuando juegas videojuegos te vuelves un tirano.
Yixing sonrió mientras presionaba los botones del mando sin parar. -También puedo ser pasional, ¿sabes?
Cogió una pelota pequeña que había cerca, la lanzó y la atrapó con aburrimiento. -¿Por qué no me lo demuestras entonces?- Murmuró.
-¿Recuerdas la vez que me enfadé con Jongdae porque se había comido tu parte del helado y tú te pusiste triste?
Jadeó, indignado. -¡El descaro! Esa vez sólo te reíste y dijiste que no era necesario ponerse así porque seguía habiendo más helado en el mundo.- Yixing se rio. Junmyeon golpeó ligeramente el colchón con un mohín. -A veces pienso que no sientes nada de nada.
Yixing pausó el juego y se giró a verlo. -¿En serio?
-Es como si... te rodeara una fría amabilidad todo el tiempo.
-¿Alguna vez te disgusté?
Junmyeon se deslizó de la cama hacia abajo para sentarse a su lado en el suelo. No iba a decir mentiras y negar que, al menos al comienzo, no se había decepcionado en varias oportunidades por su actitud indiferente. Parecer uno más del montón ante sus ojos le había molestado y había dolido y eso tampoco era algo que quisiera admitir, así que sólo pudo agachar la cabeza en silencio.
Yixing lo miró un momento y se acercó más, con una mano volteó su rostro para verlo a la cara. -Sabes que contigo no es así.
En serio, en serio quería creerle. No había un anhelo más grande dentro suyo que el de hacerle caso y dejar de pensar en tantas cosas, pero era difícil, simplemente no podía.
No había seguridad con Yixing, no aún.
Lo apartó y se recostó sobre su regazo. -Me molestaré de verdad si no me dejas la consola ya.
Yixing sonrió de medio lado. -Algún día te demostraré qué tan impulsivo puedo ser.
Junmyeon parpadeó, inexpresivo. -¿Por qué no lo haces ahora?
Un largo silencio se extendió mientras se sostenían la mirada. Yixing se inclinó un poco, dubitativo, y terminó de acercarse a sus labios casi por completo. Cuando estuvo a un dedo de distancia, sonrió y le acarició el rostro con suavidad.
-Tu turno.- Le susurró, volviendo a erguirse.
Junmyeon se sentó también, aunque ahora lo que menos quería era jugar al estúpido videojuego. De todas maneras, tampoco tuvieron mucho más tiempo a solas dado que una de las muchachas del servicio tocó la puerta para decirle que había más invitados. Ambos se vieron con el ceño fruncido porque no solían llamar a nadie más cuando acordaban reunirse de antemano, y se apresuraron con temor de que hubiera pasado algo malo.
En la recepción, inesperadamente estaban Luhan y Sehun. El primero seguía chistándole con una expresión graciosa mientras el segundo se veía malhumorado mientras observaba todo con ojos críticos poco disimulados.
-¡Lu ge!- Llamó Yixing con alegría.
-¡Yixing!- Luhan corrió y le dio un abrazo. -¡No sabía que también estaría Junmyeon!- Mencionó con emoción antes de abrazarlo también. Tomó de la mano al otro y lo acercó de un tirón. -Sehunnie.
Este se veía tan incómodo, pero estaba haciendo un esfuerzo tan grande por aparentar que no era nada importarte que era hasta cómico. Junmyeon vio cómo Yixing lo saludaba intentando contener la risa y tuvo que girarse un poco para evitar explotar.
-Estoy feliz de que pudieras visitarme también. Mis padres no están, así que podemos hacer lo que queramos.
-¡Yixing es chino como yo!- Se adelantó Luhan con un rostro brillante.
-Eso noté.
-¿Nuevo amigo?- Una vez recuperado, se acercó con una sonrisa. -¿No es este el dongsaeng de Baek?
-También es el mío.- Presumió Luhan, Sehun a su lado rodó los ojos.
-¿Cómo era tu nombre?
-Oh Sehun.- Se presentó con una pequeña venia.
Suspiró de brazos cruzados, pareciendo realmente afectado. -Sehun ssi, lo siento, te han arrastrado al peor sitio. Yo que tú hubiera parado en Baek, sólo él ya es un desafío enorme.
-Oye.- Lo codeó Yixing.
-A Sehunnie le cuesta un poco entablar relaciones con otras personas, así que ténganle paciencia.- Luhan palmeó su brazo.
Sehun se removió con el rostro enrojecido. -Ah, hyung, ¿qué dices?- Balbuceó frustrado.
-No te preocupes, sólo será otro más con problemas de sociabilidad. ¿Se han dado cuenta de que nuestro círculo está lleno de personas así?- Junmyeon largó una carcajada.
-Sé de Baek y Luhan.- Lo siguió Yixing.
-Oigan...- Este último puso un puchero.
-Kyungsoo y Chanyeol también son extraños a su manera.
-Yo sólo estoy pensando en que es una suerte que Jongdae y Minseok no pudieran venir hoy.
Junmyeon volvió a reírse en voz alta mientras entraban a uno de los salones. -Te habrías ido justo después de cruzar la puerta, Sehun. Si algún día tienes la oportunidad de conocerlos, especialmente a Minseok, quedas advertido.
Sehun aclaró la garganta. -He podido hacerlo aquel día en el departamento de Baek hyung.
-Verdad.- Chasqueó Yixing. -Pero esa vez estábamos muy metidos en otros asuntos. Ahora podemos conocernos mejor.
Llegaron a la cocina-comedor. Varios empleados encargados de la limpieza y la casa en general les hicieron una reverencia cuando pasaron por al lado. Yixing pidió a una de ellas que preparara té y llevara bocadillos al patio trasero. Sehun se veía cada vez más nervioso y estaba comenzando a apiadarse del pobrecillo.
-Sehun.- Llamó. -Si hay algo que necesites, no dudes en decirnos, ¿está bien?
Este, sentado con la espalda recta sobre su silla, pegó un pequeño respingo y parpadeó con algo de sorpresa. -Claro...
-Puedes decirme hyung si quieres también.
-Está bien... Hyung.
-¡Genial!- Festejó.
-No te preocupes más, Sehunnie.- Le sonrió Luhan.
Sehun volvió a lucir trastocado, pero a diferencia, como era Luhan quien le hablaba, en lugar de responder con tranquila inexpresividad, le sonrió un poco y asintió. Al cabo de un rato, podía decir que se había relajado por fin.
-¡Yepee despertó de su siesta!- Festejó mientras llamaba a la perra.
-No creo que logres caerle bien alguna vez.- Se rio Yixing.
-Sé que puedo ganarme su corazón, ¡sólo mira!- Se alejó algunos metros para jugar con ella.
Incluso tonteando así, Junmyeon podía sentir como si su piel quemara y sabía muy bien que no era debido al sol de la tarde, sino más bien a la mirada intensa de alguien. No necesitaba voltear para conocer de quién se trataba y mientras rascaba tras las orejas del animal, sonrió amplio y satisfecho. Debía ser muy tonto o haber perdido la cabeza por completo. Hacía unos minutos había declarado no conseguir nada al lado de un Yixing indeciso, pero continuaba emocionándose cada vez que percibía su interés.
Antes había mentido en parte. Sí que sabía que Yixing podía ser pasional. Sus ojos siempre ardían, sus manos podían apretar con fuerza y su boca mordía y besaba con avidez.
Agitó la cabeza con el rostro caliente. ¿Qué tanto cavilaba frente a los demás?
Sabía muy bien que, al final del día, lo que sea que sucediera entre ellos, carecería de sentido.
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