VII
Luhan frunció el ceño, un poco confundido. -¿Qué quieres decir con que los acompañe?
Sehun se encogió de hombros. -Eso mismo.
Iba con una botella en las manos sirviéndole champaña a cualquiera que extendiera su copa. Sehun lo seguía por detrás, entusiasmado por algún motivo. No era muy visible sin embargo, tenías que conocerlo bien y prestarle bastante atención para notarlo, pero la emoción estaba ahí. Se frenó para rellenar la copa de un ahjussi en compañía de su esposa.
-¿Hablas en serio?- Se concentró en verter el líquido sin cometer alguna torpeza. -Eso fue un regalo desinteresado de mi parte, no hace falta todo esto.
-Y yo ya te expliqué que es una idea de mi madre y que no tuve nada que ver.- Insistió Sehun. -Hay cuatro boletos, ¿no? Nosotros somos tres, así que sobra uno y sería un desperdicio tirarlo, por eso mi mamá me dijo que te invitara a ti puesto que fuiste quien nos hizo semejante obsequio.
-¿Sólo tres? ¿Qué hay de tu padre?
Sehun apretó los labios en una línea tensa. -No tenemos una buena relación con esa persona.
Supo que no era una tema para tocar. -Supongo que no debes tener más hermanos.
-Supones bien.
Luhan se paró para verlo con inseguridad. -¿En serio está bien que viaje junto a tu familia?
Sehun le restó importancia al asunto con ademán. -Mi mamá me preguntó si eras alguien de confianza y le dije que sí.
-No lo sé, Sehun.- Lo sorteó para ir hacia la recepción.
Vio cómo puso sus ojos en blanco antes de seguirlo sin dar tregua y resistió las ganas de reír. La oferta era tentadora y lo hacía feliz, pero no sabía si era del todo correcto entrometerse en las vacaciones familiares de otros. Luego de ordenar algunos papeles con el ruido de la voz de Sehun de fondo explicándole nuevamente por qué tenía que viajar con ellos, levantó la mirada y vio a su prima entrando. Se sintió abrumado al instante.
-Di di.- Enrolló un brazo apretado alrededor de su cuello.
Se agachó incómodo debido a la diferencia de alturas y atinó a apartarla, pero quizás perdiera una mano en el intento, así que se dejó abrazar con resignación.
-Jie jie, te dije que no te aparezcas de esta forma en el restaurante.
Ella lo soltó con una sonrisita. -Esto en parte me pertenece, puedo venir cuando quiera.
-Sabes que no es así.
Se dio cuenta de que Sehun los veía desde el otro lado con una cuota de interés en sus ojos y hasta un poco de diversión, y se sintió amilanado.
-¿Planeas sabotear mi trabajo?- Balbuceó.
-No juego sucio, no es mi estilo.
-Quédate aquí y no causes revuelo, por favor.
-Preocúpate por ti.- Replicó Yan Yan, tocando todo lo que veía sin cuidado ni preocupación.
Antes de poder librarse de ella, Sehun volvió a retenerlo. -Hyung, ¿qué me dices? ¿Sigues dudando?
Ah, cierto, el viaje, casi lo olvidaba. -Es un poco...
-Ha Yoo quiere que vengas y mi mamá quiere conocerte y agradecerte como es debido, ¿en serio vas a ignorarlas?
Estaba viendo cómo un par de empleados nuevos que habían contratado tan sólo hace unos días batallaban con un cliente difícil. Debía ir a ayudarlos, pero Sehun no dejaría de perseguirlo hasta que le diera la respuesta que deseaba, así que sin pensárselo mucho más, asintió.
-Está bien.- Palmeó su cabeza antes de irse.
-Le diré a mi familia entonces.
Asintió con ese rostro serio suyo y se dio la vuelta para irse con paso rápido, Luhan se lo quedó viendo hasta que empuñó una mano largando un "¡sí!" animoso por lo bajo, probablemente pensando que estaba solo y nadie lo veía. Esa vez, sí que no le quedó más que carcajearse.
Días más tarde estaba frente a su maleta abierta, evaluando qué de todo lo que había guardado era necesario y qué no tanto.
-Veamos.
Aunque al principio había estado poco convencido, con el paso del tiempo fue sintiéndose más expectante. Incluso había empezado a hacer una lista mental de todo lo que debía llevar, procurando no olvidar nada. No hacía mucho que trabajaba en el restaurante, pero aun así lo sentía como una eternidad esclavizante, así que no le vendría mal un tiempo lejos de todo ese ajetreo horrendo.
Su prima pasó por delante vistiendo únicamente una remera larga y respingó con alarma antes de darse la vuelta. -¿Podrías dejar de andar así por la casa?
Yan Yan se echó una mirada. -Llevó un pantalón corto debajo.- Se encogió antes de continuar comiendo sus papitas.
-Hace tanto frío como para morir, ponte más ropa.
Ella lo miró con malhumor. -¿Por qué reaccionas así? No es como si nunca hubieras visto a una chica con poca ropa.
Luhan carraspeó con nerviosismo e intentó fingir que su rostro no estaba tan caliente como para echar humo. Yan Yan guardó silencio.
-¿No una chica? Entonces, ¿fue un chico?
Continuó moviéndose con torpeza, acomodando lo acomodado para distraerse. -N-no sé por qué das por sentado que me gustan los ho-hombres.
Yan Yan fue a meterse un puñado entero de papas fritas en la boca, pero se detuvo en seco antes de sonreír amplio y burlesco. -¡Nunca has estado con nadie!- Se rio. -Apuesto a que ni diste tu primer beso todavía, di di.
-¡Cállate! ¿¡Qué sabes tú!?
-Entonces, ¿sí lo hiciste?
-N-no.
-¡Já!- Yan Yan dio un aplauso. -Quién lo diría. Bueno, no tienes por qué tampoco, aún eres un mocoso.
-Cumpliré dieciocho.- Masculló como si eso no significara que sí, era un niño todavía. -Además, ¿cómo podría haber hecho algo como eso? Apenas tuve amigos hasta el año pasado.
-¡Deja de llorar, Lumei! En su lugar, ¿por qué no intentas algo con el chico que te pretende en el trabajo?
Se giró a verla con incredulidad. -Dime que no te refieres a Sehun.- Meneó la cabeza. -¿De dónde sacas tantas ideas absurdas?
-¿Mm? ¿No te diste cuenta?- Yan Yan parpadeó antes de encogerse. -Oh, bien, de seguro ni él lo sabe.
¿Qué...? ¿Qué quieres decir?
-Te irás unos días a Jeju con su familia, ¿verdad? Cuando estén solos, intenta acercarte a él.
No quería saber más de sus locuras, pero tampoco podía evitar curiosear. -¿Que me le acerque? ¿Cómo?
-Acércate lo suficiente como para estar a punto de besarlo y si se pone nervioso, yo tengo razón al pensar que está interesado en ti. Si no, estaré equivocada por primera vez.
-No será la primera.- Murmuró. -¿Por qué haría algo tan tonto como eso?
Ella le arqueó una ceja. -¿No quieres probar dar tu primer beso?
-Ya basta.
-Si fuera tú, aprovecharía.- Se encogió.
-Deja de meter ideas extrañas en mi cabeza.
-¿Llamaron mis tíos amados?- Preguntó mientras subía las escaleras.
-Anoche. Se pusieron como locos, así que les dije que estabas en un hotel.
Yan Yan largó una carcajada. -Ya veremos cuánto les dura esa tranquilidad.- Se apoyó en la baranda y lo miró desde allí. -Oye, ¿por qué mentiste por mí, di di?
-Porque si no lo hacía llamarían a mis tíos, y apuesto a que no saben que estás aquí.
-Entiendo esa parte, pero sigo sin comprender por qué harías algo como eso.
Se encogió de hombros. -Supongo que no puedo evitar preocuparme por ti, aun cuando tú me detestas.
Yan Yan se quedó callada. -Claro.- Continuó hacia su habitación. -Te odio demasiado para mi propio bien.
-¡No vuelvas loca a Haru en mi ausencia!
-¡No te prometo nada!
El día del viaje estaba tan nervioso que podía fallecer.
Se removía de un lado a otro como si eso pudiera calmar su ansiedad, lo único que lograba era verse como un tonto. Sólo conocería a la madre de Sehun por primera vez, no era para tanto, pero aun así no podía evitar la preocupación. Temía meter la pata con sus para nada buenas habilidades sociales y ser malinterpretado.
-Cálmate, hyung.- Dijo la voz monótona de Sehun a su lado.
-Aunque lo intente no puedo, en serio lo siento.- Respiró profundo un par de veces.
-Estás exagerando, no es como si fueras a conocer a los padres de tu novia.
-¿Eh?
Se miraron a los ojos hasta que él se sonrojó y Sehun giró el rostro con el ceño fruncido. Luhan se palmeó las mejillas, intentando volver en sí. Por culpa de su prima tenía pensamientos tontos persiguiéndolo todo el rato. Aunque, siendo honesto, no sabía si estos habían estado allí desde antes y Yan Yan sólo los había sacado al descubierto. Era distraído e inexperto como para no poder identificar lo que le pasaba, no sería una locura imposible.
Miró de reojo. Sehun llevaba su cabello oscuro color chocolate un poco despeinado, lucía descuidado, pero juvenil. Suspiró, Dios realmente tenía favoritos, si él se "peinara" de esa manera, seguro se reirían todos. Tenía pantalones vaqueros ajustados, un par de zapatillas sin cordones y una chamarra marrón... ¿Por qué estaba tan despampanante con ropa común y corriente?
¿Por qué de repente le parecía más atractivo que de costumbre?
¿Más que de costumbre? Es decir, si cualquiera le preguntara no dudaría en confirmar que era bastante guapo, pero... Lo miró con más atención. Sehun bostezó con su aburrida mirada al frente y su corazón se exaltó. Ahora estaba más confundido que antes.
-¡Oppa!
Ha Yoo iba acompañada de su madre. Cuando había llegado al aeropuerto sólo había estado Sehun, las otras dos se habían ido al aseo.
-Lamento la tardanza.- Sonrió la mayor.
Los ojos de Luhan se abrieron desmesuradamente mientras observaba a esa bella mujer.
-¿Tú eres Luhan?
-¡Qué joven es!- Comentó con un rostro brillante.
Ella parpadeó sorprendida. Miró a Sehun con curiosidad y este le hizo señas de que le siguiese la corriente a lo que largó una corta risilla. -Ya tengo unos cuantos años encima.- Mencionó con pena.
-¡Oh, yo no lo creo!- Negó Luhan con vehemencia. -¡Usted es muy bella! No se parece en nada a Sehunnie.
-Oye.
Ella volvió a reír. -Mi nombre es Yoon Hyo Jung, es un gusto poder conocerte al fin. No tenemos palabras para agradecer este obsequio tan generoso.- Le hizo una reverencia.
Luhan reaccionó y le correspondió con otra reverencia. -Realmente lo siento, seguro haya gritado ahora.- Gimoteó.
-Bueno, me sorprendiste un poco.
-¡Agh, lo siento!- Cogió su cabeza con ambas manos, abochornado a morir. -Soy Luhan, es un gusto, señora Yoon. Y sólo... Vamos a disfrutar.
Ni bien bajaron del avión, los primeros en salir corriendo del aeropuerto fueron Ha Yoo y él. Incluso con una década más que ella, compartían exactamente la misma emoción.
-¡Hey, ustedes dos! ¿¡Acaso planean que eomma y yo nos encarguemos de llevar todo el equipaje solos!?
Luhan se escandalizó ante semejante injuria. Corrió de regreso y cogió sus maletas y las maletas de la madre de Sehun con confianza.
-¿Estarás bien, Luhan?- Preguntó ella
-No, no lo estará.- Contestó Sehun, cruzándose de brazos para observar con diversión cómo intentaba levantar todo con sus endebles brazos.
-Déjemelo a mí, eomeonim.- Sostenía las cosas con dificultad, pero sonrió seguro. -Usted adelántese junto a Ha Yoo.
-Hazle caso, eomma.
-¿Pero él estará bien?
-Lo estará, ve antes de que Ha Yoo se vaya con el primer oppa lindo que vea.
Sehun se quedó atrás con él, viéndolo lidiar con la situación en la cual se había metido por su cuenta. Luhan lo ignoró porque si le hacía caso entonces querría golpearlo y él no era una persona violenta. Luego de unos cuantos metros pareció tener suficiente diversión y se acercó para ayudarlo.
-Oye, hyung, no tienes por qué hacerte el héroe.- Cogió rápido una de las maletas en su mano izquierda y siguió adelante como si nada.
-¡Yo no me hago el héroe!- Mocoso engreído, agregó para sus adentros. -Tonto, tonto, Sehun, tonto.
Por el resto del viaje repitió aquello como un mantra.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro