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Capitulo 7 🔥 (Parte 4)

Como siempre, y debido a mi desaparición por bastantes meses, les recomiendo leer el capítulo anterior para qur refresquen sus mentes (aunque no tanto 😏)
Pd: Los extraño como no se imaginan.

Bambi Jones:

Me tiré encima de él tapándole la boca nerviosa mientras me reía con el rostro rojo por la vergüenza. Brooks comenzó a reírse conmigo mientras de alguna manera lograba que mi cuerpo volviera a estar horcajadas encima de él.

Una de sus manos descansó en mi trasero desnudo, mientras que la otra la llevó a su rostro para sacar mi mano de sus labios.

Cuando ya solté su boca, lo que menos esperaba era que juntara sus labios con los míos. Al inicio no reaccioné por la sorpresa, pero luego volví a perderme en ellos. Esta vez sus besos eran suaves y muy lentos, nada comparados a los de hace un rato. Pero para mi gusto duró muy poco.

-Vístete, iremos a dar una vuelta.

Ladee la cabeza hacia un lado mientras arrugaba mi frente-¿A donde quieres llevarme?-pregunté curiosa.

Una parte de mi, aquella que hace un rato no se encontraba cantando como si ya no pensara en él porque tenía la esperanza de que volvería en algún momento, se encontraba muy feliz por aquella invitación sin destino. Pero la parte lógica que cantaba con el corazón dolido no estaba preparada para lanzarse al vacío de sus brazos, los cuales realmente no sabría si me llegarían atrapar o no.

¿Que tan alta era la probabilidad de que Brooks hubiera venido solo a pedirme una salida sin destino?

Nula.

Y esa era la dolorosa verdad en especial debido al estado en el que se encontraba al otro lado de mi puerta una vez que lo vi. Pero como algunos mayores dicen "Nada es imposible en esta vida" por lo que las esperanzas de que esta si era nuestra primera cita estaban presentes y expectantes por saber a dónde me llevaría.

Además, si me llevaba a algún lugar que él iba a menudo, estaba la posibilidad de yo poder ir sola y que por obra del destino nos encontraríamos de nuevo. Y de nuevo...y de nuevo.

Brooks observó mi rostro detenidamente y con la mano que no tenía en mi trasero, dejó un mechón rebelde de mi cabello detrás de mi oreja.

-Por ahí, nada importante-respondió mientras subía y bajaba los hombros, restándole importancia a sus palabras.

"Adiós expectativas de nuestra primera cita".

Hice una mueca con mis labios que demostraban mi decepción al escuchar su respuesta. Si Brooks se había dado cuenta de ella, no lo demostró.

-Heaven, no me gustan las sorpresas-Quise seguir insistiendo por si solo me estaba tomando el pelo y en realidad sí que pensaba llevarme a algún lado "bonito" o "decente".

En vez de tomar en cuenta mis palabras, Brooks hizo a un lado parte de mi cabello y luego comenzó a dejar unos pequeños besos húmedos en la zona de mi cuello. Si era una forma de despistarme...Dios, era la mejor.

-Vístete Bambi.

Su aliento caliente sobre mi piel, mandó un agradable temblor por mi cuerpo. Fugazmente se cruzo en mi mente la idea de que nos quedaramos aqui, disfrutando de otra buena sesión de sexo que podrian transformarse en mas de una. Sexo en la cocina, sexo en la bañera, sexo salvaje en la ventana de mi habitación como la vez que me masturbe ahi o en cualquier esquina del departamento. Cualquier lado sería el indicado para que Brooks terminara en mi interior.

Quería seguir en nuestra burbuja y que nadie la rompiera, ni nosotros mismos y en especial él.

Instintivamente al sentir su lengua bajo la zona de mi lóbulo, muevo las caderas de adelante hacia atrás sobre su miembro desnudo que en ningún momento se ha movido de mi centro. Al friccionar mi zona, un suspiro brota de mis labios mientras siento cómo se coloca duro debajo de mi.

Los besos de Brooks viajan de mi cuello hacia mis pechos desnudos para lamerlos. Deteniéndose un buen tiempo en ellos como si de un dulce se tratara, mientras con sus manos aprieta mi cadera ejerciendo presión hacia abajo tratando de detener mis movimientos.

-Joder Jones...no. te. muevas-ordenó con voz débil, lamiendo ahora la zona de mi clavícula.

A pesar de su impedimento, sigo moviendo mis caderas en círculos sobre su miembro sintiendo como poco a poco disminuye la fuerza con que me agarra-¿Y si nos quedamos aquí mejor?-pregunto casi sin voz.

Dios, que diga que sí.

La fracción contra su piel es el paraíso.

Brooks de la nada cambia el agarre de mis caderas por un puñado de mi cabello y jala de él hacia atrás provocando que mis erectos pezones queden expuestos al frío del departamento y que ahora estén más accesibles a su boca.

Mientras esparce su saliva desde mi clavícula a cada uno de mis pezones, da pequeñas pausas para preguntar-¿Me estás chantajeando?.

Una pequeña risa brota de mi pecho, pero es reemplazada por un pequeño quejido gustoso al sentir otro jalón de mi cabello por parte de Brooks mientras con sus dientes muerde delicadamente uno de mis pezones.

Quien diría que excitaba la mezcla entre rudeza y dulzura de Brooks.

-Dios-suspiro-¿Está funcionando?.

Como respuesta a mi pregunta, de un momento a otro me encuentro tumbada de espaldas en el sillón con Brooks entre mis piernas. Una sonrisa pícara asoma en su rostro mientras veo como va dejando un camino de besos por mi estomago hasta llegar a mi entrepierna.

-Oh, sí que está funcionando pelirroja...pero solo por esta vez.

Aun con el cuerpo tembloroso, acomodo mejor el cojín que se encuentra debajo de mi cuello y lo acomodo en un ángulo que me de altura para poder ver lo que Brooks hace en mi. Heaven abre más mis muslos con delicadeza, deteniéndose unos segundos para depositar pequeños besos en cada parte interna de ellos. Cuando noto su aliento contra mi centro mis ojos tienden a cerrarse pero me obligo a mantenerlos abiertos, verlo así es la imagen más caliente que he visto.

-¿Fricción o penetración?-pregunta mientras se lame los labios ansioso por probar los míos una vez más.

Me sorprende por unos segundos el hecho de que me preguntara eso y aun mas me sorprende lo sincera que soy con el.

-Ambos-respondo con la voz entrecortada mientras llevo mis manos hacia su cabello.

-A sus órdenes-responde llevando tres de sus gruesos dedos en mi interior, el pulgar sobre mi clítoris y el dedo pequeño en un punto cercano de mi trasero el cual nunca me había provocado agradables sensaciones hasta hoy. Cuando comienza a penetrarme con su mano y al mismo tiempo friccionar, creo que me derretiré bajo su cuerpo.

-Joder, esto es... -no logro terminar de decir alguna frase coherentemente. Aun con su mirada clavada sobre la mía mientras me lleva al mismo infierno con sus caricias, me pierdo en sus ojos absorbiendo todo el placer que se acumula en el interior de mi cuerpo.

Siempre me he demorado una eternidad en hacerme terminar yo misma o cuando algún chico trata de provocarme un orgasmo, pero con Brooks...podría llegar a ser multiorgásmica. Como si Heaven conociera mis espasmos por estar apunto de terminar, se mueve ágilmente e intercambia sus tres dedos por su lengua húmeda. Trato de aguantar la explosión que se acumula en mi interior unos segundos más para darle tiempo a que se quite, pero como si supiera mis intenciones apresura más el movimiento tanto de su lengua como de sus dos dedos en mis dos puntos diferentes, todo eso mientras me come con la mirada. Como si no fuera suficiente su boca.

Sin lograr aguantarme más, me corro en la boca de Brooks con fuerza, arqueando la espalda en el sillón.

Pasan los segundos en lo que lo único que se escucha es mi respiración entrecortada al igual que la de Brooks. En algún momento había cerrado los ojos por lo que al abrirlos nuevamente, me encontré con la imagen de Brooks lamiéndose los labios y luego los dedos.

-Mmm, dulce...muy dulce.

La imagen de verlo entre mis piernas la atesoraré toda la vida.

-¿En qué piensas?-preguntó mientras con una mano recorría el contorno de mi ombligo suavemente.

"En que quiero repetirlo mil veces".

-En que este ha sido uno de mis mejores orgasmos -respondí sin pensarlo mientras me afirmaba en ambos codos para poder quedar a más altura, y sin importarme que en la zona de donde estaba sus dedos se formará una acumulación de comida en exceso. Para no subirle el ego agregue-En el último tiempo...obvio.

Arrugó la frente por unos segundos, como si estuviera buscando una segunda interpretación a mi respuesta, pero luego simplemente negó, me besó en el monte de venus tardando unos segundos demas y se salió de encima mío para pararse e ir en busca de sus pantalones que se encontraban tirados cerca de la mesa americana.

¿Ah? ¿Ya metí la pata?.

Antes de poder preguntar qué había dicho para que se molestara, Brooks recuperó la voz-Ve a vestirte-apuntó hacia el pasillo mientras se subía el cierre de su jeans.

¿De verdad no se va a ir?.

Lo mire pestañeando varias veces mientras me enderezaba del asiento y luego caminaba con mi desnudes resplandeciente hasta llegar enfrente de él.

-¿Por qué tengo que vestirme?-le pregunté cruzándome de brazos bajo mis senos.

Heaven llevó su vista de mi rostro hacia mis senos que quedaban a más altura gracias a mis brazos. Negó con la cabeza mientras una sonrisa de medio lado aparecía en sus labios, de la nada acercó su rostro peligrosamente hasta que su aliento chocó contra mi rostro-Porque si sigues asi de provocativa te follare aqui mismo...y no con mi boca, ni manos y las posibilidades de que te puedas mantener en pie son pocas.

-¿Y si quiero que lo hagas?-lo provoque.

Brooks se separó y soltó una carcajada profunda.

-¿Acaso tu apetito sexual no se apaga?.

-Jamás-respondí mientras me acercaba y colocaba una vez más mi mano sobre su miembro, solo que esta vez por encima de su jeans. No era la misma sensación pero era igual de excitante al sentir nuevamente como el cuerpo de Brooks reaccionó al instante-Y parece que tú tampoco.

Brooks contraataco aferrandome de la cintura para atraerme hacia su cuerpo, dejándome pegada a él. Por la diferencia de altura tuve que dejar caer el rostro hacia atrás.

-Ya te lo dije...eres una droga para mi Bambi-bajó su rostro y depositó un beso sobre la punta de mi nariz-Pero de verdad necesito que te vayas a vestir para que salgamos.

Asi que deverdad hibamos a salir y no solo venia por sexo de distracción.

-Okey-respondí con un tono bastante alegre que me hubiera gustado disminuir un poco, quitando mi mano de su erección. Camine unos pasos lejos de Brooks para divisar mi ropa, cuando la encontré la recogí asegurándome de regalarle buena vista de mi trasero desnudo y luego me gire para ir a mi habitación. Como lo esperaba, había observado mis pompis-¿Ir desnuda es una opción?.

-No-tragó saliva con fuerza-No puedes...te necesito vestida para mi salud mental y sexual.

Hice un pequeño puchero.

-Dame diez minutos y estoy lista.

-Tomate el tiempo que quieras-respondió guiñandome un ojo.

Corrí por el frío piso hasta mi habitación, tomé una de mis prendas más bonitas que tenía en los cajones de mi mueble, enrollé mi cuerpo en una toalla limpia y entré al baño para ducharme. Antes de meterme bajo el chorro de agua caliente abrí la otra puerta del baño que tenía conexión con el pasillo y saque la cabeza por la puerta.

-Pss-hice un sonido raro con los labios para llamar la atención de Brooks que se encontraba ordenando el desorden que habíamos dejado en la sala. Antes de que se volviera a colocar la polera volví a hacerle el sonido extraño con más insistencia-¡Pss!.

Se giró hacia mí y me miró con una ceja levantada-¿Qué?.

Salí de detrás de la puerta y deje caer la toalla al piso, volviendo a quedar desnuda frente de él-¡Ups!-dije coqueta.

Brooks dejó escapar una hermosa carcajada que se escuchó en todo el departamento y tomando mi invitación silenciosa, comenzó a caminar con rapidez hacia mi mientras se desvestía dejando un camino con su ropa.

Cuando llegó a mi encuentro sus labios impactaron impacientes con los míos y el baño desde ese punto no tardó en ser una mezcla de vapor de agua caliente con tintes de risas, besos y por mi parte...un pequeño miedo al dolor que me provocaría esta obsesión.

(...)

Estuvimos dentro del baño hasta que a cada uno la piel se nos arrugó como pequeñas pasas y hasta que el calor del agua y de nuestros cuerpos ya no fue suficiente. Y la verdad, era que sí Brooks no hubiera comenzado a tiritar en la ducha, por mi parte no hubiera querido salir jamás de ahí.

Mientras yo me vestía en mi habitación le había dejado a Brooks todo el baño con la calefacción encendida para que se vistiera. Y ahora, una vez más frente al espejo que tenía detrás de mí puerta, observaba ese brillo peculiar que mis ojos, que cada vez que hablaba o pensaba en Brooks aparecía por arte de magia. Ese brillo que había perdido estos últimos cuatro días gracias a la misma persona que lo provocaba ahora mismo, Dios...

¿Él también lo notará tanto como yo?.

Moví la cabeza de un lado a otro y rogué para que no fuera así.

Me observé una vez más en el espejo y sonreí levemente al notar que si me veía lo bastante bien comparada a las otras chicas que frecuentaba Brooks. No tenía el abdomen plano como cada una de esas chicas pero el vestido blanco con diseños de cerezas disimulaba bastante bien el bulto de debajo de mi ombligo.

Escurrí en una toalla por última vez mi cabello húmedo para luego comenzar a trenzarlo y salí de la habitación caminando con pequeños saltos hasta llegar al pasillo. Al llegar a la sala, busqué las llaves que se encontraban detrás de un cojín para echarlas dentro de una cartera pequeñita que llevaba cruzada en el pecho y desconecte mi celular del televisor.

-Te prefiero sin ropa-escuché desde atrás mío.

Me gire hacia la dirección en que provenía su voz-Tu preferiste que no fuera desnuda, ¿Recuerdas?.

Camine hacia la pequeña cocina para tomar uno de los plumones de pizarra que se encontraba en una cajita junto al refrigerador.

-¿Qué haces?-preguntó Brooks mientras afirmaba su mentón en mi hombro.

Su cercanía siempre me pondría nerviosa.

Mi mano comenzó a temblar-Les dejo una nota a los chicos por si llegan antes que yo-le respondí mientras escribía en una pequeña pizarra pegada al refrigerador-Son demasiado protectores, tanto que cuando no me ven en casa creen que me secuestraron.

Una vez listo eso, deje a un lado el plumón y me gire para quedar frente a Brooks.

-Lista-sonreí.

Brooks ladeo la cabeza mientras sus ojos se achinaron, observando mi rostro seriamente.

-¿Qué?-pregunté nerviosa mientras bajaba la vista a mi ropa y luego hacia su rostro sintiéndome ahora muy infantil por la ropa que llevaba puesta. Llevó una mano hacia mi trenza y la desarmó con cuidado con sus dedos hasta dejar mi cabello suelto y revuelto como siempre.

-Ahora sí-sonrío-Me gusta tu cabello alborotado.

Sin que pudiera dar vuelta el comentario en mi mente o intentar descifrar entre líneas esa frase, porque lamentablemente a todo le buscaba un segundo significado, comenzó a caminar hasta llegar al extremo del departamento y abrir la puerta.

Tome una respiración profunda y llegue donde él, pero antes de salir del departamento, Brooks retrocedió sus pasos hasta llegar al refrigerador y borrar con la mano lo que había escrito en la pizarra para poder reemplazarlo con algo que no alcancé a leer.

(...)

La sensación exquisita que sintió mi corazón gracias al pequeño detalle de Brooks en decirme que le gustaba algo de mi, fue desapareciendo al notar cómo él iba perdiendo interés en tocarme o verme a los ojos a medida que más nos alejabamos de mi departamento.

La maldita burbuja explotó. Otra vez.

En ningún momento me había tomado la mano desde que salimos del ascensor, ni mientras conducía el auto que más pinta de ser de mujer tenía, que ser de él. Apenas cruzamos unas pocas palabras que no fuera su pregunta, "¿Te molesta el aire acondicionado?" y mi respuesta "No, esta bien asi" junto con una sonrisa forzada de mi parte para tratar de relajar la tensión y eso que llevábamos más de treinta minutos en el mismo pequeño ambiente.

Después de esos minutos, suspiré lo más bajo posible para que no me escuchara y me dediqué a ver el paisaje. Por más de vivir en una zona en que las filas de autos eran un infierno varias veces al día, adoraba la imagen de la playa y sus turistas felices paseando todo el año. Santa Rosa era conocida por su clima caluroso, por las chicas tomando sol y por los chicos jugando voleibol de playa durante todo el año. El verano era eterno para las personas, aunque a veces corriera demasiado viento y lo único que lograras estando en las playas fuera tragar arena, y eso lo sabía de experiencia.

Unas pocas veces, sentía que estaba fuera de lugar debido al color de mi piel. Era blanca como la leche, el típico problema de una pelirroja natural. Mi piel es tan necia, que nunca ha querido absorber los deliciosos rayos del sol para poder quedar un poco más morena. En la playa, tú ves a gente con distintos tonos dorados de piel, tan cálidos y bonitos gracias a los rayos de sol y el trabajo de los bronceadores y entre todas ellas quien se lleva todas las miradas soy yo. Que llama la atención por brillar tanto como Edward Cullen.

Mi vista que estaba puesta en la nada después de perder la vista de las playas, percibió un cambio de imagen brusco.

-Estamos llegando-me informó Brooks. Pude sentir en su voz nuevamente el tono de tristeza, el mismo tono con que me había hablado para que fuera su distracción.

Quité mi vista de la ventana y la dirigí hacia él. Al observar detenidamente su cuerpo, me percaté que se encontraba tenso y recto en su asiento mientras conducía. ¿Cuánto tiempo llevaba así?

-¿A dónde me llevas?-pregunté curiosa una vez más, arriesgándome a que cortara la conversación casi inexistente.

Brooks quitó uno segundos la vista de la calle para luego mirarme a mí-A un lugar especial para mí-tomo una pausa y giró el volante hacia la izquierda-Ya no debes preguntar más lo mismo, ya llegamos-termino de decir mientras estacionaba el auto en una calle repleta de árboles.

Una vez detenidos, observe mejor mi alrededor para reconocer en donde nos encontrábamos-¿Me trajiste al bosque?-pregunté confusa. No era que no me agradara, amaba la naturaleza y los dos diferentes ambientes que podrían haber en tan solo kilómetros, pero por algún momento me imaginé a los dos en un café charlando de nosotros. Como una "cita, pero cita oficial", esto más pinta tenía ser la película del "bosque de los suicidios" como una vez dijo Bells.

Brooks no dijo palabras, apagó el motor y bajó del asiento del conductor, esperándome afuera de este, con una impaciencia que nunca había visto en él. Su impaciencia era muy distinta a la que yo observaba a la distancia, cuando él en ocasiones se demostraba cansado de estar en el mismo lugar y que por culpa de su amiga no se logrará ir.

Coloque los ojos en blanco-Y yo creyendo que aún existían los caballeros-susurre para mi misma mientras me abría la puerta yo solita. Mi parte romántica justo ahora se encontraba decepcionada, porque esperaba que Brooks hubiera abierto mi puerta para que yo pudiera bajar. Malditas sean las películas románticas antiguas y sus hombres ideales.

¿Por qué debía pensar en lo romántico tan de manera clásica?

Cerré la puerta del copiloto y caminé despacio hasta llegar hacia él, al estar a su lado Brooks de un segundo a otro soltó un suspiro cargado de miedo y luego buscó mi pequeña mano para entrelazarla con la suya. Llevé mi vista a nuestras manos que se acoplaban a la perfección y luego a su rostro que buscaba desesperadamente un gesto que lo incentivará a caminar.

-Entonces-dije alargando la "e"-¿Me llevarás a tu lugar especial?-pregunte con una sonrisa comprensiva. Volviendo a emocionarme por sentir nuevamente su piel contra la mía.

-Si...lo siento...esque...-se quedó mirando a la nada.

-¿Sucede algo?-me coloque enfrente de él y le acaricie el rostro con suma delicadeza. Odiaba ser romántica con él, sabiendo que lo más seguro es que después de esto no cruzariamos más palabras. Y aun mas, odiaba que él se dejará como si de verdad le gustara lo que hacía siendo que no es así.

Tardó unos segundos en reaccionar-No, solo...vamos.

Tiró de mí y comenzó a guiarme por el bosque.

Solo una vez había venido a este bosque y había sido junto a Bell.

El lugar era diferente a como mi mente lo atesoraba, ya no tenía tanta vida, ni las flores en las copas de los árboles llamaban la atención como antes. A mi vista, era solo un bosque frío y desolado, a pesar del agradable clima que nos rodeaba.

La sensación de estar volviendo a un lugar donde Bell y yo teníamos recuerdos, provocó un escalofrío que me hizo cerrar los ojos. "No ahora Bambi, no recuerdes" comencé a repetirme varias veces mientras agachaba la cabeza cada vez que Brook levantaba alguna que otra rama de los árboles para mi.

Para dejar de pensar en mis recuerdos dolorosos y en el accidente, me enfoque en mirar a Brooks que aun seguía con sus dedos entrelazados con los mios, solo que se encontraba un paso más adelante dirigiendo la caminata.

Nunca me fijo en los detalles de las personas. Pero para mi, que en este momento necesitaba una distracción se me hizo imposible no soltar la pregunta-¿Te decoloras el cabello Brooks?-al notar unas pequeñas raíces color negro, casi invisibles. En el fondo creía que era casi albino por naturaleza.

Brooks se detuvo de la nada, logrando que me detuviera bruscamente y chocara con su espalda.

Este se dio vuelta alejándose de mí, abrí los ojos como platos al ver su rostro de un color rojo fuerte gracias a la vergüenza que mi pregunta le había dado-¡Perdón!, n-no debí preguntar-me retracte aguantando la risa.

Brooks soltó mi mano para poder cruzarse de brazos de manera indignada-¿Y que si digo que si? ¿Me bajaría la hombría acaso?.

Negué frenéticamente-No, solo que...-me crucé de piernas y comencé a moverme de lado a lado inocentemente-¿Me dejarías teñirte el cabello alguna vez?-solté sin más con una sonrisa que mostraba mis dientes.

La idea de teñir su cabello, cruzó en mi mente al solo divisar sus raíces de su color natural. A mi hermano Bell siempre le teñía el cabello debido a que odiaba ser colorín igual que yo.

Y de que sucediera un día de peluquería con alguien, había pasado demasiado.

Ahora quien abrió los ojos como plato fue Brooks, solo que este comenzó a reírse sin aguantarse y sujetándose el estómago como si este le doliera. Caminó hacia mí nuevamente y pasó uno de sus brazos por encima de mis hombros.

-Fue la mejor decisión ir a buscarte-me dijo de la nada para luego besarme en la nuca.

Coloque los ojos en blanco mientras pasaba una de mis manos por su cintura-¿Estoy haciendo muy bien mi trabajo de distracción?.

-La verdad es que si, hasta podría decirte que serás ahora en adelante mi distracción favorita.

Ante su respuesta, le enterré las uñas en sus costillas.

-Idiota-respondi indignada.

-Tu preguntaste Jones.

"Debías decirme que no, imbécil", pensé para mis adentros.

Realmente este hombre me confundía a niveles estratosféricos. Si era su entretención, ¿En el contrato también venía por escrito abrazarme y darme besos cariñosos?.

Me quedé pensando en su respuesta mientras recorríamos abrazados el camino plano de tierra entre los árboles. No podía creer lo estúpida que era para dejarme incentivar a ser una distracción cuando con cualquier chico que no fuera como Brooks Heaven, podría llegar hasta ser la novia oficial de alguien y a la que lograran presumir sin ocultarla de nadie.

-¿Ves ese árbol cerca de la muralla?

Su pregunta me trajo devuelta a tierra por lo que mi sorpresa fue bastante al darme cuenta que entremedio de tantos árboles se encontraba la parte trasera de una edificación antigua. Trate de hacer memoria si en algún momento había caminado hacia aquí con Bells pero no tenía ningún recuerdo.

Mire alrededor y coloque los ojos en blanco-Hay más de diez árboles enfrente nuestro y al lado de la muralla.

Brooks se sonrojo por su equivocación-Mira...ven.

Comenzó a arrastrarme hasta llegar a uno de los árboles más grandes que había junto a la muralla. Al rodearlo, por el otro lado, se encontraban clavados pedazos de madera astillados de forma rectangular que me daban muy mala espina.

Mire por encima del hombro a Brooks que miraba hacia arriba del árbol con una mano haciendo de sombrilla para ocultar los rayos de sol de sus ojos.

-¿Qué hacemos aquí?.

Este me sonrió con malicia y con un brillo de travesura en su mirada.

-Vamos a escalar hasta allí-apuntó con un dedo hacia arriba.

Llevé mi mirada hacia donde él apuntaba y casi me dio un ataque al corazón al observar lo que se encontraba muy arriba de nuestras cabezas.

Casi en la copa del árbol que era tan alto como un edificio de cinco pisos, se encontraba una pequeña casita del árbol.

Santa mierda.


¡Por fin otro capitulo!
No saben cuanto extrañé escribir y estar al lado de la vida de Brooks y Bambi.

Y de la de ustedes, principalmente ❤

He estado pasando por varios cambios y desarreglos en mi dia a dia por lo que las ganas y el tiempo no existian mucho. Perooo ¡Porfin volví! Y les traeré mas actualizaciones🖤

Como siempre les decia; opinen, comenten, diganme que adoran/odian/ o quieren de esta historia y porfavor ¡DEJEN SU VOTO DANDOLE UNA ESTRELLITA A LOS CAPITULOS! 💫🖤 Que eso de verdad es un gran apoyo para nuestro mundo entre la peliroja y el #blancoteñido

Recuerden que existe un instagram donde subo spoilers de cada historia. 💕

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