Capitulo 5 🔥 ( Parte 4 )
Capitulo Largo
Bambi Jones:
Dios, ¿En que momento se me habia pasado por la cabeza vengarme con sexo?.
Era una chica valiente, no me aterraba nada (salvo las arañas, los ratones, las cucarachas y las alturas). Amaba la sensación de la adrenalina corriendo por mis venas al estar haciendo algo peligroso, excitante y estimulante. Pero el valor para haber jugado muy cerca del fuego, no sabia de donde lo había sacado.
Puede que haya salido de esa misma adicción a la adrenalina o por el hecho de escuchar que era una más de las chicas de Brooks, lo cual debía de aceptar que me dolió bastante y había logrado quebrar mi coraza de protección. Nadie nunca se había dignado a insinuar algo así de mi.
No había ninguna razón para que me dijeran algo así. Yo me puedo acostar con quien quiera, cuando quiera y todas las veces que quiera depeniendo si el sexo es lo suficientemente bueno como para repetir. Pero no por eso iba a hacer otra chica más que una mas del grupo que se contaban con varios dedos al pasar por su cama.
Puede que hubiera cometido un error en acostarme con él. Aunque no se me había pasado por la mente que lo fuera hasta ahora, pero error o no, ya estaba hecho. No había vuelta atrás. Aun así, en el momento en que Brooks había dejado de besarme y yo haberme dejado llevar por sus mojados labios sobre mi piel, no pensé que él lo hubiera hecho solo por el simple hecho de querer recalcar lo sucedido entre él y yo.
¡Por favor!, yo me lo recordaba por lo menos, cinco veces al día, lo cual ya de por sí ya era mucho para mi salud mental y sexual.
Al inicio cuando lo vi en mi habitación oliendo, por que si, me di cuenta que estaba oliendo mi almohada, paso por mi mente que había venido hacia mi habitación para por fin pedirme el numero de celular o una cita en persona, ya que la muy tonta de mí no le había dejado escrito el número en el post-it pensando que serían muy obvias mi intenciones. Más de lo que ya había sido el acostarme con él.
Pero no, solo había venido para elevar su ego de perro calenturiento.
Llamenme loca, pero se podría decir que a pesar de que me hubiera llamado con otras palabras “una de sus cualquieras”, al mismo tiempo me sentía halagada por el hecho de que esta vez me hubiera venido a buscar a mi para repetir y no a las chicas de las fotos, ya que él era conocido como el tipo chico que “no repetía”. Pero el saber que solo venía a recordarme de que termine en su cama como cualquier otra, me enojo a niveles estratosféricos. Tanto...que yo me puse en su papel y lo termine de ocupar a él solo para mi placer. Y debía admitir que había sido lo más excitante que hace mucho tiempo no sentía.
El saber que tenía el poder de sus acciones, elevo mi temperatura corporal varios grados, grados que aun sentía recorrer mi zona central y la zona de mi trasero en que Brooks se dedicó a masajear y apretar mientras me derretía sobre su boca. Y dios, dejar que me llevara al quinto cielo sobria, era mejor de lo que había sentido cuando estaba con copas encima.
Si no hubiera sido por su mirada que ahora comenzaba a tornarse fría y por mi estúpida altanería, ya le estaría pidiendo que me volviera a tocar.
Brooks se pasó el pulgar por su labios inferior y luego se los lamió mientras sus ojos me analizaban con rencor.
―Espera―dijo Brooks. Su mirada comenzó a asustarme, pero no lo demostré. Solo di un paso hacia atrás por mi protección―¿Me utilizaste?.
―Si―afirme sin ninguna pisca de duda―Y como me debiste de escuchar, lo disfrute―si no quería meterme en un lugar oscuro, debía de callarme pero lo que menos salió de mi boca fue silencio―Y debo de admitir que sabes lo que haces con tu lengua, tanto como los demás.
Mentirosa, eso era.
Nunca me habían hecho un oral, lo encontraba demasiado personal para hacerlo con cualquiera, pero con Brooks esa mentalidad la había mandado a volar y por ningún momento mi cerebro pensó en respetarla.
Brooks enarco una ceja sin ninguna pizca de humor en su rostro―Ay Bambi, no sabes dónde mierda te has metido.
Sin esperarlo, se levantó de mi cama y el porte de su cuerpo me desequilibró.
Cuando menos me lo esperaba, Brooks me tomó en vuelo desde la cintura y me sentó sobre el escritorio de madera. El frío de la madera al entrar en contacto con mi trasero me produjo un escalofrío.
―¿Qué haces?―pregunté nerviosa sin soltar su mirada.
―Demostrandote que no soy para tu simple juego.
Fue mi turno de levantar una ceja―¿Y yo si?.
―No.
Antes de siquiera pensar en qué significaba eso, Brooks recorrió con sus manos desde mi cintura, al contorno de mi caderas y sin previo aviso se agacho enfrente de mi. ¿Pero qué estaba haciendo?, estiró una de mis piernas y comenzó a dejar besos cada vez más húmedos a medida que se acercaba a la zona interna de mis muslos.
Sabía a dónde se dirigía y mi cuerpo pedía a gritos que subiera sus labios más rápido. Sin demora, abrió más mis piernas para ubicar sus labios carnosos sobre mi centro.
Una de sus manos que tenía sobre mi rodilla, la subió por mi piernas lentamente hacia mi abdomen―Tiendete―ordeno demandante mientras empujaba mi torso hacia abajo para que le hiciera caso.
Al hacer lo que le pedía, mi trasero quedó en la orilla del escritorio y mi cabello quedó ondeando junto con el poco viento de la noche que hacía en el exterior de la ventana. Porque si, la ventana estaba abierta y para cualquiera persona del edificio de enfrente que se dignara a mirar el cielo, lo que menos encontraría sería eso, si no el mismo infierno.
Como si alguien nos fuera a interrumpir y necesitaramos aprovechar el tiempo entre los dos, Brooks comenzó a hacer su magia con la lengua.
Su lengua la detuvo en punto exacto y uno de sus dedos comenzó a rodear mi entrada torturándome―¿Te gusta?―preguntó con una mirada cargada de pasión.
La imagen de verlo arrodillado frente a mi producía que mi imaginación volara por varias escenas que no eran muy sanas para mi corazón―¿Acaso no lo notas?―respondí con la voz entrecortada.
Mi respuesta lo hizo reír sobre mi piel, provocando unas cosquillas malditamente agradables. Sin demora Brooks adentro dos de sus dedos en mi interior con brusquedad pero sin llegar a dañarme, y los sacó para reemplazarlos por su lengua, logrando que me aferrara a cada extremo del escritorio pasando a llevar mis libros y demás. Pero en este momento me importaba una mierda que todo estuviera en el piso, solo me importaba que Brooks estaba llevándome de nuevo hacia el…
De la nada sentí un vacío junto a un dolor insoportable en mi interior.
Se había detenido.
―¿Qué haces?―pregunté jadeando mientras buscaba sus ojos. Como mis ojos se encontraban cerrados disfrutando del placer, no me había percatado que Brooks se encontraba de vuelta en la cama con una sonrisa triunfante en sus labios hinchados, solo que esta vez su ojos iban de mi rostro rojo e indignado a mi zona palpitante.
―Ya te lo dije, con el sexo no se juega ciervatillo. Conmigo jamas lo hagas y menos me compares con los demás.
―Lo merecias―dije mientras dejaba caer la cabeza hacia atrás y me lamia los labios resecos. Mierda, no quería que se pasara mi clímax―Lo merecias maldito―volví a repetir, solo que esta vez cerré mis piernas y las apreté hasta que me llegaran a doler.
―De todas formas...lo superarás―logre escuchar en su voz lo feliz que estaba por verme sufrir.
―Jum―me queje retorciendome sobre mí mismo lugar. Dios, que inquieta me ponía cuando no lograba tener un orgasmo.
A pesar de estar en la ventana, expuesta al frío, en ningún momento me había percatado de ello hasta ahora que la temperatura comenzaba a bajar. Mierda, maldito Brooks y su nivel de egocentrismo muy elevado.
―Ven y termina lo que hacías―le ordene contorsionando mi cuerpo sobre el escritorio. Como respuesta lo único que obtuve fue una risa profunda y malévola.
Asi que habia estado en mi segundo mejor orgasmo de la vida y este chico se había detenido, pues okey...seguire con el trabajo yo solita.
Decidida y sin ningún deje de vergüenza tantee el cajón se encontraba a la derecha de mi escritorio, introduje la mano y revolví entre todos mis juguetes hasta encontrar lo que en estos momentos era mi mejor amigo de las noches.
―¿Qué haces Jones?...Eso…¿Eso es un..
No me digne a responder, no podía perder más segundos. Sin cerrar el cajón, acomode mejor mi cuerpo encima del escritorio y me corri hacia la derecha para afirmar la espalda sobre la pared. Sin que lo esperara, volví a abrir las piernas y encendí el vibrador rojo que tantas noches me había ayudado, ya que desde Brooks nadie me había vuelto a excitar tanto como él.
Salvo el aparato tan liviano como una pluma que sujetaba entre mis dedos.
―Bambi…
―Si no eres capaz de terminar tu trabajo lo haré yo misma.
Encendí el vibrador y mi sonido favorito en el mundo, lleno las paredes de la habitación. Llevé mis manos a mis pezones y comencé a masajear y apretar con mis uñas uno por uno mientras ubicaba el aparato sobre mi centro. Por arte de magia sexual, el clímax comenzó a volver a mi cuerpo provocando que mi espalda se arqueara sobre la pared y el placer por debajo de mi estómago aumentara varios niveles..
Mi humedad no era la misma que al sentir la boca de Brooks, pero funcionaria por ahora.
―Joder...esto es lo mas ardiente que he visto―lo escuche decir junto a un gruñido que me altero mas.
Ya llegando al límite mientras movía el vibrador en círculos, de arriba a abajo y dejándolo quieto en un solo lugar, con manos temblorosas lo deje caer e introduje tres dedos de mi mano en mi interior para terminar de estimularme. Adentro y afuera, con un ritmo rápido y constante. Mi motivación final fue el darme cuenta que Brooks se había sacado la camisa en algún momento y ahora su mano se encontraba bajo su pantalón moviendola con desesperación tanto como yo.
Me lo imagine comiendome la boca, masajeando mis senos, apretandolos y mordiendolos mientras al mismo tiempo me penetraba sin piedad. Eso era lo que quería todos estos días. Pero antes siquiera de pensar en pedirle a piernas abiertas que me hiciera suya, como si fuera una bomba...explote en mil pedazos.
Una explosion de emociones y calor
―Dios mio―exale bajito.
Mi cuerpo se mantuvo tenso hasta que comenzó a relajarse, seguido por Brooks que emitía varios gruñidos junto con mi nombre que con su voz más gruesa que de costumbre, se escuchaba mas ardiente que nunca.
Me pase mi mano libre por el rostro y el cabello que se encontraba alborotado.
―Eso fue….―escuche que comenzaba a decir Brooks mientras se dejaba caer sobre mi cama.
Pegue un saltito hacia el suelo. Como aún me encontraba sensible y con las piernas sin vida, me afirmé del escritorio para no caerme.
―Eso fue el mejor show de tu vida.
Brooks se enderezó de la cama, afirmándose con el brazo libre sobre el colchón, ya que su otro brazo seguía debajo de su pantalón.
―La idea original era castigarte…
Una parte de mí que ahora muy pocas veces notaba, quería hacer que mis piernas corrieran hacia el baño y me escondiera hasta que Brooks se fuera. Esa parte mia, sentia verguenza por haber estado tan expuesta y por haber mostrado un ritual tan personal como es darse placer a uno misma. Pero mi otro yo, ese que había disfrutado darle un show, haberlo hecho sufrir y haberse dado placer a sí misma con el castigo de otro...se sentía poderosa.
Me sentía poderosa.
Por lo que no me sorprendí al notar que caminaba hacia Brooks. Aun con su mirada cargada de deseo sobre todo mi cuerpo y en especial sobre mis ojos, lleve mi mano hacia su brazo y saqué su mano de debajo de su pantalón.
Me lleve uno por uno sus dedos hacia mi boca. Tenían un sabor neutro y salado, no era para nada desagradable...sólo sabía él.
Bajo su mirada lamí y mordí la yema de su último dedo. Brooks dejó caer la cabeza hacia atrás mientras se mordía el labio de abajo―Si no me vas a castigar esposada, con juguetes o contra la pared...mejor no intentes nada.
Deje caer su mano y luego me enderece.
Dios, ¿Que acababa de hacer?.
Antes de arrepentirme, comencé a alejarme de la cama para que no viera mis mejillas sonrojadas. El calor de mi cuerpo ya había cesado bastante por lo que, el frío del exterior me golpeó de la nada haciendo que mi piel se tornara como de gallina. Caminé hacia la ventana y la cerré junto con las cortinas lo más rápido posible, para que nadie me viera.
La habitación fue envuelta por la oscuridad y la música que aún sonaba desde el otro lado de la puerta se hizo más clara para mi mente. En algún momento me había olvidado de que en el departamente estaban en pleno apogeo de una fiesta, a tal nivel, que deje de escucharla, solo había escuchado mi voz junto a la de Brooks que en este momento seguía sin recuperar el aliento.
Encendí la tenue luz de la lámpara de mi mesita y fui por mi bata de baño, junto a mis cremas y ropa de dormir. Necesitaba sacarme el olor a sexo, no era que me molestara, para nada, ya que mi cuerpo era casi un cien por ciento una mezcla entre mi perfume y el perfume caro de Brooks, lo cual se podria volver la mezcla mas adictiva para mi olfato. Pero si que molestaba el resto de humedad pegajosa entre mis piernas.
―¿A dónde vas?―Me detuve antes de llegar hacia la puerta. ¿Acaso no se iba a ir?.
Me di vuelta imaginándome que me había hecho esa pregunta por simple cortesía pero cuando lo vi a un extendido sobre mi no tan grande cama, con un aire relajado y de estar lo más cómodo del mundo me pregunté qué debía hacer ahora. Por mi mente pasó la idea de echarlo y dar por terminada mi venganza, pero luego recordé que la primera vez que nos acostamos él no había hecho eso conmigo por más que fuera el mismísimo “Brooks Heaven” así que no lo encontré justo.
Deje la ropa en una orilla de la cama y termine de amarrarme bien la bata a la cintura―Dame un minuto―y con eso salí de mi habitación sin darle explicación.
Trate de cerrar la puerta lo más rápido posible para que nadie viera que Brooks estaba dentro, mi paranoia de que todos aquí sabían que estaba haciendo algo sucio con el, se esfumo al notar que la mayoría de las personas que estaban aquí, se encontraban muy fuera de sí como para lograr diferenciar ruidos o rostros. Dudaba que alguno lograra recordar mañana lo que estaban haciendo ahora.
Tome una bocanada de aire y me adentre a la habitación de Oliver de a poquito por si estuviera ocupada. Como vi que no había nadie, me adentre cerrando la puerta tras de mí para sacar la polera mas ancha, un boxer y un par de calcetas. Oliver me mataría si se enteraba que le había prestado su ropa a otro hombre.
Al volver a estar frente a la puerta de mi habitación me pregunté nerviosa si iba a hacer buena idea o no decirle que se quedara a dormir. Estaba la opción de que me mandara a comer pasto a la china o la opción de que aceptara, lo cual le veía menos posibilidades que la primera.
Aun con todos los nervios del mundo y las inseguridades, entre a mi habitación.
Ya de vuelta en mi habitación, la tenue luz que iluminaba todo, me permitió ver que ahora Heaven estaba tendido de estómago sobre el colchón, junto con los brazos cruzados bajo su rostro mientras sus piernas colgaban fuera de la cama. Mi estomago al verlo se revolvió como si miles de mariposas estuvieran revoloteando sin poder encontrar alguna salida de escape.
Ay Dios mio, ¿Porque luego de la empoderada Bambi, tenía que regresar la enamoradiza?.
Parecia que el sueño que tantas veces había imaginado se estaba cumpliendo. O eso creia.
―Brooks―dije su nombre bajito mientras me sentaba a su lado. Mierda, se había comenzado a quedar dormido―Brooks―dije esta vez moviendo un poquito su cuerpo.
De la nada se enderezó asustado con los ojos muy abiertos―¿Qué?¿Qué pasó?―me recorrió el rostro que debía estar de nuevo sonrojado y luego se percató de lo que había en mis piernas.
―Si...bueno...yo...em―no sabia como hablar―Si quieres puedes ducharte en mi baño y quedarte a dormir―dije lo más rápido posible para que no me entendiera―Si, la cama es pequeñita pero cabes lo mas bien para que duermas.
Brooks arrugó las cejas, al notar esa expresión miles de frases tanto odiosas como sarcásticas que podría decirme, pasaron por mi mente. Pero lo que salió de sus labios me dejó marcando ocupado―¿Tú dónde dormirás?.
―¿Yo?―me apunte con un dedo a mi misma―Pues, bueno...No lo sé, supongo que en la cama de Karlarson.
Negó con la cabeza, mientras una arruga en su frente aparecía y apretaba las manos a su costado―No.
Abrí más mis ojos. Sabía que no debía invitarle a nada―¿No que?.
Brooks tomó la ropa de mis piernas y se levantó de la cama para terminar parado enfrente mío pero desde el otro lado―Me quedaré, pero con una condición.
―¿Porque con condiciones tontas?―le pregunté.
―Eso no te importa―me contradijo.
―¿Entonces?―levanté las cejas.
―Me quedaré si te quedas a dormir conmigo, hay suficiente espacio para ambos como para que te vayas con el estupido ese.
―¿Estupido ese?, a ese estupido que le llamas tu, es mi amigo.
―¿Y eso debe importarme?―alzó una ceja.
Subí y bajé mis hombros―No se, dimelo tu―me crucé de brazos―Tu eres el que no quiere que me vaya a dormir a su habitación.
Brooks se pasó la mano por el rostro y negó con la cabeza―Solo responde a mi pregunte o me voy.
Alce las dos cejas sorprendida y molesta por su altanería cuando yo solo lo estaba invitando educadamente a que se quedara a dormir, me levanté de la cama y camine hacia él―¿Y a ti qué te pasa? Estoy siendo cortez contigo, no tienes porque tratarme de esa forma―dije encarandolo mientras lo empujaba con un dedo sobre su pecho.
Su rostro que se encontraba más arrugado que una pasa por el enojo ya fuera cualquiera su razón para estarlo, fue relajándose de apoco. Volvió a negar con la cabeza y juntó las manos detrás de su nuca.
―Lo siento, no debí hablarte asi. Solo...―iba a decir algo pero se detuvo antes de hacerlo.
―¿Solo que?―hable mas tranquila ya que yo igual había comenzado a enojarme y no quería hacerlo.
Brooks sacaba mi lado que me provocaba estar a la defensiva.
Corrió el rostro para un lado y cerró los ojos―Solo, quédate a dormir conmigo―dijo bajito, casi logrando que no lo escuchara.
Mi corazón comenzó a latir muy rápido a pesar de que eso ya lo había dicho hace unos minutos. Sin dudarlo le respondí―Dormiré contigo―me separe de él y tome la ropa que él había tirado en la cama. Se la alce para que la tomara entre sus manos―A la otra, se mas educado porque yo no te he hecho absolutamente nada.
Brooks giró su rostro hacia mí, dejándome ver unos ojitos de cachorro arrepentido. Sin haberlo imaginado, tomo mi rostro entre sus manos y depositó un pequeño beso sobre mi frente―Lo haré.
Tomó la ropa entre sus manos y comenzó a caminar hacia la segunda puerta que había en mi habitación. Abrió la puerta que daba directo al baño y la cerró pero sin antes regalarme una sonrisa de medio lado.
Cuando cerró la puerta, volví a recuperar la respiración que en algún momento había estado aguantando. Dios mio.
¿Qué estaba pasando?.
(...)
Veinte minutos después en los que me fui a duchar en la habitación de Robbie que era la única que tenía otra pequeña ducha y mientras Brooks se bañaba en el de mi habitación, volví a entrar a mi habitación sin saber lo que me esperaba.
―¿A dónde te fuiste?―pregunto Brooks que ahora se encontraba sobre mi cama, vestido con la ropa de Oliver que le quedaba bastante apretada y los brazos debajo de su cabeza.
―Fui a bañarme a otro lado igual que tú―respondí mientras caminaba hacia la mesita de noche y tomaba el perfume entre mis manos.
Estaba acostumbrada a esparcir un poco de perfume en mi cuello antes de dormir, era un pequeño ritual desde pequeña. Solo que esta vez no me pondría a dormir aunque fuera lo único que quisiera hacer en este momento.
Caminé unos pequeños pasos más y me senté en la silla de mi escritorio para comenzar a buscar mis cuadernos.
Antes siquiera de hacerlo, me sentí observada, por lo que gire mi cuerpo en la silla y mire hacia Brooks que me miraba atento. Sin perder ninguno de mis movimientos.
―¿Que?.
―¿Ahora que haces?.
―Debo estudiar―dije sin ocultar mi voz de decepcionada. De verdad que este era mi último plan en el mundo pero debía hacerlo porque acostarme tampoco era una opción y menos estando Brooks a mi lado.
Mi plan era que se durmiera en algún momento mientras estudiaba y yo así me pudiera escabullir a otra habitación para dormir.
―Bambi, ¿ya viste la hora?―miró su muñeca como si estuviera viendo la hora en un reloj, aunque no hubiera ninguno―Es la hora de acostarse con Brooks.
Alce una ceja ante su coqueteo―¿En donde escondiste en el baño al Brooks que estaba castigando mi cuerpo ? ¿O al que supongo, no duerme con sus conquistas?. Porque supongo que esa debe de ser una de tus reglas ¿O me equivoco?.
Brooks negó con la cabeza para luego darse la vuelta y afirmar su rostro bajo una mano mientras con la otra golpeaba el pequeño lado vacío de la cama―Ven.
Me quede quieta, no sabía si era una mala broma o debería tomármelo en serio.
―Cervatillo no seas tonta, en tu rostro ya se ven ojeras de cansancio. Además, solo dormiremos.
Por un momento en mi mente pasaron escenas que eran de todo menos dormir.
―No se que te estás imaginando, pero ninguna de ellas sucederá porque no pienso hacerte todo eso sabiendo que alguien más puede escuchar el placer en tus gritos.
Trague saliva y me tape mi rostro con las manos. Que vergüenza que se diera cuenta.
―Ok―asenti. Cerré los cuadernos que apenas los había abierto y me levanté de la silla para acostarme.
La cama crujió bajo mi peso al acomodarme de la misma forma en la que estaba él.
―Hola―susurro mientras acortaba aún más la distancia entre los dos. Nuestras respiraciones comenzaron a mezclarse a tal punto que me provocaba una leve cosquilla en la punta de la nariz.
La verdad que a pesar de que en este momento Brooks era levemente tierno, no se me pasaba por la mente que le gustara alguna de las cosas que me imaginaba haciendo justo ahora. Por ejemplo, pasarle el leve mechón de cabello platinado detrás de su oreja ya que le ocultaba el bonito color de su ojo izquierdo. O pasando uno de mis dedos por sus largas pestañas.
―Hola―susurré de vuelta mientras agachaba la mirada hasta dejarla en otra parte que no fuera su rostro.
―Bambi―pronunció mi nombre bajito.
―¿Si?.
―¿Puedo dormir abrazándote?―su pregunto hizo que volviera a mirar sus ojos somnolientos. Busqué alguna pizca de burla en ellos o algo que me dijera que estaba bromeando pero no había nada. Salvo una mirada de preocupación en ellos―Por Favor―me rogó.
Sin darle respuesta y con toda la confianza del mundo, moví mi cuerpo hasta que mi cabeza quedó sobre su pecho y uno de mis brazos rodeando su delgada cintura. Como si le pidiera permiso, lleve una pierna hasta la suya y la coloque entre medio entre ella. Entrelazándonos.
Brooks llevó una de sus manos hasta mi cabello y comenzó a acariciarlo de la manera más delicada del mundo. Me sentía demasiado cómoda entre sus brazos, tanto como para tener que asustarme de lo que eso significaba.
Nose cuando minutos habían pasado, pero mi visión comenzó a tornarse más borrosa con el paso de los minutos. La música comenzó a desaparecer de mi campo de audición y lo único de lo que era capaz de percatarme era de los pequeños círculos sobre mi espalda.
No sabía qué significaba esto, mucho menos con Brooks, pero lo estaba tratando de disfrutar lo máximo posible antes de que se desvaneciera.
Antes siquiera de llenarme mas la cabeza con pensamientos dañinos de lo que podría suceder después de esto, el sueño me venció.
Y lo último que alcancé a escuchar fue un pequeño susurro que nunca podré saber si fue real o parte de mi imaginación.
―No quiero dañarte Ciervatillo, pero sé que lo haré.
Hola mis pimpollos, espero que todos se encuenten muy bien de salud juntos con sus familias.
Se que me demore un poquito con la actualización pero aquí está. Espero les haya gustado.
Diganme en los comentarios que les va pareciendo la historia, las actitudes de Bambi, las de Brooks, etc.
ACUERDENSE PORFAVOR DE DARLE UNA ESTRELLITA A CADA CAPITULO Y SEGUIRME POR INSTAGRAM PARA SABER SPOILERS Y ACTUALIZACIONES
Los quiero un monton, pronto nos veremos denuevo 💕
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