Capitulo 2🔥
Bambi Jones:
―¡Abre la puerta luego!―le entre grite y rogué a Oliver, mientras dejaba caer la frente sobre la muralla, no tan blanca, del pasillo en donde se encontraba el departamento en que vivíamos juntos. Departamento que compartimos con dos chicos más.
―No se donde deje la llave―ladeé mi cabeza en su dirección sin despegar la frente de la muralla.
Mi amigo, que estaba arrodillado en el suelo, revisaba su mochila como un desquiciado buscando la llave. Era la quinta llave que perdía.
Levanté una ceja como pude aunque él no me viera hacerlo, pero la baje en el momento que otra punzada llego a mi cerebro―Nooo denuevo porfavor―me quejé mientras me giraba en mi propio eje dejando caer mi espalda por la muralla, hasta que mi gigante trasero tocó el suelo―Oli, esta es la quinta llave que pierdes en el mes―cerré mis ojos tratando de no pensar en el dolor de cabeza.
Cabecita, le hable a mi mente, haz esta nota mental: No volver a ingerir alcohol hasta los 30, por lo menos.
―Se que la deje aquí―sentí como abría por tercera vez los cierres de su mochila―¿Como voy a hacer tan despistado como para perderla de nuevo?.
Me pasé las manos en el rostro pegajoso por la mezcla de sudor y el maquillaje de anoche, y luego las entrelacé afirmando mis rodillas en el pecho.
―No confío en tu "la deje aquí"―hable imitando su voz gruesa. Deje caer la cabeza sobre las rodillas mientras comenzaba a hacer ruiditos con la boca, haciendo que mis labios vibraran, como un avión.
Me sentía fatal.
El dolor de cabeza con que salí de la casa de Brooks, con el sol de la mañana que me pegaba directo en la cara mientras caminábamos más de 50 cuadras para llegar a nuestro departamento, se había acentuado hasta transformarse en una jaqueca de los demonios.
Habíamos tomado la decisión de volvernos caminando, pero que digo...Oliver había tomado la decisión de caminar por mi, porque a él en la noche, en la mitad de la pista de baile le habían robado la billetera y no tenía dinero para que nos volviéramos. Yo si disponía de ese dinero, pero él no quería que yo pagara el uber para volvernos. Por más que fuera un caballero, y le gustara a él pagar "en vez de las damas" en mitad del recorrido, con las pocas ganas de vivir que me quedaban, quería matarlo. Y cada minuto que podía se lo recalcaba y él me respondía con un "Te servirá como ejercicio, ya vas teniendo el trasero caído".
Esa frase fue mi motivación para seguir caminando, a pesar de estar muriendo.
A mi trasero redondo y formadito nadie lo criticaba.
―Oliiii―alargue la "i" al decir su nombre en un quejido de bebé. Era experta para hablar como una bebe pequeña, a los 16 años y esa voz, conseguía todo hasta que lo unico que pedi un dia con todo el corazón.... no se consiguió, ni los médicos lo lograron―Me estoy muriendo y quiero gomitar.
El odiaba que le hablara en forma de bebé porque le acordaba a su hermanita pequeña.
Mi amigo me miró con el ceño fruncido y yo le saque la lengua como respuesta.
―¡Que no la encuentro!―gritó enojado mientras tiraba la mochila contra el suelo, como si por arte de magia la llave fuera a salir de esta rebotando contra el suelo.
Oh-oh, Oliver enojado no traía nada bueno y las murallas rotas de su habitación lo confirmaban.
Me apoye con una mano en el suelo para impulsar mi cuerpo y lograr levantarme.
―Deja de buscar en tu mochila si no está, se la trago tu mochila―volví a hablar con la voz normal, tome su mochila del suelo y la abrace con un brazo―Levántate, vamos a hacerlo a la vieja usanza.
Lo ayude a pararse, haciendo que volviera a quedar 5 cabezas más alto que yo, teniendo que mirar hacia arriba para hablarle.
―¿Que vas a hacer?―Oliver se pasó la mano por el pelo en señal de frustración. Le regale una sonrisa diabólica, como la de Lucifer en la serie pero en versión pirata y me gire para comenzar golpear la puerta con la palma de mi mano, mientras gritaba como una loca.
―¡Jackson! ¡Despiertaaaa!―más golpes en la puerta―¡Me quede afuera! ¡Karlsson! ¡Despiertaaaa!
―¡Bambi no!―Oliver me tomo el brazo para que dejara de golpear la puerta y con la otra mano me tapó la boca por detrás para que dejara de gritar―La viejita de al lado ya nos retó una vez por tus orgamos que se llegaban a escuchar en su habitación, no hagas que nos rete denuevo.
Me gire y mire mal a Oliver que no quería soltarme la boca, le pase la lengua por la palma de la mano y en segundos me la soltó.
Iuuu, estaba salada.
Me limpie desesperada la boca con mi brazo antes de hablar ―Que esa viejecita de Hansel y Gretel no tenga un orgasmo hace 84 años, no es mi culpa―me crucé de brazos sobre el pecho indignada.
Casi todos los días, los orgamos exagerados y poco naturales llenaban el ambiente del departamento gracias a las chicas que traían mis dos compañeros de piso más promiscuos y nunca había sucedido un reclamo.Aaah, pero llego yo trayendo a alguien a mi habitación por primera vez y la vieja brujilda reclama altiro.
―Que sabras tu, de la vida sexual de la viejita―me acuso Oli.
―Sus No-orgasmos me lo dice todo―achine los ojos―Además quien escucha el silencio sepulcral de su habitación soy yo.
Oliver me iba a seguir recriminando por estar hablando mal de la vida sexual de una ancianita, cuando la puerta de nuestro departamento se abrió emitiendo un ruido reconocible para nuestros oídos, dejando ver afirmado en la entrada el abdomen desnudo de Karlsson.
¡Dios! Como había disfrutado estar encima de su abdomen, pero las circunstancias nos habían hecho quedar como amigos.
Y como circunstancias me refiero a que no nos gusto el sexo entre ambos, después de la previa.
Una sonrisa se apodero de mis labios y como pude me tire sobre sus brazos, que me recibieron entre adormilados y cariñosos mientras hacía que caminaramos dentro del departamento.
―¡Eres mi salvador!―dije aspirando su olor masculino. Me encantaba el olor de su perfume, en realidad amaba todos los perfumes de hombres.
―Me imaginaba que si no me levantaba a abrirte la puerta, estarías horas afuera―me soltó dejando mis pies en el suelo.
―Y mi salvador también―habló Oliver mientras dejaba la mochila en la encimera de la cocina americana.
Camine hasta el sillón de cuero malgastado como pude, mientras me quitaba los tacones aguja de los pies. Cuando llegue a los pies del sillón, me tire a piernas abiertas.
―¡Me quiero morir!―grite contra el sillón que apagaba mi voz semi-aguda. Sentí como se hundió el sitio al lado de mis costillas, indicando que alguien se había sentado, por lo que me apegue más al respaldo. A los segundos sentí como unas manos gruesas comenzaron a jugar con mi pelo, desde la raíz a las puntas, haciendo que me relajara un poquito.
―Puedo saber...¿Porque carajos estaban afuera? Si cada uno tiene una llave―preguntó Robbie en general, para que yo u Oliver respondieramos. Me encontraba en muy mal estado por lo que solo me digne como pude, a levantar el brazo y apuntar a Oliver. Donde sea que estuviera.
―Perdi la llave―respondió apenado Oliver―Pero en mi defensa, estoy seguro que salio de parranda como nosotros dos y aun no vuelve.
Me gire en el sillón como pude y acomode mi cabeza sobre las piernas de Robbie, que solo se encontraba con un short de dormir. Robbie se rió ante el último comentario de Oliver, haciendo que saltara un poco y eso aumentara mi mareo considerablemente. Ya iba en un nivel 2 de Jaqueca.
―Si, claro hermano, te creo―siguió haciendo cariño en mi cabeza. Dios era el paraíso de los nanais.
Hubo un silencio en la sala-cocina que agradecí por unos segundos, hasta que las tripas que no eran de Karlsson, sonaron con ganas.
―¡Groot tiene hambre!―hablo Oliver imitando la voz del arbolito haciendo que Karlsson y yo rieramos. Siempre niño, nunca inniño.―Pediré pizza.
Mi estómago se retorció al escuchar sobre comida.
―Uuh, pide hamburguesas con una gran cantidad de papas fritas―pidió Karlsson―No importa la hora, ni el dia, siempre se debe comer papitas.
Creí que mi estómago había sonado por hambre pero no, había sonado por asco al escuchar sobre la comida.
―Bambi..¿Quieres que te pida huevos con....―y no termino de preguntarme que quería para comer porque me encontraba corriendo con la manos en la boca para aguantar el vómito hasta llegar al baño.
Nose cuantos minutos llevaba vomitando el alcohol, lo que había comido antes de ir de fiesta y el poco jugo que había tomado en casa de Brooks, era cosa que levantara un poco la cabeza del wc y las arcadas volvían.
Tire por octava vez la cadena del wc, cuando la puerta del baño se abrió.
―N-no entres―le dije a quien fuera que estuviera entrando al "Mundo apestosito"―Huele fatal y.....―antes de terminar la frase otra arcada llego a mi boca, haciéndome vomitar.
Sentí como me sujetaban el pelo y me hacían una coleta para luego sobarme la espalda.
―Jones―el único que me decia asi era Robbie mi tercer compañero de departamento, el más frío y serio. Ah y el que tenía el ego por las nubes por estar estudiando Medicina―Llevas mas de 20 minutos vomitando, ¿ Y si te llevamos al hospital?.
¿Desde cuando Robbie era preocupado? ¿Tan mal estaba como para que se preocupara por mi y mandará a la mierda su frialdad?.
Negué con la cabeza, tirando la cadena de nuevo. Me enderecé de a poco para ver si mi estomago queria vomitar algo más, pero por milagro no llegó ninguna arcada.
―No, no―dije mientras me ayudaba a levantarme―Creo que mi estomago ya no tiene que votar.
―Porfin―medio entre celebró y hablo con ironía―Entonces me iré―comenzó a salir del baño pero antes se giró hacia mí―¿Necesitas algo antes que me vaya a estudiar?.
―Robbie...es domingo, nadie estudia―hable mientras me sentaba en el wc. Robbie me miró mal, una de esas miradas que hacen que te quieras tirar por un balcón. Yo y mi bocota―Mi bata de baño que está en la silla de mi habitacion, porfavor.
Asintió y cerró la puerta, por lo que aproveché para poder regular el agua de la bañera y comenzar a llenarla mientras me sacaba la ropa, cuando ya se encontraba en el piso me envolvi con una de las toallas.
Me di vuelta con la intención para ir a ver porque se demoraba tanto Jackson buscando mi bata, pero choque con el que estaba observando mi cuerpo de pies a cabeza desde la entrada del baño . El color blanco de su piel se volvió unos tres tonos rosa, antes de tirar la bata sobre mi cabeza y salir volando de aquí.
Pero que raro....
Deje la bata sobre el wc, al igual que la toalla y me metí dentro de la bañera haciendo que mi cuerpo se relajara un poco con el calor del agua.
Al cerrar los ojos, ya no se venía a mi mente el dolor de cabeza, si no el color de los ojos de Brooks. De cómo sus ojos azul cielo, anoche se oscurecían transmitiendo todas las ganas que tenía de coger conmigo, digo "coger" porque "hacer el amor" no existe y menos con alguien que cogue casi todos los dias.
Las imágenes que a primera hora de la mañana eran borrosas, ahora eran muy claras. Tenía el recuerdo desde cómo llegó hasta mí, que me encontraba arriba de una mesa bailando con Oliver, de como me tomó en brazos para bajarme y luego nos llevó hasta la habitación haciéndome sentir la chica más querida con su cuerpo. De como me hizo sentirme segura y protegida, de como me acaricio sin hacerme daño y de cómo nos reíamos al habernos caído dos veces de la cama en pleno acto.
Media universidad había visto siendo arrastrada por las garras de Brooks y lo más seguro era que lo que sucedió después sus mentes lo hubieran imaginado.
Para muchas y muchos, lo más seguro era que había quedado como una más de las conquistas de Brooks Heaven, o la próxima chica con quien se podían acostar, pero no me importaba, ya no éramos niños pequeños para andar hablando mal de la gente y si alguien lo hacía, eso hablaba mal de ellos no de mi.
Por lo que yo me quedaría feliz con el recuerdo que atesoraré toda la vida.
Tome una respiración profunda y me hundí en la bañera, imaginándome que el agua eran las caricias de Brooks.
¡Hola! ¡Nueva Actualización!
Conocimos un poquito más el mundo de Bambi, luego de salirse de la casa del idiota.
❤
Espero les esté gustando la historia, pronto habrá una nueva actualización.
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