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044

ISABELLA

Cuando despertó, Draco aun no estaba a su lado. Tampoco estuvo en el desayuno ni en el almuerzo.

— ¿Por qué tarda tanto? — preguntó Bella, sentandose en la mesa.

— Le habrá salido algo.— insistió Narcissa.

— Draco estará aquí más tarde.

— ¿Siempre volverá tan tarde?

Lucius negó con la cabeza y se llevó la copa de vino a los labios.— No, no. Al menos que algo pase en el Ministerio.

— ¿Es algo malo?

— Bella — Narcissa suspiró y dejó de comer —, está bien, te lo aseguro.

Se dispuso a comer, cortando la carne en pequeños trozos.

Los tres comenzaron a cenar, de vez en cuando alguno hacia algún tipo de comentario, respondían y después seguían comiendo. Pero no tenían una conversación fluida, de las preguntas y respuestas cortas no pasaban.

Bella quería recargar la cabeza sobre la mesa y suspirar varias veces, para que se dieran cuenta que esto era muy aburrido.

— ¿Jugamos a algo? — soltó la pregunta sin antes sopesarla.

— ¿Jugar? — Lucius se burló —. ¿Qué edad crees que tenemos, Isabella?

Su mujer le dedicó una mirada severa.— ¿A qué quieres jugar, Bella?

— No sé — pensó—. ¿Qué tal si actuamos como alguien y después lo tenemos que adivinar?

Le sonrió.— Me parece un juego excelente. ¿Lucius, jugarás?

— Jueguen ustedes, ya me les uniré.

— Buenas noches.

— Siéntate, estamos cenando, Draco.

El muchacho asintió y se sentó. Tenía el pelo revuelto y se le veía cansado. El juego quedo olvidado tras la llegada de Draco. Ambos se miraron a los ojos, pero fue Isabella la primera que desvió la mirada. Se disculpó y se levantó de la mesa, dirigiéndose a su habitación.

Estaba ansiosa por verlo y al verlo se espanto. El recuerdo del sueño de anoche volvió a su mente, pero minutos después; una puerta la devolvió a la realidad.

— Estaba preocupado.

Giró sobre sus talones y se enfrentó a él.— ¿Por?

— No me respondiste.

— ¿El qué?

— El mensaje que te mande por el lazo.

— No sabía que estaba obligada también a responderte todo — arqueó ambas cejas y puso los ojos en blanco —. Lo siento.— dijo con sarcasmo.

— ¿Obligada? — meneó la cabeza —. No sé porque actúas así, Bella. Pero sea lo que sea, te pido una disculpa.

Sacudió la mano.— No pasa nada. Ambos tenemos ideas diferentes, es solo eso.

— No tenemos ideas diferentes.

— ¿Crees eso? — se dirigió al closet, sacando una pijama.

—Pues claro que lo creo. Si tuviésemos ideas diferentes, no estaríamos aquí, ¿no?

— ¿Aquí? — comenzó a quitarse la ropa —. Te recuerdo que no nos casamos por amor, Draco.

— Pero lo estamos construyendo, poco a poco.

— Poco a poco — murmuró —. Sí, nos estamos tomando nuestro tiempo para eso.

Draco se pasó la mano por el cabello y la otra la colocó sobre su cadera.— Estás molesta.

— ¿Lo estoy? — se pasó una playera por la cabeza.

— Mírame, Bella.— le pidió y ella obedeció, girando sobre sus talones y viéndole de frente.

— ¿Sí, jefe? — se burló.

Él frunció el ceño.— No actúes así, Bella. Soy yo el idiota, no tú.

— Tal vez ahora quiero comportarme como tú, Draco.

— Lo siento... Yo, yo necesito tiempo, ¿sí?

— Tomate todo el tiempo que quieras, porque estamos casados y nos llevamos bien, ¿cierto? Con eso basta.

— ¿No querías eso, Bell? Siempre me lo pedías. Siempre me pedías poder llevarnos bien, hablar sin pelear, estar en un lugar juntos sin problema.

— Sí, joder — se exaltó —. Quería ser tu amiga, no ser tu amiga con derechos. ¿Entiendes? No se puede tener una amistad con alguien a quien follas y a quien vive contigo, Draco. Eso es imposible.

Se acercó a ella.— Lo lamentó, Bella.

Meneó la cabeza.— Vamonos a la cama, debes estar cansado — dijo y se acostó. Draco la siguió segundo después —. ¿Qué hiciste?

— Estuve en la oficina todo el día. No es un trabajo muy emocionante.

— ¿Hay alguién a quién conozcas?

— Sí, varias personas.

•~•~•~•

— ¿Cuál antifaz usarás?

— Me gusta éste — levantó un antifaz de color verde y dorado —. ¿Qué piensas?

— Me gusta.

— ¿Cuál usarás tú?

— Éste.— le mostró un antifaz negro y plata.

— Te verás bien.— le aseguró, comenzando a colocarse el antifaz.

Draco la ayudo a colocarse el antifaz y después le colocó las manos sobre las caderas, dándole la vuelta. Le sonrió y ella le devolvió la sonrisa, pero cuando se inclinó para besarle los labios, ella desvió la mirada.— Tú también te verás bien.— dijo bajito y dio un paso hacia atrás.

Bella le dio unas palmaditas.— Ya lo sé.

Al estar en sala, junto a Narcissa y Lucius, los cuatro Aparicieron en Hogwarts. Era una fiesta, dándole la bienvenida a los Colegios extranjeros; Beauxbatons y Durmstrang, que habían llegado a Gran Bretaña por el aniversario de la muerte de Voldemort. Lo habían hecho desde el momento en que Voldemort murió. Todos los magos y brujas se reunían para celebrar la caída del Señor Tenebroso. Los Mortifagos que quedaban, también se unían a ellos. Era obligatorio. Era un recuerdo que su amo estaba muerto y había fallado. Así que allí se encontraban.

Draco odiaba esas fiestas, porque normalmente lo gente lo miraba más mal que de costumbre, pero si no se unían a esa fiesta, les iba peor.

Bella colocó su mano sobre el brazo de Draco, y ambos desfilaron al Gran comedor. Los ojos de Bella admiraron la decoración de ese año y sintió nostalgia. Había pasado siete años de su vida en ese colegio, era como una segunda casa para ella, y para muchos más.

Habían brujas y magos de todas las edades. Algunos todavía eran estudiantes, otros eran ex-estudiantes. Bella saludó con la mano libre a algunas de sus conocidas. Draco tenia la mirada sombría y los ojos fríos. Su máscara favorita.

— ¿Puedes creer que, aún nos obliguen a asistir a esta fiesta? — Blaise gruñó a su lado.

Bella no se había percatado de la presencia del moreno, hasta que habló.

— Una mierda — opinó Draco —. Creen que sí nos obligan asistir a esta mierda, nos harán sentir mal.

— Pues se están equivocando. Odio asistir, pero aun así se los agradezco. Hay muchas chicas por aquí.

— ¿Ya has encontrado alguna, Blaise?

— Todavía no, pero falta un poco para que todos lleguen, Belly-Bell.

— Te deseó suerte y cuenta con mi ayuda.

— Eres un Ángel caído del cielo. Aurélie Dumont está aquí.— le informó a Draco.

— ¿Ah, sí? — arqueó una ceja—. ¿La has visto?

— Sip — se puso al lado de Draco y levantó un dedo, señalando en una dirección—. Está por allá.

— ¿Le has hablado?

— Unas cuantas palabras. Me ha preguntado sí es cierto que estás casado.

— ¿Quién es Aurélie? — interfirió en su conversación.

— ¿Te acuerdas de la chica que me quitó la virginidad? — le preguntó Draco y ella asintió —. Bueno, se llama Aurélie Dumont, Bell.

— Oh, ¿y está aquí?

— Eso dice Blaise.

— Eso digo yo.

— ¿La puedo ver? — Bella giró a ver a Draco e hizo un puchero.

— ¿Por qué la quieres ver?

Se encogió de brazos.— Quiero verla.

— No es necesario.

— ¿Ves a Astoria? — Bella asintió —. Bueno, es casi una copia de ella.

Arqueó una ceja.— Entonces — volvió a ver a Draco —, ¿estabas con Astoria porque se parecía a tu amor frustrado?

— Blaise no sabe lo que dice.

— Oh, amigo, sí lo sé. Todos lo hemos dicho, son casi idénticas.

— Iré a saludar a mi madre.— les dedico una sonrisa de boca cerrada y se zafó del brazo de Draco, caminando hacia su madre.

— ¿Tenias que abrir la boca? — escuchó Bella, que Draco le espetaba a Blaise.

— ¡Oh, Bella, luces maravillosa!

— Gracias, madre.

— ¿Dónde está tu suegra? ¿Y Draco, porque no ha venido a saludar?

— Está hablando con Blaise.

— Bella.— su padre le dio un beso en la frente.

— Hola, papá.

— Te ves guapísima — le aseguró—. Me alegro de verte, cariño.

— A mi también. Se les ve bien, a los dos.

— Está fiesta es una farsa — susurró Ivy —. Solo lo hacen para recordarles a los Mortifagos lo que eran...

— Estoy segura que lo hacen por otras razones, madre.

— No estés tan segura, Isabella. Ellos siempre odiaron a los Mortifagos.

— Tenían sus razones.

— ¡Ay, Isabella, por favor! El Señor Tenebroso ya está muerto, deberían dejarlo así y no hacer fiestas en su nombre.

— Tu madre tiene razón, Bella. No debían seguir celebrando este aniversario, es un poco tonto.

— Nos están trayendo a memoria lo que pasamos en esos años, Bella.

— Y estoy de acuerdo con ustedes, pero cada quien tiene su forma de sobrellevar las cosas y no deberíamos juzgar.

— Nadie está juzgando, querida. Estamos dando nuestra opinion.

— Ya lo creo.

— ¿Dónde está tu amiguita, querida? Esa niña llamada Pansy.

— No lo sé.— se cruzó de brazos e hizo un mohín.

— Ay, Bella — gimoteó su madre —. No me digas que también te peleaste con ella.

— Pues sí, madre. Lo he hecho.

— No sabes como tener una amiga, niña.

— No, no sé.

— No te preocupes, tu tía estará aquí en pocos días.

— ¿Enora vendrá?

— Sí, así es.

— ¿Cuándo?

— Todavía no se sabe la fecha, pero será pronto.

Bella sintió emoción llenar su corazón. Su tía Enora era muy cercana a ella, pues era más joven que Ivy, y más amigable. Era de esas personas con las cuales podías charlar por horas y siempre tener de que hablar. Era una persona de fiar, y muy especial para Isabella.

Entre más noche, más gente llenaba aquel lugar. Bella habló con algunas personas que conocía y con otras que no conocía tanto. Pudo hablar con Ginny Potter, Hermione Weasley, y sus esposos. Se alegraba de verlos, siempre la habían tratado bien apesar de ser una Slytherin. Compartió miradas de odio con Pansy Parkinson, y en varias ocasiones se encontró mirando a Astoria con tristeza y nostalgia. Aunque le costaba aceptar, la extrañaba. Extrañaba a su amiga. Era la única que había tenido en años y la necesitaba en estos momentos.

Se llevó la copa a los labios y admiró el lugar, tan lleno de recuerdos.

— Me parece gracioso, que te pueda reconocer aún con esa cosa en la cara.

— Me halagas.

— Siempre es bueno halagarte, Isa.

— ¿Qué haces?

— Dando una vuelta, ¿y tú?

— Llenando mi mente de recuerdos.

— ¿Nostalgia?

— Un poco.

— ¿Estás con Astoria?

— No diría estar exactamente, pero tenemos algo, sí se le puede llamar así.

— No la lastimes, Theo.

— ¿Lastimarla? — rió —. Astoria todavia está enamorada de Draco, Isabella. No podré lastimarla aunque quisiera.

— ¿Es por eso que aún no tienen una relación?

— Sí, es por eso — admitió —. ¿Cómo vas con Draco?

— No lo sé, a veces bien, a veces mal.

— Así son todas las relaciones — Bella asintió en respuesta—. Pero Draco no sabe respetar una relación, así que... te entiendo.

Resopló.— ¿De qué hablas?

Vio el brazo de Theo pasar por su hombro y señalar hacía una dirección en concreto.— Lo vi por allá, bailando y bebiendo con una chica.

— ¿De Beauxbatons? — preguntó.

— Eh, sí. ¿La conoces?

Bella lo ignoro, se precipitó a la mesa que servían alcohol y buscó lo más fuerte que tenían. Antes de servirse un vaso de Vodka, se tomó su copa de champagne, dejándola sobre la mesa y llevándose el vaso a los labios, tomándolo todo. Se sirvió dos vasos más y reunió el valor para tomárselos también. Cuando se sintió más segura y el calor se apoderó de su cuerpo, haciéndola perder la cabeza; echó a andar por la dirección que Theo había señalado.

Draco ya no estaba bailando, pero seguía hablando muy animadamente con una bruja alta, de cabello castaño. Se reían y se susurraban cosas al oído mientras que Blaise los miraba perplejo.

Se quedó a una distancia prudente, y la servilleta que tenía en la mano la hizo una bolita y se la tiró a Blaise. Esta le dio en la cabeza, el moreno se llevó a la cabeza una mano y comenzó a girar la cabeza en varias direcciones. Bella le hizo señas con las manos, y cuando él la vio; frunció el ceño y se encaminó hacia ella.

— ¿Era necesario la servilleta?

— ¿Es esa?

— ¿Aurélie? Sí, es esa.

— Joder, tenias razón.

— ¿Es por eso que me golpeaste?

— No quería acercarme.

— No están en buenos términos, ¿eh?

— Estoy tratando de sobrellevar las cosas, Blaise. De darle el tiempo necesario, pero no puedo mantener una conversación prudente con él. Tampoco puedo pasar del beso en la mejilla y de la mano en la cadera.

— ¿Y ahora estás celosa?

— ¡No! — exclamó.

— Oh, claro que lo estás.— rió.

— ¡Blaise! — se quejó —. ¡Es su ex!

— ¿Y qué tiene? Bella, está casado contigo y aunque no lo quiera decir en voz alta, está loco por ti.

— Aún así... no me parece justo que le hable.

— Entonces vamos a por él y nos lo llevamos a otra parte.— Bella asintió, estando de acuerdo con él —. ¿Vienes o esperas?

— Lo esperó.

Blaise se aclaró la garganta y comenzó a caminar hacia su amigo.


Denle mucho amor o me enojo 😡

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