Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

041

ISABELLA


Bella se movio incomoda en la cama. Abrió los ojos y parpadeó varias veces, tratando de acostumbrase a la luz del sol.

Escuchó unos pasos y buscó a Draco. Él estaba parado, viéndose al espejo.

— ¿Qué hora es?

— Las 9:30 a.m.— le informó Draco.

— ¡Joder! ¿He dormido tanto?

— No. en realidad, nos acostamos tarde, Bell.

Ella se llevó una mano a la frente y se masajeó.— Me siento mal.— tenía dolor de cabeza, náuseas y un dolor punzante en su vientre.

— ¿Qué sientes?

— Asco.

— Es normal.

— ¿Normal?

— ¿No te acuerdas de nada?

— Me acuerdo de todo, ese es el problema.

— Tú lo quisiste, nadie te obligó.

— Pansy me dijo que tú querías hacerlo, que siempre lo haces... Pensé... pensé que conmigo no lo hacías por alguna razón.

— ¿Y lo hiciste por qué? ¿Porque Pansy te lo dijo?

Ella asintió y un dolor punzante atravesó su cabeza.— Quería complacerte.

Él resopló y conjuró un vaso de agua y una píldora. Se acercó a ella y se los ofreció.— ¿Por qué no me lo preguntaste? Antes de hacerlo.

— Pensé que te daba vergüenza pedírmelo tú a mi o algo parecido. Pensé que querías hacerlo.

— Si quiero hacer algo, te lo pido. Si quieres tú hacer algo, me lo pides. Pero antes de hacerlo nos lo preguntamos, Bell — se sentó sobre la orilla de la cama —. Sí, Pansy te dijo la verdad. Acostumbraba hacer ese tipo de cosas. Con ella, con la otra, con muchas niñas más. Y si quisiera hacerlo contigo, te lo preguntaría. Pero simplemente nunca lo quise hacer.

— ¿Por qué? — Bella se incorporó —. ¿Te avergüenzas de mi? ¿No soy lo suficiente buena para ti?

Él negó varias veces con la cabeza.— No me avergüenzo de ti y eres mejor que nadie para mi, eres más que buena, más que suficiente. No te merezco.

Ella negó —. ¿Entonces?

— No te quiero compartir. No me importa si es mujer, si es hombre. No te quiero compartir — repitió y agregó —. ¿Soy demasiado egoista?

— ¿Entonces lo qué dijo Pansy...? — dejó la pregunta a la mitad.

— Sé todo lo que te dijo Pansy, lo escuché todo. Y no, no fue cierto. No me avergüenzo de ti, no me avergüenza mostrarte todas las partes de mi vida. Las buenas y las malas. Pero esta es una nueva etapa de mi vida. Una etapa junto a ti. Una etapa con nuevas cosas y las cosas viejas... simplemente quedaron en el pasado — suspiró —. Bella... no te quiero pedir que dejes de hablar con ella... pero inténtalo. No es una buena amiga.

Bella cerró los ojos y meneó la cabeza.— Son muchas cosas para procesar.

— Descansa.

— ¿Tú... no querias hacerlo?

Él negó.— Lo hice porque me lo pediste tú.

— ¿Cómo escuchaste lo qué me dijo Pansy? Estabas un poco lejos.— hizo un mohín y despues se mordió el labio.

Draco dejó salir un suspiró pesado, se acosto sobre la cama y se llevó las manos a la parte posterior de su cabeza. Bella subió sus piernas al abdomen de Draco.— El tatuaje que llevas en la parte trasera de tu cuerpo...

— ¿Qué tiene que ver eso?

Draco le echó una mirada.— Es un lazo de tu mente a la mía, o de mi mente a la tuya.

— ¿Cómo puede ser posible eso?

— Así...

— ¿Te estas metiendo nuevamente a mi mente, Draco?

Él negó.— No, joder. He hechizado ese tatuaje, para tener nuestras mentes unidas. No me meto en tu mente. Pero no puedo evitarlo si tú envías cosas por el lazo.

— Sigo sin entender.

— Piensa en el lazo del tatuaje que te hice como un puente entre los dos, y a cada lado hay una puerta que da a nuestras respectivas mentes. Un escudo. Con el nivel de Legeremancia que tengo, puedo atravesar los escudos metálicos de cualquiera que yo quiera, con ese puente o sin el... a menos que tengan un nivel de Oclumancia muy alto.

— ¿Y no pensabas decírmelo?

— Quería hacerlo pero no surgió la platica — Bella resopló —. Puedo quitártelo, si es eso lo qué quieres.

— No, está bien.

— Podemos comunicarnos por ese lazo... Ahora, que entraré a trabajar, te voy a sentir más cerca y tú a mi.

— Me gusta eso.

— ¿Segura?

— Sí, solamente dime cómo no tenerte todo el día dentro mi mente.

— Usa la Oclumancia, querida Bella.— le guiñó un ojo.

— ¿Tú también puedes tener un tatuaje?

Él asintió.— Sí.

Bella se acercó a él y se puso a horcajadas sobre él.— Dejame hacerte uno.

— ¿Sabes cómo hacerlo? — Bella negó —. Entonces dibújame lo qué quieras y yo haré lo demás.

Bella emocionada alzó una mano y segundos después una pluma apareció en sus manos. Le sonrió a Draco con malicia y le subió la camisa. Bajo un poco su pantalón... y cuando vio el lugar en donde quería dibujarle algo, se estremeció.

Quería poner su nombre en esa raya sexy que tenían los hombres en su abdomen bajo... y eso fue lo que hizo. Se inclinó primero y dejó un beso sobre esa raya, después pegó la pluma a su piel y empezó a escribir. 'Bell'. Así como la llamaba él.

— Listo.— anunció Bella y aplaudió con alegría.

Draco alzó la cabeza y miró donde Bella había escrito su nombre.— Me encanta.— le sonrió.

Bella alzó un dedo hacia su dirección y él se mantuvo quieto. Entonces ella dibujó un pequeño corazón al lado de su nombre.— Ahora sí.

Él rió y se incorporó. Colocó ambas manos sobre la espalda baja de Bella y besó sus labios. Un beso suave, tierno.— Lo haré permanente.— ella le sonrió y él se puso de pie. Se acercó al espejo y apuntó con la varita el nombre de Bella y el corazón, entonces quedó permanente sobre su piel.

— Te queda bien, excelente...— Bella rió.

— Claro que me queda bien. A mi todo me queda bien — bromeó él —. Qué cosita tan cruel, tan hermosa eres...— ella arrugo la nariz y le sonrió como una niña pequeña —. Ahora tengo que arreglarme la camisa nuevamente.

— Te ayudó — Bella se puso de pie y se acercó a él. Comenzó a arreglarle la camisa. Volvió a ponerla en su lugar. Le abrió los pantalones, el cinturón y lo arregló todo. Dejó un beso fugaz sobre sus labios y lo miro a los ojos —. ¿Adónde vas?

— Quede con Blaise.— le informó.

— ¿Tardarás?

— No creo.

— Iré a Hogsmeade.

— Cuídate y abrígate.

Bella arqueó una ceja.— Hablas como mi mamá.

— Hace frío. No queremos que te resfríes, ¿cierto?

Ella asintió.— No, no queremos.

— Entonces hazme caso — beso sus labios —. Nos vemos.— Draco salió de la habitación.

Isabella decidió darse una ducha, para después bajar.

Unas voces llamaron su atención y entró en la cocina.

— Buenos días, Isabella.— la saludó Narcissa.

Ella le sonrió.— Buenos días. Y... buenos días a ti. ¿Qué haces tan temprano aquí?

— Vine a saludarlos.

— ¿Saludarlos?

— A ti y a Draco.

— Ah... Draco no está.

— ¿Adónde fue?

Bella se encogió de brazos y dirigió la mirada hacia Narcissa.— Iré a Hogsmeade, ¿quieres algo?

— No, gracias. Abrígate al salir. Tu suegro me ha dicho que hace frío.

— Draco también me lo informó.

— Yo voy contigo.

— ¿No... no tienes otras cosas por hacer? — inquirió Bella. No quería la presencia de ella. No quería que la atormentara todo el día.

— No, no. Vamos, te acompaño.

Isabella suspiró y asintió. Narcissa se despidió de ambas al salir y volvió a entrar en la mansión.

— ¿Usaremos la Aparición?

— Uhm... sí.

— Nos vemos ahí, entonces.— y con eso la chica se desapareció.

Bella la imito y segundos después estaba en Hogsmeade. Sintió el frío sobre su piel y decidió envolverse en la gabardina color rosa que llevaba consigo.

— ¿Adónde nos dirigimos? — le pregunto Pansy.

— Necesito más poción...anticonceptiva.

La chica dejó salir una corta risa.— ¿Draco no quiere bebés?

Bella ladeo la cabeza.— ¿Quién ha dicho eso?

— Por algo tomas la poción, ¿no? Digo... todas queremos bebés y más si son de Draco.

— ¿Tú quieres bebés con mi marido? — Bella le encaró.

Pansy levantó ambas manos.— No me malinterpretes.

Bella comenzó a caminar.— Draco quiere bebés, al igual que yo. Solamente que más adelante.

— No puedo imaginarme a Draco con hijos.

— Entonces prepárate, Pansy, porque los tendremos.

Pansy le tocó el hombro, haciéndola parar de caminar.— Entraré yo y te compraré la poción. Si alguién le dice a Lucius que ustedes dos se están cuidando... no le gustará.

Bella tendió una mano hacia la tienda.— Adelante.

Bueno, para algo serviría Pansy. Por ejemplo, comprarle la poción. Porque tenía razón, sí Lucius se enteraba que ella y Draco no pensaban en tener hijos lo más antes posible, es probable que no le agrade la idea. Así que la dejo. Le permitió a Pansy entrar y comprarle la mendiga poción.

Después de unos minutos la pelinegra salió de la tienda y le tendió una bolsita. Bella la agarró y emprendió sus pasos. No le iba a dar las gracias. Lo que le había dicho Draco en la mañana, se le quedó grabado en la mente y tenía que confiar en su esposo y en sus advertencias.

Escucho a Pansy resoplar, pero no volteó a verla.

— ¿Estás molesta?

— ¿Por qué lo estaria?

— No estás sonríendome como siempre. No estás siendo tú misma y me estás insultando.

— ¿Insultarte? ¿Cuándo lo hice?

— Bueno, todavía no lo has hecho, pero no te falta mucho.

— No estoy molesta, Pansy — le aseguró —. Simplemente estoy cansada de escuchar tus opiniones sobre mi relación con Draco.

— Estoy tratando de ser una buena amiga.— siseó ella.

— ¿Buena amiga? — Bella rió—. No estás siendo buena amiga, Pans. Al contrario, estás siendo una mierda de amiga.

— ¿Qué hice mal?

Bella entró en las Tres Escobas y la chica la siguió. Tomaron asiento al fondo de la taberna y Bella prosiguió hablando.— Opinas mucho.

— Porque trato de ayudarte.

— No me estás ayudando, me estás complicando todo.

— ¿Te arrepentiste del trío? — susurró.

— Draco no quería hacerlo.

Pansy colocó un pie sobre la silla que tenía enfrente y suspiró.— Bueno, no te preocupes. Él no volteó ni a verme.

— Estabas muy atenta a él... entonces.

— ¡Claro qué no! — exclamó en un susurró—. ¡Deja de insinuar esas cosas!

— Insinuó lo que me tratas de decir con indirectas.

— ¡No es cierto!

— Lo es. Deja de negarlo, Pansy. ¡Has actuado así durante semanas!

— ¿Así cómo? — Pansy volteó a ver a Isabella.

— Desde la última vez que nos vimos en Paris...— le recordó ella —, has estado actuando extraña. Constantemente tratas de meterme ideas en la cabeza. ¡Ideas que no son para nada agradables! ¿Un trío? ¿Para quién? Porque está claro que para mi y para Draco no era. Yo lo hice porque tú me dijiste que a él le gustaba, y Draco ni siquiera quería hacerlo. ¡Lo hizo porque yo se lo pedí!

— Draco claramente no quiere aceptarlo, pero lo disfruto. Y quería hacerlo.

Bella entrecerró los ojos.— Si él quisiese hacerlo, entonces piénsalo... Hubiera hecho algo contigo. Pero tú misma lo dijiste, Pansy. Tu misma admitiste que Draco ni siquiera te miro.

— Así es Draco. Actúa de esa manera ante ti, para que no te asustes, ¿sabes?

Bella se humedeció los labios. Frunció el ceño. Su sangre comenzó a hervir. Quería hechizarla. Quería maldecirla.— ¡Deja de decirme como es mi esposo!

Pansy bajo el pie que tenía en la silla y se volteó completamente hacia Isabella. Colocó ambas manos sobre la mesa con fuerza y rabia.— ¿Crees qué lo conoces? — rió —. ¿En serio crees eso? ¿Cuánto llevan casados? ¿Un mes, dos? Eso no es nada... Tú no lo conoces en absoluto.

— ¿Y tú sí?

— ¡Lo conozco mejor que nadie!

— ¿Crees qué lo conoces por qué tuvo sexo contigo, Pansy? ¿Porque tuvo todo el tipo de sexo asqueroso contigo? Tríos... Parafilias. Voyerismo. Toda esa mierda que me dijiste. ¿Crees qué por eso lo conoces? — Bella se echó el cabello hacia atrás —. Lamento decirte, Parkinson, que no. No lo conoces. A una persona no se le conoce por tener sexo con ella. Mucho menos por compartir hierba.— dicho eso se puso de pie y tomó sus cosas.

— ¡Solamente estás celosa! — gritó ella.

Y Bella se volteó.— ¿Celosa? No me hagas reír. ¿Yo celosa? Lamento informarte, tal vez todavía no te has dado cuenta, querida, pero estás hablando con la mujer de Draco.

Pansy se puso de pie y camino hacia ella.— ¿La mujer de Draco? Tardó semanas en quitarte la virginidad. ¿Crees qué le gustas? Una mujer no puede estar cerca de Draco, porque él ya intenta llevarla a la cama — la miro de arriba abajo —, y contigo tardo semanas... ¡Ah, y lo había olvidado! Si le hubieses gustado tanto, no me besaría en Paris.

— Ah... claro, el beso de Paris. Me estaba preguntando cuánto te tardarías en sacarlo — Bella curvó los labios hacia abajo —. También me estaba preguntando cuánto tardarías en darte cuenta que, Draco te mira como alguien fácil de tener...— Bella le dio unas palmaditas en el hombro —. Deja de hacer el ridiculo. Deja de gritar ante tantas personas que estás celosa. No te conviene meterte con una Malfoy, y lo sabes.— Isabella salió del restaurante y dejó salir todo el aire que no sabía que estaba conteniendo.

Emprendió sus pasos, más rápido de lo normal. Queria alejarse lo más posible.

Visualizó un banquito y se sentó.

«Maldición.» «Claro, el beso que se dieron en Paris. Joder, maldita tonta.» Bella sabia sobre ese beso, no porque Draco se lo había dicho. Simplemente lo escuchó. Lo escuchó a través de la puerta. Pero nunca le dijo nada a Draco. ¿Qué le diria? ¿Qué le reclamaría? Ella se había acostado con su mejor amigo. Draco estaba molesto. Así que lo dejo pasar. Lo ignoro y lo hundió en su mente. No le molestaba, claro que no lo hacía. Pero que ella lo hubiese soltado... así, sí le dolió.

Bella no tenía amigas... Pensó que Pansy era una, pero estaba equivocada. Astoria se había alejado de ella por Draco y Pansy se le había acercado por Draco. «¿Siempre va a ser así?» «¿Siempre se le acercarán para estar cerca de su esposo, o simplemente se alejarán porque no soportan ver a Draco con alguien más?»

Cerró los ojos, tomó unas cuantas respiraciones y se puso en pie. Minutos después, estaba frente a la mansión Malfoy. Entró y buscó a Narcissa. Paso el resto del día con ella.

•~•~•~
Yellow — Coldplay.
D R A C O.

Estabas algo incomodo el otro día.

— ¿Ayer?

El moreno se golpeó la frente.— Claro, fue ayer. Dios. Ya no puedo recordar los días.

— Efectos de la droga, querido hermano.

— ¿Y tú? ¿Lo has dejado?

Draco sonrió sastifecho.— Por completo. Me costo trabajo, pero lo logré.

— ¡Estoy orgulloso de ti! — le dijo el moreno y era cierto. Le dio un apretón en el hombro y le sonrió.

— Bella me ayudó...

— Te lo he dicho en Paris y te lo vuelvo a repetir. Ella te hace mejor persona.

— Sí, creo que tienes razón.

— ¿No se molestará si le doy a su querido esposo una copa de vino?

Él negó.— Dice que puedo ir 'pasito a pasito' — repitió las palabras de Bella—. Asi que, pide una botella.

Blaise se rio y pidió una botella de vino. El más caro.— Me alegro verte bien.

— Quiero hablarte sobre algo.— Draco se acomodó sobre su asiento.

— Adelante.

— Pansy...

— ¿Y ahora qué hizo?

— ¿Tú sabes algo... sobre su actitud?

— Si no me dices qué hizo, no te puedo dar respuestas.

Draco frunció el ceño.— Está actuando raro con Isabella...— Se pasó un dedo por la comisura de los labios —. Sabes, creí que trataba de ser su amiga. La trataba bien, se llevaba demasiado con ella. Cosa que no hizo nunca con Astoria. Pero ahora... Ahora actúa extraño. Le dice las cosas que hice con ella a Isabella. Trata de meterle mierda en la cabeza.

La botella de vino llegó y el mesero les sirvió a ambos una copa. Blaise se la llevo a los labios, le dio un pequeño trago y volvió a dejarla sobre la mesa.— Yo también pensé que trataba de ser su amiga. No entiendo por qué ahora está actuando de esa manera, me parece extraño. ¿La besaste?

Draco se atraganto con el liquido y se llevó una servilleta a los labios.— ¿Besar?

— Ella dice que se besaron en Paris.

Draco lo recordó. No fue un gran beso, pero de igual manera lo hicieron.— No fue un gran beso.

— ¿Pero lo hicieron?

— Solamente fue un beso de piquito.

— Ahí tienes tu respuesta, Draco. Sabes cómo es ella. Sabes su pequeña obsesión contigo. No debiste darle ni un beso de piquito, ni siquiera un beso en la frente — se encogió de brazos —. Seguro se confundió.

— Estamos muy mayores para confundirnos.

— Es Pansy, ¿qué esperabas?

— ¿Y por qué es Pansy le permitimos hacer ese tipo de cosas? Blaise — bajo la voz y se acercó a su amigo —, ella le propuso a Bella hacer un trío... con ella y conmigo.

— ¿Y lo hicieron?

Draco resopló.— Creí que Bella era de la idea... crei que quería hacerlo. Pero no. Fue Pansy. Ella le metió esa maldita idea a la cabeza.

— ¿Hiciste algo con ella?

Draco negó.— Nada. No la toqué. Pero al finalizar y todo eso... trató de... Ya sabes — hizo un movimiento vulgar con la mano y la boca. Blaise se echó a reir.

— ¿En serio? — Draco asintió —. Está loca... ¿Y la dejaste?

Draco le golpeó el brazo.— ¿Estás loco? Bella estaba en la cama... Y aunque estuviese a trescientos metros. No volvería a hacer nada con Pansy.

— ¿Por qué es Pansy o por Isabella?

— Por Isabella, claro — se pasó una mano por su cabello —. Escucha, no quiero arruinar lo que tengo con Isabella. Hace tiempo no siento que estoy estable con una persona. Me siento cómodo con ella.
Me gusta y no lo arruinaría, ¿está bien?

— ¿Y con Astoria no te sentías igual?

— ¿Por qué metemos a Astoria en esto? Estoy agradecido con ella. Pero no, con Astoria no me sentía de esta manera. La quería, la sigo queriendo... pero, ya sabes.

— Dejemos las mujeres de un lado. Estamos aquí para platicar y ponernos al día.

— Última pregunta y regresamos a nosotros — Blaise asintió —. ¿Y tú? ¿Alguna mujer?

Blaise sonrió.— Bastantes, amigo. Sin embargo, ninguna que me llame demasiado la atención para dar el siguiente paso.

— Ya llegará.— aseguró Draco.

Y así pasaron las siguientes horas. Platicando y poniéndose al día.

Ya entrada casi la noche. Salieron de aquel restaurante, tambaleándose y sujetándose uno del otro. Sus risas hacían eco por la calle.

Blaise saco un cigarro de sus pantalones.— ¿Mitad yo y mitad tú? No es marihuana.— le aseguró.

Draco se encogió de brazos.— Pasito a pasito.— ambos rieron y se sentaron sobre un banquito.

Blaise prendió el cigarrillo y ambos chicos se lo pasaban constantemente.

— Me alegro que hayas vuelto.

— Me alegro estar de vuelta.

— Deberíamos hacer esto más seguido.

— Cuándo quieras — Draco alzó la vista hacia el cielo —. Debería irme. Le aseguré a Bell que no llegaría tarde... pero al parecer, las horas pasaron sin darme cuenta.— rió.

— Pero mírate — se burló —. Te esta controlando.

Draco se puso de pie.— Lo hago porque quiero.

— Nos vemos.

Draco asintió y aparicio en la mansión. Se irguió y entró en la mansión.

La calidez de la mansión lo envolvió y se quitó la chamarra de cuero que traía. Un olor a vainilla, chocolate y quemado se filtro por su nariz. Inhaló y buscó de dónde provenía aquel olor.

— Buenas noches.— saludo a Bella y a su madre. Las dos estaban en la cocina, riendo y probando algún tipo de pastel.

— Has vuelto.— Bella se volteó a verlo con una sonrisa sobre la cara. Sus ojos iluminados.

Draco se acercó hacia Bella y colocó una mano sobre su espalda baja. Dejó un beso sobre su frente.— Hola.— le susurró.

— ¿Quieres pastel? — le preguntó su madre.

— ¿Está quemado? — le devolvió la pregunta. Aun con su mano sobre la espalda de Isabella. Ella se pegó más a Draco y de repente; inhaló hondo. Draco volteó a verla. Tenia la nariz pegada a la camisa de Draco y al separarse tenía el ceño fruncido.

— Un poco.— dijo Narcissa con una risita.

— No, gracias.

— Buena elección.

— ¿Te puedo robar a Bell un... rato? — arqueó una ceja.

La mujer levantó la mano y la sacudió.— Por favor, robatela toda la noche.

Draco tomó a Isabella de la mano y tiro de ella. Bella tomó la copa que había sobre la isla y le dio un trago, después se dejó llevar por Draco.

— ¿Adónde vamos? — preguntó Bell a tropezones.

— A nuestra habitación.

— Mmm... Nuestra habitación.— dejó salir una risita tonta.

Draco la miro con una sonrisa. Negó con la cabeza y la tomó en sus brazos, subiendo por las escaleras.

— ¡Ay! — gimió Bella—. ¡Cuidadito que te vomito!

— No gimas en voz alta, Bell... solamente yo puedo escucharte gemir.

— ¡No hay nadie en la casa!

— Está mamá.

— Dudó que mamá pueda escuchar algo.

— ¿Cuánto tomaron?

Ella levantó su dedo y pico a Draco en el pecho.— ¿Cuánto has bebido tú?

— Un par de copas.

— ¿Y cigarros?

— Para tener una nariz tan pequeña... tu olfato está increíble.

— ¿Cuántos?

— Dos o tres fumadas de un cigarrillo.

— ¿Lo prometes?

Draco asintió y entro en la habitación. Dejó a Isabella sobre el suelo, y ella se tambaleó.

— Estás borracha, Bell.— rió.

— Un poquitito.— cerró un ojo e hizo una seña con la mano.

— ¿Planeabas tomar más?

Ella se sentó sobre la cama y se quitó las zapatillas.— Tal vez.

— ¿Quieres qué vaya a buscar otra botella?

Ella negó y se cruzó de brazos.— No, está bien.

Draco se acercó y se dejó caer de espaldas sobre la cama.— Te extrañe.— levantó una mano y acarició el brazo de Bella.

— Solo fueron unas cuantas horas.

— ¿Tú no me echaste de menos?

— Un poco, sí.— Bella se dejó caer a su lado y lo envolvió con un brazo.

— ¿Fuiste a Hogsmeade? — ella asintió —. ¿Qué hiciste?

— Comprar poción anticonceptiva.

— No quiero preguntarte esto, pero ¿alguién te vio hacerlo?

Ella negó.— Pansy se ofreció a hacerlo por mi.

— ¿La invitaste tú?

Volvió a negar.— Cuando baje, ella ya estaba aquí. Se ofreció a acompañarme y por más que trate de evitarlo, ella me acompañó.

— Bien.

— Tuve una pelea con ella.— murmuró y sorbió por la nariz.

Draco comenzó a acariciarle el cabello.— ¿Por qué?

— Porque es una perra.

Draco suspiró.— Ven aquí y cuéntame.— Draco tiro de ella. Bella alzó la mirada para verlo. Entonces él se palmeó las piernas. Bella entendió y se subió a horcajadas sobre él. Draco colocó las manos debajo de su cabeza.

Bella volvió a sorber por la nariz.— Prácticamente dijo que quería bebés contigo.

Draco arqueó las cejas.— ¿Dijo eso? — le preguntó y comenzó a trazar círculos perezosos sobre el estómago de Bella.

— Dijo, 'todas queremos bebés y más si son de Draco'.— recitó las palabras de Pansy.

— ¿Tú quieres bebés míos?

Bella asintió con los ojos cerrados.— Sí, pero no ahora.

Draco asintió y siguio trazando círculos sobre el estómago de Bella. Le levantó un poco la playera, se inclinó y dejó un beso sobre su estómago. Después volvió a acostarse y comenzó a jugar con el borde de la falda de Bella.— No le prestes mucha atención.

— Crei que era mi amiga.

— Yo también lo creí.— Bajó un poco la falda de Bella, dejando a la vista su piel.— Me gusta.

— ¿Qué?

— Que no traigas panties.— Draco ladeó la cabeza y comenzó a bajar el dedo.

Bella rió.— Creí que llegarías antes.

— Aquí estoy.— Draco se incorporó, colocó sus manos sobre las caderas de Isabella y atrapó su labio inferior.

Siguió besándola. Su lengua se encontró con los labios de Isabella y trazó una línea firme sobre ellos. Ella abrió la boca dándole el paso y la lengua de Draco entró en su boca. Sus lenguas se encontraron y Draco comenzó a jugar con ella. La rodeó una, dos veces y después comenzó a acariciarla con su misma lengua. Sus manos comenzaron a subir hacia el pecho de Bella mientras Draco mordía y chupaba su labio inferior.

— ¿Qué más te dijo? — se separó de sus labios y comenzó a besar su cuello. Lentamente. Saco su lengua y se la paso por el cuello, para después dejar un beso y comenzar a chupar la piel suave del cuello de Isabella.

— Dijo que no te conocía en absoluto.—

— Mhmm — tarareó —. ¿Qué más? — metió la mano por debajo de su falda y Bella alzó las caderas para darle acceso a la mano de Draco, la cual se colocó entre sus piernas. Bella cerró los ojos y comenzó a mecerse sobre la mano de Draco.

— Dijo que no te gustaba porque... — gimió al sentir dos dedos de Draco entrar en su interior —. Joder.

— Sigue, Bella. Cuéntamelo todo.— le pidió y mordió su labio inferior.

— Que no te gustaba porque...— siguió moviéndose sobre la mano de Draco. Sus dedos entraron su interior, cada vez más profundo —, porque tardaste semanas en acostarte conmigo.

— ¿Sabes que es mentira, cierto? — ella asintió y Draco curvó sus dedos en el interior de Bella —. ¿Algo más?

Ella asintió.— Dice que no puedes estar cerca de una mujer sin llevarla a la cama.

— A la única mujer que me quiero llevar a la cama es a ti.

— Tenias razón sobre ella.

Draco sacó su mano del interior de Isabella y se llevó los dedos a la boca, chupándolos. La tomó de las caderas y la acosto sobre la cama. Subió su falda hasta dejarla descubierta de las caderas para abajo.

Y agacho la cara, hundiendo su cara en el coño de Bella y abriendo más sus muslos.— ¿Tú qué le dijiste?

La voz de Draco vibró sobre Isabella y ella se estremeció. Se llevó la mano a uno de sus senos y comenzó a jugar con su pezon.— Que — gimió —, no se le conoce a una persona por follar y por compartir hierba.

— Buena chica.

Envuelve con un brazo uno de sus muslos y la sostiene mientras Bella arqueó la espalda. Draco comenzó a girar su lengua con círculos firmes y duros sobre ella. Chupa y lame, mordisqueando y besando todo su coño y los muslos internos y juega con su entrada con la punta de la lengua.

Bella gimió cuando Draco hizo eso y él lo vuelve a hacer. Probando su sabor y su estrechez.

Draco comenzó a desabrocharse los pantalones, cada vez más duro. Sintiendo el líquido pre-semen saliendo de su punta.

Bella se clavo las uñas en los muslos mientras Draco chupaba su clitoris, mordiéndolo suavemente mientras su estómago subía y bajaba, cada vez más rápido. Se separa de ella, frotando su clitoris con el pulgar.

— ¿Quieres que me detenga? — se burló.

Los ojos de Bella observaron la mano de Draco sobre ella.— No — dijo rápidamente —. Por favor, hazlo un poco más.

— ¿Hacer qué un poco más? — arqueó la ceja.

— Lamerme.

— ¿Lamerte el qué? — se burló.

— Mi coño — dijo mientras se humedecía los labios —. Me gusta cuando haces eso. Por favor — arqueó sus caderas y comenzó a moverse sobre la mano de Draco —. Por favor — lloriqueo —, lámeme ahí abajo otra vez.

Draco envolvió una mano sobre su pene, entonces se agachó nuevamente y pegó la cara sobre el clitoris de Isabella. Volviendo a lamerla. Chupando y mordisqueandola mientras escuchaba los gemidos de Isabella, cada vez más fuerte.

— Mierda, me voy a venir. Oh, Dios.— tembló y sus respiraciones cortas y superficiales se extendieron por todo su cuerpo.

Contuvo el aliento y Draco supo que estaba cerca de correrse.

Draco se detuvo, aún con su lengua sobre el clitoris de Bella por un momento, antes de levantar la mirada.

Los ojos de Bella permanecen cerrado, pero después de un momento los abrió y miro a Draco directamente.— No — rogó —. No te detengas — Draco dejó un beso sobre su clitoris y después se sentó, mirándola. Ella llevó su mano a su clitoris, comenzando a frotarse en círculos, tratando de hacerse acabar ella misma. Draco tomó sus muñecas entre sus manos, sujetándola.— Por favor.

Draco se inclinó y dejó un beso sobre sus labios, llevando sus manos a la playera de Isabella.— Quítatela.— ella obedeció y se quitó la playera de inmediato. Draco acercó sus labios a su seno izquierdo y comenzó a succianar su piel. A jugar con su pezon.

— No pares.— suplicó.

Entonces Draco llevó sus dedos al coño de Isabella, metiendo el dedo de en medio en su interior. Metió y sacó su dedo, solamente la punta, una y otra vez.

Bella comenzó a jadear y a gemir, mordiéndose el labio inferior. Su interior se apretó alrededor del dedo de Draco y se corrio con su nombre entre los labios.

Draco se sentó sobre la cama.— Ven.— le pidió y ella obedeció, no sin antes quitarse la falda. Entonces volvió a sentarse en horcajadas sobre él. Draco alineó su punta con la entrada de Isabella y colocó sus manos sobre las caderas de Isabella, instándola a bajar lentamente.

— Dios.— soltó de repente y Draco rió, llevando sus labios a su oreja.

— ¿Te gusta?

— Sí — respondio ella —. Te sientes bien.

Draco marcó el ritmo. Subiendo y bajando las caderas de Bella sobre él. Sintiendo su cálido y mojado interior. Cada vez más excitado, más duro.

Sus senos suben y bajan, al mismo ritmo que sus caderas. Draco comenzó a besarle el cuello, dejando marcas sobre el.

Y siguieron así... hasta que Bella se corrio otra vez y Draco también. Llenando su interior.

Bella se acosto sobre la cama, con los ojos cerrados y una mano sobre la frente.

— Te limpiaré.— le dijo Draco. Ella tomó la mano de Draco y tiro de él.

— No te vayas, no todavía.

Draco asintió y se acosto junto a ella.

— ¿Estás bien? — ella asintió y Draco dejó un beso sobre su frente.

Entonces Bella aún con los ojos cerrados, colocó su cara sobre el pecho de Draco, justo sobre su corazón.— Sé... sé que no se puede sentir esto tan rápido.— murmuró, con la boca seca.

— ¿De qué hablas, Bell?

— Te quiero, Draco. Y está bien si tú todavía no me quieres, pero yo a ti, te quiero.

Draco trago duro. No esperaba esa palabra salir de los labios de Isabella. No esperaba esos sentimientos hacia él. Pero ella lo había dicho y lo había sentido

Su corazón se aceleró y una sonrisa apareció en sus labios, sabiendo que Bella no la podía ver.

Dejó un beso sobre su cabeza y trato de verla a la cara, pero Bella ya estaba dormida, muy dormida.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro