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030

ISABELLA



— Pensé que ya te habías marchado.— dijo Bella al despertar. Viendo a Draco a su lado, de espaldas

— ¿Marchado? — preguntó Draco con voz soñolienta y ronca.

— Hace días que despierto y no estas a mi lado.

Draco se paso la mano por el ojo frotándolo un poco.— No quería incomodarte con mi presencia.

— No lo haces.— Bella le sonrío incómoda.

— Y...— Draco se incorporó un poco, acercándose más a Isabella —. Si hago esto, ¿te incomodaría?

— ¿Hacer qué? — pregunto Bella.

Draco besó su labio inferior con suavidad.— Esto.

A Bella le tomó por sorpresa aquel beso, pero le encantó. Le encantó volver a sentir los labios de Draco sobre los suyos. No sabía que lo había extrañado, hasta que volvió a probar sus labios.

Una extraña electricidad pasó por todo su cuerpo, poniendo sus nervios de punta.

¿Le había pasado esto antes? No. Era la primera vez, y esperaría que no fuera la última.

— Sí, si me molesta.— bromeó.

Draco frunció el ceño levemente.— Entonces lo siento. No quería.

Bella tiro de su playera y lo acercó más a ella, besándole los labios nuevamente.— Lo único que me molesta es que tu beso sea tan corto.

La comisura del labio de Draco se elevó levemente en una sonrisa.

Con agilidad, Draco se cernió sobre ella. Las manos de Bella quedaron atrapadas por la mano de Draco, poniéndolas por encima de la cabeza de Isabella.

Se acercó más y dejó un corto beso sobre los labios de Bella, ella frunció el ceño.— Ese también fue corto.— se quejó.

Draco dejó otro beso corto sobre sus labios, burlándose de ella.— ¿Qué tal ese?

— Eres un asco besando.— se burló.

— ¿Ah, si?

Bella asintió divertida.— Lo eres. No sabes besar.

— ¿Yo no sé besar? — Draco fingió estar ofendido.

— En absoluto.

— Entonces debemos practicar.

— ¿Practicar? — repitió ella —. Mhmm — asintió —, me parece una buena idea.

Draco comenzó a besar la comisura de los labios de Isabella con delicadeza, después bajo y rosó sus labios contra la mandíbula de ella, bajando hacia su cuello; dejando besos húmedos.

Siguió besando hasta bajar a su clavícula; raspó un poco con sus dientes y mordió, para después; dejar un beso suave y mirarla a los ojos.

Los ojos de Isabella brillaban con intensidad.

— ¿Puedo? — enarcó una ceja, enganchando sus dedos en la tira fina de la pijama de Isabella.

Ella asintió. Entonces, Draco le quitó la playera de encima. Bella alzó su cuerpo ayudándolo a quitarle la playera.

Besó sus labios. Esta vez era un beso más profundo. Abrió su boca para que su lengua pudiera entrar a la boca de Isabella; dando un pequeño recorrido, jugando un rato. Mientras Isabella enredaba sus dedos en el pelo platino de Draco.

Draco se separó quitándose la playera, y volvió a besarla; mientras se quitaban la ropa que les faltaba.

Bella al sentir la punta de Draco rosándola, envolvió sus piernas alrededor de la cintura de Draco. Entonces él se introdujo en ella. Marcando un ritmo lento.

— ¿Duró o suave, Bell? — preguntó con la voz baja.

Bella no podía responder. Estaba casi petrificada, sintiendo las suaves embestidas de su esposo.

Mordió su labio inferior y sus manos se colocaron en los hombros de Draco.

— ¿Duró o suave? — volvió a preguntar.

— Draco...— murmuró ella, sin poder hablar del todo bien.

— Lo tomaré como un 'dame duro, Draco'.— sonrió sarcásticamente y comenzó a moverse con más fuerza dentro de ella.

Las embestidas de Draco comenzaron a ser duras. Entraba y salía con rapidez, penetrandola con fuerza.

Bella enterró sus uñas en la piel pálida de los hombros de Draco, sintiendo cada centímetro de él, dentro suyo.

Draco llevó su mano a los senos de Isabella, dando un pequeño apretón y jugando con su pezon. Su lengua pasó por el lóbulo de Bella y lo mordisqueo con suavidad.

Bella sintió un escalosfrios pasarle por la columna vertebral y se apretó alrededor de Draco.

Draco al igual que Bella, ya estaba cerca.

Así que siguió penetrandola, hasta que Bella dejó salir un gemido.

Draco salió de ella y comenzó a frotarse de arriba a abajo con rapidez, hasta que un líquido blanco salió de la punta de su pene, cayendo en el piso de la habitación.

— ¿Estamos bien? — preguntó Isabella con poco aire.

Draco se dejó caer a su lado.— Si siempre nos reconciliaremos así, esperó que peleamos muchas veces.— rió.

Bella le dio un manotazo en el hombro.— Yo no quiero pelear tanto.

— Bueno, discutir. Tampoco quisiera que nuestra relación esté hecha a base de infidelidades.

— Yo tampoco...— mumuro ella —, lo siento.

— Estamos a mano.

Draco se levanto y entro al cuarto de baño, dejando a Isabella sobre la cama, tapada con una simple sábana blanca.

•~•~•~•

Los dias pasaban y su relación mejoraba con el tiempo. Ya no eran tantas peleas, tantas discusiones.

Podían platicar y hablar sin insultarse; y, eso... a ambos les alegraba.

— Extraño Londres.— dijo Bella, sentandose al lado de Draco.

— En algo estamos de acuerdo.— Draco mantenía su vista en su libro, pero aun así... tomó la mano de Bella y dejó un pequeño beso sobre sus nudillos.

— ¿Y si regresamos?

— ¿Y perdernos todo el viaje en Europa?

Bella hizo un mohín.— Bueno, no es que fuera súper divertido...— dejó descansar su cabeza sobre el hombro de Draco.

— Nos faltan pocos días para estar en Milán.

— Llamaré a mi hijo Milán.— pensó Bella.

— ¿Y yo no puedo escoger nombres? — se volteó a verla, divertido.

— ¡Oh, claro! — Bella entrecerró los ojos divertidos —. Con el siguiente bebé.

— ¿Y cuántos tendremos? — preguntó con curiosidad. Dejó el libro a un lado y pasó su mano por el hombro de Bella.

Bella volvió a sentir aquella electricidad, y empezaba a encantarle sentirse de esa forma al lado de Draco.

— No sé...— sonrió con inocencia —... me gusta procrear bebés.

Draco enarco una ceja.— Mírate... ya eres toda una ninfomana.— bromeo.

— ¡Oye! — se quejó —. ¡No soy eso!

— Un poco... sí.

•~•~•~•

El viajé a Milán fue mejor que los anteriores.

La ciudad, las personas, las calles. Todo era completamente precioso.

Estaban dando un paseo por Galería de Vittorio Emanuelle II.

— Ve a comprarte algo.— le dijo Draco a Bella.

— ¡Todo esto... es tan, tan, maravilloso! — Bella admiraba cada parte de aquella Galería, las tiendas más prestigiosas estaban ahí, y Bella no podía contenerse —. ¿Puedo? — miro a Draco de reojo.

— ¿Puedes qué? — preguntó Draco, mientras sostenía la mano de Bella.

— Comprar todo.— respondio ella embobada.

Draco tiro de su mano para acercarla más a él, y se acercó a su oreja.— Si quieres comprar la Galería completa, sólo dimelo y veré si están dispuestos a vendérnosla.

Bella volteó a verlo sonriente.— Gracias.— le dijo y se apartó de él. Entrando en cada tienda, probándose algunos vestidos, zapatos y hasta lencería.

Después de unos minutos — unos largos minutos—, Bella se reunió con Draco nuevamente. Tenía varias bolsas en sus manos y Draco la vio sorprendido.

— ¿Has comprado todo lo qué quisiste?

Bella asintió.— ¿Puedes ayudarme?

Draco trato de tomar algunas bolsas de sus manos, pero Bella alejó algunas y le dio otras. Draco la vio con curiosidad.— ¿Qué compraste, Bell?

— Cositas.— respondió Bella divertida, comenzando a caminar.

— ¿Qué tipo de cositas? — preguntó él nuevamente, cerca de la oreja de Bella.

— Varios tipos de cositas...

— ¿Cositas interesantes?

— Muy interesantes.

•~•~•~•

Después de cenar, ambos regresaron a la casa de los Malfoy en Milán.

El lugar era precioso. Tanto los colores, como todo el arte que había dentro.

La casa no era ni muy grande ni muy pequeña. Bella pensaba que era la casa perfecta para que ellos dos vivieran ahí por el resto de sus días, Draco le daba la razón y se reía.

— ¿Quieres hacer algo? — preguntó Bella, dejando las bolsas a un lado y acercándose a Draco. Pasó sus manos por el pecho de Draco.

— ¿Qué tienes en mente, pequeña ninfomana?

— Muchísimas cosas... maestro.

— ¿Maestro? — repitió Draco.

— Tú me enseñaste a ser una ninfomana.

Draco beso la frente de Bella.— Tal vez.

— ¿Entonces... estás cansado?

— Un poco.

— ¿Quieres ir a la habitación y relajarte un poco? — alzó la vista hasta mirar a Draco, quien tenía los ojos entrecerrados y una expresión divertida —. Puedo ayudarte...

— Iré a la habitación... y dejaré que mi pequeña ninfomana me ayude a relajarme, entonces.— Draco tiro de su mano, pero Bella no se movió.

— Te alcanzó en unos minutos.

Draco puso los ojos en blanco y siguió caminando.

Bella al ver a Draco desaparecer por las escaleras, comenzó a caminar hasta la cocina. Busco una botella de vino y dos copas, y comenzó a subir a la habitación.

Draco estaba sentado en uno de los sillones de la habitación, encorvado y sin camisa. Tenía la mejilla apoyada en su mano y sus ojos estaban cerrados.

Bella se dejó caer junto a él, haciéndolo abrir los ojos y mirarla. Destapó la botella de vino y sirvió en ambas copas un poco, entregándole una copa a Draco.

— ¿Y esto? — preguntó Draco bebiendo.

Ella se encogió de brazos.— Parecemos una pareja de viejitos...

Draco la corto.— Una pareja de viejitos muy calientes.

— Pero no hacemos nada divertido...

— Follar es divertido.

Bella bufó.— Draco, sabes lo qué quiero decir — hizo una pausa y bebió de su copa —. Tú ya no quieres salir a discotecas, has dejado de fumar y de beber, y es muy aburrido.

— Pensé que no te gustaba cuando hacía esas cosas, Bell.— Draco tiro del cuerpo de Bella, hasta que ella estuvo sentada en su regazo, dándole la espalda.

— Y no me gustaba — aseguró —. Pero no está mal, hacerlo de vez en cuando.

— ¿Quieres ir a una discoteca? — preguntó él, dejando besos sobre el cuello de Bella.

— No, ahora no...

Intentó decir algo, pero Draco agarró su cara y se inclinó hacia adelante atrapando su labio inferior. Bella cerró los ojos irremediablemente cuando Draco empezó a acariciarle el estómago con las puntas de los dedos. Apretó las rodillas sin querer cuando Draco metió una mano bajo la camiseta de Isabella y notó su piel contra la suya.

Draco subió la mano más por el estómago de Isabella hasta llegar a uno de sus pechos — se sorprendió al ver que ella no llevaba sujetador —. En cuanto atrapó uno de sus pechos, Bella intentó apretar más las rodillas.

Draco enganchó sus piernas con las suyas y las separó. Agarró la piel sensible su pezon con dos dedos, y ella hizo otro ademán de cerrar las piernas, pero no pudo, Draco no se lo permite.

Arqueó la espalda para ayudar a Draco a quitarle la camisa, dejándola sin la parte de arriba. Su otra mano abandonó la cara de Bella y atacó su otro pecho.

Los pezones de Bella se endurecieron bajo el contacto de los dedos de Draco y comenzaron a dolerle.

Se retorció un poco cuando sintió los labios de Draco en su cuello, y sus manos sobre sus senos, acariciandolos y pellizcándolos. Dejó salir un gemido involuntariamente, y cerró los ojos.

Bella tomó la mano de Draco y la enganchó con la suya, y comenzó a bajarla por su estómago. Draco sonrió aún sin dejar de atacar el cuello de Bella.

Comenzó a quitarle el pantalón a Isabella y ella levantó las caderas ayudándolo.

— Interesante elección.— murmuró, divertidos. Dándole un ligero tirón a la tela roja de encaje.

— Si no te gustan, siempre puedes quitarlas de tu vista.

Draco rió suavemente y Bella le sonrío, mirándolo por encima del hombro. Sin embargo, la sonrisa desapareció cuando Bella soltó un jadeo. Draco puso una mano entera sobre su entre pierna, moviéndola con suavidad. Bella intentó cerrar las rodillas por impulso, pero él las abrió más, obligándola a hacer lo mismo. Bella echó la cabeza hacia atrás, cuando Draco empezó a mover sus dedos sobre su clitoris mientras su otra mano subió nuevamente a su seno.

Cerró los ojos con fuerza, cuando Draco aumentó la velocidad, haciendo que Bella gimiera inconscientemente.

Comenzó a mover la cadera para que Draco vaya más deprisa, pero Draco la ignoró. De hecho, cuando notó que Bella se estaba moviendo, detuvo sus movimientos y la empujó un poco por la espalda, dejando de tocarla

Bella se giró hacia él, con el ceño fruncido. Observando como Draco se quita la camisa, al igual que los pantalones. Bella alzó las caderas un poco ayudándolo a quitárselos y él vuelve sentarla sobre él, de espaldas.

Intento quitarse las panties, pero Draco la detuvo.

— Vamos despacio.— susurró.

Bella admitió y volvió a sentarse justo sobre su erreccion. Draco colocó sus manos sobre sus caderas, apretándola, mientras Bella se frotaba sobre él lentamente, mirándolo por encima del hombro.

Negó con la cabeza divertido. Sus pupilas dilatadas.

Bella movió sus caderas con más rapidez, sintiendo como Draco la apretaba.

La humedad de Isabella se filtraba por sus panties, mientras comenzaba a moverse nuevamente sobre Draco, frotándose, con más rapidez. Su ritmo cardiaco aumentando. Su calor corporal se dispara.

Draco agarró sus panties con un puño y tiroa ligeramente de ellas, apretando su entrepierna con la tela, haciendo que Bella suelte un jadeo.

Draco bajo la mano por su estómago y atrapó sus panties con un puño, tirando ligeramente de ellas; apretando su entrepierna con la tela.

— Te ves tan sexy.— murmuró sobre su cuello.

Bella colocó sus manos sobre las manos de Draco, las cuales le sujetaban las caderas con fuerza. Comenzando a sentir un zumbido surgido de la parte baja de su abdomen. Draco la envolvió con su brazo mientras Bella vibró en su regazo, echando la cabeza hacia atrás y respirando entrecortadamente.

Y, antes que Bella pudiera reaccionar, Draco le dio la vuelta para sentarla frente a él, quitándole los panties de un tirón.

Le sujetó la cabeza y le dio un beso en los labios, colocándola justo sobre su pene. Bella empezó a menear las caderas sobre él mientras envolvía los dedos en su pelo, le lamía el labio inferior.

Draco le sujetó el trasero; marcando un ritmo más rápido. Mientras Bella echó la cabeza hacia atrás, Draco aprovecho para acercar su boca a sus senos. Enrollando su lengua en la piel sensible cerca de su pezon, para después chuparlo.

Las embestidas de Draco empezaron a ser más duras. Bella gimió y hundió sus manos en los hombros de Draco. Él agarró su cara y volvió a besarla. Soltó un gemido y Bella se pegó más a su pecho. Sintiendo como un líquido caliente la llenó.

Draco se levantó, aún teniendo a Bella en su regazo y se acostó con ella en la cama.

Todavía no habia salido de ella yempezó a marcar nuevamente el ritmo. Esta vez más lento y sus embestidas más descuidadas.

Bella sintió la respiración acelerada de Draco cerca de su oreja y se deleitó en los pequeños sonidos de placer que abandonaban los labios de Draco.

— Te encanta, ¿cierto? — Preguntó, con voz ronca —. Saber que me vuelvo loco por ti. Solo por ti.

Por segunda vez más, Bella sintió estremecerse y enrolló sus piernas alrededor de la cintura de Draco, aferrándose a la sábana; se soltó y el orgasmo volvió a llenarla.

Draco hundió su cara en el cuello de Bella, respirando entrecortadamente.

— Vaya bienvenida.— bromeó.

— Tú... tú, te has venido... dentro de mi.— dijo Bella por fin.

— Mañana consiguire una poción.— dicho eso, se dejó caer a su lado.

Ambos respirando entrecortadamente.

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