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029

DRACO

Los ojos de Draco se abrieron automáticamente. Volteó un poco la cabeza y vio el reloj: 5:00 a.m.

Resoplo y se frotó un ojo. Todavía estaba oscuro, muy oscuro. Las estrellas todavía no habían abandonado el cielo. No obstante, no faltaba mucho para hacerlo.

El cielo estaba pintado de un azul oscuro y un azul claro, con las estrellas salpicando por todas partes, y la luna ya casi invisible.

Draco vio a su lado a Isabella. Estaba muy apartada de él, pero estaba girada hacia el lado de Draco. Sus labios estaban entreabiertos y suaves ronquidos salían de sus labios.

Draco no pudo evitar una pequeña sonrisa.

Estiró sus brazos y se puso en pie; buscando en sus cajones ropa de deporte.

Unos pants y una franela sencilla. Con pasos cautelosos salió de la habitación, y cerró la puerta con cuidado.

Bajo aquellas escaleras, hasta estar en el jardín.

El frío lo abrazó al instante, haciendo a Draco estremecerse.

Para dejar de fumar, debía comenzar a hacer deporte.

Pero joder, como odiaba sudar.

Resoplo y camino hasta el blanquito que había en medio del jardín. Tenía flojera, no quería hacer ningún tipo de deporte.

No quería jugar al Quidditch, no quería correr, no quería estirarse.

Quería echarse un maldito porro y olvidarse de su maldita realidad.

Echó la cabeza hacia atrás, cerrando los ojos y tratando de tranquilizarse. Y casi se queda dormido.

Hasta que unos pasos, hizo que volviera a la realidad.

Se incorporó y vio a Blaise, caminando hacia él y sentandose.

— ¿Quieres fumar? — le preguntó el moreno con una sonrisa torcida.

— Joder, si que quiero.— Draco se lamió los labios.

El moreno sacó un cigarrillo y se lo pasó a Draco, le prendió fuego.

Y Draco le dio una gran calada, cerrando los ojos. Esperando por los efectos del cigarrillo.

Dejó que el humo se filtrara por su boca, bajando a sus pulmones llenándolos por completo.

— Lo necesitabas.— dijo Blaise.

— La he tirado toda, y sinceramente no sé dónde puedo conseguir más.

— Te dejaré un poco — le aseguro Blaise, quitándole el cigarrillo y repitiendo las acciones de Draco —. ¡Jodida Pansy! — ambos rieron.

— ¿Te acuerdas la primera vez qué fumamos todos juntos?

— Ella odiando los Muggles tanto como nosotros, y amando la hierba Muggle tanto como nosotros.

Draco agarro nuevamente el cigarrillo y le dio otra calada. Extrañaba el efecto de ese cigarrillo. Extrañaba sentirse de aquella forma.

— ¿Hoy te vas?

— Probablemente.

— Bien, nos veremos en Londres.— Draco le dio unas palmaditas en el hombro.

— ¿Qué vas a hacer? Es obvio que no te dejarán volver con nosotros.

— No, no lo permitirán — Draco atrapó su labio inferior entre sus dientes, pensativo —. No me queda de otra quedarme aquí, y seguir con la Luna de miel.

— Sé que lo que ha hecho Theo está mal.

— No quiero hablar de ello.

— Draco, soy yo — Blaise le dio una mirada —, podemos hablar de lo qué sea, siempre lo hemos hecho.

— Siempre me obligas a hablar de cosas que no quiero.— el rubio lo corrigió.

— Pero eso te hace sentir mejor.

Draco dio un cabezazo en asentimiento.— Bien.

— Entonces habla.

Draco inspiro hondo.— No me importa que se haya acostado con él, Blaise, me importa una mierda eso.

— ¿Entonces qué es lo que te molesta?

— Me molesta que haya sentido algo por él.

— ¿Y cómo estás tan seguro de eso?

— Porque se lo he preguntado, joder. Ella no debía saber que Theo tenía sentimientos por ella, eso lo jodio todo. Porque Bell sólo lo veía como un amigo, nada más que eso... Pero no sé a quién se le ocurrió la fantástica idea de confesarle a Bella sobre los malditos sentimientos de Nott.

— Fue Pansy.— confesó Blaise.

— Siempre es Pansy.— dijo Draco.

— ¿Qué harás?

— No sé, Blaise.

— ¿Volver con Astoria?

Draco negó.— No lo sé, tal vez...

— No hagas esa mierda, Draco. Ella sólo te hace peor persona.

— ¿Y cuándo he sido una mejor persona?

— ¡Pues hace unos días, antes de saber que Isabella se acostó con Theo!

— Fue un error.— echó nuevamente la cabeza hacia atrás.

— Ella te hace mejor persona.

— Ella no me hace nada.

— Lo hace y lo sabes, por eso te molesta.

— Joder, Blaise — Draco gruñó y tiró un golpe al aire —. Ella... ella, joder.

— Te entiendo, amigo... Ella es otra cosa.— el chico moreno cerró los ojos y sacudió la cabeza, con una sonrisa torcida.

— La he tratado tan mal, y ella simplemente me perdona.

— Tiene un lindo corazón — Blaise curvó los labios —. Aunque con todas las niñas que has estado, te perdonaban todo. Tienes algún don.

Draco rió.— Cuando estuvimos la primera vez por hacerlo, no pude... me detuve.— confesó.

— ¿Tú? — Blaise arrugo la frente —. ¿Tú haciendo algo cómo eso?

Draco volteó a ver a su amigo con una sonrisa.— Sí — admitió —. Sentía que no podía hacerle eso... que era demasiado pura para mi.

— ¿Pero al final lo hicieron, no?

— Sí. Y se siente bien...

— Te gusta.— murmuro Blaise divertido.

— No me gusta.— Draco negó.

— Como digas, Draco. Pero tú y yo sabemos que sí. Y eso está bien, amigo... Estarás con ella toda tu maldita vida.

Draco le dio un manotazo por la nuca.

  •~•~•~•

I S A B E L L A.

Todos estaban abajo, excepto por Draco que seguía arriba encerrado en su habitación.

Todos le ponían mala cara a Astoria, ella les devolvía la mala cara.

— Gracias por venir — les dijo Bella —, excepto Astoria.— sonrió con malicia.

— No fue nada, Belly-Bell. Esperamos verlos pronto en Londres.— dijo Blaise.

Bella abrazo a Pansy. Pansy tardo en devolverle el abrazo, pero alfinal lo hizo.

Se despidió de Blaise con la mano, y se quedó mirando a Theo fijamente, el cual tenía la mirada hacia el suelo.

Ella se acercó cautelosamente, se puso de puntitas y pasó sus manos sobre el cuello de Theo, él envolvió sus brazos alrededor de su cintura.

— Gracias, Theo.— susurró.

— ¿Por qué?

— Por ser un buen amigo.— dijo ella y se separó de él.

•~•~•~•

Los dias pasaban, y ninguno de los dos se atrevía a hablarse. Aunque se morian por hacerlo.

Bella inconscientemente se quedaba pensando en las manos de Draco sobre todo su cuerpo, en sus labios suaves y su aroma exquisito.

Y Draco, se quedaba pensando en el cuerpo de Bella, en la manera qué se sentía junto a ella. Y de la manera que lo excitaba sólo en pensar en ella.

Ambos estaban jodidos, y ambos lo sabían.

•~•~•~•

I S A B E L L A.

Bella no pensaba quedarse en casa, estando en Paris.

Decidió vestirse y salir al mundo. Dar una vuelta, comer en algún restaurante. Admirar Paris, y conocerlo.

No tenía acompañante y eso la incomodaba un poco, pues, en cada esquina había una pareja enamorada.

Bella los miraba mal.

Decidió sentarse en un banquito, que justo daba frente a ala Torre Eiffel.

El sol la hacía ver más preciosa de lo que ya era.

Las personas, las familias, las parejas... caminaban, hacían picnic, hablaban y reían.

Y ella... Ella estaba sentada en un banquito observando todo.

Sobrepensando las cosas.

No sabía como arreglar las cosas con Draco, normalmente era él, el que arruinaba todo, no ella. Pero ahora los papeles habían cambiado; ella había arruinado lo poquito que tenía con Draco.

¿Y por qué? Por nada... Porque para ser sinceros, lo que sentía hacia Theo no era amor. Quizá, atracción, o curiosidad.

Pues Bella no sabía lo que Theo sentía hacia ella, hace poquito se había enterado. Y como su esposo, se había plantado en tratarla mal, y Theo la trataba bien, se había confundido... Eso era todo.

Y se sentía rara sin tener a Draco junto a ella; sin escucharlo hablar, hacer sus malas bromas.

¿Lo extraña? Sí, tal vez lo hacia.

•~•~•~•

D R A C O.

No podía negar que lo único que le encantaba de las mañanas, era encontrar a Bella dormida a su lado.

Ver sus largas pestañas, sus labios entreabiertos, su pelo todo revuelto; cayéndole en diferentes direcciones.

Su respiración tranquila y pasiva.

Era el único momento del día, en donde se permitía verla por un momento.

Después; se levantaba, se daba una ducha y bajaba.

No tenía ganas de salir, no tenía ganas de absolutamente nada.

Se había encerrado en los libros, y en cigarrillos. De vez en cuando en alcohol, aunque no tan seguido como antes.

El enojo... cada día era menos, y se odiaba por eso.

¿No podía odiarla un poquito más? ¿Una o dos semanas más?

Ughh...

Era aburrido no tener con quién hablar... se había olvidado del sonido de su voz.

•~•~•~•

Estaban cenando, sentados de punta a punta, sin atreverse a mirarse.

Al terminar de cenar, Isabella se fue. Y Draco se quedo unos momentos en la sala; preguntándose dónde estaría Isabella.

Sin prestarle más importancia se puso en pie, caminando hacia la biblioteca. Había terminado el libro que estaba leyendo, y quería otro.

Al caminar, se prendió un cigarrillo. Llegó a la biblioteca y la abrió. Siguió adentrándose dentro de la biblioteca, sin mirar por donde iba.

Hasta que alzó la mirada y se encontró con Isabella. Estaba sentada sobre el sillón, los pies arriba y tenía un libro sobre su regazo; tenía el ceño un poco fruncido y tenía una expresión de fastidio.

Draco vacilo un momento.— ¿Qué lees?

Bella dio un respingo, y alzó la vista; viendo a Draco de pie, a tan sólo unos pocos metros de ella.— Un libro.

— Ya sé que es un libro, ¿pero cuál?

— Uno Muggle. Me sorprendí al ver que tenían varios en su biblioteca.

— Tenemos varios — dijo Draco —, los compré yo.

— ¿Tú? — Bella se sorprendió.

Draco asintió.— Lamentablemente... los libros Muggles son mejores que los mágicos.

— Estoy de acuerdo en eso.

— Tienen tanta imaginación — prosiguió hablando —. Hay tantos géneros y subgéneros.

— ¿Cuál es tu favorito?

— ¿Libro o genero?

— Generó.

— Fantasia, ciencia ficción, no sé.

— También me gustan esos.— admitió Bella.

— ¿Quieres? — Draco le tendió el cigarrillo, aun estando a unos pocos metros de distancia. Draco tenía la esperanza que Bella aceptara; y tocaría su mano al entregarle el cigarrillo.

Pero ella negó.— No, y no deberías fumar aquí.

— ¿Ah, no? ¿Por qué? Esta biblioteca es mía.

— ¡Pues, porque son libros, y no quiero que absorben el olor del cigarrillo!

— ¡No lo absorberán! — replicó Draco.

— Podemos fumar afuera, pero no aquí.— insistió Bella.

— ¿Tú también fumarás? — Draco ladeo la cabeza, conteniendo una sonrisa.

— ¿Por qué no? — Bella le sonrió —. ¡Aunque crei que habías dejado de fumar!

— Fue un error.— Draco curvó los labios hacia abajo.

— Deberías dejar de hacerlo — dijo ella, mientras dejaba el libro a un lado y se ponía de pie —. Por eso — señaló el cigarrillo —, te cansas tan rápido.

— ¿Me cansó rápido en la cama? — bromeó, levantando y bajando las cejas.

Bella abrió los ojos sorprendida, y soltó una risa.— ¡Idiota! No hablaba sobre eso... hablaba cuando caminas. Joder, no puedes caminar medio kilómetro, cuando ya estás con la lengua afuera e hiperventilando.— le dedica una mirada divertida.

— ¡Mentira!

— Sabes que no lo es.— Bella se cruzó de brazos.

— ¿Iremos a fumar o nos quedaremos aquí? El cigarrillo está por acabarse.

Bella comenzó a caminar.— ¡Como si no tuvieras otro!

Ambos salieron de la biblioteca, recorriendo los pasillos de la casa, la sala, hasta llegar al jardín.

Ambos caminaron hacia el banquito, y con la distancia 'necesaria', se sentaron.

Draco prendio otro cigarrillo y se lo pasó. Bella queriéndose ver profesional y sexy le dio una pequeña calada, la cual la hizo toser.

La chica se ruborizó, al ver que Draco se reía de ella.

Ambos se pasaban el cigarro continuamente, sin hablar.

No tenían que decirse, o mejor dicho; no sabían qué decirse. Por eso, optaban por el silencio.

Bella comenzó a temblar del frio, no traía nada puesto, más que un vestido corto sin tirantes.

Draco se sacó la sudadera por la cabeza y se la entregó, aun sin mirarla.— Ponte esto.

— No es necesario.— respondio ella, frotándose los brazos.

— Que te lo pongas, te congelaras.

Bella hizo caso, y se pasó la sudadera por la cabeza. Le quedaba grande. Las mangas le caían, y tenía que enganchar sus manos alrededor de ellas.

Poco a poco el frío se desvaneció, al igual que el cigarrillo. Draco lo tiro y se puso en pie. Bella se quedo mirándolo.

— ¿Vienes? ¿O piensas quedarte aquí, hasta convertirte en un hielo?

— Voy.— dijo Bella, levantándose y siguiendo a Draco.

Al llegar a la habitación. Bella vio como Draco empezaba a quitarse la playera y los pantalones. Su cara se enrojeció y Draco se burló.

— No es algo que no hayas visto ya, eh.— le dijo divertido, mientras buscaba una pijama y vistiéndose nuevamente. Tirandose sobre la cama, y tapándose.

Bella no quería quitarse la sudadera de Draco, tenia su aroma impregnado y le encantaba. Así que solamente hizo un pequeño movimiento y se quitó el vestido por abajo, quedando solamente en la sudadera negra de Draco.

Se acercó a su lado de la cama y se acostó, mirando al techo.

A los pocos segundos sintió los fríos y suaves dedos de Draco, tocándole el hombro.

Ella giró hacia él, quedando frente a frente.

— ¿Estás bien? — le pregunto.

Él simplemente asintió con la cabeza, cerrando brevemente los ojos.— Mmhm.

Hola. :)

Les dejó este breve capítulo. La verdad estoy con un bloqueo del escritor...

Hay muchos comentarios, dando su opinión (cosa que agradezco y me encanta) pero la verdad es que me confundo muchísimo. Cosas que ya tenia escritas para publicar, me arrepiento y me quedo sin ideas, porque quiero complacerlas. Pero al hacerlo, estoy casí cambiando todo lo que tenía planeado, y no sé qué hacer al respecto.

Por favor, no se lo tomen a mal y sigan opinando y dejando sus opiniones, porque me encanta leer sus comentarios.

Con todo el amor y el agradecimiento del mundo. <3

Xoxo

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