ISABELLA

— Vamos, Bella. Tú y yo tenemos que hablar sobre muchas cosas.— Pansy le sonrió a su amiga.

— ¿Adónde irán? — preguntó Blaise.

— Daremos un pequeño paseo por las calles de Paris.— dijo Pansy.

— Yo voy.

— No, tú no vas.

— Pans, déjalo venir.

— ¡Ves! — Blaise pasó su larga mano por los hombros de Bella —. ¡Es por eso que ella me cae mejor que tú! — le sacó la lengua a Pansy.

— Eres tan infantil, que me avergüenzo de ser tu amiga.— Pansy rodeo los ojos.

Bella y Blaise comenzaron a reír, siguiendo a Pansy fuera de la casa, y comenzando a caminar.

Pansy agarro a Bella de la muñeca y la jalo.— Quédate atrás y no escuches. Son cosas de niñas, ¿Escuchaste Zabini?

Blaise dio un asintimiento, se llevó la mano a la frente y luego la bajó.— ¡Como diga, mi comandante!

Bella se echo a reír.— Dios, los extrañaba.

— Sí, sí — repitió Pansy —. Como sea, no venimos a hablar de aquí sobre cuánto nos extrañábamos, vine a hablar aquí, sobre tu luna de miel. Joder, cuenta, me muero por saberlo todo.

Bella hizo un mohín.— ¿Qué quieres saber?

Pansy suspiró.— ¡Todo! ¿Cuándo fue, cuánto duró? ¿Fue rápido o lento? ¿Suave o duro? ¿Te ató las manos, los pies? ¿Cuántos orgasmos tuviste en una noche? ¿Cuántos orgasmos tuvo él? ¿Cada cuánto lo hacen? ¿En dónde lo hicieron? ¿Pasaron toda la luna de miel follando? ¿Te dolió? ¿Es grand-... olvida esa pregunta, ya sé la respuesta.— Pansy hizo todas esas preguntas con rapidez, mientras ambas chicas se sentaban sobre un banquito.

Bella trato de memorizar todas las preguntas de su amiga y contestarlas.— Ehh — vaciló —. Recién lo hicimos ayer.— confesó avergonzada.

— ¿AYER? — exclamó —. Joder, estuvieron en Praga, Venecia, en cada ciudad se quedan por una semana. ¿Y hasta ahora han follado?

— Yo y Draco no nos llevábamos muy bien...— Bella bajo la mirada.

— Sí, lo sé. Pero el sexo con odio es mejor. Bueno, por lo menos tuviste tu primera vez en Paris, la mía fue en el baño de Prefectos — suspiró —. Bueno, cuéntamelo todo.

— Oh, bueno. Draco fue muy gentil, no me lastimo.

— Sexo suave.

— Sus embestidas eran fuertes.

— ¿Te dolio?

— Un poco... pero el placer era...

— El placer calmaba el dolor. Draco sabe muy bien lo qué hace.

— Sí, eso creo.

— ¿Te ató a la cama?

— No, no lo hizo.— Bella negó.

— ¿Cuántos orgasmos?

— Dos en una noche, uno hoy en la mañana.

— ¿Qué sentiste? — la voz de Pansy bajo de tono.

— No sé... — dijo Bella —... él fue muy cuidadoso y gentil. Es muy bueno en lo que hace. Me gusta, Pans, él me gusta...

— Eso es excelente.— Pansy sonrío.

Isabella comenzó a contarle a Pansy todo lo que había pasado en su luna de miel. Los malos tratos, las peleas. La infidelidad de Draco el primer día y todo.

— ¡Maldito perro del inframundo! — dijo Pansy.

— Tengo miedo, Pans.

— ¿Miedo? — la chica se extraño.

— Miedo de volver a Londres, que vuelva a ver a Astoria, y lo poco que hemos avanzado, se termine yendo a la mierda. ¿Qué haré entonces? — Bella comenzó a jugar con su anillo.

— ¿No le han dicho? — una voz llegó a los oídos de las chicas. Pansy hizo un mohín y Bella volteó a ver.

Bella se encontro con aquel chico alto, con cabello marrón y ojos verdes. Sintió como le faltaba el aire y su corazón se aceleró al verlo.— ¿D-decirme qué?

Pansy maldijo.— Joder, Theo, siempre tienes que joder todo.

— Lo siento, es mi especialidad — el chico se acercó a las chicas, se sentó en el medio y besó la mejilla de Bella, apartando un mechón de su cara —. Hola, Bella.

Bella le sonrió.— Hola, Theo.

Vieron como Blaise se acercaba también.— Los cuatro mosqueteros — soltó de repente —. Bueno, ¿me estaban haciendo a un lado? ¿Theo puede estar aquí, y yo no? No olvidemos que es Theo el que le gusta Bella, no soy yo.

Theo cerró los ojos y una pequeña sonrisa se dibujó en sus labios. Sus mejillas se tiñeron de un leve color rosa.

— ¿Astoria llego? — preguntó Theo.

— ¿Astoria? ¿Astoria está aquí?

— Ups.— dijo Theo.

— ¿Qué está pasando aquí? — Bella se puso de pie, alterada.

— Bella, tranquila.

— ¿Tranquila? — se burló —. ¿Dónde está Astoria? ¿Draco está con él?

— Podemos explicarlo.— dijo Pansy.

— ¡Pues comiencen ya! — Bella se cruzó de brazos.

— Yo. cabeza de chorlito — señaló a Theo —, y cabeza hueca — señaló a Blaise —, estábamos planeando en venir a visitarlos, Astoria nos escuchó planear nuestro viaje, y dijo que ella también quería venir.

— Obvio, le dijimos que no.— dilo Blaise.

— Pero ella insistió e insistió e insistió.— dijo Theo.

— Pansy le pegó — Blaise rió —, le dio un puñetazo, y por eso tuvimos que llevarla con nosotros, porque amenazo que le diría a sus padres. Y nadie quiere problemas con los locos Greengrass.

— ¿Y dónde está? ¿Draco está con ella? — inquirió.

— Sí, están en su casa hablando.

— Joder, ¿y me sacaste de la casa para que ellos tuvieran privacidad? — la sangre de Isabella hervía, estaba tan enojada, tan furiosa. Comenzó a caminar en círculos, maldiciendo en voz baja.

— Bella, tranquilízate.

— No — habló Theo —, Ellos no están en la casa, los vi en un restaurante por allá — señaló en una dirección —. Astoria estaba llorando sobre el hombro de Draco, mientras que él la consolaba.

Pansy le pegó en el hombro.— ¡Cállate, Nott! ¡Ellos dos ya se acostaron, tuvieron relaciones, están casados! ¡Tú y Astoria son unos entrometidos!

— Él no hará nada con ella — Bella negó con la cabeza.

Theo dejó salir una risa sarcástica.— Bella eres tan ingenua — se puso de pie —, no porque Draco te haya dicho cosas bonitas; significa que ahora te ama y te es fiel. Eso lo hace siempre, le dice cosas bonitas a las niñas, hasta que se las folla.

Bella miro hacia Pansy, esperando que su amiga dijera algo. Pero Theo tenía razón, y Draco le había dicho que su corazón le pertenecía a Astoria. No importaba si él se había acostado con Isabella, él quería a Astoria.

Pansy vio a su amiga y bajo la mirada.— Lo siento, Bella. Pero es verdad, Draco hace ese tipo de cosas.

La cólera de Bella se remplazó por tristeza. Ella fue tan tonta, creyendo por un segundo que Draco le sería fiel, cuando la mujer que estuvo con él en sus peores momentos; ahora está nuevamente con él.

Se prometió a sí misma no llorar, y asi lo hizo. No derramo ninguna lágrima. Trato de tranquilizarse y quedó callada por unos segundos.

— ¿Estás bien? — preguntó Pansy acercándose a su amiga —. Lo siento mucho, debía decírtelo.

— Estoy bien — respondio ella —. Fue sólo sexo, estoy bien. No me importa. ¿Quieren ir a la casa? Podemos hacer algo, hasta que anochezca e iremos a alguna discoteca.

Todos la miraban con pena, pero aun así asintieron.— Vamos.— dijo Blaise.

Se puso en pie, al igual que Theo, y comenzaron a caminar hacia la casa.

Todos estaban en silencio, nadie sabía que decir.

Theo se acercó a Isabella, y le pasó la mano por los hombros, acercándola más a él.— ¿Recibiste el ramo?

Bella alzo la mirada para verlo.— Sí, gracias. Es un ramo muy bonito.— sonrió.

Los cuatro llegaron a la mansión. Estaba completamente vacía, Draco no estaba por ningún lado y Astoria tampoco.

Bella no pudo evitar sentirse decepsionada y dolida; pero evitó pensar en eso.

Preparó las demás habitaciones, para Pansy, Blaise y Theo. Y después de un rato el elfo les sirvió de comer.

Las horas pasaban y pasaban; y Draco no aparecía.

•~•~•~•

D R A C O.

— Astoria no puedes aparecerte así de la nada, en mi casa, sin avisar.

— ¿Y qué tiene, Draco? ¿No planeamos vivir aquí al estar casados?

— Las cosas cambiaron, Astoria.

— ¿Me has dejado de amar?

Draco cerró los ojos.— Astoria... Yo, yo te agradezco todo lo que haz hecho por mi. Estuviste en mis peores momentos, me apoyaste y me ayudaste... y por esa razón siempre te querré. Pero tú... tú no puedes estar esperando por mi, toda la vida.

— ¿Me estás terminando?

— No. tú me estás terminando a mi.

— No es cierto — Astoria chillo —, yo no te estoy terminando. Vine aquí, para hacer lo que planeamos, para tener una vida junto a ti. No te estoy terminando, estoy peleando por nosotros.

Los labios de Draco estaban en una línea recta, no tenía ninguna expresión facial. Aunque por dentro se sentía como una mierda.— Debes hacerlo, Astoria. Debiste hacerlo hace tiempo.

— No quiero hacerlo, Draco.

— No podemos seguir asi, Astoria. Mis padres son capaz de hacerles cualquier cosa a ti y a tu familia, y no quiero causarles más daño. Mi vida ya está planeada y hecha, y tú debes seguir con tu vida también...

— No quiero.— ella se negó. Lágrimas anegaron sus ojos.

— No llores, Tori. No merezco tus lágrimas, por favor... no llores por mi.

— Draco...— Astoria rompio en llanto.

Draco la abrazo y besó su coronilla.— Te quiero, Tori. Nunca lo olvides, yo nunca olvidare todo lo qué hiciste por mi... Gracias.

— Draco...— tosió entre lágrimas —, peleare por nosotros.

— No puedo obligarte a no hacerlo, pero por mi parte, yo ya me he rendido.

Astoria tenía el corazón destrozado. Había perdido el amor de su vida, había perdido mucho tiempo. Los planes que tenía... todos se habían ido completamente a la mierda. Pero aun así, ella no podía odiar a Draco. No podía odiar al amor de su vida.

Una cosa si tenía muy clara... Ella recuperia a Draco, costara lo que costara.

Los chicos salieron del restaurante. Caminaron algunas horas más por la ciudad. Draco enseñándole la ciudad, contándole algunos chístes, y tratando de calmarla.

Hasta el momento; Draco pensó qué Astoria se lo había tomado muy bien, y estaba alegre por eso.

•~•~•~•

I S A B E L L A.

— Está ciudad es increíble.— dijo Pansy.

— Lo es.— Bella le dio la razón.

Theo y Blaise aparecieron en la sala.— Bueno, ¿saldremos o nos quedaremos a ver a Draco y Astoria? — instó Theo.

— Yo quiero salir.— chillo Pansy.

— Entonces, saldremos.— Bella les sonrío a sus amigos.

Las chicas subieron a arreglarse, al igual que los dos chicos.

Después de unos minutos se encontraron en la sala; saliendo a la ciudad y buscando una discoteca...

A Bella le parecía todo en la ciudad excelente, precioso y maravilloso, simplemente perfecto.

El grupo de amigos, al entrar se hundieron en alcohol y drogas. Disfrutando del ambiente y de la música, dejándose llevar.

Bailando, platicando, coqueteándose uno al otro, disfrutando de su compañía.

Bella y Pansy bailaban juntas en la pista de baile. Sus caderas se movían juntas, sus manos viajaban por sus cuerpos.

— Habia olvidado lo sexy que eras, Rosier.— bromeó Pansy.

— No más sexy que tú, mi querida Pansy.— le guiñó un ojo.

Bella unió sus labios con los de Pansy. Sus labios se movían en sincronía y sus lenguas se encontraron en una batalla.

Pansy enterró sus dientes en el labio inferior de Isabella, mordiéndolo y tirando de el hacía abajo.

Bella colocó sus manos sobre el trasero de Pansy y le dio un apretón.

— ¿Esto no es serle infiel a tu esposo? — Pansy rió.

— Si él me es infiel, ¿por qué yo no puedo serlo? — se encogió de hombros.

— Ella tiene un punto.— se escuchó la voz de Theo a sus espaldas.

— Toda tuya, Nott. Cumple tu fantasía con ella.— Pansy arqueó una ceja divertida, y sonrió con picardía.

Bella rió, y volteó a ver a Theodore.— Estás más guapo, ¿qué te hiciste?

— Los efectos del alcohol, Bella.— y con eso... el chico besó a Isabella. Sus manos se colocaron sobre la cadera de la chica, acercándola más a su cuerpo. Beso y succiono los labios de Isabella, ganándose un gemido de la chica.

— Esto no está bien.— le decia Blaise a Pansy, mientras miraba el pequeño espectáculo de Isabella y Theo.

— Déjalos, Blaise. Ahora mismo Draco se está follando a Astoria, y ambos lo sabemos.

— Eso no es cierto. Conozco a Draco.

— Y por eso mismo... Acéptalo, sabes que ahora están follando.

Blaise dejó su vaso sobre la mesa.— No, Pansy. Cuando Draco vio a Astoria no le pareció bien, su expresión cambio completamente, y no era una expresión de felicidad. Lo conoces tan bien y aun así te niegas a aceptarlo — espetó con dureza —. Si Draco salió a hablar con Astoria, fue para terminar las cosas, no para follarsela. Y aquí está... su esposa — señaló a Bella —, casi follando con Theo. Y aquí estamos nosotros, viéndolo y no haciendo nada para evitarlo.

— ¿Y? Draco le fue infiel el primer día que llegaron a su luna de miel.

— Cuando quieres ser una perra, eres la peor perra de todas.— gruñó Blaise.

— Lo sé.— Pansy curvó los labios hacia abajo.

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D R A C O.

Draco y Astoria llegaron a la mansión. A Draco le pareció raro encontrarla vacía.

— Bueno, tal vez salieron.

— Sí... eso creo. — Astoria se acercó a Draco, colocó sus manos sobre su pecho y comenzó a hacer unas leves caricias.

Draco agarro sus manos con fuerza y los inmovilizó.— No hagas esto, Astoria.

— ¿Por qué no? Estamos solos, nadie lo sabrá — comenzó a desabrocharse el vestido con lentitud, entonces susurro —: Sexo de despedida.

Draco frunció el ceño y negó.— Nada de sexo de despedida, no es necesario. Tuffy te enseñará tu habitación, yo estaré en la mía. Buenas noches, Greengrass.

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I S A B E L L A.

— ¿Por qué nunca me dijiste sobre tus sentimientos? — Bella y Theo estaban juntos en un baño, encerrado con llave. Bella estaba sobre el lavamanos y Theo parado entre sus piernas, besando el cuello de Isabella.

— No sé — dijo entre besos —, tenía miedo.

Bella desabrocho los pantalones de Theodore y los bajo.— ¡Follame ya!

— Y el jue-

Bella lo corto.— No tenemos tiempo.

Theo se bajo el bóxer. Era grande, pero no tan grande como Draco.

Theo hizo a un lado las panties de Isabella y alineó su punta con su entrada.— Seré gentil.

— Joder, follame bien, Nott.

Theo sonrío y se empujó dentro de Isabella. Colocó sus manos sobre su trasero y la levantó, estrellando la espalda de Bella sobre la pared. Penetrandola cada vez con mayor velocidad y más fuerza.

Bella se aferro al cuello de Theodore. Su espalda subía y bajaba con cada embestida. Se sentía bien, pero no como Draco...

Theodore gruñó y se empujó con más fuerza, besando el cuello de Isabella, y succionándolo un poco.

Un ruido los hizo parar.— ¿Isabella?

— Qué quieres, Pansy.— la sangre de Bella estaba inundada en alcohol, drogas, rencor y enojo.

— Es muy tarde, Bella. Creo... que debemos irnos.

— Cinco minutos más.— gimió.

— Bien, cinco minutos.

— Pequeña traviesa.— murmuró Theo cerca de la oreja de Isabella. Siguió con sus embestidas. Sus manos apretaban el trasero de Bella con fuerza. Bella gemía, sintió una electricidad subiendo por todo su cuerpo.

— Creo... que yo...

— Hazlo, Bella... córrete.

Bella se corrió, Theo salió de ella y eyaculo en otra parte.

Ambos chicos se arreglaron, Bella se subió sus panties y arregló su vestido. Theo se limpio, subió su bóxer y luego sus pantalones; saliendo del baño.

Se juntaron con sus amigos y volvieron a la mansión.

Estaba en completo silencio y penumbra.

Bella guió a cada quien a su habitación, para después ella marcharse a la suya.

Entro y vio a Draco acostado, estaba dormido, los labios entre abiertos y pequeños ronquidos salían de sus labios.

Estaba sin camisa y tenía un jogger negro.

Bella se sintió culpable, tan culpable...

Sintió como su corazón se achicaba y le dolía el pecho. Se fue corriendo al baño y se desmoronó en el suelo. Las lágrimas brotaron de sus ojos y sollozos abandonaron sus labios.

— ¿Bell? — escuchó la voz de Draco.

Ella se limpió las lágrimas y abrió la puerta.— ¿Si, Draco?

— Bell, ¿estás llorando? — tenía la expresión preocupada.

— No, el rimel se metió a mis ojos.

Draco se introdujo en el baño.— ¿Te ayudó? Hueles a alcohol, voy a traerte una pijama y luego te ayudaré a lavarte la cara.

— No necesito tu ayuda.— espetó.

Draco tenía la mirada soñolienta, frunció el ceño y asintió.— Te doy tu espacio, entonces.

— Gracias.

Bella después de prepararse y estar lista para la cama, salió y se acostó.

Draco estaba despierto, giró para verla.— ¿Te divertiste? — le pregunto.

— No estabas, así que fui a una discoteca con los chicos.

— ¿Theo ya ha llegado?

— Sí, él está aquí.

— Bell... Astoria también está aquí, lo siento... yo no sabía. Debí decírtelo en cuanto la vi, pero...

— Déjalo, esta bien.

— Sólo quiero decirte que no pasó nada... solamente hablamos, le dije que se alejará.

Bella hizo caso omiso y se volteó.

Si él no confesaba que tuvo sexo con Astoria, ella tampoco lo haría. Jugará el mismo juego que Draco.