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021

ISABELLA

Los pies de Isabella estaban sumergidos en un pequeño lago que había encontrado cerca de la casa. El sol ya se estaba ocultando, pintando el cielo de púrpura y morado. El viento sobre su piel, se sentía cálido y un poco húmedo...

Levantó su copa de vino blanco, y le dio un pequeño trago, para después levantarse y comenzar a caminar hacia la casa.

No había visto a Draco en todo el día... y pensaba en seguir así. No verlo, no hablar con él, nada...

Sí, eso estaba bien.

Había sido un completo error, pensar que ella podía llegar a ser una amiga para Draco. Empezar a llevarse bien, hablar sin gritarse, pasar tiempo juntos sin molestarse... Cambiar el tipo de relación de odio que llevaban mutuamente.

Ella quería ser feliz. Estar tranquila, en paz.

Pero Draco no la ayudaba a llegar a eso... Él era tan egoista.

Abrió la puerta de la casa, adentrándose en ese lugar, al que no le apetecía entrar y quedarse.

Odiaba a Lucius... Sí, lo odiaba. Él prácticamente los obligaba a estar juntos, dormir juntos.

Levantó la botella de vino y se la llevo a los labios, dando un ultimo trago, y dejando la botella sobre el comedor, cuando una melodía lenta llego a sus oídos.

Sus pies actuaron por si mismos y comenzaron a caminar, buscando de donde provenía aquella linda melodía.

Se encontró con Draco Malfoy, en un pequeño vestíbulo, tocando el piano...

Las yemas de sus dedos tocaban con total perfección aquel piano.

Él tenía los primeros botones de su camisa desabotonados, su expresión era seria y casi pasiva.

La melodía era tan suave y tan tranquila, que Bella se sintió en paz...

Ella se recargó sobre la puerta, y se permitió escucharlo tocar.

Bella no sabia que él tocaba, nunca se lo imaginó.

Sin darse cuenta, hizo que la puerta chocara contra la pared e hizo un pequeño ruido.

Bella abrió los ojos, e hizo una mueca.

Draco volteó la cabeza y la vio... pero aun así, él no dejó de tocar. No obstante, él comenzó a tocar otra melodía. Esta no era suave ni linda... Era una melodía grave.

Él dejó de tocar de repente y se puso en pie. Se acercó a Bella, tanto que sus caras estaban a unos centímetros de distancia. Bella tuvo que alzar un poco la cara, para encontrarse con sus ojos.

— Así es como me siento a tu lado.— soltó Draco, y paso a su lado, marchándose.

Bella tragó y por un momento dejó de respirar. Su mirada encontró un punto fijo en donde quedarse perdida, y así permaneció por largos minutos.

«¿Qué quería decir Draco con eso?»

Ella no lo comprendió. Dejó salir un largo suspiro y decidió ir a su cuarto.

Hizo un mohín cuando vio a Draco acostado, con un libro en sus manos, y su torso completamente desnudo.

Ella se sentó en el suelo y con un movimiento de varita, hizo aparecer una copa y una botella de vino. Se sirvió y se la llevo a los labios nuevamente.

— ¿Tomando tan temprano? — escuchó la voz de Draco —. Creí que el alcoholico era yo, no tú.

Bella decidió ignorarlo. No lo perdonaría tan facil, ni siquiera sabía si llegaría a perdonarlo.

•~•~•~•

D R A C O.

Draco se levanto por la mañana, el cielo aún parecía oscuro y habían algunas que otras estrellas sobre el, iluminando las calles frías de Venecia.

Se puso unos pantalones deportivos y una playera blanca, y salió.

Comenzó a correr y correr.

Se sentía asfixiado, sentía que no había aire en sus pulmones. Quería correr y correr, aunque hacía un poco de frío y con cada pequeño respiro que él daba, sentía como el aire penetraba con fuerza sus fosas nasales.

Tenía tanto por dentro... tanta mierda, maldad, egocentrismo. Simplemente lo quería sacar todo de su interior, quería vaciarse por completo.

Su espalda comenzó a mojarse a causa del sudor, pero aun así no se detuvo. Corría con fuerza y coraje.

Quería volver a casa, ser niño de nuevo, no tener preocupaciones, no tener la vida que él llevaba.

Quería dormir mientras su madre le tarareaba una canción. Quería invitar a sus amigos a su casa a jugar. Quería volver a Hogwarts y estudiar, estar ocupado en los estudios. Quería no conocer a Astoria o a Isabella. Quería volver a ser adolescente y salir con Pansy Parkinson. Él quería cambiar su vida por completo... Pero, sus padres ya tenían su futuro planeado, antes de que él naciera. Y, eso le jodia.

Se sentía como una marioneta, un juego... un juego en manos de sus padres. Nunca pudo tomar sus propias decisiones y tal vez nunca podría hacerlo.

Él lo había arruinado con Isabella, la oportunidad de tener algo más que una relación llena de odio y resentimiento. Él lo había arruinado todo, y estaba consciente de eso.

¿Y cómo arreglarlo? Si estaba más jodido que nunca.

No le importaba si ella era virgen o no, en realidad eso le importaba una mierda.

Pero Draco estaba consciente que Bella no lo quería, ni él a ella, y por eso no se sentía capaz de tomar su virginidad, hacerla mujer...

Isabella estaba borracha, y tal vez hubiese tenido relaciones con él por obligación, y Draco no quería eso...

Su corazón le pertenecía a otra mujer... y él no quería hacerle eso a Bella... no quería tener relaciones con ella y después ver que Draco no tenía otra intención con ella, más que quitarse las ganas y ya.

Sí, eso era todo. Y Draco no quería eso.

Tal vez era muy egoísta, muy malo... pero Draco no se sentía capaz de hacerle más daño.

Y se maldecía cada vez que recordaba que debía hacerlo... Él tiene que quitarle su virginidad y convertirla en mujer, su mujer.

— Mierda.— murmuró Draco, dejando de correr.

El sudor estaba por todo su cuerpo, empapando su playera blanca por completo.

Colocó las manos sobre sus rodillas y se inclinó un poco, tomando aire.

Miro a su alrededor suyo; la gente caminando, sonriendo, charlando.

Draco nunca le gustó mostrar sus sentimientos, por eso siempre se comportaba como un idiota; la gente lo odiaba, y eso estaba bien... pero cuando se trataba de Isabella nada estaba bien, él no quería que Bella lo odiará.

Se paso la mano por su cabello, tratando de acomodarlo, y emprendió sus pasos hacia la casa.

•~•~•~•

Los días pasaban, y ninguno de los dos se atrevía a hablar.

Draco la miraba de vez en cuando; tratando de decirle algo, pero no sabía qué.

¿Una disculpa? No...

Bella se había obligado a odiar a Draco. No lo miraba, no le hablaba, nada...

Dormían juntos en una cama y eso era todo...

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