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004

ISABELLA

Isabella recién se había despertado. Se estaba dirigiendo a la cocina, cuando llamaron a la puerta de su mansión.

Maldijo para si misma, abriendo la puerta de su casa, revelando a su amiga Astoria.

— ¿Cuando me lo ibas a decir? — habló su amiga en un tono molesto.

Bella parpadeo varias veces.— ¿Perdona?

— ¿Cuando me lo ibas a decir, Isabella?

Astoria paso al lado de su amiga, entrando en la mansión. Viéndola fijamente con los brazos cruzados, y algo entre sus manos, algo que parecía una especie de carta.

— ¿Decirte qué?

Astoria puso los ojos en blanco, y le entregó aquella "carta" a su amiga.

Isabella desenvolvió el pergamino, leyendo lo que decía

Invitación.

Para el cumple años de Isabella Rosier. Y su compromiso con Draco Malfoy.

Sabado 7:00 p.m.

Mansión Rosier.

Isabella siguió parpadeando con el pergamino entre sus manos, sin saber que decir...

— ¿Entonces? — prosiguió hablando Astoria —. ¿Cuando pensabas en decirme que tú y mi novio se casarán?

— ¿Podemos ir arriba? — pidió su amiga.

— No, no podemos ir arriba.— Astoria replicó.

— Astoria no es lo que crees.

— ¿Ah, no? ¿Entonces es otro Draco Malfoy? ¿Hay otro? — preguntó Astoria con sarcasmo.

— ¡Astoria, por Dios! Vamos arriba.

— No iré a ningún lado contigo, Isabella.

— No me voy a casar con Draco.

— ¿Entonces qué tipo de compromiso es?

— ¡Dios! — exclamó Isabella —. Mis padres y los suyos han hecho un Pacto de Sangre antes de que yo y él naciéramos.

— Entonces si te vas a casar con Draco.

— No, no lo voy a hacer.

— En realidad si lo va a hacer.— la madre de Isabella irrumpió en el pasillo.

— Madre no te metas.

— ¿Por qué no lo aceptas, Isabella? Te vas a casar con el heredero de los Malfoy, ya está hecho.

Astoria dejó salir un sollozo. Colocó sus manos sobre su rostro, escondiéndolo.

— ¡Oh, cariño! — Ivy se había acercado a Astoria, tratando de consolarla —. ¡Hay muchos peces en el mar, ya encontrarás el tuyo!

Astoria dio algunos pasos hacia atrás, escapando de la madre de Isabella.— ¡Todos ustedes! — dijo ella, aún sollozando —. ¡Todos ustedes son iguales!

Dicho eso, Astoria comenzó a caminar hacia la salida. Haciendo caso omiso a su amiga que le pedía quedarse, y hablar.

— ¡Bueno! — Ivy resoplo —. Narcissa tenía razón acerca de esa muchacha, Isabella.

— ¡Me han quitado la única amiga que tenía! — Isabella gritó —. ¡Me están obligando casarme con alguién que no conozco! ¡Él está enamorado de ella! ¿Aún así me obligarán a casarme con él?

— No hay marcha atrás — Ivy se encogió de brazos —. Un Pacto de Sangre, es un Pacto de Sangre. Con el tiempo Draco aprenderá a quererte, querida.

— ¡Mensajería para la ama Rosier! — una Elfina le entregó una carta a Isabella.

Isabella se pasó los pulgares por su cara, quitando el resto de las lágrimas que había derramado, y le quitó la carta a la Elfina.— Gracias.— le agradeció. Entonces la Elfina hizo una reverencia y se marchó.

Isabella tenía la respiración agitada, sentía que se podía desmayar en cualquier momento. Decidió tomar asiento y comenzar a leer la carta.

Pedacito de mierda. ¡Haz roto mi relación con Astoria!

¿Están sastifechos?

Han arruinado mi vida.

El día que me casé contigo, Rosier, ese día... comenzarás a vivir en un infierno, de eso me encargo yo.

Draco Malfoy, la persona que te jodera por el resto de tus días.

Bella lo maldijo mil veces en su mente, y dejó la carta sobre el mostrador. Pidiendole a Merlin, que sus padres la encontrarán y se dieran cuenta con quién la querían casar.

•~•~•

Sabado 6:50 p.m.

La Mansión Rosier estaba decorada de pie a cabeza, para el cumple años. Y compromiso de Isabella y Draco.

Isabella se encontraba en el balcón de su habitación, viendo hacia el jardín de su gran Mansión, observando como poco a poco los invitados llegaban.

Isabella se sentía abrumada, triste, desesperada y enojada... Ella no tenía un novio para poder escaparse con él y dejar a su familia atrás, ella no tenía opción. Se tenía que casar con alguién que la detestaba, y ella pensaba que si él quizá pusiera de su parte, ella quizá podría aceptar.

Pero ese pensamiento estaba totalmente descartado. Draco tenía novia, y estaba profundamente enamorado de ella.

¿Y cómo no? Si después de la batalla Astoria fue la única que se fijó en él y no lo juzgo.

Fue la única que lo apoyó y estuvo para él en sus momentos difíciles...

Y ella no podía cambiar eso... Si estaba destinada a vivir un infierno con él, lo aceptaría, porque no tenía otra opción.

Isabella trago saliva al ver a la familia Malfoy llegar a su Mansión, señal que ya debería bajar.

Salió de su balcón, adentrándose en su habitación. Echando un último vistazo al espejo, para ver cómo lucia.

El vestido que su madre habia elegido para ella, le quedaba muy bien.

Era de un color durazno muy claro, y la hacía lucir como toda una princesa.

Las joyas a juego con su vestido.

Su piel brillante. Su maquillaje bien hecho, y su cabello bien peinado en un pequeño moño, algunos mechones de cabello cayéndole a los lados.

Respiro hondo y decidió bajar.

A mitad de la escalera su padre la esperaba; sonrió cuando la vio, y le tendió su brazo, para que ella lo pudiera tomar.

Isabella enseguida lo hizo. Colocó su mano sobre el brazo de su padre, bajando juntos la escalinata de mármol.

La música clásica sonaba por toda la Mansión.

Si Isabella no estuviera apunto de desposar a alguién que se detestaban mutuamente, ella podía jurar que esto parecía un cuento de princesas.

Todos los ojos estaban fijos en ellos. Algunas sonrisas, algunos ceños fruncidos... pero apesar de eso, todos los ojos estaban fijos sobre ellos.

Al estar en el último escalón. Isabella vio a Narcissa, Lucius y Draco acercarse.

Narcissa le sonrió cálidamente.

Lucius trató de hacerlo, pero su sonrisa era más escalofriante.

En cambio Draco... tenía el ceño muy fruncido, y no se dignaba a mirarla a la cara.

Draco estaba muy nervioso...enojado. Se había peleado con sus padres durante todo el trayecto a la mansión de su prometida. Rogando por no casarse con Isabella, pero como era obvio... sus padres lo negaban.

— ¡Pareces una princesa sacada de un cuento, Isabella! — Habló Narcissa.

Ivy que estaba al lado de su esposo, asintió con la cabeza y esbozó una sonrisa victoriosa.

Draco sintió un codazo en las costillas, y dejó salir un quejido de dolor. Alzó la mirada, viendo hacia su madre.

— ¿Qué?

— Es hora... de bailar, Draco. Ve con tu prometida.

Él puso los ojos en blanco y comenzó a caminar hacia la sala; donde ahora era una gran pista de baile. Sin ningún mueble, más que algunas mesas decoradas.

Isabella lo siguió, hasta estar frente a él. Mirando a sus grises ojos tristes, que la miraban con desprecio.

Isabella le devolvió la mirada.

Él colocó su mano sobre la espalda baja de Isabella, atrayéndola hacia él; a una distancia considerable. Y con la otra mano, tomó la mano de Isabella bruscamente.

Isabella resopló y colocó su mano libre sobre el hombro de Draco.

Ambos chicos comenzaron a moverse a compás de la música clásica... Reprimiendo sus ganas de estrangularse uno al otro.

— Ella vino a verme.— dijo él, con la voz quebradiza.

Bella desvío la mirada.— A mi también. Lo siento, Malfoy. Y-yo en serio... no quiero esto.

— Yo tampoco lo quiero, Rosier — ahora la comisura de los labios de Draco, tocaban levemente la piel sensible de la oreja de Bella —. Pero ya te lo he dicho... Hare de tu vida un maldito infierno.

— No me quedaré atrás... Malfoy. Te daré el mismo trato que tú me des.— Espetó Isabella.

— Lo he pensado...— dijo él.

— ¿Tú piensas? — Isabella se burló.

— No te hagas la inteligente conmigo — repuso Draco —. Pero si... yo pienso, más que tú. Te decía... He pensado en algo.

— ¿En qué? — ellos seguían bailando.

Draco la miro fijamente, y curvó sus labios hacia abajo.— Es simple... Nos casaremos, dormiremos en habitación diferentes, no tendremos ningún tipo de contacto... ni siquiera debemos hablar, Rosier... Yo seguiré viendo a Astoria, a escondidas... Y tú... Bueno tú haz lo que quieras. Pero... — Hizo una pausa —. Todo esto... todo lo que hagamos, debe ser en secreto, nadie tiene que saberlo, ningún periódico debe enterarse. Ante los ojos de las personas... seremos la pareja feliz, y en privado, podemos matarnos si quieres.

— Bien.— Isabella estuvo de acuerdo con Draco.

— Después...— Draco prosiguió hablando, y contando de su gran plan con entusiasmo —. Después de unos años podemos divorciarnos, Rosier.

— Bien.— Bella volvió a repetir.

— ¿Trató? — Draco arqueó una ceja.

— Hecho.

Ambos chicos se separaron. Draco tomó suavemente la mano de Rosier, y dejó un beso sobre sus nudillos, para después marcharse y perderse.

Isabella había buscado a su amiga por todas partes; pero al parecer ella no estaba aquí.

Muchas personas se le habían acercado, felicitándola y dándole consejos 'sexuales'... sin vergüenza alguna.

Ella ya se estaba sintiendo demasiado cansada y aburrida. Pensando seriamente en embriagarse, pero su madre se lo había prohibido.

— ¿Te diviertes en tu fiesta de compromiso? — la voz de Theodore Nott la hizo exaltarse.

El chico se colocó a su lado, con una vaso lleno de alcohol. Viendo fijamente a la fiesta.

— Oh... si.— Ella respondio con obvio sarcasmo.

— Lo lamentó, Bella.

— ¿Lamentarlo? — Bella pregunto con incredulidad —. ¿Lamentar exactamente qué, Theo?

— Tener que casarte con Malfoy. Tengo entendido que él está realmente enamorado de la hermana de Daphne — tomó un sorbo —. Crei que era una aventura para él ¿sabes? Pero... bueno, el otro día me llamo a mi y a Blaise. Nunca lo había visto de aquella manera.

— No me importa en lo absoluto, Nott. Yo tampoco quiero casarme con él.

— ¿Sobre qué están hablando? — la voz de Pansy Parkinson llegó a los oídos de ambos chicos.

Ellos voltearon a verla. Pansy vestia un hermoso vestido negro, de cuello alto, y una abertura al lado izquierdo de su pierna.

— Sobre la miserable vida que llevará Rosier con nuestro querido Malfoy.

— Oh, si — Pansy rió levemente —. Mis condolencias, querida.

— ¿No me quieres matar por desposar al amor de tu vida, Parkinson? — Bella se burló.

— Oh... — Está vez el que rió fue Theo —. Golpe bajo, Pansy.

— Ambos son unos idiotas.— Pansy replicó y se alejó de los chicos. Moviendo sus caderas con cada paso que daba.

— Ella es ardiente.— dijo Bella.

— Lo es.— Theo estuvo de acuerdo.

La fiesta al fin había terminado. Y los invitados por fin se habían ido... excepto por la familia Malfoy, que aún seguía con la familia Rosier, charlando alegremente sobre la boda y sobre la fiesta de compromiso, que ante sus ojos fue todo un éxito.

Isabella se había quitado los tacones, y estaba sentada sobre una butaca, viendo fijamente al gran ventanal que tenía enfrente. Completamente sumida en sus pensamientos.

Mientras que Draco estaba al frente suyo, con la mirada pérdida.

— Quiero recordarte que eres un pedazo de mierda.— habló derrepente.

— Yo soy un pedazo, tú eres la mierda completa.— Isabella se había artado y se levantó, dejando al muchacho sobre la butaca solo, mientras ella se dirigía a su dormitorio.


Bueno, bueno...

Esperó que la historia les esté gustando. Y les pido por favor... que dejen su voto, y los comentarios que quieran.

Las amo, buenas noches.

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