Lluvia
Aquellas semanas después de haber formalizado su relación solo habían sido de dicha y miel, solían salir bastante a los árcades o solían quedarse hasta tarde en la escuela charlando con su grupo de amigos. O en ocasiones solo daban un paseo relajante en el parque o Lincoln la llevaba a su hogar para jugar en la Nes y ver la televisión o leer comics, escuchar música. Ya saben, lo que surja en el día.
Un día lunes el chico iba de camino a su casa junto a su dulce nubecita después de una mañana agotadora en la escuela, el cielo estaba grisáceo, anunciando que pronto empezaría a llover.
-Ay...- Dijo el chico mientras seguía caminando-. Va a llover y yo no traje mi abrigo.
-Ni yo traje el mío.- Comunico la chica con lenguaje de señas-. Es que estaba haciendo mucho sol, no pensé que cambiaría el clima tan rápido.
-Bueno, entonces será mejor apurar el paso antes de que nos atrape la lluvia-. Dijo el albino para apresurar su marcha junto a su novia.
Pero, no sirvió de a mucho acelerar el paso, pues media cuadra después de su pequeña charla comenzó a llover, al principio era una llovizna suave, de esas que solo pellizcan, pero en un abrir y cerrar de ojos se transformó en esa lluvia pesada que se siente como si sus gotas te golpearan con fuerza.
A final de cuentas, ambos llegaron a la casa Loud completamente mojados hasta la medula.
-Jum... Parece que no hay nadie.- Dijo Lincoln.
En ese momento el voltea a ver a su nubecita, estaba temblando por el frio que sentía.
-Ay, mi amor... Ven, vamos a mi habitación a ver si tengo algo para que te seques.- Dijo el albino al momento de abrazarla.
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En la habitación del chico, Lincoln le da una toalla para que se seque el cabello, y el toma un cambio de ropa de su guardarropa.
-Naty, si quieres puedo poner a secar tu ropa en la parte trasera del refrigerador.- Dijo Lincoln.
-Ehm... ¿Eso se puede?- Pregunto Natusha con su lenguaje característico.
-Claro... El fabricante no lo aprueba, pero a final de cuentas funciona.- Respondió el chico.
-Bueno, si tú lo dices...-Dijo la peliblanca-. Pero, ¿Qué voy a usar mientras mi ropa se seca?
El chico mira en su guardarropa para ver si había algo que pudiera usar ella para cubrirse, es cuando saca una de sus camisas.
-Ten, puedes usar esto.- Dijo Lincoln al darle la camisa-. A ti te queda grande, será suficiente para cubrirte, de todos modos solo necesito que me des tu camisa, tus medias y zapatos.
-De acuerdo... Pero, ¿Puedes salir un momento de la habitación para cambiarme?- Pregunto la chica algo ruborizada.
-¿Eh? ¡Ay! Si es verdad, discúlpame, querida.- Respondió el chico algo apenado-. De todos modos tengo que ir a cambiarme, ya vengo.
El chico sale de la habitación y se dirige al baño para quitarse la ropa mojada que tenía puesta y ponerse una seca, después de dejar su ropa mojada atrás del refrigerador el sube a su habitación y toca la puerta, no paso mucho antes de que Natusha abriera la misma y Lincoln se llevara una sorpresa.
Ella estaba vestida con su camiseta, como había previsto el chico, esta le quedaba grande y le llegaba un poco más debajo de los muslos, estos estaban cubiertos por los shorts que llevaba ese día. El albino quedo sin habla, simplemente se veía hermosa.
-¿Y bien?... ¿Cómo me veo?- Pregunto la chica con su lenguaje de señas.
Pero, el chico sintió que las palabras se le atoraron en la garganta. ¡Por dios! ¡Qué preciosa se veía!
-T-te ves... Hermosa...-Dijo el chico casi que forzando que sus palabras salieran de su garganta.
Ella sonríe y se acerca al albino, el chico trago algo de saliva.
-¿Te parezco hermosa?- Pregunto con sus lenguaje de señas, una dulce sonrisa se dibujó en sus labios.
-... Demasiado hermosa.- Respondió el albino con un tono de voz entre nervioso y dulce.
La chiquilla de cabellos blancos sonríe, para luego darle un beso en la mejilla a Lincoln.
-Oye, ¿no hay nada para secarme el cabello?- Pregunto la albina.
-Sí, de hecho aquí está mi toalla-. Respondió el albino para sacarla de una gaveta.
Ella inclina un poco la cabeza, y Lincoln deduce que quiere que le seque el cabello, así que el chico le coloca la toalla en la cabeza y empieza a frotar para así secarla. Cuando termina, el cabello de la chica se veía bastante desaliñado, y dejando la toalla de un lado, el chico toma su cepillo y comienza a peinarla, con cuidado de no halarle el cabello. A la chica le parecía algo muy dulce que él se preocupara tanto por ella, y supuso que sabía lo que hacía, digo, con tantas hermanas menores es más que obvio que alguna de ellas le debe pedir el favor de que las peine.
Cuando termina, el albino sale de la habitación un momento para traer algo de beber y ver si ya se secó la ropa de ella. Natusha a su vez se acerca al tocadiscos de la habitación del albino, ve que en este hay un disco de vinyl puesto, y ella enciende el aparato. Así comienza a sonar una de las canciones preferidas del albino "In the Air Tonigth" de Phil Collins. Ella solo se sienta en la cama y se recuesta en la cama del albino, para descansar un poco y disfrutar la canción mientras su amado trae su bebida.
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(Continuara)
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