F É L I X

Por la mañana me despierto antes que Valeria, me siento algo pegajoso pero me niego a separarme de ella. Tan hermosa, tan suave, tan inquieta, pero a pesar de que no ha parado de moverse en toda la noche no se ha despegado de mí.

Está sobre mi pecho ahora, su cabello cae sobre su rostro así que lo aparto suavemente para ver su hermosa carita mientras duerme.

Podría observarla por horas, pero creo que mejor me iré a bañar así le traigo el desayuno antes de que despierte.

Me aparto de ella suavemente poniendo una almohada bajo su cabeza y me dispongo a ir al baño llevando mi ropa conmigo. Solo tengo el pantalón de mi pijama, pero luego pasaré a mi habitación a vestirme.

A la primera persona que veo al salir de la habitación luego de la ducha es a Melody. Es incómodo, no traigo camiseta y aunque suelo andar así por la casa en este preciso momento siento que me está mirando demasiado.

—¿Estás molesto conmigo? —pregunta por fin mirando mi rostro.

—No, ¿Por qué debería? —respondo cruzando los brazos sobre mi pecho para cubrirme un poco.

Creo que eso surte el efecto contrario al que pretendo, porque hace que se marquen los músculos de mis brazos y cada segundo que pasa me siento más incómodo.

—Discutí con Valeria anoche, fue muy grosera, me dijo que no debería hablarle porque solo soy la mucama.

Eso no suena como algo que Valeria diría, ella es caprichosa y terca, pero también es muy humilde.

—No empieces una guerra que no podrás ganar, Mel.

—¿La prefieres a ella?

Sí.

—Siempre prefiero a quien no me obliga a elegir.

Para mi suerte Alegra sale de su habitación e interrumpe el incómodo momento.

Se para de lado entre los dos y le lanza una mirada intensa a Melody. Luego me mira a mí y sonríe.

—Pensé que tu habitación estaba al otro lado del pasillo —me dice de forma insinuadora.

—Dormí aquí —respondo señalando la puerta detrás de mí.

Los ojos de Alegra se fijan en mi espalda y traza un camino con su dedo que arde un poco.

—Deberías vestirte, no queremos que a Lucas le dé un infarto.

Miro sobre mi hombro intentando ver de qué habla y alcanzo a vislumbrar algunas marcas que quedaron allí, la mordida del hombro y las uñas en mi espalda.

Suelto una risita nerviosa, no me di cuenta de eso y no quería exponerla así.

—Sí, mejor me voy a vestir.

Me doy la vuelta para ir a mi habitación, mientras escucho claramente a Alegra siendo ella misma.

—Hemos vivido muchas cosas para llegar hasta aquí, él está feliz y si tú lo arruinas te mataré.

Sé que Melody debe sentirse incómoda, podría defenderla pero Alegra tiene razón. Estoy feliz como nunca lo he estado, y Melody no parece feliz con eso, lo único que demuestra es que en realidad no es mi amiga.

Todos dicen que amigos son los que están en las malas, pero en realidad yo pienso que en un mundo tan cargado de envidia, solo puedes ver quién realmente es tu amigo cuando eres feliz, y simplemente por eso tu amigo también lo es.

Busco ropa deportiva, pantalones y una sudadera, hace frío y además debo asegurarme de cubrir esas bonitas marcas lo mejor posible.

Tantas voces en el pasillo terminaron por despertar a Val, y en cuanto voy a la cocina por el desayuno ella ya se ha levantado y aparece allí con su cabello mojado y frotando sus brazos por el frío.

Lucas y Alegra la siguen, será un desayuno familiar al parecer.

—Abrígate, hace frío —la envuelvo con mis brazos y dejo un beso en su cabeza.

—No lo noté hasta que bajé —se acurruca en mi pecho con los ojitos cerrados y siento que cada maldita cosa está en su perfecto sitio.

Me quito mi sudadera y se la dejo, luego subiré por otra para mí.

Me volteo para terminar de servir el café que Claudia nos dejó listo y el dedo de Lucas toca mi cuello con fuerza.

—¿Qué te pasó allí? —pregunta y lo aparto con fastidio.

—Me caí —miento con desinterés.

—Se cayó sobre las uñas de tu hermana —se burla Alegra.

Me volteo para regañarla pero entonces noto que Valeria también se ríe, no parece incómoda así que tal vez le estoy dando más trascendencia de la que tiene.

Lucas regresa con Alegra a la barra.

—Mi amor, tú sabes lo mucho que te amo ¿Verdad? —Alegra suelta una risa y asiente— Si tú me amas de la misma forma, no digas esas cosas frente a mí.

Su intento de comprar a Alegra tiernamente no da ningún resultado.

—Entonces no hagas preguntas tontas, porque obligas a Félix a mentir y a él no le gusta.

Tan linda, tiene razón.

Melody entra en la cocina y todos nos quedemos en silencio. Esto es muy incómodo para mí, así que tengo que lograr que se integre de alguna forma.

—¿Te quedas a desayunar? —pregunto intentando ser amable.

—No, gracias —responde poniendo su mirada en el suelo.

Valeria se pone de pie, su mirada está muy encendida y una bonita y malvada sonrisa se extiende en su rostro.

—Oh, claro que se quedará —pasa la mano por su hombro y la lleva hasta uno de los bancos haciendo que se siente contra su voluntad.

Volteo por fin y Alegra me ayuda a repartir las tazas y las galletas.

—Ya desayuné, no tengo hambre —intenta ponerse de pie pero ella no se lo permite.

—¿Sabes de qué tengo ganas yo? De que nos cuentes a todos eso de que eres la ex de Félix, y como lo mantuviste bien atendido mientras yo no estaba.

Mis ojos se abren exageradamente. No esperaba este giro argumental, sí había notado que Melody estaba celosa pero pensé que era porque no pasaba tiempo con ella, no porque yo le gustara.

—Yo no dije eso, no sé de qué hablas. Aquí lo único que pasó fue que tú me menospreciaste por ser la mucama.

Lucas rueda los ojos, él sabe que Valeria no haría algo así.

Ambas ponen sus ojos en mí esperando a que diga algo, y yo no sé qué decir. Hablaré con Melody luego, no es mi intención humillarla frente a todos, pero algo tengo que decir ahora.

—No entiendo por qué inventas cosas tan ridículas —le digo a Melody entre confuso y sorprendido.

La sonrisa de Valeria la ver qué decido confiar en ella es todo lo que está bien en este mundo.

—¡Yo no dije nada de eso! Está mintiendo, ya veo lo mucho que valoras la amistad...

Alegra suelta una risita.

—Pues yo me siento muy valorada, ¿tú cómo te sientes Lu?

Lucas, que ama cuando Alegra deja salir su lado malvado, sonríe igual que ella.

—Absolutamente valorado, creo que solo funciona con amigos de verdad.

Bum, esta es mi familia, me siento un idiota por haberlos dejado.

—¿Podemos hablar un minuto? —le digo para evitarle una humillación mayor.

Ella asiente y nos vamos a la sala. Los demás deben estar escuchando todo, el chisme les corre en las venas, pero al menos no se siente tan mal decirle un par de verdades.

—Mira, Mel, tú has sido una muy buena amiga todos estos meses, y de verdad me pone muy triste que lo hayas arruinado tanto en solo dos días.

—Obviamente he sido una buena amiga, entonces no entiendo por qué le crees a ella luego de todo lo que te ha hecho... —sus ojos se humedecen rápidamente, ya va a llorar otra vez.

Me da pena, pero no por eso dejaré de decirle lo que tengo que decirle.

—Le creo a ella porque está diciendo la verdad.

Ella niega rápidamente, va a interrumpirme pero hablo primero.

—Creo que has confundido un poco las cosas. Yo te veo solo como amiga, y eso no tiene nada que ver con Valeria, si ella no estuviera aquí tampoco te vería de otra forma. No me siento de esa forma por ti...

—No sé qué fue lo que ella te dijo, pero...

—Nada, ella no me ha dicho nada. Pero me pusiste muy incómodo esta mañana por la forma en la que me mirabas —sus ojos bajan al suelo avergonzados, pero de todas formas continúo— Y lamento ser tan directo, pero no hay posibilidades, y lo único que lograrás tratando de esa forma a mi familia es que deje de hablarte por completo.

No dice nada, sé que le estoy haciendo mucho daño pero no encuentro otra forma de decirlo que suene menos cruel.

Se voltea y se va por el pasillo que da a su habitación, yo regreso a desayunar con los chicos y lo primero que recibo es un beso de mi mejor amiga en la mejilla y un abrazo.

—¿Cómo es que eres un bebecito tierno hasta para mandar a alguien a la mierda?

Lucas la jala para que se siente sobre sus piernas y mete una tostada en su boca.

—A mí nunca me dices que soy un bebecito tierno —protesta como un niño pequeño.

—No, porque no lo eres. A mí me gustan los chicos malos —se burla ella intentando masticar y cubriendo su boca.

—Ah, que pena. Porque los chicos malos no preparan sorpresas bonitas como la que tengo para ti.

Ella logra tragar por fin y limpia su boca con una servilleta.

—¿Para mí? —pregunta sorprendida.

—Para las dos —responde mirando a Vale también—. Está llegando en este preciso momento.

Unos segundos después el timbre suena y ambas corren a la puerta mientras Lucas y yo las seguimos.

Alegra abre la puerta para descubrir a su hermano, Tom, al otro lado. Ella lo abraza súper emocionada, pero esa no es sorpresa.

La sorpresa viene con el grito de emoción de Valeria, y con como él la abraza por la cintura para elevarla en el aire y dar una vuelta entre risas.

Mierda, ¿de qué me perdí?

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Hola Pollitos 🐣

Tom is back 💚 Y lamento decir que eso no pone muy feliz a Félix 🥺

No las hice esperar tanto ¿Vieron que buena que soy? Podrían ayudarme promocionando mis historias, no sé, solo digo...

Los quiero ♥️

Besos, mil besitos 💋