F É L I X

Tres años atrás…

—¿Has pensado en cómo será cuando crezcamos? —le pregunto mientras miramos las nubes esperando a Lucas.

—No, ni siquiera puedo ver el presente… —su voz suena triste, apagada, nada de la luz que solía tener.

Odio que salga con ese tipo, odio lo que ha hecho con ella, pero lo que más odio es no poder hacer nada al respecto.

—¿Qué pasa, Vale? —me incorporo sentándome en el pasto para ver su rostro, ella aún se mantiene acostada con su mirada en el cielo, hay una lágrima rodando por su mejilla.

Su respuesta, creo que han sido las dos palabras más dolorosas que he escuchado en mi corta vida. Salieron de su boca directo a mi ingenuo corazón.

—Estoy embarazada.

No soy capaz de responder, no puedo decir nada, tengo ganas de llorar y de matar a ese imbécil.

—Dijiste que le dirías que no… —intento que el dolor no se escuche en mi voz, pero no lo consigo.

—Lo sé… no quería hacerlo pero insistió mucho y si me negaba me iba a quedar sola. 

Creo que eso me dolió incluso más que lo anterior.

—¿Sola?

—Él era todo lo que tenía.

Te lo está diciendo en la cara Félix, tú no cuentas, no existes en su mundo.

—¿Tenías?

Parezco idiota preguntando de vuelta cada palabra, pero es que mi cerebro no funciona, está roto, al igual que mi corazón.

—Ya no me quiere, ni quiere al bebé —se sienta frente a mí, con sus ojos llenos de lágrimas contenidas que pronto deja salir— Y ahora no sé que haré…

Lo mataré, sin dudas eso es lo que yo haré, pero luego, ahora ella me necesita.

—Estoy aquí, para lo que decidas me tendrás a tu lado.

La atraigo a mi pecho y la dejo llorar, quisiera hacer lo mismo, quiera haber sido valiente para decirle que la amo antes de que esto sucediera, tal vez así ella no se sentiría tan sola, no hubiese confiado en ese idiota por necesidad afectiva y entendería de una vez que ella merece ser amada solo por existir.

—Es que no quiero decidir, Félix… lo que sea que decida será una carga que llevaré de por vida.

—Estaré aquí, Vale. Estaré aquí para llevarla contigo cada día de tu vida.

Se acurruca en mi pecho y la abrazo con fuerza. Tal vez nunca me vea como la veo, pero nunca, jamás la dejaré sola.

—¿Me lo prometes? ¿Que nunca me soltarás la mano?

—Te lo juro.

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No estoy seguro de haber cumplido con mi juramento, pero sin dudas di lo mejor de mí, incluso en los peores momentos, estuve allí dejándome de lado cada vez que me necesitó. Pero eso trajo consigo algunos problemas que no estoy seguro de haber resuelto, por ejemplo: inseguridad.

La observo sonreírle a su teléfono y no puedo evitar sentir que está hablando con alguien más.

Confía en ella Félix, no lo arruines.

—Salió a la venta un libro que ella estaba esperando —me dice Alegra por lo bajo al ver mi inquietud.

Suspiro con frustración.

—Soy un idiota… —me recrimino a mí mismo.

—No, no lo eres. Idiota serías si confiaras ciegamente luego de todo lo que ha pasado.

Alegra siempre tiene la palabra justa, pero no ayuda en este momento. Tal vez tiene razón, pero si me pongo en este plan podría arruinarlo todo.

¿Cómo dejo de sentirme inseguro? ¿Cómo estar seguro de que esta vez no será tan efímero como siempre?

—¿Cómo se llama? —pregunto por lo bajo.

—Valeria —responde la muy idiota haciendo que me ría.

—No ella, boba. El libro —insisto intentando que no me escuche.

Ella entrecierra sus ojos para dar cuenta de que obviamente ya lo sabía.

—No lo recuerdo, pero Lucas ya se lo compró.

—¿Tan rápido?

—Tiempos de internet, amigo. Tendrás que pensar en algo más.

Cuando era mas pequeño siempre le regalaba libros donde la chica y su mejor amigo de la infancia terminaban enamorados, eran la indirecta más grande que podía darle pero a ella le seguían encantando esos donde el protagonista era un cabrón mujeriego y machista.

Intenté volverme eso por un tiempo, pero no me salió muy bien lo de cabrón, y aunque sí salí con muchas chicas fui lindo con todas ellas. En esos momentos fue el único tiempo en mi vida en el que no estuve tan al pendiente de ella, tomé distancia un par de años, me divertí, viví una adolescencia normal y luego regresé para descubrir que aun seguía enamorado como idiota.

La observo bostezar, está cansada, sus ojitos se ven pequeños y muy tiernos. ¿Será que puedo dormir con ella?

V A L E R I A

Quería dormir con él, pero se despidió abajo así que supongo que aún es pronto. Debo darle su tiempo, sé que solo con palabras no me voy a ganar su confianza, pero el brillo en sus ojitos cuando le dije que lo amo es algo que no voy a olvidar jamás.

Me pongo el pijama y decido ir a la cocina por un vaso de agua, Melody y su madre están lavando los platos, eso me hace sentir muy incómoda, no me gusta que me sirvan, yo lavo mis platos y limpio mis cosas, pero aquí ni siquiera me dejaron levantarlo de la mesa para llevarlo a la cocina.

—¿Qué necesitas? —pregunta la señora con mucha amabilidad.

—Uhm, vine por agua pero yo me la sirvo, no se preocupe —respondo con timidez.

La señora sonríe, me alcanza un vaso grande con tapa y sorbito para que lo lleve a mi habitación y señala la heladera que tiene dispensador.

Rodeo la barra y lo lleno hasta arriba, suelo tomar muchísima agua por la noche por algún motivo.

—¿Eres Valeria? —pregunta ante la atenta mirada de su hija.

—Sí —respondo intentando que no se note mi incomodidad.

—Félix me ha hablado muchísimo sobre ti, yo creo que eres su tema de conversación favorito.

Ow, es lo mas tierno que me ha dicho alguien sobre él.

—Y él es el mío —sonrío poniéndole la tapa al vaso —. Muchas gracias y buenas noches.

Salgo de la cocina antes de que la chica me asesine con su mirada, pero ella me sigue y me alcanza en la sala.

—Espera… —seca sus manos con un paño de cocina— Lo siento, empezamos mal.

—Eso intentaba decir esta tarde… pero…

—Pero me puse muy tonta, lo siento.

—Está bien por mí, sin dramas —le doy una sonrisa para nada sincera, no le creo ni una mierda sus disculpas, estoy segura de que volverá a mostrar la hilacha en cualquier momento.

—Que tú seas su actual y yo su ex no significa que tengamos que odiarnos.

¡Y ahí está! Tan básica, niña.

—Su examiga serás si le digo que dijiste esto —me burlo caminando hacia la escalera.

—Espera… ¿No te lo dijo? —pregunta haciéndose la desentendida— Haz de cuenta que no dije nada, lo siento.

—Así fuera verdad, ¿crees que me afecta en algo? Solo serías una más en la lista de chicas que utilizó para olvidarse de mí, y por lo visto no dio resultado. 

Perra modo: on.

—Entre las sábanas no parecía acordarse de ti ni por un segundo —intenta sonar hiriente, pero solo suena ridícula.

—Oh, justo ahora estoy subiendo a ayudarlo a recordar, hace nueve meses no nos vemos, disculpa si hacemos ruido.

Quiero golpearla en el rostro, pero solo respiro profundo y me contengo.

—No te preocupes, lo atendí muy bien mientras no estabas.

Me río por lo bajo y le lanzo una mirada despectiva.

—Claro que lo atendiste bien, eres la mucama.

Dicho esto subo las escaleras y no dejo que vuelva a responder.

Lo sé, eso fue muy poco humilde. Si no fuera porque mi hermano ha hecho lo imposible por sacarme adelante yo estaría en su misma situación o tal vez peor, perdón Diosito por mi falta de humildad, pero no pueden negar que se lo merecía.

No me gusta ser así, y menos me gusta que otras personas afecten lo que soy, pero no me disculparé y tampoco estoy segura de que no vaya a volver a tratarla de esa forma.

¿Qué se cree? Vino a decirme mentiras para que desconfíe de él. Obvio no lo logrará, pero me preocupa mucho que pueda lograr que él desconfíe de mí.

Necesito hacer más por él, porque yo misma siento que no me merezco su amor, necesito que se sienta seguro, y para eso tengo que ser sincera y mostrarle que confío en él. ¿Debería contarle lo que pasó con Melody? Sin dudas sí, así sabe que de su boca solo salen mentiras.

Alguien golpea mi puerta, espero que no sea ella porque entonces mi parte violenta se manifestará, y eso que es casi inexistente.

Pero no es ella, es él.

Sin camiseta, con su almohada bajo el brazo y su cabello despeinado, es la imagen perfecta de lo hermoso y sexy en iguales proporciones.

—¿Puedo dormir contigo? —pregunta bajando sus ojos a mis piernas desnudas.

¿Dormir? ¿Alguien necesita dormir? Porque yo no.

—Ya comenzaba a sentirme decepcionada por tener que extrañarte por la noche —respondo haciéndome a un lado para dejarlo pasar.

Mañana habrá tiempo para hablar sobre la estúpida, ahora tengo unos planes mucho más interesantes. Me da la espalda par dejar su almohada sobre la cama y aprovecho para envolver mis brazos en su cintura y pasar mis dedos por sus abdominales.

Él se queda quieto, exactamente donde está. Quiero tomar la iniciativa, quiero mostrarle que esta vez sí le entrego todo de mí, en cuerpo y alma.

Dejo mis dedos bajar suavemente hasta el borde de su ropa interior y contiene su respiración.

Esta noche eres mío, Félix.

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Hola Pollitos 🐣

Sí, ya sé, lo dejé en la mejor parte 🥺🙄

Así soy, no puedo con la condición. Así me aseguro que estarán al pendiente de la próxima actualización y dejarán muchos comentarios.

Porque lo harán ¿Verdad? 🥺

Los quiero 💚

Besos, mil besitos 💋