20 - Paranoia
V A L E R I A
“Hija:”
¿En serio se atreve a llamarme así?
“Comprendo de verdad cuanto puedes odiarme, con todo el derecho del mundo. Comprendo también el dolor que he generado en ti con mi abandono y no tengo una buena excusa para eso.”
Vete a la mierda, tú no comprendes nada.
“No hay cosa que pueda decir o hacer que sirvan como reparo para dieciocho años de abandono, solo fui un cobarde que cometió un error al traicionar a su amigo y luego no pudo asumir las consecuencias.”
La consecuencia soy yo, ahora pasé de ser “hija” a ser “consecuencia de un error”.
“No te buscaría si no fuera necesario, con la cabeza gacha y el corazón destrozado he dejado de lado mi ego y mi vergüenza para venir a verte, porque necesito tu ayuda.
No yo, en realidad. Tu hermana. Tienes una hermana, y muy pronto tendrás un hermanito más. Valentina tiene dieciséis años, y está enferma.”
¿Valentina? ¿De verdad la llamó Valentina? Que hijo de puta.
“Necesita un trasplante de médula, y yo no soy compatible. Lamentablemente en este mundo hay cosas que el dinero no puede comprar, y la salud es una de ellas.
Sé que no estoy en condiciones de pedirte nada, pero el tiempo se agota y no encontramos soluciones. La vida de tu hermana depende de ti, y ella no es culpable de ninguno de mis errores.”
—Ya deja de leer eso —me reclama Alegra arrancando la carta de mis manos—. Este viejo asqueroso no apareció nunca y ahora viene y deja una carga enorme sobre tus hombros como si tuviera el derecho.
Lucas pasa una mano por mi hombro y pega su rostro al mío.
—La vida de nadie es tu responsabilidad, no tienes que llevar esa carga.
Solo quiero llorar, y estar furiosa y volver a llorar. Pero mentiría si dijera que no lo estoy considerando.
Mi padre es mierda, no hay otro calificativo. Sin embargo, ella no tiene nada que ver, dudo siquiera que sepa que existo.
Si pudiera salvar la vida de cualquier persona solo con una visita al hospital, sin dudas lo haría. ¿Cuál es la diferencia entonces? No lo sé, solo quiero que esto no esté sucediendo.
Félix está demorando demasiado, hay una alerta meteorología por una posible tormenta y todo comienza a ponerse oscuro afuera.
—¿Lo llamaste? —pregunta Alegra mirando por la ventana con preocupación.
—No contesta —resopla Lucas que parece igual de preocupado.
Me encanta que lo quieran de ese modo, y también a mí, y entre ellos. En otras palabras, soy feliz con la familia extraña que hemos formado.
Solo necesito que Félix esté aquí, y todo estará bien. Pero hay algo, como una especie de inquietud dentro de mí que me indica que no, que no está bien, que tal vez esa conversación no salió como esperaba, y eso solo hace que me ponga mas ansiosa.
—Algo no anda bien… —murmura Alegra sin despegar sus ojos de la calle, dos pisos abajo.
El viento comienza a mover algunas cosas como carteles y papeles en la calle, la gente corre a refugiarse en lugares seguros antes de que el viento aumente su velocidad y de un segundo para otro ya no se ve absolutamente nada.
Se fue la luz, incluso las de la calle, solo iluminan la ciudad las luces de los autos que pasan a gran velocidad.
Encendemos las linternas de los teléfonos y nos miramos entre nosotros, solo pasan unos segundos hasta que mi hermano habla.
—Iré a buscarlo —asegura dándose la vuelta.
—Yo voy contigo. —Apunto mi linterna hacia el sofá que hay junto a la cama de la habitación de hotel en el que dejé mi abrigo para tomarlo, justo cuando mi hermano me detiene.
—Claro que no, las dos se quedan aquí.
No da tiempo a protestar, ya ha salido, no lo alcanzaré y menos si no hay luz porque hay que bajar por las escaleras.
—Ven aquí —me dice Alegra abrazándome tiernamente—. Regresarán pronto, los dos, seguro el padre de Félix llego tarde y por eso aún no llega.
Si será extrema mi preocupación que incluso estoy considerando llamar a la tonta de Melody para ver si Félix ya salió de su casa. Gracias a Dios no tengo su número, si no ya hubiera perdido la dignidad.
—Intentas tranquilizarme a mí cuando tú también estas asustada —digo con una media sonrisa que ella corresponde.
—Intento creer que todo está bien… —murmura por lo bajo.
—Pero tú también sientes que no es así.
—Nos vamos, ahora mismo —proclama y se estira para tomar mi abrigo y arrojármelo antes de jalarme hacia la puerta.
Está bien ¿Verdad? Solo estamos siendo paranoicos, él aparecerá allí, con su hermosa sonrisa, diciendo que nos preocupamos por nada.
Bajamos las escaleras como podemos, alumbrando con los teléfonos e intentando no caer y en ese pequeño lapso de tiempo todo afuera se descontrola.
— Sorry i can't let them out —dice el gerente del hotel cuando notamos que la puerta está cerrada—. It's a hurricane.
Váyase a la mierda, con el debido respeto. Mi hermano y mi novio están allí fuera, me vale caca si hay un huracán, yo voy a salir sí o sí.
Alegra pasa varios minutos discutiendo con el hombre, yo siento voy a colapsar en cualquier minuto.
—Yo lo resuelvo —dice Marco que acaba de bajar las escaleras con la mamá de Alegra.
¿También quieren salir? Estoy comenzando a preocuparme incluso más de lo que estaba, en cualquier momento me voy a largar a llorar.
—¿Qué pasa? —le pregunta Alegra a su mamá.
—Lucas llamó, Félix tuvo un accidente con su auto y está en el hospital.
———————————————
Maratón final 2/4, sigue bajando 💜
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro