37 - Se lo merece
ALEGRA
Lucas se fue, no me dijo a dónde porque no me puede hablar, pero ya lo extraño.
Estoy sentada junto a Max, ayer en la fiesta del equipo él estaba con Valeria, hoy está aquí, quiero preguntar porque me da curiosidad pero no quiero que piense que me importa de otra forma.
Félix está dentro con ella, si alguien me pregunta no creo que sea una buena idea porque aún la quiere, y verla vulnerable puede hacerlo caer en la tentación. Eso no sería justo para él, ya que de verdad lo vi muy feliz con Diana, y mucho menos sería justo para Diana, que parece ser una buena chica.
Solo espero que Valeria logre conectar las dos neuronas que le quedan sanas y no aproveche la situación para hacer lo que no hizo por años en los que él estaba disponible.
— No estoy con ella, pero creo que me gusta — menciona Max mirando el suelo sin que yo se lo pregunte.
¿Será que podemos ser amigos? No creo que sea buena idea pero si quiere hablar lo escucharé.
— ¿Crees?
— No estoy seguro, eres la única chica a la que he querido, y ya ni siquiera recuerdo cómo se sentía al principio. Solo sé que cuando la tengo cerca todo se siente bien.
Ow, eso es lindo. Dicen que siempre hay un roto para un descosido, este es el claro ejemplo.
— Suena como que sí, te gusta — sonrío pero él aún no me mira.
— No regresaremos ¿Verdad? Yo lo sé, pero por algún motivo necesito que me lo digas.
Suelto un lento suspiro, ¿necesita que sea la mala del cuento para poder permitirse querer a otra persona? Pues puedo hacer eso por él.
— Jamás regresaría contigo, y no es por rencor ni por nada parecido a eso, es porque no te quiero.
Asiente con su mirada perdida, él me conoce lo suficiente para saber que no busco hacerle daño sino mostrarle la realidad sin censura.
— Gracias.
El silencio es incómodo, ninguno de los dos dice nada por lo que parece una eternidad.
— Ella me pone nervioso, digo cosas sin pensarlas y mi cuerpo reacciona solo.
No puedo evitar reírme de eso, es una reacción inmadura, lo sé, pero así soy.
— ¿Por tu cuerpo te refieres a tu polla? ¿Te calienta con facilidad?
Él se ríe de mí falta de tacto pero finalmente asiente.
— Solo si me toca, no importa que sea la mano o acaricie mi cabello.
Vuelvo a reír, imaginar la situación me da risa porque Valeria se hace la ruda pero es súper inocente, ni siquiera lo debe haber notado.
— Tendrás que caminar un laaaargo camino para poder llegar a eso.
Él abre muy grandes sus ojos oscuros y por fin me mira.
— Créeme que lo sé, ¿Y sabes que es lo que más me asusta?
— ¿Qué?
— Que no me importa, solo pasar tiempo con ella es suficiente.
Ow, eso también es tierno, no sé si él está siendo muy tierno o a mí el amor me volvió una estúpida que ve amor en todos lados.
— Pero...
Me sorprendo acomodándome en mi silla.
— ¿Hay un pero?
— Claramente — responde con obviedad como si ser feliz nunca fuera una posibilidad real —. Ella no deja de hablar de tu estúpido amigo.
— Vuelve a llamar estúpido a Félix y te meteré un pepino por el culo.
Max estalla en risas tomando su estómago.
— ¿También me defiendes así cuando no estoy?
Niego rotundamente.
— ¡Claro que no! Cuando tú no estás yo misma digo que eres un estúpido.
— ¡Oh, gracias! — ironiza aun riendo.
— ¿Entonces no le gustas? — pregunto regresando a la historia.
— No lo sé en realidad, hay alguna extraña conexión, ella no deja de llamarme y venir a mi casa, pero nunca me ha demostrado otro tipo de interés.
Es que ella está muy sola, obviamente necesita amigos nuevos porque a todas las personas que se preocupaban por ella se las pasó por el culo.
Estás siendo poco empática, Alegra.
Ush, lo sé, ética conciencia, pero ella le rompió su corazoncito a Félix.
— Tal vez solo debas esperar a ver que sucede.
— Lo sé… — murmura dando por finalizado el tema — ¿Y tú? ¿Terminaste otra vez con Lucas?
Es difícil mentirle a Max, él solía descubrir todas mis mentiras. Pero la distancia ha hecho su trabajo y ahora me sale muy natural hacerlo.
— Sí, pero estoy bien. Al parecer no estaba tan enamorada como creía, es muy cansador tener que estar demostrando cosas todo el tiempo, no confía en mí y pues... él se lo pierde.
— Y vaya que se lo pierde… — murmura meneando la cabeza.
.
Las horas pasan y Lucas regresa, la mirada fría que lanza hacia donde estamos nosotros es muy real y me encanta, me recuerda a cuando se resistía rotundamente a sentir algo por mí pero de todas formas no lo lograba.
— ¿Crees que puedes pedirle a tu… amigo que salga para poder verla un rato? — me pide Max completamente ajeno a la tensión visual que tengo con Lucas justo ahora.
— No tengo mi teléfono, lo perdí — miento con simpleza.
Él resopla poniéndose de pie.
—Supongo que tendré que meterme mi orgullo por el culo y pedírselo al idiota.
Me muerdo la lengua por defender a Lucas también, pero no lo hago.
Al parecer Valeria le gusta realmente, porque mira que el orgullo para Max es más importante que para cualquier ser humano en la tierra.
Salvo conmigo, él nunca tuvo orgullo ni dignidad conmigo.
.
Quiero irme a casa, espero que Félix no quiera seguir esperando. No es por mala, es que estoy cansada y no somos nada útiles aquí.
Supongo que puedo darle una segunda oportunidad a Valeria, todos merecemos una, y no es que la justifique pero sí sé que ha sufrido mucho. Su padre no existe, su madre es una mierda y su autoestima es nula, supongo que todas sus acciones estuvieron muy sesgadas por las palabras de Nate.
Además, sé que es importante para Lucas, y si es importante para él también lo es para mí.
Félix sale por fin, parece afectado aunque los médicos nos dijeron que ella estaba perfectamente bien y que en un par de horas le darían el alta. Seguro ella estuvo diciéndole cosas para confundirlo.
— ¿Nos vamos? — pregunta y su voz delata claramente que está conteniendo las lágrimas.
Pongo mi mano en su mejilla y veo sus ojos claros hacer un esfuerzo por no llorar. Lo atraigo en un abrazo muy fuerte, como le gustan a él. Por lo mucho que lo conozco sé que no necesito decir nada, solo dejar que organice sus pensamientos y entonces hablará.
.
— Ahora sí me quiere — murmura en cuanto ya estamos llegando, nos detuvimos a comprar hamburguesas y condujo a casa en absoluto silencio.
Ush, maldita Valeria, me la pones difícil.
No lo juzgues Alegra, solo escúchalo.
— ¿Y tú aun la quieres?
— Obviamente sí, pero no quiero estar con ella.
Pues genial, porque no te merece.
— Creo que lo más sensato sería que tomes distancia por un tiempo y pienses en lo que quieres, sin herir a nadie — hago mucho énfasis en la última parte.
Es un clara indirecta que captó de inmediato.
— Yo no estoy jugando con Diana, ella me gusta de verdad.
— Ajá, pero no eres sincero con ella.
Él rueda sus ojos mientras se quita el cinturón luego de haber estacionado su auto.
— Claro que sí lo soy, Diana sabe toda la verdad, hablo sobre Valeria con ella a menudo, y ella habla conmigo sobre una relación tóxica de la que está saliendo. No somos novios, ambos tenemos claro que debemos sanar muchas cosas antes de eso — me mira de reojo mientras esperamos el ascensor —. Me ofende que pienses que soy capaz de jugar así con los sentimientos de alguien.
Tiene razón, él no es así.
— Le ofrezco una profunda y sentida disculpa, señor. No debí juzgar sus intenciones tan pronto y menos aun desconociendo detalles tan cruciales como el que acaba de mencionar — logro que se ría con mi formalidad y ya no se ve molesto —. Sabes que idealizas a Valeria ¿Verdad?
Él asiente con frustración y subimos al ascensor.
— Es que le dije que siempre estaría aquí, y tú sabes lo estúpidamente débil que puedo llegar a ser. Ahora le dije que ya es tarde y me siento culpable.
— Selomerece — digo muy rápido y luego aclaro mi garganta y miro hacia otro lado para fingir que no dije nada.
Su risa resuena en el ascensor, pasa su mano por mi hombro y me atrae hacia él.
— ¿Qué haría sin ti, enana maldita?
Ow, hace mucho tiempo que no me llama así, pero ese fue el primer apodo que me dio, el original. Lo de “princesa” vino luego de las confusiones.
Sin dudas este me gusta mucho más.
— Te amo, ¿Lo sabes? — pregunto en cuanto estamos en la puerta.
Asiente con una sonrisa mientras busca sus llaves.
— Es la única certeza que tengo en la vida.
Lucas abre la puerta antes de que lo hagamos nosotros y nos ve con sus ojos entrecerrados.
— Ya entren, dan asco — murmura con fastidio.
Él llegó antes porque nosotros fuimos por las hamburguesas, pero sabíamos que lo veríamos aquí.
Me río de su comentario celoso y le doy el beso que estuve deseando darle toda la mañana haciendo que su leve molestia desaparezca.
— ¿Pueden babearse uno al otro luego? — grita Félix desde la cocina — Tengo hambre.
Luego de que la comida está sobre la mesa Lucas saca un celular de una bolsa y lo desliza hacia mí sobre la mesa.
— Compré esto para ti.
— ¿Por qué? ¿No era suficiente con cambiar la tarjeta SIM? — cuestiono pensando en cómo demonios le voy a explicar a mi mamá que tengo un teléfono que vale más que un mes de su sueldo.
— El sistema operativo de IPhone es más seguro — dice restándole importancia.
Félix, que comprende el problema que esto significa para mí, decide intervenir.
— Pudiste comprar un modelo más antiguo, o más pequeño.
Lucas se ve confundido por nuestras reacciones.
— Bueno, tal vez también quería consentirla un poco ¿está mal? — en su pregunta no hay ironía, de hecho suena inocente.
— Si quieres consentirla cómprale libros, su mamá hará que te lo regrese.
Voy a intervenir porque aunque las intenciones de ambos son buenas ninguno de los dos tiene un carácter apacible, pero antes de que lo haga Lucas me mira para hablarme.
— Lo siento, no pensé que podía causar problemas. No puedo regresarlo porque Matteo ya le hizo sus intervenciones ¿Crees que por esta vez tu mamá podría dejarlo pasar?
Claro que no, el orgullo primero.
— No te preocupes, le diré que me lo gané en un sorteo de Instagram o algo parecido — le doy una sonrisa para mostrarle que no estoy molesta, pero de todas formas siento la necesidad de aclararle las cosas —. Si quieres consentirme puedes llevarme el desayuno a la cama, traerme churros o acariciarme el cabello para que me duerma; no son necesarias cosas materiales.
— Sé que no son necesarias pero ¿y si te las quiero dar igual? ¿por qué estaría mal?
No tengo un buen argumento, solo que mi mamá siempre me dijo que estaba mal y yo me siento extraña cuando me hacen regalos costosos.
— Mejor dejemos los regalos para momentos especiales, ¿puede ser?
Él asiente y deja un beso en mi mano que está sobre la mesa. Obvio me está diciendo “voy a hacer lo que se me antoje”, pero no tengo ganas de tener esta discusión porque ahora tenemos temas más importantes que tratar.
— ¿Qué dijo el portero? — Félix, que mientras nosotros discutimos ya va por su segunda hamburguesa, cambia de tema.
— Dijo que la única persona ajena al edificio que vino fue un chico de cabello oscuro y ojos cafés, que subió porque alguien lo dejó pasar, no recuerda su rostro porque no le prestó atención, así que no pudo reconocer a ninguno en las fotos que le enseñé. En las cámaras no hay registro, cosa que otra vez apunta a Eric como principal sospechoso.
Me pongo de pie y voy a la mochila que debí llevar hoy a la universidad, busco una libreta dentro y regreso a la cocina. Voy a llevar un registro de cada prueba que tenemos, así no perdemos ningún detalle.
— Ben y Eric, ambos cumplen con esas características físicas — digo al tiempo que lo anoto en mi libreta.
— Al igual que el setenta por ciento de la población mundial — Félix se muestra escéptico —. Además estamos culpando a Ben solo por un tonto apodo, no tenemos más pruebas contra él.
Lucas no está de acuerdo, seguro aún piensa en la forma en la que me miraba, lo que él no sabe es que luego de lo que pasó entre nosotros él siempre me ha mirado así.
— Ben organizó la fiesta, pudo ser muy fácil para él generar el caos — dice y tiene un punto, así que lo anoto en mi libreta también.
— Estamos pasando por alto un detalle muy importante. Solo estamos pensando en hombres, cuando en realidad he tenido más problemas con chicas en mi vida. Sería sensato agregar a Kiara y a Katia a esta lista.
Lucas se ve confundido.
— ¿Por qué a Katia? Nunca has tenido problemas con ella.
— Porque está obsesionada contigo, y tú estás enamorado de Alegra, y ella está un poco loca — Félix lo dice como si fuera absolutamente obvio.
— Pues no creo que sea ella, pero ponla en la lista igual.
Félix tiene su cerebro trabajando en recordar todos los líos en los que me he metido, y de verdad son muchos.
— También a esas chicas a las que hiciste que expulsaran del colegio con las fotos de tu trasero ¿Cómo se llamaban? — dice intentando recordar.
— Abby y Kate — Lucas me mira con su frente arrugada buscando explicaciones —. Luego te contaré esa historia, es genial. Pero no lo hice sola, Emma, Olivia y tu amada Emily estaban conmigo.
Él se ríe de mi comentario celoso y me da un besito en la mejilla.
— Tú eres mi única amada, celosa.
El timbre suena y Félix se pone de pie para atender.
— ¿Esperamos a alguien? — pregunto para posteriormente meter un puñado de papas en mi boca.
— A Diana — grita él desde la sala.
Lo escuchamos abrir la puerta, y un sonido confuso que parece un llanto.
— ¿Qué pasó? — pregunta muy preocupado y Lucas y yo corremos a la sala.
— Él me dijo que debía darle un mensaje a ella… me asusté mucho, fue aterrador — su relato es confuso y las lágrimas no la dejan hablar bien.
Félix la abraza sin hacer preguntas pero puedo ver la ira en todo su cuerpo, creo que deberíamos calmarlos a ambos.
— No pude verlo, estaba a punto de cruzar en un semáforo y se paró detrás de mí, apoyó algo en mi espalda que me hizo pensar que era un arma y tal vez lo era, no pude voltear… no pude — se aleja de Félix y mete la mano en su bolsillo.
— ¿Cuál era el mensaje? — pregunta Lucas.
Ella extiende un papel doblado hacia mí.
Félix la toma por el rostro limpiando sus lágrimas con ambas manos.
— Lo encontraré, te lo prometo.
Sea quien sea que está detrás de esto no sabe dónde se está metiendo, descubriremos quien es y entonces lo destruiremos, no va a poder salvarlo ninguno de sus estúpidos planes.
Desdoblo el papel para ver qué dice, está escrito en computadora con una fuente simple.
“Los minutos están contados, princesa. Iré por ti y borraré del camino a cualquiera que intente defenderte”
¿Cree que tengo miedo? Pues que venga tranquilo, que aquí lo estaremos esperando.
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Hola gente bella ❤️
Tarde, lo sé. O temprano, teniendo en cuenta que me tocaba actualizar mañana 😉
No hay nota, tengo sueño.
Los quiero ♥️
Besos, mil besitos 💋
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