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35 - Bonita

LUCAS

La música se detiene, el murmullo general combinado con las luces de los teléfonos de todos es abrumador.

Necesito encontrarla.

Me abro paso entre las personas sin nada de cortesía, pero todos están intentando hacer lo mismo y no puedo ver nada por lo que ni siquiera sé a dónde me dirijo.

El DJ habla por el micrófono y pide que todos nos quedemos quietos, estamos cerca de la escalera y podría ocasionarse un accidente si todos enloquecemos.

Hay una falla eléctrica, ese es el motivo que nos da para la falta de luz, que curioso que los micrófonos y la música aún funcionen.

Un sonido muy fuerte parecido a un disparo hace que la gente enloquezca aún más. Todos gritan y comienzan a empujarse hacia la escalera, algunos se arrojan al suelo, si se empujan de esa forma solo lograrán morir todos en una avalancha humana.

Intento que la marea de gente no me lleve, obviamente todo es distracción, necesito encontrar a Alegra pero el idiota que pensó en esto lo hizo demasiado bien.

Un psicópata sin dudas, la idea de que se la haya llevado me tiene al borde de una crisis de nervios.

— ¿Dónde está? — escucho la preocupada voz de Félix que no sé cómo me encontró.

La gente aún grita y corre en distintas direcciones, obvio eso no fue un disparo, sonó más como una bomba de fuegos artificiales, pero la gente está susceptible.

Otro sonido igual se escucha desde abajo, esta vez no tengo dudas de que es solo una bombita navideña, pero el caos se multiplica por dos y se escuchan llantos y gritos. 

— No lo sé, en un momento estaba sujetando mi mano y un segundo después ya no estaba — respondo en cuanto llegamos a la baranda.

La policía está abajo, ya están evacuando el lugar y Alegra aún no aparece.

Una parte de mí está resignada a qué alguien se la llevó, y además me siento culpable, porque si el responsable es Eric no debí ser tan estúpido e impulsivo de amenazarlo así, solo empeoré todo.

Pero la otra parte que es más instintiva me dice que ella tiene que estar entre la gente, que solo soltó mi mano porque la empujaron, o porque se asustó, o no lo sé, pero ella tiene que estar aquí.

— ¿La llamaste? — pregunta Diana que no se despega de Félix.

Dios, ni siquiera lo pensé, mi cerebro no está funcionando.

Niego con la cabeza y busco mi teléfono en el bolsillo rápidamente. Está apagado. Si antes tenía alguna esperanza ahora desapareció.

¿Qué voy a hacer ahora? ¿Buscar a la policía? ¿Buscar al padre de Alegra? La impotencia es la sensación más horrible que existe.

Las luces se encienden, a mis ojos les cuesta acostumbrarse y los refriego porque necesito buscarla.

Antes de que pueda ver nada unos brazos me envuelven por la cintura desde atrás y percibo algo inconfundible.

Su aroma.

Siento como si mi corazón volviera a latir luego de estar todo este tiempo detenido.

— Estoy aquí — dice y su voz también suena nerviosa.

Me volteo de inmediato para abrazarla, sujeto su cabeza contra mi pecho y la mantengo allí por varios segundos, ella me abraza con fuerza hasta que finalmente deja de temblar. Olivia y Liam están con ella, nos cuesta unos quince minutos salir del lugar en los que todos nos mantenemos juntos y en silencio.

.
ALEGRA

Minutos antes…

Mierda, tengo que salir de aquí. Quien sea que me está molestando no tiene miedo de las consecuencias de sus acciones. Intento sujetar la mano de Lucas con fuerza en cuanto las luces se apagan pero una voz susurra en mi oído.

— ¿Asustada, bonita? — no es una voz que pueda reconocer porque apenas es un susurro, me quedo quieta y conteniendo la respiración.

Me toma por el brazo con mucha fuerza y jala de él para que suelte a Lucas, me volteo lentamente para ver si logro ver algo con las linternas de los celulares que comienzan a encenderse en todos lados, pero entre la multitud pudo ser cualquiera de ellos o ninguno.

Perdí a Lucas, la música deja de sonar pero todos están hablando y alguien pide que mantengamos la calma.

Siento un brazo tomarme por los hombros de lado y me sobresalto.

— Tranquila, soy yo — dice Liam arrastrándome a una esquina.

Olivia está bajo su otro brazo y no nos deja movernos, me siento más segura pero aún necesito encontrar a Lucas, seguro está preocupado.

Busco mi teléfono para llamarlo y entonces noto que tengo otro mensaje.

Número privado:

Que tierno el novio de tu amiga, muy protector. Lástima que dejaste solo a Lucas ¿Qué podrá pasarle?

Ya no es solo conmigo, no entiendo quién me está haciendo esto y por qué, pero está cruzando muchos límites, va más allá de una simple broma, son amenazas directas.

Lucas tenía razón, no teníamos que haber venido.

El teléfono sigue vibrando, los mensajes llegan uno tras otro.

Número privado:

Tal vez estoy a punto de hacerle algo malo a tu novio, la única forma de evitarlo es besando a Liam.

Número privado:

Tienes diez segundos, bonita. Nueve, ocho...

Me volteo a ver a Liam, él tiene sus ojos fijos en mi teléfono y ya leyó el mensaje.

Los segundos han pasado y ni siquiera lo noté cuando de pronto se escucha claramente el sonido de un disparo.

No, no es posible. Los gritos de la estúpida gente resuenan por todo el lugar, intento zafarme de Liam para buscar a Lucas pero él no me lo permite.

— Le dije que te cuidaría, no te moverás de aquí hasta que las luces se enciendan — asegura manteniendo firme su agarre.

Las lágrimas corren por mis mejillas, no quiero ser débil, no quiero estar llorando pero tengo mucho miedo.

Número privado:

Te doy otra oportunidad, bonita. Pero el próximo irá directo a su cabeza. Besa a Liam.

— Hazlo — dice Olivia que también tiene sus ojos en mi teléfono.

¿Por qué alguien querría que yo besé a Liam? ¿Quieren que pelee con Olivia? ¿O quieren separarme de Lucas? ¿O hacer ambas cosas a la vez?

No puedo besar a Liam, ni siquiera cuando Olivia está diciendo que lo haga. No puedo, no quiero hacerlo...

— Está bien — Liam habla con voz calmada —. No fue un disparo, son fuegos artificiales.

— ¿Cómo estás tan seguro?

Él no responde de inmediato, y cada segundo que pasa siento que Lucas podría morir. 

— Solo lo sé.

— Bésala — le exige Olivia —. Me vale mierda si te parece que no son disparos, no pondremos en riesgo la vida de Lucas por un estúpido beso.

— No es el beso Hadita, es que estamos dejando que juegue con su mente.

— Pensaremos en eso después, ¡solo bésala de una vez! — vuelve a exigir.

Liam se voltea para hacer lo que ella le pide, acerca su rostro al mío pero otro disparo suena con más fuerza que el anterior. 

Llevo mis ojos a mi teléfono porque ha vuelto a vibrar.

Número privado:

Demasiado tarde, bonita.

Creo que nunca en mi vida había tenido tanto miedo. No puede ser verdad, tiene que ser un sueño o algo parecido. ¿Por qué alguien nos haría esto?

Las luces se encienden finalmente. A mis ojos les cuesta acostumbrarse pero Liam ya nos está moviendo.

— Allí — abro mis ojos y lo observo señalar hacia la baranda.

Cuando mis ojos lo ven siento un alivio incomparable. Liam tenía razón, solo estaban jugando con mi mente, y fui débil.

Lo abrazo por detrás y siento su cuerpo aflojarse también.

— Estoy aquí — balbuceo como puedo.

Se voltea para abrazarme, siento los intensos latidos de su corazón en su pecho e intento concentrarme en eso para tranquilizarme. Él me hace sentir segura.

Todo está bien, solo tenemos que salir de aquí.

Nos lleva unos cuantos minutos lograrlo, nos mantenemos juntos y en silencio hasta que por fin estamos en el auto. Félix va a conducir porque Lucas prefirió venir detrás conmigo, no suelta mi mano, aún está nervioso.

— ¿Por qué apagaste tu teléfono? — reclama y mis ojos van hacia afuera donde la policía toma declaraciones a Ben por ser el organizador de la fiesta.

— Yo no… — voy a decirle que no lo hice pero entonces recuerdo algo que hasta ahora no había notado — Bonita, la persona de los mensajes me llamaba bonita todo el tiempo, igual que él cuando salíamos.

Señalo a Ben afuera que levanta su cabeza y mira directamente hacia el auto con una sonrisa de satisfacción inconfundible. Sujeto la mano de Lucas con más fuerza y él intenta soltarla para bajarse del auto. Félix tranca las puertas desde adelante.

— ¡¿Es que eres idiota o qué?! — le reclama con fastidio — ¿Eres capaz de ir a golpearlo frente a la policía solo por un estúpido apodo más común que la mierda?

Lucas se detiene, está alterado, ni siquiera está pensando con claridad.

— ¿Qué no ves cómo la mira? — insiste intentando abrir la puerta en vano.

Félix habla con más calma buscando hacerlo entrar en razón.

— Necesitamos pruebas reales Lucas, deja de ser un estúpido impulsivo y preocúpate por ella de verdad buscando una respuesta lógica.

Enciende el motor del auto sin darle tiempo a protestar otra vez. De camino le cuento lo que decían los mensajes a Lucas, mientras enciendo mi teléfono.

— ¿Por qué querría que beses a Liam? — pregunta confundido.

— No lo sé, pero pensé que te mataría — me acurruco en su pecho porque aun no logro estar tranquila.

— ¿Lo… lo hiciste? — su voz suena vacilante.

— Iba a hacerlo, pero entonces sonó el segundo disparo y dijo que ya era demasiado tarde.

Él asiente lentamente buscando una respuesta lógica que de seguro no hay.

— Sea quien sea te quiere sola.

— ¿Crees que quiere que pelee contigo y con Olivia? Ella estaba a mi lado leyendo los mensajes, ella casi que obliga a Liam a besarme, no funcionaría de esa forma. Además tendría los mensajes como prueba frente a ti.

— ¿Qué mensajes? — dice en cuanto le doy mi teléfono.

Los mensajes ya no están, solo está el que recibí en el estadio. El teléfono de Lucas suena, el lo toma de inmediato y me enseña una foto en la que casi estoy besando a Liam.

— Sí me quiere sola — coincido de inmediato.

— Al parecer no contaba con que confíe en ti. Le salió mal el plan pero la próxima podría salirle bien, necesitamos ser más rápidos.

Olivia me envía una captura de pantalla de la misma foto que llego a su teléfono y de inmediato me llama.

— ¿Acaso no vio que yo estaba allí? — dice en cuanto la pongo en altavoz.

— Tal vez no está solo, tal vez alguien que no nos conoce lo suficiente lo ayudó con eso — intento razonar pero nada tiene lógica.

— Pero no funcionó.

— No… — agrega Lucas pensativo — Pero tal vez podamos hacerle creer que sí.

— ¡Por fin usas tu cerebro! — exclama Félix mientras conduce.

— Peleemos, hagamos drama en redes sociales, intentemos no salir juntos y entonces tendremos una ventaja.

Olivia coincide con él de inmediato.

— Ya mismo voy a publicar una historia sobre cómo no se puede confiar en nadie.

De alguna forma siento que podría funcionar, pero ahora solo puedo pensar en llegar a casa para por fin sentirme a salvo.

LUCAS

Alegra aún dormía cuando salí de casa, le hice jurarme diez mil veces a Félix que no la dejaría sola por nada del mundo y de todas formas estoy intranquilo. Pasé por el centro comercial y ahora me dirijo a hacer algo que me pone incómodo solo de pensarlo.

Toco el timbre y espero impaciente, apenas pude dormir porque no podía dejar de pensar y esta es la idea mas sensata que se me ocurre.

Emily me abre la puerta, de inmediato sonríe y se muestra amable.

— Hola, Emma aún está durmiendo, pero puedo…

— No vine a ver a Emma — la interrumpo —. Necesito hablar contigo.

— ¿Conmigo? — se muestra confundida.

Llevo cuatro años evitando cruzar palabra con ella, así que obviamente está confundida de que ahora venga a verla.

Le cuento lo más detalladamente posible todo lo que sucedió desde el estadio hasta la fiesta de Ben, evitando por completo mencionar a su hermano.

— ¿Tú puedes saber quién fue?

— Claro, si tienes su teléfono. ¿Dices que los mensajes simplemente desaparecieron? — toma una computadora que estaba sobre el sofá y la sigo hacia el jardín donde Matteo la espera para desayunar.

¿Podía ser algo más incómodo? Imposible.

— Sí, como si nunca los hubieran enviado.

— ¿Tú los viste? ¿o tal vez ella…?

No la dejo terminar porque sé lo que dirá.
— Ella no está mintiendo.

Nos sentamos en la mesa del jardín y Matteo me da un breve movimiento de cabeza como saludo.

— Bueno, tal vez lo de la foto…

— ¿Crees que Liam le haría algo así a Olivia? — ironizo con molestia por su desconfianza.

— Él no, pero ella tal vez sí.

Ya estoy comenzando a fastidiarme cuando Matteo decide intervenir, y para mi sorpresa es para defender a Alegra.

— Liam vio los mensajes, él me llamó ayer por la noche, lo que dice Lucas es tal cual lo que sucedió.

— ¿Y hasta ahora me lo dices? — le reclama ella.

— Acabo de levantarme, mi amor ¿Cuándo querías que lo dijera? — su tono de voz es dulce aunque ella parece molesta — Además ¿por qué tanta desconfianza? Pensé que Alegra era de las nuestras.

Ella resopla y asiente.

— Lo sé, lo siento — se disculpa conmigo —. Es que borrar mensajes de otro teléfono no es algo que pueda hacer cualquier persona, solo alguien que sabe mucho de programación.

Sí, tu hermano.

Abre su computadora y desbloquea el celular de Alegra sin tener el patrón. En un segundo vemos la pantalla de su celular en la pantalla de la computadora.

Que fácil es invadir la privacidad de otras personas para ella, me preocupa que para su hermano también, solo espero que Alegra no tenga nada en su celular que puedan usar en su contra.

— ¿Ella sabe que tienes su teléfono? — pregunta Matteo con diversión.

— Sí, claro.

Es verdad, le dije que lo llevaría con alguien que pueda rastrearlo, solo que no le dije con quién pero supongo que es obvio.

— Es un teléfono prepago sin propietario, y tiene bloqueada cualquier vía de rastreo — dice luego de unos minutos.

— Mierda… — murmuro centrando la mirada en la mesa — ¿No puedes hacer nada?

— No hay un novato al otro lado, es alguien que sabe bien lo que hace.

— ¿Sospechan de alguien? — quiere saber Matteo.

— Sí, de Eric — digo por fin, aunque Ben también es sospechoso todo el asunto tecnológico apunta mas a Eric.

— ¿Mi hermano? — Emily se ve entre confundida y sorprendida en cuanto asiento — ¿Por qué mi hermano acosaría a Alegra? Es una tontería.

— De hecho no, antes de recibir el primer mensaje él estaba con ella en el baño y le reclamó por… algo que paso entre ellos — evito dar detalles que no sé si Alegra estaría de acuerdo con contar.

— Sé lo que pasó entre ellos, pero no fue nada importante según Alegra.

Bueno, si lo sabe puedo hablar.

— Él le dijo que para él sí fue importante, y estaba molesto porque ella no le volvió a hablar. Luego recibió ese mensaje, y en la fiesta también estaba, créeme que vi cómo la miraba, parecía perturbado.

— A Liam le pareció lo mismo — me apoya Matteo nuevamente.

— ¿Liam cree que mi hermano es capaz de hacer esto? ¿Y tú también? — ella está indignada.

— Estuvo en las dos situaciones, está molesto con ella, es un genio informático; creo que cumple con todos los requisitos para ser el sospechoso número uno.

— Es mi hermano, estoy segura de que él no fue — protesta pero Matteo no se echa atrás.

— No estás siendo objetiva.

— ¿Y qué pensarías tú si el acusado de acoso fuera uno de tus hermanos?

Oh, esto se puso interesante, los Romano son muy intensos en lo que refiere a su familia.

— No puedes comparar, mis hermanos son nuestra familia, tú también pondrías las manos en el fuego por cualquiera de ellos. Eric y tú apenas hablan, no lo conoces bien, no puedes estar segura de que no es culpable y eso es lo que más te molesta.

Touche, esas son las desventajas de que alguien te conozca tanto.

Ella no responde, simplemente se pone de pie y se va. A Matteo no parece inquietarlo, supongo que ya conoce de memoria sus reacciones.

— Te llamará pronto, a veces le cuesta procesar la información — le resta importancia poniendo la computadora frente a él mientras sus ojos se fijan en la bolsa de una compañía de teléfonos que tengo en mi mano — ¿Le compraste un nuevo teléfono?

— Sí, esperaba que ella lo volviera seguro pero al parecer no tendré suerte.

Él estira su mano hacia mí para que sé lo de.
— Yo lo haré.

— ¿Tú sabes de esto?

Él sonríe con arrogancia y asiente.
— Soy su mejor alumno.

Es increíble, pero la ayuda en momentos de crisis siempre viene del lugar que uno menos se lo espera. No soy orgulloso, sin dudas soy capaz de aceptar su ayuda así que le doy el teléfono y espero.

— Lo lamento — murmura sin quitar sus ojos de la pantalla —. Lamento haberte golpeado de esa forma.

— Ya me pediste perdón hace años, todo está bien — digo restándole importancia.

— Sí, pero entonces no fui sincero, ahora sí lo soy.

— Créeme que ayudándome con esto borraste cualquier tontería que haya pasado antes — le doy una breve sonrisa y él la corresponde.

Sigue siendo incómodo, pero al menos ahora podemos intercambiar palabra.

Mi teléfono suena, me sorprendo de ver el nombre de Max en la pantalla así que respondo de inmediato.

No hay saludos, solo una frase que me hace saber que los problemas no tienen fin.

— Tu hermana está en el hospital.

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Hola gente bella ❤️

Sí, ámenme por no hacerlos esperar hasta mañana.

No hay nota, tengo prisa.

Los quiero ♥️

Besos, mil besitos 💋

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