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Su mente ya no registraba nada más que no fuese esa última vista de su novio en aquella situación con quien decía ser su mejor amigo.
Sintió unos brazos rodearle el cuerpo en un abrazo que gritaba a miles de kilómetros que buscaba consolarlo. Pero él no podía sentir nada más que no fuese dolor.
Dolor y un fuerte dolor de cabeza que parecía querer destruirlo poco a poco, mientras sus ojos se cristalizaban a causa de las lágrimas que se acumulaban en ellos. Y entonces todo se volvió oscuro.
No había nada más que oscuridad absoluta en aquella habitación, a pesar de la luz que ingresaba por las ventanas, él solo divisaba oscuridad.

Entonces pudo escuchar su voz a lo lejos. Era aquella voz la cuál antes le decía palabras bonitas y promesas que supuestamente jamás rompería. Era esa misma voz que en aquellos momentos le destrozaba cada parte de su ser.

- ¡DÉJAME ABRAZARLO! - la voz se volvía cada vez más lejana mientras él parecía ser cargado hacia algún lugar - ¡TE DIJE QUE ME DEJES ABRAZARLO MALDITA SEA! - reconocía aquella voz sin necesidad de que ésta elevara su tono, era su novio.

- ¡Apartate de mí camino Min o soy capaz de golpearte! - amenazó de manera tajante la voz de la chica a la cuál no reconocía.

- ¡ES MI NOVIO POR UN DEMONIO DÉJAME SOLUCIONAR ESTO! - volvió a escuchar la voz pero aquella vez más cerca e inconcientemente se abrazó por el cuerpo ajeno temblando como una hoja.

- ¡NO, NO ES NADA TUYO MIN YOONGI! - gritó la voz de la chica que lo abrazaba y aquella si pudo reconocerla, era Lisa, su mejor amiga - ¡DEJÓ DE SERLO CUANDO TE ENRREDASTE CON ESE OMEGA! - volvió a hablar acariciando el cuerpo ajeno con un cariño sobreprotector.

- No lo entienden, ustedes no lo entienden - habló una cuarta voz acercándose a los demás - déjenme explicar... - la voz fue bruscamente callada por la chica que él no reconocía.

- ¡Cierra la boca Park, todo esto es en gran parte tú culpa! - habló con un tono demasiado seco y cargado de furia.

- ¡No te metas con Jimin, porque lo lamentarás! - la voz de mando del Alfa se hizo presente y eso fue motivo para algo que ninguno esperaba.

Lisa soltó bruscamente a Hoseok, haciendo que esté fuese a parar a los brazos de Jisoo, la cuál observaba todo aquella escena con temor y enojo juntos.
Era la primera vez que observaba el lado Alfa de Lisa aparecer en una discusión y eso en parte la asustaba. La joven Alfa se situó frente a ambos Omegas y liberando su aroma dió a entender que no se dejaría vencer en aquella pelea, y que se iría de allí victoriosa o no se iría. Su gruñido alertó al Omega de Jimin, el cual en seguida se colocó frente a Yoongi para evitar algún tipo de enfrentamiento entre ambos Alfas; porque éste último sabía que aunque Lisa no sería un contrincante fácil de vencer, el Alfa de Yoongi tenía las de ganar por ser un hombre.

- ¡Basta, paren por favor! - suplicó mientras sus ojos viajaban entre ambos Alfas - Yoongi, déjalas que se vayan, necesitan tiempo para procesar esto - volteó encontrándose con los ojos del Alfa los cuales estaban dilatados por el sentimiento de enojo que lo invadía.

- ¡No hay nada que procesar! - la voz de Jisoo se escuchó fuerte y clara en la habitación mientras sostenía a el amigo de su novia - será mejor que se alejen de HoSeok para siempre - agregó acariciando sus cabellos.

Lisa continuaba observando a Yoongi manteniendo su posición de ataque, no dudaría ni un segundo en destruir a aquel Alfa si necesitaba hacerlo. Era capaz de todo cuando se trataba de defender a HoSeok o a Jisoo.
Se despegó del cuerpo de Jisoo solo unos segundos para observar a quien antes era su Alfa, defender a otro Omega y el corazón se le estrujó aún más.

- ¿Hace... Hace cuánto... Ustedes, ustedes hacen esto? - logró articular con los ojos rojos y su voz completamente cortada por el llanto, aquello parecía la muerte misma.

- Hobi, no es lo que tú crees por favor - la voz de Jimin se escuchaba en un quejido de dolor.

- ¡NO ESTOY HABLANDO CONTIGO OMEGA SIN CORAZÓN! - gritó con la voz totalmente destruida por el dolor que no lograba contener - ¡ESTOY HABLANDO CON MI ALFA, CON LA PERSONA A LA QUE LE PREPARÉ TODO ESTO! - agregó señalando por completo el lugar - ¡ESTOY HABLANDO CON LA PERSONA A LA QUE LE ENTREGUÉ TODO MI AMOR! - añadió arrojándole la pequeña cajita al Alfa.

La pequeña caja golpeó el pecho del pálido cayendo al suelo, abriéndose en el proceso dejando ver un pequeño pero delicado collar decorado con el dije de corazón el cual se partió a la mitad.
Yoongi se arrodilló en el suelo para tomar en sus manos aquel obsequio y divisar como la palabra Destino se había partido a la mitad. Una que debía ser para él y la otra para su novio.
El sentimiento de culpa recayó sobre él como si todo el peso del mundo se situara en sus hombros y en su corazón.
Había dañado a lo más preciado que tenía en su vida, a la única luz que lo iluminaba en la oscuridad, al único rayo de Sol que le calentaba el alma durante aquellos fríos inviernos. Lo había arruinado sin importarle nada.

Alzó su mirada de los dijes para encontrarse con un Omega completamente destruido por el dolor y la traición. Se odiaba, se odiaba a si mismo como jamás lo había echo antes.
Su corazón dolía demasiado y aquellas dos chicas no permitían que se acercara a HoSeok para explicarle las cosas.

- Lisa, cariño, Lis - la voz de su pareja logró sacarla de aquel trance provocado por el enojo y su instinto de protección - vámonos a casa, debemos hacer que HoSeok descanse - habló cerca de su oído, tocándole un brazo con cariño.

- ¡No se llevarán a Hobi a ningún lado! - aquello voz lo único que provocaba en el Omega en aquellos momentos era miedo y más dolor.

- ¡Sí lo haremos! - respondieron al unísono Lisa y Jisoo acercándose al Omega mientras caminaban hacia la salida.

- Hobi, Hobi por favor, quédate, déjame explicarte - suplicó el Alfa queriendo acercarse mientras sentía que en su garganta se formaba un nudo por el próximo llanto.

- Quiero irme Lis - suplicó HoSeok sintiéndose más dolorido que antes - sólo vámonos por favor - le repitió a la joven la cuál lo apretó suavemente en un abrazo.

Se giró por última vez para ver cómo los dos jóvenes que se hallaban en el departamento intentaban en vano hablar con él. La puerta se cerró y él solo deseaba recostarse en una cama a llorar por todo el dolor que guardaba en su corazón.