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— ¿No crees que es un poco tarde para ir a hablar con tus amigas? — cuestionó el Alfa sin moverse del umbral de la puerta — ya se está haciendo de noche y es peligroso que te manejes solo — continuó hablando obteniendo una mirada desaprobatoria por parte del Omega.

— No estás en condiciones de decirme eso Min Yoongi — le reprochó Hoseok — tengo todo el derecho de volverme al departamento de mis amigas en este instante y tú no puedes impedirmelo — habló con molestia.

— No estoy en contra de que vayas Seok — dijo el pálido comprendiendo hacia donde iba Hoseok — tampoco busco retenerte aquí a la fuerza ni nada por el estilo — siguió hablando al ver qué el pelirrojo no comprendía — está entrando la noche y a pesar de que la lluvia se ha detenido por momentos, para un Omega como tú es peligroso andar por aquí en las noche, muchos Alfas y Betas nuevos han aparecido y no me sentiría tranquilo si te dejara salir de este departamento en soledad — agregó notando como el Omega comprendía poco a poco sus palabras.

— ¿Entonces qué sugieres? — cuestionó al no saber que determinación tomaría el pálido — ¿Pedirás un taxi? — sugirió al mayor.

— Por supuesto que no — negó casi como si le hubiesen dicho que él era un Omega — no irás en un taxi y no irás solo — sentenció logrando una mueca de disgusto en la cara del pelirrojo.

— De ninguna manera — afirmó el Omega levantando su vista para encontrarse con la mirada del pálido, la cual se apreciaba serena, como si las palabras del Omega no hubiesen provocado ningún tipo de efecto — no hay posibilidad alguna de que te permita el que me lleves al departamento de Lisa — dijo
Hoseok sin ninguna intensión de cambiar de idea.

— Esto no es algo que pienso discutir SeokSeok — se adelantó el Alfa dejando en claro su postura — sé que terminamos, soy consciente de que has cambiado y que ahora eres un Omega un tanto más fuerte que el día que nos conocimos — Hoseok sabía y era conciente de que las palabras del pálido no debían afectarlo en lo más mínimo, pero algo muy dentro de él se sentía feliz al escuchar cada palabra proveniente de los labios ajenos — ¿SeokSeok estás escuchándome? — lo sorprendió el Alfa al hacerle esa pregunta.

— ¿Qué me decías? — preguntó agachando su mirada debido a la vergüenza de no haber prestado la debida atención a las palabras del pálido.

— Te decía que vayas al departamento de al lado, allí está BamBam y le digas que los veo abajo para llevarte a dónde tú vives ahora — dijo Yoongi encaminándose hacia las escaleras, para bajar y buscar las llaves de su auto — en el armario se encuentra tu traje negro, no querrás olvidartelo aquí — agregó al verlo acercarse al umbral de la puerta.

— Tonto Alfa con su capacidad de distraer a alguien con palabras para lograr lo que quiere — se quejó Hoseok caminando hacia el armario, observando que efectivamente dentro de este se hallaba su traje negro y de uno de los bolsillos de este sobresalía un sobre blanco — ¿Qué crees que contenga este sobre Sunny? — preguntó a su Lobo, al notar que este se encontraba atento a la conversación que había mantenido con el Alfa.

— No estoy seguro Hobi, pero si queremos averiguarlo, lo mejor será ir por ese Omega y permitir que el humano nos acerque al departamento de nuestra amiga, su Lobo me prometió que nos cuidaría — habló el animal luego de escuchar la pregunta de su humano.

— ¿El Alfa de Yoongi prometió eso? — se sorprendió Hoseok al escuchar aquello.

— Sí, lo hizo Hobi — contestó su animal — su Alfa está en completo desacuerdo con las acciones que realizó su lado humano — continuó hablando el Lobo — Suga fue el primero en disculparse ni bien pisamos esa cafetería — dijo mientras Hoseok se colocaba el traje y salía de la habitación para descender las escaleras y salir de aquel departamento en busca del Omega que descubrió había cuidado de él luego de desmayarse.

Al llegar a la sala no encontró rastro alguno del Alfa, dándole que efectivamente este había ido en busca de su auto para llevarlo al departamento de su mejor amiga. Suspirando de manera lenta pero tranquila, se dirigió a la puerta principal y dando una última mirada al departamento decidió salir de allí con la idea de no regresar en un largo tiempo o posiblemente nunca.  Al caminar un poco por el corto pasillo que lo guiaba a los demás departamentos, se topó con la figura del Omega al cual estaba buscando. BamBam lo observaba con una sonrisa en el rostro, como si fueran amigos de toda la vida.

— ¿Hablaste con Yoongi Hyung? — preguntó con curiosidad el Omega — ¿Lo golpeaste en el rostro o en su zona baja? — quiso saber, sacándole una sonrisa a Hoseok debido a los deseos que tenía el Omega a pesar de que ese pálido Alfa era su mejor amigo.

— Sí hablé con él y no, no lo golpeé — contestó el pelirrojo causando una mueca de decepción en el rostro ajeno — pero no te preocupes BamBam, que ganas no me faltaron — habló causando una pequeña sonrisa en la cara del Omega — de igual manera, la razón por la que te estoy buscando es porque Yoongi quiere llevarme al departamento de mí mejor amiga, donde me estoy quedando y quiere que vayas con nosotros — agregó notando como la actitud del joven cambiaba a una más sobreprotectora.

— Claro que los acompañaré — afirmó acercándose para quedar a su lado — sin importar si mí Hyung no hubiese querido mí compañía, yo los hubiera acompañado, ya que si mal no me acuerdo Yoongi Hyung me comentó que tú mejor amiga no puedo verlo desde aquella vez que los descubrió — añadió el menor caminando junto al otro Omega para dirigirse a las escaleras que los guiaría al estacionamiento donde el Alfa los esperaba.

Al llegar al estacionamiento, efectivamente el Alfa se encontraba recostado sobre el auto y la imagen que proyectaba quizás para cualquier otra persona podría ser sumamente irresistible, debido a que pesar de lo demacrado que se mostraba en el cementerio, continuaba siendo un joven de porte bello. Con su cabello, ahora de un color rubio, sus ojos verde claro, su piel pálida, aquella camisa blanca metida dentro de aquellos pantalones negros, podía lucir atractivo para cualquier Omega, Beta o incluso hasta algun que otro Alfa, pero para él, solo era la sombra de lo que alguna vez fue el verdadero Min Yoongi.

Al subirse los tres al auto, fue indicándole paso a paso las calles para llegar a su propio destino.
No fueron muchos minutos los cuales les tomó para arribar al lugar, debido a que el departamento, ahora de Yoongi, no quedaba muy lejos.
Luego de bajar del auto, los tres jóvenes entraron al edificio, subieron por el ascensor hasta el piso que el pelirrojo les indicó y llegaron hasta el lugar donde se hallaba el departamento de su mejor amiga. Pero la sensación del lugar no transmitía nada bueno.
El primero en notarlo fue BamBam, quien instintivamente se colocó frente a Hoseok dándole la espalda.

— Hyung, algo no anda bien — murmuró al pálido, el cual se hallaba por delante de ellos.

— ¿Yoongi? — la voz de Hoseok, la cual provenía desde el fondo era completamente ignorada por el mayor.

— Quédense atrás, esto no se siente bien — advirtió el pálido al notar que la puerta del departamento se hallaba abierta.

— Yoongi — nuevamente la voz del Omega fue ignorada.

Cuando el Alfa llegó hasta el umbral de la puerta, la imagen dentro del departamento fue impactante a tal punto de hacerlo dar dos pasos para atrás. Tomando el coraje que sabía que tenía, sé adentró no sin antes arremangar las mangas de su camisa. Fue en ese momento que Hoseok las vió, en ambos brazos. Unas largas marcas en forma vertical que comenzaban desde la muñeca y llegaban hasta el final del antebrazo. Ahogó un grito en su garganta, al notar lo que el Alfa ocultaba.

— No lo dejes entrar BamBam — habló con voz de mando el pálido desde el interior de la sala — por ningún motivo dejes que Hoseok entre aquí — ordenó sin dar paso a ningún tipo de protesta.

Pero mucho antes de que BamBam pudiera asimilar las palabras dichas por su mejor amigo, Jung Hoseok ya había ingresado detrás del pálido y soltando un grito de dolor que Yoongi jamás se esperó oír, observó como el pálido cargaba en brazos el cuerpo de su mejor amiga el cual chorreaba demasiado sangre. Unos brazos abrazaron su cuerpo obligándolo a voltearse y dejar de apreciar aquella grotesca escena, mientras que sentía como sus piernas se debilitaban y como las voces de ambos jóvenes se volvían murmullos lejanos. Estaba a un paso de desmayarse, podía sentirlo.

De no ser por el agonizante quejido que soltó la Alfa, hubiese caído al suelo, pero no lo hizo, en cambio se sostuvo más fuerte de los brazos del otro Omega, mientras escuchaba como lo que parecía ser una cortina o sábana era desgarrada para crear una compresa o torniquete que pudiese detener el intenso sangrado de la joven Alfa.

— Debemos llevarla al hospital — la voz del Alfa lo hizo girar la cabeza para observar sus brazos llenos de sangre y como parte de su camisa también se hallaba manchada — ha perdido mucha sangre, si no lo hacemos ahora, de seguro morirá — sentenció pasando una mano por su cabello, importandole poco si lo ensuciaba en el proceso.

— De acuerdo — murmuraron los dos Omegas al borde de las lágrimas.