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Todo podría haber sido genial. En aquellos momentos podría estar disfrutando en sobremanera de los gemidos y jadeos de placer que su novia soltara de sus hermosos y carnosos labios, si no hubiese sido porque todo se había ido al mismísimo infierno. Y sí, todo se había ido al mismísimo diablo y varios sentimientos poco agradables se situaban en su corazón y en su mirada mientras sus ojos contemplaban como si fuesen dagas previamente afiladas y envenenadas a las dos personas que se hallaban sentadas en uno de los sillones que adornaban la sala del departamento que compartía con Jisoo.
La sesión de besos que ambas jóvenes comenzaron en el auto y que poco a poco se volvían más intensos, se frenaron solo un momento para que ambas pudieran ingresar en el departamento y disfrutar de una reconciliación un poco más íntima en la habitación que ambas compartían, pero todo se detuvo de golpe al notar la presencia de los padres de Jisoo, quienes observaban horrorizados como su hija se besaba pasionalmente con otra chica.
Una discusión comenzó entre su novia y sus padres, los cuales le recriminaban el estar con otra chica, el arruinar su futuro, el engañar a quién podría haber sido su Alfa y muchas otras cosas, hasta que llegaron a un punto en el que ella decidió interferir antes de poner en su lugar a sus suegros.
— Buenas tardes señor y señora Kim — saludó la joven Alfa haciendo una leve reverencia hacia los padres de la muchacha.
— Nos alegra que estés en casa Jisoo — habló la señora Kim ignorando por completo el saludo de Lisa.
— ¿Qué hacen aquí? — preguntó la Omega con claro disgusto, ya que había notado como su madre había ignorado a su Alfa.
— Venimos porque hemos estado preocupados por ti desde aquel día que te visitamos y nos dimos cuenta que compartías departamento con ese Omega amigo tuyo — habló su padre ignorando por completo, al igual que su esposa, la presencia de la Alfa — ¿Qué por cierto, donde está? — preguntó no por curiosidad sino por el simple echo de sacarle conversación a su hija.
— Nuestro amigo se encuentra resolviendo unos asuntos personales — contestó Lisa tomando partido en la incómoda charla.
— ¿Jisoo? — preguntó su madre queriendo escuchar la voz de su hija nuevamente — ¿Por qué no respondes la pregunta de tu padre? — cuestionó con clara molestia.
— Mí Alfa ha respondido ¿Acaso no la han oído? — dijo Jisoo, molesta por la actitud de sus progenitores.
— Me parece absurdo que sigas aferrándote a esa loca y asquerosa idea de que está muchachita sea tu Alfa, cuando claramente tú padre y yo sabemos que no es cierto — soltó su madre sin ni siquiera importarle el claro sentimiento de rabia que se acumulaba dentro del pecho de su hermosa hija.
— Y es por eso que vinimos hasta aquí para comunicarte las buenas nuevas, pequeña Jisoo — continuó el Alfa completando la conversación que había comenzado su Omega — he demos con el paradero de tu Alfa destinado, Kim Namjoon y te alegrará saber que es un reconocido Doctor y que en estos momentos una conocida de tu madre lo que está acompañando a Seúl, para que luego de una cena con nosotros, se declare a ti y te tomé como su esposa — habló el hombre tomando por sorpresa a ambas jóvenes las cuales no daban crédito a las palabras que soltaba el Alfa.
— ¡¡NO PUEDES HACER ESO!! ¡¡NO PUEDEN HACERME ESTO A MÍ!! — gritó la Omega totalmente ida por el enfado mientras sus ojos se cristalizaban al notar mediante su lazo junto a Lisa como está sufría por toda aquella locura implementada por sus padres — ¡¡YO YA TENGO UNA ALFA!! MIREN — siguió gritando mientras corría un poco la remera que cubría su clavícula para enseñar a sus padres la marca de pertenencia que Lisa le había echo y por la cual se expresaban continuamente cuánto se amaban.
— ¡Por Dios Jisoo, que horror! — gritó su madre al ver la marca sobre el hombro de su hija — ¡¿CÓMO PUDISTE PERMITIR SEMEJANTE ABERRACIÓN?! — agregó acercándose a su hija para tomarla por sus brazos mientras la sacudía con violencia.
— ¡¡NO SE ATREVA A PONER SUS MANOS SOBRE JISOO!! — la voz de la Loba de Lisa se hizo presente poniendo en alerta a todos, sobretodo al Alfa progenitor de su novia, el cual tan pronto escuchó la advertencia de la joven decidió ponerse en alerta y no dudar en atacar si su pareja llegaba a ser lastimada o confrontada.
El sonido seco de una mano chocar contra uno de los rostros se dejó escuchar, provocando el enfado de dos Lobas. La mano del Alfa había golpeado de tal forma la cara de la joven Lisa que en el proceso está volteó su rostro hacia su novia, la cual la observaba horrorizada, dolida, enfadada y sumida en tristeza, la cual se presentaba con sus ojitos llenos de lágrimas.
Los ojos de Lisa, los cuales eran de un bello color castaño pasaron a volverse levemente negros, mientras su respiración se entrecortaba debido al enojo que desbordaba por cada uno de sus poros, invadiendo su aroma el cual pasó a ser dulce para su novia, a uno agrio y cargado de odio.
Lo próximo que apreciaron los ojos de la Omega fue como su novia daba paso a su parte animal, una Loba de pelaje rojo con mechones negros y bastante grande se hizo presente frente a la puerta colocándose frente a ella y gruñendole directamente al Alfa que la había golpeado con anterioridad. Sus ojos poco a poco comenzaron a intensificar su color mientras sentía a través de su lazo el miedo y el dolor que invadía a su dulce Omega.
Frente a ella un enorme Lobo de color negro azabache la esperaba dispuesto a luchar hasta la muerte de alguno de los dos. La mirada aterrada que su madre exhibía en aquellos instantes, le hacía comprender que no esperaba nada de aquello y que la situación se le estaba saliendo de las manos. El primer gruñido de advertencia por parte de la Loba se escuchó y antes de que cualquiera de las dos omegas pudiesen reaccionar, el imponente animal se arrojó contra el lomo de Lisa, incrustando sus colmillos sobre este, haciendo la sangre escapara de cada orificio, sacándole un aullido de dolor a la joven Alfa, así como también a la pequeña Omega, la cual se ocultaba dentro del cuerpo de Jisoo intentando de aquella manera acabar con aquel dolor de muerte que invadía su débil cuerpo.
— ¡¡LISA, DETENTE, POR FAVOR!! — suplicó la joven Omega sintiendo como el dolor calaba profundo en ella.
— ¡NAMSEONG, DETENTE! — la voz de la Omega Su Ri, era completamente ignorada por el Alfa de pelaje negro azabache, el cual continuaba atacando a la Loba, la cual se defendía y atacaba al igual que él.
— ¡Mamá, detén esto por favor! — suplicaba la muchacha mientras de sus ojos caían gruesas lágrimas — ¡Por favor mamá, haré lo que quieras, lo haré, pero detén a papá! — pedía la chica a punto de desfallecer por lo que sucedía.
Las debilidad en sus piernas le hacía comprender que no soportaría aquello por mucho más tiempo. El fuerte dolor en su pecho era prueba de ello.
— No puedo hacerlo — sentenció su madre al ver cómo la supuesta Alfa de su hija, daba pelea buscando siempre proteger a su hija — él no se detendrá, no es un Alfa al que pueda dominar tan fácilmente, como si podía hacerlo con tu padre — siguió hablando sintiendo el dolor de su hija al verla a los ojos y como la lágrimas caían de estos — él no parará hasta matarla — susurró notando como el Alfa buscaba atacar a las zonas que más riesgo supondrian para la Loba.
— Mamá... — la voz débil de Jisoo la advirtió de que su hija estaba en estado moribundo — por favor — la rodillas de la Omega golpearon el suelo y sus brazos envolvieron las piernas de su madre buscando terminar su agonía.
— Mí Omega... cuánto lo siento, no pude... no pude defender nuestro amor — habló la Loba de Lisa a su pareja a través del vínculo que las unía, el cual se hacía cada vez más débil.
— A... Alfa — lloriqueó la Omega al casi no poder sentir a su novia.
— ¡¡NAMSEONG DETENTE, MATARÁS A MI HIJA!! — ordenó la madre de Jisoo al ver a su hija desmayada en el suelo.
El Lobo negro quien aún atacaba a la Loba, hundió sus dientes sobre la nuca de está provocando un fuerte alarido y sacudiendola con más fuerza, la arrojó con violencia hacia un costado de la sala. Sintiéndose satisfecho con el daño provocado, se colocó frente a su esposa para luego volver a su forma humana y observarla detenidamente para confirmar que está no tuviese ningún daño, a pesar de que esta nunca había sido atacada por la Alfa.
— ¿Estás bien? — preguntó a Su Ri al acercar su mano hasta la mejilla de la mujer.
— Nunca me atacaron querido — soltó la mujer disfrutando de la caricia — casi matas a mí hija — lo reprendió al ver el cuerpo de su hija y muy alejado de ellos, el cuerpo de la Alfa, el cual había regresado a la normalidad debido a las debilidad de esta.
— Todo sea por convencer a mí hija del error que está cometiendo — dijo el hombre observando a Jisoo en el suelo.
— Te recuerdo que es mí hija querido — le recordó la mujer limpiando una gota de sangre que escapaba de su labio inferior — tú solo eres el Alfa que la cuidó — dijo apartándose un poco del lugar donde se hallaba el cuerpo de la otra Omega — ahora, hazme el favor de cargarla — habló acomodando su cabello — debemos ir a deshacernos de esa ridícula marca en su cuello — sentenció saliendo del departamento de su hija, mientras el hombre la cargaba en sus brazos.
— Por... por favor, no hagan... no se la lleve... no — la agónica voz de la Alfa se escuchó antes de cerrar sus ojos sumiendose en la fría oscuridad.
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