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Capítulo dedicado a estos bellos perfiles: aromymoa_NJ_HV_YS Vane_RS19 dryadLMBH Tu_Hobi_Ardilla AleGui19 ChicaV_ Ylevhope kthxjjk_01
Había olvidado por completo lo largo que lucían los pasillos de la empresa y lo vacía y amargadas que se sentían cada una de las oficinas.
Hacía varios años que no se presentaba en aquella empresa, después de todo no había nada ni nadie que lo motivará a pisar ese lugar. Su motivo más grande se encontraba en aquellos momentos, dormido sobre su cama, arropado con sus sábanas, cubierto con su aroma y bañado en sudor luego de una noche demasiado placentera. Al menos había sido placentera para él y su Lobo, muy a pesar de que el contrario no se había dejado marcar como de su propiedad.
Los murmullos a cada uno de sus pasos no cesaban, a pesar de estar acostumbrado a ellos, le molestaba que luego de años de no mostrarse estos siguieran allí con su presencia.
— Buenos días señor, soy Kim Hyolyn y soy secretaria de la señora Kim — se presentó la Omega de estatura media — ¿Tiene una cita programada para hoy? — preguntó buscando con la mirada en su laptop negra.
— Buenos días señorita Kim — contestó lo más formal que podía — y respondiendo a su pregunta, no — negó observándola de pies a cabeza, la muchacha era bonita a sus ojos; de seguro era perseguida por muchos — no tengo una cita programada — agregó con una media sonrisa.
— ¿Vino por una cita? — preguntó la muchacha sin levantar la vista de aquella pantalla.
— Quizás tú puedas concederme una — respondió de manera coqueta — eres una Omega hermosa y de seguro debes traer a más de uno postrado a tus pies — añadió guiñandole un ojo.
Las mejillas de la joven se colorearon de tal manera que no logró pasar desaperciba ante la mirada del Alfa, quién la miraba con ojos de deseo y perversión.
— Veo que tus dotes de Don Juan no se han perdido con el tiempo — la dulce voz de la señora Kim se escuchó tras la espalda del muchacho.
— Muy buenos días señora Taeyeon — saludó con una reverencia el Alfa, luego de girar sobre sus talones dándole la espalda a la muchacha.
— Gracias Hyolyn, puedes retirarte — habló la mujer dándole a entender a la joven que podía regresar a sus actividades — espera — la frenó casi de inmediato — asegúrate de mover las citas de hoy a la tarde para mañana a la misma hora, la reunión inesperada con este joven me mantendrá bastante ocupada — agregó para luego recibir una reverencia por parte de la joven y verla marchar.
— Tiene muy buenos empleados señora Kim — la voz del Alfa la hizo guiar su mirada hacia él — ¿Qué sucedió con la joven Chang? — preguntó fingiendo interés en la respuesta — ahora comprendo los celos de mis padres — agregó con confianza en sus palabras.
— ¿Qué podría saber de buenos empleados un Alfa que jamás ha trabajado? — remató la señora Kim, observando al joven — si tu descripción de "buenos" se refiere a lo bien que se mueven bajo tu cuerpo en una cama, entonces no poseo buenos empleados — siguió hablando la mujer mientras observaba como el semblante del joven cambiaba de uno coqueto a uno serio y distante — además no le encuentro la razón a los celos que sus padres puedan tenernos — continuó dibujando una sonrisa de complacencia en su rostro — después de todo, la mayoría de los empleados que poseemos han venido como préstamo de parte de su empresa — agregó con malicia.
— Usted jamás perderá lo tajante ¿No es así señora? — habló controlandose para no insultarla, debido a que aquellas palabras antes dichas habían golpeado su orgullo.
— Es lo que mejor me define como mujer de negocios niño, deberías de quedarte un tiempo y aprender un poco más de mí o de mí marido si realmente esperas algún día tomar el lugar de tu padre — dijo con clara malicia — ahora ¿A qué se debe el motivo de tu visita a mí empresa? — preguntó desinteresadamente.
— Negocios y noticias de su hijo — respondió certero, esperando observar algún tipo de reacción sorprendida por parte de la mujer.
El semblante de la mujer no cambió en ningún momento, lo que no le permitía saber si la mujer estaba realmente interesada en lo que había mencionado.
— Vamos a mí oficina, allí tendremos más privacidad — dictaminó Taeyeon con voz fría y seria — ah, respondiendo a tu pregunta — agregó tomándolo por sorpresa — la despedí luego del escándalo que protagonizó luego de que la llevaste a tu cama — añadió dándose vuelta mientras comenzaba a caminar hacia su propia oficina.
Aquellas palabras lo habían enojado en sobremanera. Él recordaba a la joven Chang, era una beta sumamente hermosa, la cual había llegado a las empresas Kim por pedido de sus padres luego de que está cambiara su lugar de residencia.
Mucho antes de que ingresara en el mundo de los empresarios, él y Chang habían mantenido una relación a escondidas de los padres de este, quienes no aceptaban que él se fijara en alguien de menor estatus social.
Al encontrarse nuevamente, él ya no era el mismo de aquellos momentos y solo buscaba alguien con quién compartir un buen momento sin compromiso alguno.
Tan perdido estaba en sus pensamientos que no se dió cuenta que habían llegado a la oficina de la señora Kim y que está se encontraba en la puerta esperando que él ingresara.
— ¿Cuánto tiempo más se quedará admirando el nombre sobre la puerta? — preguntó la mujer mientras continuaba sosteniendola para permitirle el acceso a la oficina.
— Mis disculpas — murmuró dando una rápida reverencia mientras entraba en el lugar.
La mujer ingresó para luego cerrar la puerta y con un porte demasiado intimidante para una mujer, se dirigió a su asiento, lo separó de su escritorio y se sentó en el, mientras le indicaba con su mano que podía sentarse.
— De acuerdo, ahora ya estamos a solas — indicó la mujer con frialdad — ¿Qué es eso que sabes sobre mí hijo, que yo no sepa? — preguntó colocando sus manos sobre el escritorio.
— ¿No le interesa hablar sobre los negocios primero? — contestó con otra pregunta, acompañando aquello con una sonrisa soncarrona.
— Sí realmente hubieses querido hablar sobre negocios te habrías ido a la oficina de mí marido — respondió de manera cortante — y mírate, aquí estás — habló juntando sus manos — así que dejemosnos de rodeos Yugyeom y dime qué es lo que sabes de mí hijo — añadió aparentando tranquilidad.
— De acuerdo, seré directo — habló el Alfa mirándola directamente a los ojos — su hijo, Kim Taehyung, se encuentra en estos momentos en el hospital de Seúl cuidando a su pareja Omega — continuó, deleitándose con las expresiones de la mujer — Omega que cabe aclarar era mí pareja, el prometido con el cual mis padres me obligaron a contraer matrimonio, pero que no aceptó las condiciones y huyó al lado de su hijo para permitir que él lo marcara — agregó disfrutando cada vez más aquello.
— Eso es imposible — defendió la señora Kim a su hijo — TaeHyung sería incapaz de hacer algo así, y por lo que tengo entendido ese Omega se llama Kim Seokjin y es amigo de mí hijo — recalcó la mujer con claro enfado hacia aquel Alfa.
— Las apariencias engañan señora Kim y ese Omega logró engañarme muy bien — dijo el muchacho fingiendo tristeza — si no me cree, puede comprobarlo usted misma — añadió incitandola a ir al hospital.
— De acuerdo — habló mientras se levantaba de su asiento — enséñame — le indicó enseñándole la puerta con su mano izquierda.
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