Capitulo 30
Un año después
Connor
Estábamos en un intercambio de mercancía, cuando como siempre en este maldito año, los militares se entrometen. Disparos de un lado a otro se escuchaban, lo que menos me importaba era eso, ya que la costumbre la tengo, pero entre ellos divisé a Taylor, era el único que sabía de Ío así que lo sigo, y le disparó en la pierna causando que caiga al suelo.
-Hijo de perra- Lo escucho maldecir pero agarro el cuello de su uniforme y hablo.
-Dime donde está Moore- Este me miro serio y soltó.
-Sueña, ella está mejor sin ti, que cuando te conoció- Le doy un golpe sin pensarlo.
-Dime donde está Taylor!!- Este se rió en mi maldita cara cuando le doy una patada en el vientre.
-Aunque me mates o me tortures, jamás te diré donde está, es una promesa que le hice a ambas- Lo miro serio cuando lo estoy por matar siento.
-Connor, tenemos que irnos hay más de ellos en camino- Maldigo y lo dejo vivo, corro hacia mi auto y salimos de ahí, hace un año la estoy buscando, ella no aparece y eso me hace enojar mucho...
-Connor en que piensas??- Miro hacia afuera y suelto.
-En como matar a los militares para que no se entrometan en lo que no les importa- Y me refiero a MI mujer quien desapareció sin dejar rastro alguno. Busque información sobre su grupo o lo más que sabía y lo único que hallé fue que habían ido a una guerra, luego nada más.
-Pues no hay manera de ver más de lo que se piensa- Miro serio a Chris quien sonríe para irse, cuando lo hace me cubro el rostro para recordar cuando la hice mía, solo por pirmera y última vez ya que después ella se dio cuenta quién fuí antes, pero en eso recuerdo las palabras del imbécil de Taylor.
*Ella está mejor sin ti...
*James te diré donde están, es una promesa que le hice a ambas...
Esa me dejo pensando, porque dijo ¿¿ambas?? Si ella es una sola... Por como lo veo yo.
-Connor!!!- Miro hacia la puerta donde veo a Chris agitado pero en eso siento.
-Connor, encontramos a Héctor, pero hay un problema...
No jodas...
Ío
-Mira quiero contarte un cuento- Me agachó hacia la mesa buscándola.
-Hace un tiempo, ocurrió algo mágico...- Miro detrás de las escaleras pero no la veo.
-Dos hermosos pequeños, cambio a esa pareja...- Sonrió cuando veo su cabello negro pasar atrás del árbol, sonrió para dar la vuelta y la agarro de la cintura.
-Los atrapé!!- Ellos reía ante eso.
-Mami pala!! Me hago pis!!- Me detengo para besar sus mejilla.
-Okey paró- Los bajo, y ambos se echa a correr la sigo detrás hasta que los vuelvo a atrapar.
-Mami, de veldad soy bonita??- La miro sentada en el suelo para correr un mechón de su pelo detrás de su oreja.
-Eres muy hermosa Skylar, porque eres la hija de una mujer muy hermosa como yo- Está ríe conmigo pero siento.
-Eso te lo crees tú- Miro a Elena quién tenía su vientre.
-Pues mi mamita es helmosa, al igual que tú tía- Elena la abraza yo toco a los gemelos.
-Como te llevan??- Está suspira y niega.
-Son un infierno- Río Skylar viene hacia mí y la abrazó, le doy mi pecho, mi pequeña apenas tiene 1 año y 3 meses de edad, Matteo igual, son ambos niños muy inteligente y muy rápida para las cosas. Para su edad la pediatras que la atiende me dijo que llegaría a ser muy inteligente en un futuro, lo malo es que su padre no sabe que ellos existe, y me alegro que eso sea así. Connor es el verdadero padre de Skylar y Matteo, ella tiene un pequeño problema, sus ojos son de nuestros colores de ojos, ella tiene la enfermedad de Heterocromía. Mientras que el campeón es un niño normal pero protege a su hermana a muerte.
Aún para una madre lo que su hija tenga es normal, la amo tanto como a su hermano que si me separaran de ellos mataría hasta su padre para poder conseguirla.
Tenía el color de ojos de Connor y el mío, además nadie puede negar que tiene un gran parecido a Connor en versión mujer y Matteo ni hablar.
-Crees que está mentira durará??- Niego para mirar hacia el granero de mis sueños.
-No por mucho, todas las mentiras tienen patas cortas- Ella asiente para levantarnos y entrar, Taylor llegó herido y me dijo que fue White quién pregunto por mí, pero le dijo que era feliz como estaba, pero eso casi le cuesta la vida.
Espero no volver a verlo, menos con mis hijos quiénes me sacaron de todas las guerras y me cambiaron, pero como lo dije antes...
Las mentiras tienen patas cortas, y el momento llegó...
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