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𝐺𝑟𝑜𝑢𝑛𝑑

Ya había pasado la primera quincena del mes, habían hecho enormes avances teniendo citas todos los días y fue inevitable ocultarle lo que ocurría a sus managers y conocidos, ahora sabían que estaba en medio de un cortejo y tuvieron que suspender toda programación, sabían que ese momento era sumamente importante para ambos y merecían su tiempo para poder llevarlo a cabo y que el Omega aceptara al Alfa para hacerlo suyo y formar una familia.

Bob se había esforzado en impresionarlo, le ayudaba en todo trabajo de fuerza para mostrarse fuerte ante él, le conseguía todo lo que quería, le regalaba flores y tenían pequeños momentos de consuelo y charla para conocerse mejor y aunque odiara abrirse ante los demás estaba tan enamorado del otro que no le importaría hacerlo solo por él, porque sentía que era su destinado.

Aún no dormían juntos así que esa mañana salió de su habitación que era la de invitados que estaba alejada del otro, habían decidido pasar ese mes en la misma casa para que el otro no tuviera que correr hasta su casa y ser acosado por la prensa. Así que bajó las escaleras rascando levemente su abdomen y vió al Omega haciendo el desayuno mientras escuchaba la radio, a George le encantaba escuchar la radio sin duda alguna.

──Buenos días Geo...── Suspiró tras soltar un bostezo.

──¿Buenos días? Es casi mediodía, solo te estaba haciendo tu desayuno-almuerzo.── Comentó con una pequeña sonrisa tras sacar las tostadas del tostador y dejarlas sobre un plato. ──Te hice algo de café, capaz y te ayude a despejar... Y podremos hablar.──

Aquello último hizo que Bob alzara una ceja mientras tomaba aquel plato e iba a la heladera a tomar algo de mantequilla y mientras lo hacía pudo caer en lo que se refería... Había pasado medio mes y debían dar ese paso más importante, el tercer paso del cortejo.

── Me encantaría... Puedes tomar asiento y lo vamos llevando a nuestra manera.── Asintió con su cabeza levemente yendo a sentarse en la mesa del comedor.

──Sabes que me encantaría.── Sonrió de lado mientras acomodaba aquella corona sobre su cabeza y fue a sentarse en la otra silla del comedor.

Bob apenas comió algo, no era por los nervios o tal vez si eran por los nervios pero de verdad no era un sujeto que comiera mucho pero el tema de esa fase del cortejo lo emocionaba a la par que le ponía ciertamente inquieto.

──Sabes que tengo muchas ganas de tener una manada contigo... Tener varias camadas de varios cachorritos y lo sabes.── Murmuró el Alfa mientras le daba un sorbo a su taza con café. ──Me gustaría tener unos que fueran idénticos a tí... Tendría mucho amor que recibir de versiones miniaturas tuyas.── Comentó aquello soltando una risa y enseguida cubrió su boca con el dorso de su mano.

──Créeme que me he hecho la idea... Tener una linda manada... Podremos criarlos y mantenerlos bien... ¿Cachorros parecidos a mi? No por favor... Si llegan a heredar ciertas cosas mías estarían perdidos... Prefiero que sean iguales a ti ¿Te imaginas pequeñas cabecitas rizadas corriendo por la casa?.── Comentó con una pequeña sonrisa tonta seguido de tomarle la mano que cubría su boca. ──No hagas eso... Me gusta mucho verte sonreír.──

──¡Claro hombre! Que sean idénticos a ti... Serían muy hermosos, si algo mío llegan a tener que sean mis ojos... Es lo único medianamente decente... Puedo imaginarme eso y mucho más.── Suspiró dejando que tomara su mano y soltó un pequeño suspiro tonto. ──Mi sonrisa no es la más linda y lo sabes... La tuya es más linda.──

──Pero si eres muy atractivo, mataría a las personas que dijeron todo lo contrario.── Gruñó levemente para acercarse más al otro y abrazarlo de forma protectora por mero instinto. ──Sonríes y te ríes muy lindo, no dudes jamás de tus capacidades o enserio me vas hacer enojar.── Comentó tomando el mentón del otro haciendo que lo mire y le dió un pequeño beso en sus labios.

Los fríos ojos del otro se centraron en los pardos y en las hermosas palabras que le dijo, era muy hermoso y claramente no creía todo lo que le decía porque era cierto, la gente se le acercaba por conveniencia y por ende no confiaba en nadie a excepción del Omega con el cuál quería unirse de por vida.

Con lentitud se levantó de su silla dejando su desayuno-almuerzo a medio comer mientras sostenía las manos de su futuro Omega para besarlas suavemente con cariño y anhelo para luego soltarlas e ir a cerrar las cortinas para tener privacidad ya que el británico había armado su nido en medio de la sala y con las cortinas abiertas todos podrían ver lo que harían y el siguiente paso era demasiado íntimo, se trataba de respeto más no podía marcarlo ni anudarlo.

──¿Estás listo?.── Preguntó Dylan mientras seguía al menor hasta su nido y esperaba a que le diera su permiso para entrar a ese lugar en dónde tendría a sus cachorros en un futuro que esperaba que fuera cercano.

──Me siento más que listo para éste paso... Puedes entrar.── Asintió el menor sentado sobre sus talones viendo que el otro hacía lo mismo.

Parecían dos jóvenes enamorados muy nerviosos por dar su primer beso, así se sentían.

El mayor fue el que dió el primer paso sacándose su camiseta holgada por encima de su cabeza dejándola sobre sus piernas por si el menor deseaba tomarla, olfatearla y dejarla para su nido al tener su aroma a whisky y tabaco impregnados.

George analizó al otro y fue a tomar aquella prenda acercando su nariz a la tela para percibir su aroma cosa que resultó muy de su agrado y lo acomodó en su nido ante la atenta mirada del Alfa seguido de mirarlo también, su torso desnudo se veía delgado pero fuerte, tenía una caja torácica más amplia que la suya que le resultaba favorable para verse más fornido pese a su delgadez.

Con algo de temor se sacó su propia camiseta con cuidado de no romper ni arruinar aquella hermosa corona que el Alfa había hecho con mucho esfuerzo y ahí la dejó a un lado exponiendo su delgado y delicado pecho y abdomen al otro, era muy pálido y delgado dejando a la vista varios lunares.

──Que hermoso eres George... Más hermoso de lo que pude imaginar.── Suspiró suavemente viendo atentamente el cuerpo ajeno y si que era hermoso, delicado, perfecto.

Cuando vió lo que había ocasionado en el menor que fue un sonrojo se puso de pié con cuidado de no romper su nido o sería su verdadera perdición... Con cuidado se bajó sus pantalones de jean levemente anchos junto a su ropa interior y calcetines para dejar todo pulcramente doblado a un lado suyo y volvió a sentarse sobre sus talones buscando la forma de no lastimar ni presionar su miembro que era de un grosor más que considerable al ser un Alfa Puro.

George lo inspeccionó con la mirada, nunca lo había visto desnudo no iba a mentir así que se sintió fascinado por su cuerpo y su Omega quedó encantado, le había gustado físicamente y claramente un gran factor era que el otro tenía sangre pesada, sexualmente hablando lo iba a disfrutar demasiado.

Pero fue su hora de desnudarse enfrente del otro quitando lo que quedaba de su ropa dejando ver sus delgadas y largas piernas lampiñas para volver a sentarse y acercarse levemente al otro viendo que el adverso le imitaba el gesto para poder apenas rozar sus narices desviando el trayecto por sus mejillas y el menor extendió su brazo derecho para abrazar al otro por la espalda y poder sentir su aroma. Era una etapa de respeto así que sabía que el otro no sería inapropiado, no lo penetraria ni anudaria en lo absoluto, solamente estaban conociendo sus cuerpos viendo como sus animales internos podían relacionarse y sentirse más atraídos por el otro.

──Me gustas mucho... Quiero tener una vida contigo, quiero una familia, quiero todo contigo y ahora en dónde el vasto mundo y el tiempo parece recortar mi vida denegando mi intención y pedido de poder quererte como se debe... Es inadmisible pero mientras mi corazón lata, mientras tenga cordura y tenga fuerzas en mi interior defenderé a capa y escudo a nuestra familia... Te defenderé, amaré, respetaré y cuidaré de todo aquello que quiera hacerte daño y si mi vida debo dar por su bienestar lo haré... Yo... De verdad quiero que tengas a mis cachorros... Nuestros cachorros así que... No sé, pero pido que lo aceptes.── Habló lentamente el americano en ese tono de voz ronco pero suave queriendo que sus palabras fueran solo para el otro.

El Alfa extendió su mano por fuera del nido para tomar del sillón una manta, era su manta de fertilidad en dónde el otro podría tener a su primera camada de cachorritos y poder acunarlos. Claramente estaba muerto de la vergüenza porque era algo muy íntimo y se lo extendió viéndolo con sus ojos azules que brillaban intensamente añorando que aceptara aquello.

Por su parte el otro quedó anonadado, sabía lo que conllevaba estar con un Alfa de sangre pesada pero sacando el lado sexual sabía que ellos cortejaban de una forma totalmente diferente a un Alfa "promedio" así que no supo de qué forma reaccionar cuando el otro le entregó aquella manta.

──Wow... Yo... Bob...── Musitó tomando aquella manta en sus manos con sumo cuidado y acercó su nariz para olfatearlo. ──Me encanta... Si... Voy a tener a tus cachorros, es hermoso.── No podía expresar su sentir.

Ante aquella aceptación el americano soltó un suspiro pesado soltando todo el aire en sus pulmones para ver de reojo al otro y extender su cuerpo sobre el otro para recostarlo suavemente en su nido para tomar suavemente sus labios en un beso lento y cargado de cariño, sin ningún tinte sexual o algo similar, solamente quería besarlo sintiendo sus cuerpos desnudos juntos con aquella unión de sus labios sintiendo las manos del Omega recorrer su espalda yendo a su nuca y rizos. El tacto caliente de sus cuerpos, el roce de sus pieles sintiendo un calor que nunca antes había sentido.

El Omega lo había aceptado.

El Alfa se sentía correspondido.

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