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𝐹𝑖𝑟𝑒

La casa del Omega estaba repleto de regalos, el Alfa se había esmerado en cortejarlo, llenarlo de regalos, llevándolo a citas y teniendo tiempo de calidad totalmente alejado de sus vidas públicas porque ahora la prioridad era solamente de ellos.

Pero lejos de ello en ese hogar había un aroma pesado en dónde la excitación era palpable, una mezcla embriagante de los aromas del Alfa y el Omega, las cosas se estaban calentando demasiado entre ellos.

──¡Alfa!~.── Gimió con descaro el británico estando sentado sobre el mesón de la cocina teniendo al americano entre sus piernas.

Habían pasado varios días desde el inicio del cortejo de tierra en dónde el Omega aceptó aquella manta de fertilidad del Alfa y ese era el permiso para llegar a la última etapa de cortejo en dónde finalmente se unirían por completo, serían uno solo, George llevaría una marca, llevaría los cachorros del Alfa y tendrían una familia.

──Eres tan delicioso... Me encanta cómo hueles, hueles de maravilla Omega.── Dijo entrecortado al estar besando repetidas veces el cuello del menor de forma húmeda aprovechando para inhalar su dulce aroma.

Las palabras del americano en un tono de voz grave y profundo totalmente sumergido en el instinto mundano de tener un Omega dispuesto a ser suyo, presentándose ante su Alfa abriendo sus piernas para él mientras que lo atraía al borde del mesón de la cocina juntando sus entrepiernas semi erectas y se escuchó un gemido más que placentero por parte del británico con sus delgadas y lampiñas piernas desnudas contra la cadera ajena.

Le había quitado sus pantalones debido al desastre que había ocasionado en ellos por el lubricante al estar más que excitado por su presencia que era tan imponente y estaba tan dispuesto hacerlo suyo de una buena vez por todas y sabía que George quería ser suyo, quería llevar con orgullo su marca así que con astucia siguió jugando con el miembro del británico que estaba cubierta con aquella tela oscura totalmente empapada, podía ver cómo la mesada estaba resbalosa por ese líquido y eso le excitaba aún más, se sentía sediento de él, ese Omega se estaba entregando a su Alfa con ganas y ya quería tener acceso a su apretado agujerito y se lo hizo saber llevando sus grandes manos a su trasero y apretar sus glúteos seguido de separarlos mojando la punta de sus dedos con ese lubricante natural y el aroma fue mucho más potente en dónde soltó un gruñido grave y succionó su piel en la base de su cuello.

──¡A-alfa! E-espera... Al cuarto... Por f-favor... Mi nido.── Logró gesticular mientras que empujaba su cadera contra la del otro rozando sus miembros.

──Está bien...── Suspiró extasiado cargando al británico en sus brazos tomando con rudeza sus labios mientras apretaba y masajeaba sus glúteos sintiendo como aquel lubricante escurría como el flujo de un río caudaloso entre sus falanges.

El Alfa no tardó mucho en caminar hasta la habitación del Omega, esa habitación que tanto anhelaba en poder compartir con el menor. Al subir las escaleras y caminar por el pasillo sentía cómo George le abría su camisa blanca para meter sus largos dedos para acariciar su caliente piel siendo tan receptivo a sus besos en su pálido y hermoso cuello.

Al llegar a la habitación del británico el adverso arrojó aquel largo y delgado cuerpo dentro de su nido en dónde sorprendentemente no se desarmó y sin quitar sus ojos azules de aquellos pardos nublados por la lujuria.

──Quítate la ropa Omega...── Le ordenó en un tono de voz ronco mientras se quitaba su cinturón y desabrochaba su pantalón bajándolo junto a su ropa interior. ──Abre esas piernas.──

Dylan perdió todo sentido común en ese momento, verlo obedecer su orden quitándose lo que le restaba que era solo su ropa interior empapada de lubricante y abrió obedientemente sus piernas presentándose para su futuro Alfa y removió su cuerpo en aquel lugar seguro para él.

El rizado gruñó asechando a su presa con sus claros ojos teniendo su erecta y dura polla más que ansiosa de meterse en ese agujerito y clavar sus colmillos en su cuello para que cualquier Alfa que hubiera querido con el Omega supiera que ya era suyo y de nadie más.

Al posicionarse sobre su delgado y fino cuerpo aprisionandolo con el suyo que era más fornido escuchó su dulce gemir seguido del roce de sus lindos pezones contra su pecho en busca de estimulación y no se lo negó al comenzar a rozarlos contra él en dónde de forma inevitable sus miembro se rozaban y el suyo era mucho más grande que él del Omega por más que evidentes razones.

Podía oler su dulce aroma a galletas y chocolate, era mucho más dulce que antes y eso le indicaba una sola cosa "adelanto de su celo" un gruñido gutural se escapó de sus labios e inevitablemente fue a darle atención a ese húmedo agujerito para penetrarlo, jugar, estimular y enloquecer a su Omega, al estar en celo el otro estaría listo y dispuesto a recibirlo, estaría abierto y dilatado por razones biológicas y desesperadas de tener una polla enterrada en su interior listo para ser anudado y preñado, ese pensamiento hizo que su propio aroma a whisky y tabaco fuera más perceptible y marcó al británico con el mismo.

──¡A-alfa! T-te necesito... V-vamos... Llena mi agujerito por favor... Quiero a tus cachorros, quiero llevarlos a todos.── Casi gritó exhasperado aferrándose al cuerpo ajeno marcando también al otro con su aroma y la mezcla era deliciosa.

──Si mi Omega voy a llenar ese descarado agujerito tuyo y te daré a todos mis cachorros.── Le gruñó contra su oído con una sonrisa divertida abriendo las piernas del otro lo más posible para poder estar entre ellas y ver cómo su duro y grueso falo rozaba contra su dilatado agujerito. ──Mío... Solo mío.──

George exclamó abriendo su boca en dónde empujó su cadera contra el otro para sentir la punta de su polla contra su entrada goteante de lubricante natural en dónde su fuerte aroma estaba intoxicando al alfa el cual gruñía y rozaba su glande contra su entrada, la entrada al infierno para hundirse y ahogarse, entrar en él, profanarlo una y otra vez con fuerza hasta anudarlo y llenarlo de sus cachorros, eso necesitaba hacer.

Al ver qué pronto George sería el que tuviera las riendas de la situación al ser un Omega dominante lo tomó del cuello con fuerza apretando su manzana de Adán para quitarle el aire y penetrarlo, estaba tan dilatado y tan húmedo que meterse dentro suyo fue tan fácil, resbaladizo y rico.

──Oh Omega... Que apretado estás~ mierda...── Gimió complacido al sentir como el menor se amoldaba a su miembro palpitante a la perfección hasta que apretó su verga. ──Insolente.──  Dijo dándole una fuerte nalgada a sus pálidas nalgas dejando una clara marca.

George sonrió de forma traviesa gimiendo perceptivo ante la nalgada en dónde tomó las mejillas del americano y lo atrajo a él para tomar sus labios rojizos con gula metiendo su lengua dentro de su boca en dónde sus fuertes aromas de mezclaron llenando aquella habitación de la más pura lujuria mientras que comenzaba a embestir ese mojado y necesitado agujerito suyo escuchándose un incesante chapoteo de sus testículos contra esa húmeda piel del Omega que se separó de su boca para gemir de forma gustosa viendo fijamente esos ojos azules consumidos por la lujuria a la vez que sus afilados colmillos comenzaban aparecer.

Ese Omega estaba en celo.

Ese Omega necesitaba ser marcado y anudado.

Ese Omega que aceptó ser suyo y de nadie más.

Ese Omega tendría a sus camadas de numerosos cachorros.

──¡A-alfa! Necesito tu n-nudo...¡Ah si!~ Más duro... Quiero llevar tu marca.── Gimió al tener sus largas piernas enredadas en la cadera del Alfa que no dejaba de embestirlo con su gruesa y venuda polla.

──Tendrás a todos mis cachorros... Mío mío y solo mío.── Gruñó tras enterrar su rostro en su cuello lamiendo su piel rozando sus largos colmillos sintiendo que pronto se vendría y sería la primera de muchas otras rondas.

El Omega gimió excitado removiendo su cuerpo de forma efervescente sintiendo el roce de esos colmillos y se sintió ansioso, lo iba a marcar, sería suyo por fin y de forma más descarada aprisionó aún más su miembro succionando y así no fuera a salir dentro suyo.

El americano se sentía romper, su primer orgasmo estaba a nada de estallar, sus embestidas se volvieron erraticas y su respiración se volvió más agitada en dónde sus colmillos se clavaron en su piel tras sentir como mierda el otro se estrechaba y no lo soportó más, su nudo se comenzó a formar en su interior mientras que sus colmillos no salían de ese lugar marcandolo hasta retirarlos teniendo sus labios rojos manchados de sangre sin dejar de embestir ese delicioso culito llenándolo de su semen, de sus cachorros, oficialmente era suyo y de nadie más.

──Mío... Eres mío Omega.── Musitó contra sus labios que tras relamer los suyos con sangre tomó los del otro brevemente y fue a limpiar la marca que dejó del otro suavemente a la espera de que bajara su nudo.

──A-alfa... Mío... Oh se siente tan bien...──  Musitó cuando se separó de sus labios y se dejó hacer hasta que recibió una fuerte embestida cuando se corrió dentro suyo y gimió.

──Acabo de empezar... Debo llenar bien ese culito tuyo, debo asegurarme de que tengas a mis cachorros.──  Soltó una risita ronca tras varios minutos en dónde su nudo bajó y no tardó en embestirlo en ese cavidad llena de su semen que bajó por la entrada de su Omega.

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